miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Existen fascistas y golpistas en el actual ejército español?

A la derecha el general anti-Podemos, en el centro el actual ministro de Defensa, que mandó a callar a Irene Lozano (UPyD) en un debate parlamental.

No hace tanto hemos visto como ex-militares llamaban al golpismo para evitar que el nacionalismo catalán se saliera con la suya. Eran viejos chochos que llevaban tiempo retirados, y por tanto suponemos que su influencia era nula o escasa, además su paso por el ejército pasó sin pena ni gloria.

¿En el ejército actual existen elementos con pensamientos decimonónicos? Eso desde nuestra posición es imposible saberlo. El ejército es una verdadera casta cerrada y totalmente oscura. La corrupción militar se esconde tras los galones de mando y sin voluntad política eso es un muro infranqueable.  El tte. Segura ha pasado un calvario por denunciar esa corrupción en el seno del Ejército español. Es curioso pero la casta está directamente relacionada con la corrupción.

Es preferible pensar que ya no hay elementos golpistas entre los militares, pero cuando la prensa nos desvela noticias de militares poco democráticos, el pensamiento nos desplaza a julio de 1936.

El general González-Gallarza -militar en la reserva-, ex jefe del del Ejército del Aire en la época de Aznar, dice que habría que ilegalizar a Podemos, y para eso no duda en decir mentiras, mentiras propagandistas lanzadas por la prensa conservadora y la supuesta prensa progresista (El País o El Plural). Según este militar, que gozó de un excelente trato por parte del Estado español, que haya tantas elecciones en España le "parece delirante". Este año tenemos elecciones municipales, autonómicas y para elegir Gobierno central. A lo mejor a González-Gallarda le gustaría que en vez de que  hubieran elecciones para elegir a nuestros representantes, un dictador -de derechas claro- fuera el que nombrase a alcaldes, gobernadores, presidentes y ministros. ¡Lo que nos ahorraríamos!

Y es que de casta le viene al galgo -El padre de González-Gallarda fue ministro del Aire durante el franquismo-. Si revisamos la historia, el ejército español siempre fue partidario de opinar en política, lo malo que les gustaba opinar con el sable en la mano. Cierto es que en el siglo XIX la única forma de cambiar el color del gobierno era de forma autoritaria y militar, pero esa costumbre ni se perdió en los años treinta, ni en los ochenta, y en la actualidad parece ser que algunos sienten nostalgia por épocas pasadas. González-Gallarda, en una revista pagada con fondos públicos ha escrito:
"En este panorama electoral me preocupa mucho este partido que ha surgido no sé cómo y al que incomprensiblemente se le tolera concurrir a estas elecciones cuando lo que habría que haber hecho es prohibírselo y no sé si incluso declararles fuera de la Ley, por declararse así mismo: anti sistema, en contra de la Constitución que nos hemos dado los españoles, en contra de la Bandera, del Himno Nacional, están dispuestos a suprimir la Semana Santa, a ceder la Catedral de Córdoba a los musulmanes y a no sé cuantos desatinos más".
Debiera de saber el antiguo general, que no se pueden prohibir los partidos políticos tan solo porque no nos gusten, y si el antiguo general -que ocupó un cargo de alta relevancia en los gobiernos aznaristas- lanza esos dardos envenenados y llenos de embustes contra una formación política, pues no podemos evitar mirar al pasado cuando ciertos políticos y militares se confabularon en contra de partidos políticos que no eran de su agrado. Malos recuerdos, por cierto.

Lo que hay que prohibir es que gente así puedan dirigir la revista oficial de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, o al menos retirarle los fondos públicos mientras personas que sienten tal desprecio por la democracia sigan comportándose de una forma que pensamos que era historia antigua.

Si el general opina que en España "es delirante" que existan tantas elecciones -solo hay elecciones cada cuatro años, ¡vaya delirio!- es que no está muy conforme con esa Constitución que dice "que nos hemos dado los españoles". A ver si el anti-sistema es el general.

Dice Esperanza Aguirre que si gana Podemos ya no volverá a votar libremente. La realidad nos dice que para instaurar una dictadura hace falta connivencia con el ejército y, hoy por hoy, de ese ejército, -que todo el mundo cree democrático- no dejan de salir personajes profundamente anti-democráticos y autoriariamente sesgados a la derecha.


Esta captura de imagen está obtenida de la web de la Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia civil.


Por si alguien no lo sabe, Alfonso Arteseros es el productor de una serie de documentales pro-franquistas (España en la memoria) que reivindica la memoria histórica del franquismo. Efectivamente, el franquismo también tuvo su memoria histórica, memoria protegida e impuesta durante 40 años. Ahora tratan de reciclar la memoria del franquismo desde documentales producidos por cierta universidad católica; a través de la historiografía apoyada por hispanistas venidos a menos;
y con iniciativas personales como la de Arteseros.

Legitimar el franquismo es legitimar el golpismo y la dictadura, es meter ideas reaccionarias en la cabeza de ciertos próceres militares que no verían con malos ojos el ruido de sables si la situación política no les fuera satisfactoria. Decía Javier Nart, que el general es una persona que ya no tiene ninguna vinculación con el Ejército pues está jubilado, y como personal civil tiene todo el derecho a manifestar su opinión. Tuvo que callarse cuando se enteró de que donde publicó su opinión, anti-democrática, era en una revista subvencionada con fondos públicos.

Lo lamentable -y preocupante- es que alguien que ocupó un importante puesto militar tenga esos pensamientos ¿Ya los tenía cuando era jefe del del Ejército del Aire en el Gobierno de Aznar? ¿En manos de quién estamos?

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