lunes, 30 de marzo de 2015

ENIGMAS EN EL ASESINATO DE GARCÍA LORCA. (3)


La mañana siguiente de la detención del genial poeta y dramaturgo granadino,  José Rosales se entrevista con el gobernador militar, González Espinosa, del que obtiene una orden para liberar a García Lorca.  Cuando llega al Gobierno Civil con el escrito, Valdés Gúzman le dice que se han llevado esa misma noche a Lorca y que ahora se preocupe de su hermano Luís, al que acusarían posteriormente de haber protegido al poeta.  Esto al menos es lo que  Pepiniqui  le contó al historiador y periodista, Vila-San Juan, para su libro, García Lorca, asesinado: toda la verdad, publicado en 1975.  Sin embargo, a Molina Fajardo, Los últimos días de García Lorca, le dijo que  Espinosa le mandó que se dirigiera al Gobierno Civil y desde allí le llamase para darle la orden de libertad.

No obstante, conviene señalar que  Pepiniqui le comenta  a Penón  en la entrevista que mantuvo con él el 10 de marzo de 1955, que  Federico permaneció varios días en el Gobierno Civil, mientras que a Gibson y a Molina Fajardo les dijo varios años después que el poeta sólo estuvo unas horas detenido en este lugar.

Por otra parte, José Rosales le confesó en una entrevista concedida a Gibson pocos días antes de morir , que en la discusión que mantuvo con Valdés la noche anterior, 16 de agosto,  había visto sobre la mesa la denuncia contra Lorca firmada por Ruiz Alonso.

A día de hoy sigue siendo un gran enigma,  y motivo de controversia, el tiempo que Lorca estuvo detenido en el Gobierno Civil. Es por otra parte un asunto de especial trascendencia, si queremos aproximarnos a la verdad de lo acontecido en su asesinato. Luego lo analizaré de manera pormenorizada. Ahora sigamos con la secuencia de los hechos.

En una fecha aún por determinar, García Lorca es sacado de las dependencias del Gobierno Civil junto a Dióscoro Galindo González. Galindo había nacido en el municipio vallisoletano de Ciguñuelas en 1877, aunque siendo niño se trasladaron todos a vivir a Madrid, lugar donde algunos años después perdió una pierna como consecuencia de un accidente. Se traslada a Valladolid donde consigue sacar la carrera de Magisterio.  Ejerce la docencia en diversos municipios sevillanos hasta llegar a Pulianas, Granada, en 1934, lugar en el que desempeñaba su trabajo cuando fue detenido a primeras horas del 18 de agosto, según los datos que facilitó su familia. Era de tendencia republicana  humanista y había participado en las mesas electorales por el Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936. Según Gibson, fue denunciado por el secretario del ayuntamiento de Pulianas al producirse el levantamiento militar.

García Lorca y Dióscoro Galindo son trasladados a Viznar, junto a la Sierra de Alfacar, enclave donde los golpistas  establecieron defensas  de forma permanente para repeler cualquier ataque republicano que se pudiera producir desde las poblaciones cercanas a Granada. Además, es un lugar de triste recuerdo para los granadinos pues allí los sublevados, en sus inmediaciones, realizaron centenares de fusilamientos.

Como comandante del sector de Viznar se encontraba José María Nestares Cuéllar. Militar con el grado de capitán y falangista de cierta relevancia, estableció su cuartel general en el Palacio del Arzobispo Moscoso y Peralta. Nestares tenía protegidos en Viznar a algunos catedráticos a los que había librado de las ejecuciones y utilizaba ahora como enterradores. Lo mismo había ocurrido con Manolo, el comunista, chaval de diecisiete años que fue el que facilitó a Ian Gibson los datos del posible lugar de enterramiento de Lorca.

A los presos los llevaban a un edificio, Villa Concha, conocido por los lugareños como La Colonia. Otrora, no muchos años atrás, lugar de esparcimiento y vida  para  multitud de chavales que veraneaban allí, ahora se hallaba convertido en lúgubre estancia, antesala de la muerte para centenares de inocentes.

De las últimas horas de Lorca nos ha quedado el testimonio que les dejó a Penón y a Gibson, José Jover Tripaldi. El joven, tenía veintipocos años, veraneaba en Viznar y al parecer le pidió a Nestares que le evitara ir al frente, encomendándole éste la custodia de los presos en La Colonia.  Contó que a los presos que iban llegando les decía en un principio que estaban allí para reparar carreteras y cosas por el estilo. Ya cuando se aproximaba la hora de las ejecuciones les contaba la verdad y les preguntaba si necesitaban la asistencia de algún cura. Según él, Lorca  requirió la presencia del religioso cuando éste ya se había ido, razón por la que habría ayudado a rezar al poeta .

Sin embargo, Miguel Caballero, autor de  Las trece últimas horas en la vida de Lorca, ha tenido acceso al expediente personal de Jover en Falange y ha logrado averiguar que éste perteneció a la cuarta bandera de esta organización política, siendo la primera bandera la que estuvo a las órdenes de Nestares en Viznar. Por otra parte, Caballero no logró encontrar en los expedientes ninguna operación que él realizara con la primera bandera.  Con estos datos queda seriamente en entredicho lo narrado por Jover Tripaldi, que bien pudo haber sido producto de su invención.


Federico García Lorca, Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas, Francisco Galadí  y Joaquin Azcollar, que habían resistido en El Albaicín, son sacados de madrugada y  asesinados junto a un olivo en un punto intermedio de la carretera que une Viznar y Alfacar.

Aunque Juan Luís Trescastro se jactó de haber sido uno de los que dispararon a Lorca, parece que investigaciones relativamente recientes descartan esta posibilidad.

Según la investigación que realizó Ian Gibson, plasmada en  Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca, existe la posibilidad de que el poeta no muriera de inmediato habiendo sido rematado por uno o varios tiros de gracia, hecho que se habría producido después de levantarse y gritar ¡todavía estoy vivo!

Por otra parte, Angelina Cordobilla, cuidadora de los hijos de Concha García Lorca, le relató al hispanista, que por aquellas fechas, ¿19 de agosto?, un miembro de la Escuadra Negra, individuos que se dedicaron a la represión en Granada, se personó en el domicilio de los García Lorca con una nota escrita por el poeta granadino. En ella le rogaba a su padre que entregase 1000 pesetas como donativo para las fuerzas armadas. El padre pagó creyendo que de esa forma podría contribuir a salvar la vida de su hijo.  La nota no se ha encontrado y al parecer, Don Federico García la llevó siempre consigo hasta el día de su muerte.

Entramos pues en el complicado asunto del tiempo que permaneció detenido Federico García Lorca en el Gobierno Civil antes de ser trasladado a Viznar para ser asesinado.

Agustín Penón, ciudadano norteamericano de origen español, fue de los primeros que investigó concienzudamente el crimen. Anteriormente habían visto la luz los trabajos: La faz de España, de Gerald Brenan,  1950, que en el capítulo seis, Granada, aborda el tema del asesinato de Lorca. Y el reportaje de Claude Couffon, Ce que fut la mort de Federico García Lorca, publicado en 1951. Para  realizar sus investigaciones , Penón se traslada en febrero de 1955 a Granada permaneciendo allí hasta septiembre de 1956, fecha  en la que regresa a Estados Unidos al sentirse vigilado por la policía franquista. También logra entrevistar en Madrid a Ramón Ruiz Alonso. Desgraciadamente, nunca vio publicado el resultado de sus investigaciones. Falleció en 1976.

El escritor norteamericano, William Layton, que lo acompañó en Granada,  puso los “papeles” de Penón a disposición de Ian Gibson que acertadamente realizó la edición en 1990 del libro, Agustín Penón. Diario de una búsqueda lorquiana (1955-56)


El investigador norteamericano efectuó multitud de entrevistas, siendo las realizadas a las personas más próximas al círculo familiar de Lorca las que mostraron su convencimiento de que estuvo recluido unos cuantos días en el Gobierno Civil, excepto el testimonio de José Rosales, al que ya me referí,  que si bien no formaba parte del entorno familiar del poeta, sí se manifestó en esta ocasión de manera coincidente a éste.

Fue el caso de Clotilde García Picossi y Carmen García González,  primas de Lorca, las cuales le expresaron, que sin lugar a dudas, Federico estuvo detenido varios días en el Gobierno Civil. Clotilde le aseguró que lo habían matado el veinte de agosto. Una hermana de Angelina Cordobilla, a la que nos hemos referido en varias ocasiones, le contó a Penón que su hermana le llevó tres días seguidos comida y otros enseres a Federico, el 17, 18 y 19 de agosto, fecha esta última en la que ya no se encontraba en el Gobierno. Angelina le corroboró posteriormente este dato confirmándole que vio al poeta dos mañanas seguidas. Aunque en un principio aseguró que fueron dos las veces que visitó el lugar, posteriormente achacándolo a un fallo de la memoria, le aseguró que fueron tres. Es decir, según estos últimos testimonios a Lorca se lo habrían llevado en las primeras horas del 19 de agosto de 1936.

Aparte de otras cuestiones que veremos más adelante, en contra de esta posibilidad encontramos lo declarado por Francisco Valdés Escobar, hijo de José Valdés Guzmán gobernador civil de Granada en esas fechas, quien le dijo a Eduardo Molina Fajardo,  para su libro, Los últimos días de García Lorca,  que era incierto lo contado por Angelina pues  existían unos guardias de forma permanente que no dejaban pasar a nadie. A su misma madre le costaba entrar en el Gobierno Civil.

Llegados a este punto conviene detenerse en la versión de los hechos que el hijo del gobernador le expresó al periodista granadino. Según él, Queipo de Llano dio la orden de que se trasladase a García Lorca al Gobierno Civil para poder garantizar su seguridad debido principalmente a que en casa de los Rosales los hombres estaban casi siempre fuera. Su padre se habría prestado, lógicamente, a este mandato de Queipo no considerándolo, por tanto, responsable de la suerte que corrió el poeta. Aclara que ese día, 16 de agosto, Valdés permanece casi todo el día fuera del Gobierno Civil, y que todo lo ocurrido fue  durante su ausencia en él y que cuando hace acto de presencia los hechos ya se habían consumado. Es decir, mientras ejerce de gobernador  el teniente coronel retirado de la Guardia Civil, Velasco Simarro.

Obviamente, esta versión de los hechos contrasta seriamente con lo que en su momento expresaron los miembros de la familia Rosales y Ruiz Alonso.  Este último manifestó en distintas declaraciones que al llegar al Gobierno Civil en la mañana del 17 de agosto, Valdés le comunicó que se habían llevado a Lorca por la noche.

Gibson, en Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca, baraja como fecha posible de su asesinato el 18 de agosto. Se basa en la entrevista que le realizó a Agustina Cordobilla algunos años después de la efectuada por Penón.  Además, ofrece el dato de que la familia de Dióscoro Galindo, el maestro de Pulianas asesinado junto a Lorca, informó en su momento  que su familiar había muerto el 18 de agosto. El hispanista llega a la conclusión de que Angelina pudo equivocar las fechas de sus visitas a Federico, habiendo realizado sólo dos y no tres.

Esta versión se ve reforzada por el hecho de que se sabe que Galindo y el poeta salieron juntos del Gobierno Civil, existen diversos testimonios, y que fueron asesinados junto a Galadí y Azcollar.

Ian Gibson, en el libro suyo antes citado, destaca que Valdés lleno de dudas sobre la conveniencia de la ejecución de García Lorca ante los efectos negativos que pudiera tener, decide consultarlo con Queipo de Llano, máxima autoridad militar de Andalucía,  quien según algunos testimonios, le habría respondido que había que darle “café, mucho café”,  expresión que podría significar su deseo de que fuera fusilado, no descartándose otras interpretaciones. Independientemente de la implicación o no de Queipo en el crimen, el hispanista considera que Valdés podría haber conseguido sin apenas dificultad evitar el trágico suceso. Las razones que le habrían llevado a deshacerse de Lorca serían sus ideas políticas, el contenido de algunas de sus obras, sus ataques a la clase media católica granadina.... y por último, su intención de aterrorizar a la población matando a alguien tan significativo, dejando a las claras que podían matar a cualquiera que se les pusiera por delante.

 Gibson, nacido en Dublín en 1939 y con la nacionalidad española desde 1984 es considerado por muchos el biógrafo oficial de Lorca al que dedicó largos años de investigación. Fruto de este trabajo son sus obras; La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca. (Paris, 1971), Federico García Lorca. I. De Fuente Vaqueros a Nueva York, (Barcelona, 1985), Federico García Lorca. II.  De nueva York a Fuente Grande (Barcelona, 1987), Guía de la Granada de Federico García Lorca (Barcelona, 1989), Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca, (1988), El hombre que detuvo a García Lorca, (Madrid, 2007), Lorca y el mundo gay, El asesinato de  García Lorca, y La fosa de Lorca: Crónica de un despropósito, entre otros.

El investigador Gabriel Pozo, autor del libro, Lorca, el último paseo, también ve posible  que el asesinato se cometiera el 18 de agosto pero establece una pequeña variante.  Explicó  en una entrevista concedida para el  Canal TG7 CULTURA, que considera probable que a Lorca lo sacaran del Gobierno Civil el 17 de agosto, que durmiera esa noche en La Colonia y lo asesinaran al día siguiente.

Desde mi punto de vista, el hecho de que García Lorca pudiera permanecer detenido en el Gobierno Civil hasta primeras horas del 18 de agosto, sólo se podría entender si tomamos en consideración la necesidad que Valdés tendría de consultarle a Queipo qué hacer con él. Esta opción además, tendría cierto sentido si tenemos en cuenta que las comunicaciones telefónicas entre Sevilla, lugar donde tenía instalado su cuartel general Queipo de Llano, y Granada fueron cortadas por los republicanos los días 16 y 17 de agosto, siendo restablecidas el 18. Sólo existe un problema.  Que no sabemos a qué hora se reanudaron las comunicaciones telefónicas. Según distintas informaciones, la hora del asesinato de García Lorca se sitúa entre las 3 y las 5 de la madrugada, aproximadamente. Por tanto, el restablecimiento de las líneas que permitiera la comunicación entre Valdés y Queipo, debería haberse producido entre las 0 horas y las 5 de la mañana. De no ser así, esta hipótesis se podría considerar muy cuestionable.

Hay que reconocer no obstante, que nos faltan datos para poder dar por buena esta posibilidad. También hay que subrayar que no existe ninguna prueba de la participación de Queipo de Llano en el crimen.

Sin embargo, hay otras investigaciones que nos llevan a la posibilidad de que el poeta fuera asesinado en las primeras horas del 17 de agosto.  Son dos los trabajos, sin desmerecer otros, que a mi entender ahondan mejor en esta opción;  Los últimos días de García Lorca, de Eduardo Molina Fajardo y Las trece últimas horas en la vida de García Lorca.

Molina Fajardo (Granada 1914-1979) dirigió diversos  medios de comunicación, Yugo, Odiel, Patria. Además, militó en Falange lo cual le permitió acceder a diversos testigos que se encontraban en aquellas fechas en el sector de Viznar. Investigó durante largos años el asesinato de Lorca entrevistando a más de medio centenar de personas.

Resulta especialmente relevante la entrevista que le hizo a José María Nestares, jefe del sector de Viznar, donde éste le dio muchos detalles de la llegada del poeta aquella noche a La Colonia, que él sitúa entre las 23,30 y las 0 horas. Otros testimonios que recogió el periodista granadino fueron coincidentes con los de Nestares, lo que da como resultado la más que segura presencia de éste en Viznar cuando ocurrieron los hechos.



Hay un dato que resulta prácticamente definitivo a la hora de situar el fusilamiento de García Lorca aquella noche del 17 de agosto.  Molina tuvo acceso al expediente personal de Nestares y pudo comprobar que durante los días 18 y 19 de agosto fue sustituido como jefe del sector por el teniente retirado de la legión,  Jerónimo Morillas Arenas, por orden del gobernador militar de Granada. Éste restableció en su puesto a Nestares el 20 de agosto, lo cual demuestra que se encontraba en el lugar el 17 de agosto, fecha más que probable del asesinato del poeta. Por lo tanto, quedarían descartadas las fechas de los días posteriores.

Esto nos plantea un interrogante, ¿Se equivocó la familia de Dióscoro Galindo al señalar la fecha en que éste fue asesinado?  Al cabo de los años, ¿Equivocó  Angelina Cordobilla estas visitas con las que realizó durante casi un mes a la cárcel donde se encontraba Fernández-Montesinos?

Miguel Caballero accedió para el trabajo antes señalado al mismo expediente que manejó en su momento Molina Fajardo, encontrándose que la hoja referida a 1936 había desaparecido, sin que por ello ponga en duda la verosimilitud de la  investigación realizada por el periodista.

Miguel Caballero Pérez, nacido el 25 de abril de 1959 en Sierra de Yeguas (Málaga), investigador histórico perteneciente al instituto de Estudios del Sur de Madrid Jiménez de Gregorio, ha dado un giro espectacular a las investigaciones sobre el asesinato de García Lorca a través de, La verdad del asesinato de García Lorca. Historia de una familia, escrito junto a María Pilar Góngora Ayala,  y el ya citado, Las trece últimas horas en la vida de García Lorca. Además, ha publicado, Federico García Lorca, vocal de la Junta Nacional de Música y Teatros Líricos (1932-1934): García Lorca en África. Crónica de un viaje al protectorado español de Marruecos.

En el trabajo de investigación que realizó junto a María Pilar Góngora Ayala, llegaron a las raíces de las rencillas ocurridas entre Federico García, padre de Lorca, y la familia Roldán. Al carecer Lorca de adscripción política, descartándose las motivaciones políticas en el crimen,  se buscó en los antecedentes y problemas familiares, en los asuntos económicos y de política local las causas que pudieron originar su asesinato.

Ya me he referido con anterioridad a los conflictos, origen de las diferencias, que se derivaron de la construcción de una fábrica de azúcar en la Vega granadina. El padre de Lorca logró paralizar a través de una denuncia la actividad de esta fábrica, de la que era accionista la familia Roldán, y provocando que la remolacha azucarera  fuera a pasar a la industria de la que él era accionista, con el consiguiente perjuicio económico que este hecho produciría en los Roldán.

Posteriormente, habrían de surgir nuevas divergencias en relación con la política en el ayuntamiento de Granada. El padre de Lorca había conseguido la elección como concejal por el Partido Liberal de Maura. El patriarca de Los Roldán, Alejandro Roldán Benavides, pretendió la consecución del mismo objetivo y con esa finalidad se presentó a las elecciones de 1918 por el Partido Conservador. El motivo de fricción fue la anulación de las elecciones por parte de una Junta, de la que formaban parte de forma mayoritaria  miembros del partido del padre de Lorca, por posibles irregularidades cometidas por  Trescastro, el propio Roldán y algunos de sus seguidores que habrían irrumpido en un colegio electoral y, empleándose con cierta violencia,  habrían llenado una urna de votos favorables a su partido.

En Las trece últimas horas en la vida de García Lorca, Caballero expresa su convencimiento de que tanto la familia Roldán como Los Alba,  estaban al corriente del contenido del drama rural, La casa de Bernalda Alba, donde  salían mal parados como consecuencia de algunas partes que Lorca se había inventado, pues pocos días después de la llegada del poeta a Granada se desarrolló un acto donde se le dio lectura   en el Carmen de Fernando Vilches Jiménez

Miguel Caballero, sitúa la detención de Lorca, 16 de agosto, a las 13.30 horas, su salida del Gobierno Civil, antes de que llegara Valdés a su despacho, éste llegó sobre las 21.45 h. y la llegada al puesto de Viznar se habría producido entre las 23.30 y las 0 horas;  recordemos que este último dato se lo había facilitado el capitán Nestares a Molina Fajardo, siendo asesinado esa misma madrugada. Es decir, en las primeras horas del 17 de agosto.

Caballero defiende la tesis de que la familia Roldán aparece cerca de varios episodios relacionados con el crimen y piensa que el poeta ya era “esperado” por esta familia cuando regresa a Granada.

Sí  logra muy eficazmente,  a través de sus investigaciones, establecer los distintos vínculos que existían entre algunos elementos que participaron de una manera u otra en el destino de Lorca, con la familia Roldán; El gobernador civil, José Valdés Guzmán, compañero de armas de un miembro de la familia, con quien al parecer  tiene buenas relaciones, es vecino de una hermana de Horacio Roldán. Con éste, perteneciente en su momento a Acción Popular que dirige Gil Robles, se ha visto en la Vega granadina  el 7 de agosto, dos días antes del registro en La Huerta de San Vicente en la que han participado Horacio y un hermano suyo. No podemos saber si hablaron de ese tema o si se trató de una simple coincidencia. Juan Luis Trescastro, destacado miembro de Acción Popular y compañero años atrás de Alejandro Roldán en el Partido conservador, es además viejo amigo de la familia. Sabemos que acompañó a Ramón  Ruiz Alonso en la detención de García Lorca. Éste, perteneciente también a Acción Popular, partido que forma parte de la CEDA, trabajó  en el periódico Ideal, de la Editorial Católica, de la que era accionista Alejandro Roldán Benavides. Velasco Simarro, que actúa el 16 de agosto como gobernador civil en ausencia de Valdés, tiene  buenas relaciones con la familia a la que ha hecho algunos favores importantes .

Aunque Miguel Caballero cree que es Velasco Simarro el que ordena que el poeta sea conducido a Viznar  aprovechando que Valdés no está,  la cuestión plantea ciertas dudas sobre el papel desempeñado por éste en el asunto. Ruiz Alonso dijo en su momento que fue él  el que le ordenó la detención de Lorca. Además, Nestares declaró a Molina Fajardo que al ver en el puesto de Viznar la orden de Valdés sobre el destino de Lorca, la rasgó porque le parecía una canallada.

En cualquier caso, parece más que probable que Valdés y Simarro estuvieran de acuerdo en este asunto. De otra forma no se explica, que ante el hecho de que presumiblemente Simarro hubiera cometido un acto de indisciplina, decidir la suerte de Lorca sin consultarlo con él, Valdés no tomara con posterioridad algún tipo de medida disciplinaria o abriera alguna investigación al respecto.

Tampoco se puede establecer con seguridad la participación de algún miembro de la familia Roldán en el crimen de Federico García Lorca. Están muy bien desarrollado los móviles que les pudiera haber llevado a actuar de forma vengativa contra Federico García, asesinando al miembro más destacado y popular de su familia, pero que sepamos, no existen pruebas de que realmente lo llevaran a cabo.

(Continuara)

Antonio Alfonso Hernández, 28 de marzo de 2015

OBRAS CONSULTADAS
VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE FEDERICO GARCÍA LORCA. Cap.12. Ian Gibson. 1998. Plaza  & Janés. Editores, S.A. 2003, para esta edición. Ediciones Folio, S.A. Edita ABC, S.L.

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE GARCÍA LORCA. El libro-documental fundamental sobre el caso Lorca. Eduardo Molina Fajardo, 2011. Editorial Almuzara, S.L.

LAS TRECE ÚLTIMAS HORAS EN LA VIDA DE  GARCÍA LORCA. Miguel Caballero Pérez. La esfera de los libros, S.L, 2011

AGUSTÍN PENÓN.  Diario de una búsqueda lorquiana (1955-56)  Edición a cargo de Ian Gibson, Plaza & Janés, 1990.

ENTREVISTA A GABRIEL POZO. Canal  TG7 Cultura.








1 comentario:

  1. Al tener que manejar tantos datos, a veces de memorias, otras, consultando diversos trabajos, es fácil equivocarse en determinados detalles.

    En esta entrada he puesto por error, que la familia de Dióscoro Galindo, el maestro de Pulianas, asesinado junto a Lorca, había comentado que éste fue asesinado el 18 de agosto. La realidad es que fue Antonio Galindo Monge, hijo de Dióscoro, el que le dijo a Ian Gibson a finales de los años setenta, para su libro, El asesinato de García Lorca, que a su padre lo sacaron del Gobierno Civil a primeras horas del 18 de agosto. Esta es una de las posibles fechas de la muerte de Dióscoro Galindo y García Lorca, pero es cierto que a día de hoy no podemos saber con certeza absoluta qué día fueron asesinados.

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