domingo, 22 de diciembre de 2013

Las malas compañías de Jorge M. Reverte

Jorge M. Reverte
Qué hay un intenso combate por la historiografía es un hecho imposible de negar. Los pro-franquistas o justificadores del franquismo escriben un libro, los antifranquistas les responden con otro eficaz estudio. Mientras tanto, en la prensa vemos como se tiran los trastos a la cabeza.

Hoy quiero señalar como un escritor progresista cae bajo los influjos de un hispanista conservador. Jorge M. Reverte, autor de varios libros sobre la Guerra Civil o la División Azul, prologó el libro de Julius Ruiz La justicia de Franco, sin lugar a dudas debió ser el principio de una bonita amistad. Jorge M. Reverte goza de gran prestigio en la prensa, supuestamente izquierdista (me estoy refiriendo a El País). Gracias a la poderosa plataforma que el diario seudoizquierdista ofrece a sus colaboradores, Reverte publicó un artículo en defensa de su nuevo "amigo".

La obra coordinada por Ángel Viñas, En el combate por la historia, hacía una crítica sobre el último trabajo de Julius Ruiz, El terror rojo ( Curioso, Julius Ruiz cuando se refiere a los "rojos" titula sus libros con la maldita palabra "TERROR", y cuando habla de Franco, ahí ya no hay terror, hay JUSTICIA. Es claro el sesgo). Ángel Viñas y Alberto Reig Tapía dejaban claro que no estaban conforme con el resultado del estudio realizado por el hispanista británico. Nada nuevo bajo el sol.

En el Combate por la historia se criticaba la obra del profesor británico, sobre todo por su análisis de la matanza de Paracuellos:
No podemos resistirnos a hacer algunos comentarios sobre el caso de Paracuellos a la luz de lo que afirma Julius Ruiz en su último libro en el que a difrencia de los De la Cierva,Vidal, Zavala, etc, ha descargado de la red innumerables documentos de la Causa General para tratar de hacer una reconstrucción factual. Ruiz es consciente de que la tesis hiperfranquista de que una incitación soviética (de la NKVD) a favor de la masacre "reduciría" la responsabilidad de los asesinos republicanos. Así que ni corto ni perezoso, la niega. Atención. Sin haber puesto el ojo en los archivos, en que, caso de haber existido deberían de haber dejado alguna huella. Desgraciadamente para él, uno de nosotros la ha hallado, aunque no haya sido el primero. Los argumentos que aduce Ruiz en contrario no pasan de meras especulaciones, desprovistas de contenido. Ni sabe como funcionaban los servicios represivos en la URSS ni como se articulaban sus relaciones con el exterior con los partidos comunistas nacionales. No es de extrañar que ni siquiera sepa leer algunos documentos de la Causa General. De haber sido menos prejuicioso hubiera comprobado que en ellos aflora la conexión que nosotros en su momento documentamos. Naturalmente, Ruiz no se priva de afirmar que quien defendemos tal tesis descubrimos al gobierno republicano poco menos que como víctima. Ignoramos de que manga se saca tal conclusión. Es obvio que varios ministros se enteraron y estamos de acuerdo en que el de Gobernación, Ángel Galarza, distorsionó lo sucedido (...) El distinguido faista, García Olivier, ministro de Justicia, volvió a Madrid y permitió que las sacas continuasen, no sin echar la culpa en sus falaces memorias a Margarita Nelken.  
Está crítica, con la cual se podrá estar de acuerdo o no,  fue demasiado para Reverte. Indignado por el "maltrato" a cual le habían sometido a su amigo Ruiz por parte de los "estalinistas" Viñas y Tapia, dejó su enfado en forma de artículo en elpaís.com:
En este segundo asunto, la ira de nuestros combatientes cae sin ningún rigor y con especial inquina sobre un historiador inglés de origen español (republicano), Julius Ruiz, autor de un discutible en algunos puntos, pero magnífico y documentadísimo estudio sobre la represión en el Madrid revolucionario de 1936, aunque aparecido con el desafortunado título de Terror rojo. Ruiz se lleva la palma de los epítetos por sus incómodas tesis. Como si fuera un Moa.
Mucho me temo que mi admirado Jorge M. Reverte ha montado en colera, y esa ira no le ha permitido ver claras las cosas. Al hispanista ingles "de origen español (republicano)" se le critica, por unos puntos de vista que no son compartidos, nadie dice de él que sea un Moa cualquiera. Viñas también es muy crítico con Payne y jamás lo ha elevado a la altura de Moa, es decir, a la altura del betún.
Julius Ruiz

Julius Ruiz también ha sido muy crítico con otros historiadores que no son de su cuerda. En Revista de Libros dejó su inquina sobre reputados historiadores como Francisco Espinosa o Pablo Gil Vico, en un interminable artículo de titulo Las metanarraciones del exterminio. Rescataremos tan solo dos citas para no aburrir al personal:
El estudio de la evolución de la represión bajo el gobierno de Franco constituye, sin embargo, el tema de la sección final a cargo de Pablo Gil Vico. Su experto conocimiento de la justicia militar se traduce en que puede exponer de forma eficaz sus absurdeces al tiempo que matiza algunos de los argumentos más extremos de Espinosa

Pablo Gil Vico a pesar de ser un experto en justicia militar, no es más que un escritor de lo absurdo, y nuestro querido Espinosa no es otra cosa que un extremista.

O esta otra perla:
Sí es cierto, por supuesto, que el régimen mantuvo una serie de instituciones represoras hasta 1975. Sin embargo, las continuidades institucionales formales no deberían cegarnos e impedirnos percibir los importantes cambios que se produjeron en la cultura política franquista. En los últimos quince años de su existencia, y a pesar de protestas sociopolíticas no desdeñables (incluida una campaña terrorista de ETA), el régimen ejecutó a menos de una persona por año por motivos políticos. Como señala Edward Malefakis, se trata de una cifra inferior al número de condenados a muerte y realmente ejecutados en el Estado norteamericano de Texas (entre otros) durante el mismo período de tiempo.
Claro que es cierto que el régimen mantuvo una serie de instituciones represivas hasta 1975 incluso hasta más allá (no hubo depuración en el aparato represivo franquista y siguieron cometiendo crímenes). Hoy gracias a la querella contra los crímenes del franquismo en Argentina, sabemos de las tropelías criminales de una dictadura basada en la represión brutal del contrario político. Lo que no debería cegarnos son los 15 últimos años del franquismo, cuando una vez abandonada la autarquía parecía que España dejaba atrás los oscuros años de la posguerra: hambre, depuración, asesinatos en nombre de la justicia. En definitiva: exterminio y venganza sobre los vencidos.

El régimen franquista fue coercitivo hasta el fin de sus días, que aflojara el dogal no lo legítima ni nos hace olvidar el exterminio de posguerra, o de los palos de los grises y las torturas del capitán Muñecas o de Billy el niño. Hubo muchos más torturadores, pero estos dos son los que aun siguen vivos y gozan de una notable posición social.

También es curioso como para ciertas cosas siempre nos gusta compararnos con los EEUU. Primero hay que decir que los sacrosantos EEUU fueron valedores de Franco y sus secuaces. Es cierto que si comparamos el número de  óbitos por motivos políticos durante el final de la dictadura no hay color, también  es cierto que "el régimen ejecutó a menos de una persona por año por motivos políticos", pero por favor no nos comparen con los EEUU. Julius Ruiz,  que es hijo de la Gran Bretaña , debería de compararnos con las condiciones de su propio país. ¿Cuantas personas fueron ejecutadas en UK. por motivos políticos?

Un servidor prefiere hacer comparaciones con países de su entorno europeo, por ejemplo, en Inglaterra, a pesar de muchos Gobiernos conservadores --o Francia-- se puede abortar con mucha más libertad de lo que se podrá cuando el santurrón Gallardón vea su ley anti-aborto aprobada. Y es que en España vamos para atrás como los cangrejos, no cabe duda que esta derecha viene del franquismo.



La Unión de Historiadoras/es Progresistas-Estudiantes en Movimiento en la Universidad Complutense de Madrid) organizó una mesa redonda donde trataba el fenómeno del revisionismo. Mencionaban a historiadores academicistas donde se encontraba el propio Julius Ruiz, o los anti-republicanos Fernando del Rey Reguillo o Manuel Álvarez Tardío. La obra Palabras como puños era tratada por los historiadores progresistas.

El vídeo merece la pena visionarlo.



5 comentarios:

  1. Buen enlace el de las jornadas esas. Gracias.

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  2. Las últimas investigaciones sobre Paracuellos deja muy a las claras la implicación de los comunistas españoles, las Juventudes Socialistas Unificadas, y los cenetistas en la masacre de Paracuellos. Evidentemente, contaron con la connivencia de los rusos. Esto está perfectamente documentado. Ya dediqué en septiembre de 2012 una amplia entrada a estas investigaciones:CARRILLO Y PARACUELLOS: ÚLTIMOS DATOS Y LAS MENTIRAS DE LA ULTRADERECHA.

    Por tanto, creo que los autores que defienden esta tesis son los que realmente están en lo cierto. Decir a estas alturas, como hacen algunos relevantes historiadores,que la implicación de los españoles fue meramente de conocimiento de los hechos, es una enorme falacia, pues sabemos que estuvieron involucrados en los tres niveles del macabro plan; inducción, organización y ejecución.

    Al nombrar estas organizaciones me estoy refiriendo solamente a determinados elementos de ellas.

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  3. el problema de Jorge Reverte es que va de "equidistante" y eso en historia es imposible, además que incurren en la falacia de igualar equidistancia con objetividad.

    Esto lo ha criticado con gran tino Angel viñas que no tiene pelos en la lengua- con independencia de que no coincida con muchos de sus juicios sobre Stalin ó la Urss-.
    salud, granados.madrid

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