lunes, 11 de enero de 2016

Terrible la represión franquista.


El historiador José Luis Garrot Garrot, defiende que los GRAPO son una invención de la extremaderecha, con el único fin de crear pánico y alarmismo social para que la incipiente democracia española muriera abortada. Si esto es así, ahora entendemos que un personaje como Pío Moa defienda a capa y espada el Franquismo. Aunque da igual, ilustres personajes de la derecha más batalladora (César Vidal, Jiménez Losantos, Alfonso Rojo, Antonio Pérez Henares -Chani-, Ramón Tamames...), dejaron el comunismo juvenil para acabar abrazados a la derecha. Pero lo de Moa es de libro: su intensa defensa del franquismo lo ha quedado aislado. Nadie lo llama.

Se convirtió en un fenómeno de masas y superventas revisando -refritando- los mitos de la Guerra Civil. Desgraciadamente -para él- ya no lo vemos al lado de Stanley G. Payne, en las tertulias de 13TV o en las principales portadas de los diarios derechistas. Intereconomía es de los pocos medios que le siguen dando cobertura. 

No es de extrañar que a tan insigne autor le hayan marginado desde la misma derecha, y no porque la derechona sea cobardona, que no lo es. Es sencillamente porque lo que escribe es muy difícil de mantenerlo en pie. 

Escribe en su blog de La Gaceta:
En todas las guerras de producen asesinatos y matanzas, mucho peores en el resto de Europa durante la guerra y la posguerra mundial. En España, la mayor matanza, con muy gran diferencia, fue la de Paracuellos, realizada por la izquierda. La matanza de Badajoz achacada a los nacionales es una pura invención. 
Las matanzas de Paracuellos fueron horrorosas, lo mismo de horrorosa que la matanza de Badajoz, tan solo que durante cuarenta años de franquismo los franquistas tuvieron tiempo de borrar las pruebas. Pero nos quedaron para la posteridad las impresionantes imágenes que grabó René Brut -encarcelado por Franco por mostrar al mundo la matanza de Badajoz-. En la matanza de Badajoz pudieron morir un número similar de personas que en las matanzas de Paracuellos (1.500-2.000).

Sigue Moa:
Las cifras de 150.000 desaparecidos y 2.500 fosas o cunetas son pura fábula, dirigida resucitar odios pasados y mantener indefinidamente lo que se ha convertido en un negocio subvencionado con el dinero de todos, en una tradición desdichada de nuestra izquierda, como la de la “represión de Asturias” en 1934
Esas cifras han sido conseguidas por un número considerable de historiadores, y según nos cuenta Francisco Espinosa, es una cifra a la baja. Las fosas están ahí, el problema es que Pío Moa no las ha investigado. Él, con desmentirlo todo o recurrir a las cifras (in) exactas de Salas Larrazábal tiene bastante. La memoria histórica no es un negocio, escribir libros plagados de mentiras sí. Y la represión de Asturias fue terrible, como lo fue la represión franquista.

Nosotros queremos sacar del error a Pío Moa. Por eso le recomendamos esta entrevista que La Marea le realizó a Candela Chaves, historiadora extremeña, que ha investigado a fondo la represión franquista en Extremadura:

“La de Badajoz fue la segunda provincia más afectada por la represión franquista”

La historiadora Candela Chaves publica ‘Sentenciados’, en el que se centra en actuación de la justicia franquista en la provincia de Badajoz de 1937 a 1950
10 enero 2016
10:25
“La de Badajoz fue la segunda provincia más afectada por la represión franquista”
BADAJOZ // La investigadora Candela Chaves (Montijo, 1982) ha recorrido media península en busca de la documentación de los procesados por el régimen franquista en la provincia Badajoz, una de las regiones del país que vivió una represión más intensa. Ávila, Madrid, Salamanca… en un recorrido de años, en el marco del Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura, que incluyó también la visita a un buen número de archivos y ayuntamientos extremeños.
El resultado fue una tesis que saldrá próximamente a la venta en formato libro bajo el títuloSentenciados (PREMHEX, 2016) y que analiza los procesos sumarísimos de cerca de 8.000 pacenses. Su trabajo deja a un lado la violencia desatada por la “columna de la muerte”, comandada por el general Yagüe, en los primeros meses de la contienda, y se centra en la actuación de la justicia franquista, de 1937 a 1950, utilizada de manera represiva con un objetivo ideológico, pero también de clase.
¿La represión en Extremadura fue especialmente dura?
Sí, es muy elevada en comparación con otras regiones. La de Badajoz fue la segunda provincia más afectada por la represión después de la de Sevilla. Las razones de estas cifras globales son tanto la actividad política que tenía la región, sobre todo la provincia pacense, el modelo represivo de la llamada “Columna de la Muerte” a su entrada y, por último, la propia idiosincrasia de la región con respecto a la actitud de ambas provincias ante el golpe militar. Los datos que tenemos nos permiten crear un perfil del represaliado, y es el de una persona con una cierta participación política en organizaciones y agrupaciones de izquierda. Pero no se reprimía sólo a aquellos que tenían una implicación activa, sino en todos los grados, desde alcaldes hasta simples afiliados, o gente que sólo había mostrado simpatías hacia las políticas republicanas. Por ejemplo, hay penas de doce años de reclusión por haber acudido a manifestaciones antes del golpe. No obstante, en la provincia de Badajoz el perfil del represaliado indica que la violencia fue también social, porque era gente de una clase muy determinada, la mayoritaria aquí: campesinos, jornaleros, braceros y muchas profesiones artesanales, como zapateros, herreros o albañiles.
¿Destaca también en estos años la represión a la mujer?
Por el propio devenir de la represión, la mujer sufría esa violencia cotidiana, esas vejaciones, esa humillación, en un nuevo Estado donde a la mujer se le quitaron todos los derechos y fue ninguneada y casi invisibilizada. Fue una doble represión. Además a nivel procesal se la despreciaba. Según las sentencias, el hombre tenía una conciencia política, se identificaba con la izquierda y lo hacía mediante la razón. La mujer, si tenía una militancia de izquierda, estaba movida por un impulso, por unas bajas pasiones, era algo mucho más visceral. Uno de los casos más conocidos es el del alcalde de Castuera, Basilio Sánchez, que fue condenado a muerte y ejecutado por su cargo, acusado de ser líder y dirigente de la “revolución marxista” en el pueblo. A la mujer la ejecutaron también, por ser mujer del alcalde de Castuera y por lo tanto fomentar ese clima revolucionario. Hay muchos matrimonios y familias enteras que son represaliados.
¿Qué carácter tuvo la represión en esta zona?
En Badajoz no hubo guerra, hubo un frente pero no fue largo. La represión no fue porque un bando se enfrentase a otro, fue sistemática y muy intencionada, hacia una clase social muy concreta. No hubo un enfrentamiento de armas, se mató a la gente por una cuestión política y social. En la provincia de Badajoz se crea la bolsa de la Serena y hay una parte que queda bajo control franquista y otra bajo control republicano. Mucha gente de la parte franquista huyó hacia la zona controlada por la República. En Cáceres, los consejos de guerra empiezan a funcionar ya a partir del 36 porque la provincia se subleva desde el primer momento. En Badajoz no, se resiste de una forma muy dura. Cuando los africanistas llegan es cuando empiezan esas matanzas ejemplarizantes y esa “quema” del territorio. Aquí no hay guerra, aquí es matar. No había muchos efectivos. Las fuerzas del ejército franquista eran mucho mayores, con más material y experiencia. Había una gran desigualdad de fuerzas.
En su libro se centra sobre todo en la represión una vez acabada la guerra. ¿Quién queda por represaliar en los años 40 en Extremadura?
Queda la posible disidencia. La inversión en violencia que hace Franco desde el primer momento le va a permitir vivir de las rentas del miedo. Esa violencia no sólo elimina al que se ha significado, también corta, mediante el terror, la disidencia que pueda generarse. El régimen no se mantiene durante tantos años porque haya gente a favor y en contra, sino que hay una masa gris que es la que sostiene el régimen, gente a la que le da igual, gente que se adapta. Y la inversión que hace Franco en violencia durante los primeros años le controlar por el miedo los territorios que ha ido dominando. A finales de los 40 queda aún mucho guerrillero y gente que está militando en partidos clandestinos. En 1947 hubo un juicio a miembros del PCE clandestino en Almendralejo. Intenté indagar en ese proceso pero por falta de tiempo aún no he podido. Lo tengo pendiente. En el 45 empieza ya a descender la actividad guerrillera en la zona, sobre todo porque la acción de la Guardia Civil es muy efectiva, porque es brutal. La dictadura también se nutrió de gente muy, muy violenta, que realizó torturas, lo que conllevó una presión continua en los pueblos. Era el brazo armado más potente que tenía el régimen. La agrupación guerrillera que había en esta región se movía por el norte y este, por la zona de Herrera, que ya linda con Toledo y es más montañosa.
El alcalde de Badajoz fue capturado en Elvas, Portugal, y fusilado. También ejecutaron al de Castuera. ¿Hubo muchos cargos republicanos de primera línea asesinados?
Lo del alcalde de Badajoz fue un asesinato extrajudicial, en los primeros momentos de la guerra y sin juicio. En la zona oeste, la mayor parte de los dirigentes, como alcaldes, concejales, dirigentes de partidos, fueron asesinados en los primeros meses. Fue una limpieza brutal de esa cabeza política que se identificaban con la República. Había que eliminar a la república, física, cultural e ideológicamente. El castigo, como lo entiende el franquismo, es a través de la redención, es decir, si has actuado a favor de la República, has errado y por tanto mereces ser castigado por ello. El castigo va a ser muy duro y encima tienes que resarcir el daño que has hecho. Se hará mediante colonias penitenciarias, trabajos forzados, reconversión ideológica en prisiones, campos de concentración y en el día a día. Se adoctrina a todo un pueblo eliminando cualquier vestigio de la república.
¿Qué papel tuvieron las organizaciones clandestinas en Extremadura?
Durante la república, en el norte de Cáceres había mayor impacto de organizaciones anarquistas. En la provincia de Badajoz tenía fuerza el Partido Socialista, las casas del pueblo en cada localidad, la UGT y sindicatos agrarios. Sí que es verdad que luego dentro de la clandestinidad el que tuvo mayor peso fue el PCE. Sobre todo es el que más cobertura tuvo entre el exilio. En todo caso, es un tema que aún está siendo estudiado.
¿La represión franquista en la zona responde a las ocupaciones masivas de tierras que hubo en Extremadura en los años anteriores al golpe?
Sí, en aquellas localidades durante hubo ocupaciones de tierras, sobre todo los dirigentes fueron represaliados. En los consejos de guerra no suelen aparecer estos motivos. Las ocupaciones fueron un motivo más aunque el principal fue la significación política. En Montijo, por ejemplo, no hubo ocupaciones y fueron represaliadas más de cien personas, que son muchas en un pueblo de sus dimensiones.
¿Qué papel tuvieron campos de concentración como el de Castuera?
En Extremadura hubo varios, tanto en Cáceres como en Badajoz. Se crean por el propio devenir bélico. Durante la guerra se valla un terreno o se habilitan edificios para recluir a prisioneros. Normalmente son plazas de toros, como en Badajoz, que fue el primero, en Plasencia, en Trujillo y en Cáceres. En Llerena también, al que se llamó “el fusiladero”. La zona este, la Siberia, es la última que cae, coincidiendo con el final de la guerra y la caída de Cataluña. A medida que van subiendo a la cornisa cantábrica y llegando a Cataluña, hay tantos prisioneros en la zona de vanguardia que los comienzan a llevar a la retaguardia, a los campos de esta zona. Tienen una función práctica, que es la clasificación de prisioneros, basándose en los informes que llegan de sus pueblos de origen. Si ven que su actividad no ha sido tan negativa contra el alzamiento, empiezan a integrarlos en batallones de trabajadores para reconstruir el país, bien durante la guerra, construyendo fortines y trincheras, o después con empresas públicas y privadas. A partir de los 40 se integran en colonias penitenciarias, como las que hubo en Montijo, que son las que levantan todo el Plan Badajoz. El canal de regadío lo construyen presos de esta colonia. El campo de concentración de Castuera tiene una duración de un año aproximadamente y se estima que pasaron por él más de 8.000 personas. Es un campo muy grande. Fundamentalmente había extremeños, pero había también gente de otras procedencias.
¿No había cárceles suficientes?
Exacto, la prisión provincial de Badajoz estaba masificada. Durante toda la guerra hubo un problema de abastecimiento y falta de cárceles, por eso se hicieron campos de concentración. En Almendralejo, por ejemplo, había una cárcel que era un almacén de trigo. Imagina las condiciones, que ya de por sí eran insalubres en una prisión normal. De la provincia de Badajoz se mandaba gente sobre todo al norte o al sur. A muchas mujeres se las enviaba al norte, a cárceles femeninas como la de Amorebieta. El problema del llamado turismo carcelario es que también tiene una carga represiva, porque si estás aquí, en la cárcel de Badajoz, tu familia puede ir a llevarte comida, tienes una manutención externa y apoyo emocional. Pero si te mandan lejos y tu familia no tiene dinero, como era el caso la mayoría de las veces, era un problema.
De los represaliados fueron ejecutados una parte.
Claro, la represión no es sólo muerte. Hay muchísima gente en la cárcel, que lo pasa muy mal. Muchos mueren de enfermedades en ellas y en campos de concentración, otros muchos en los pueblos que se quedan sin nada porque le incautan bienes, reciben multas diarias, no tienen nada que comer, no pueden encontrar trabajo. Hay mucha gente que tiene que exiliarse, muchos a los que destierran, otros que tienen que vivir callados durante mucho tiempo. Eso es importante que se conozca. No con una intención revanchista, porque yo ya estoy harta de justificarme doblemente. Creo que se ha demostrado que no se va por ahí. No hay ni el 40% de las fosas exhumadas en toda España y hay muchas que nunca se sabrá dónde están. El problema es que para encontrarlas se necesita un testimonio oral y la gente se muere. Si además tienes una clase política que te dice que la gente se acuerda de su padre cuando hay dinero… si no te gusta el tema, vale, pero tampoco hace falta llegar a este extremo, olvidando todo respeto.
¿Crees que deberían las instituciones implicarse más con este tema?
Esto lo debería cubrir el Estado. Nadie tiene por qué poner de su bolsillo para costear una exhumación y abrir una fosa. En Extremadura las fosas se han abierto con voluntarios, dirigidos por un equipo arqueológico. Pero claro que necesitan dinero las exhumaciones, hay que pagar el material, el transporte y la manutención de los voluntarios durante el tiempo que dure. En las fosas de esta zona hay mucha gente. El modelo represivo que se usaba eran las sacas, con un número de personas elevado. En Llerena, por ejemplo, se exhumaron dos fosas, cada una con entre 30 y 40 cuerpos. Eso no se hace en un día, sino en un mes y medio. Yo estuve ahí. Vale que soy voluntaria pero el material y alojamiento son mínimamente necesarios para poder realizar esta labor.

7 comentarios:

  1. A poco gente puede convencer las publicaciones de Pio Moa sobre lo ocurrido en Badajoz. Una vez, por citar sólo un ejemplo, se atrevió a decir que algo así como que, cuando se realizaron los trabajos para la construcción del Palacio de Congresos de Badajoz, antiguo emplazamiento de la plaza de toros donde se cometieron fusilamientos por parte de los franquistas, el hecho de que no se hubieran encontrado balas, o pocas, no recuerdo bien, demostraba que allí no se habían cometido tales ejecuciones.

    Creo que sobran más comentarios al respecto.

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  2. Casquillos de bala quise decir. En dicha ocasión, Pio Moa al negar la matanza en la plaza de toros, aludió al testimonio presencial del periodista portugués Mario, "que constató que en aquellos días la plaza solo conservaba restos de un bombardeo sobre los camiones y material que los izquierdistas guardaban allí". Lo que no dijo Pio Moa, es que Neves muchos años después confirmó la matanza en la plaza de toros en una entrevista que le realizaron. Además, Moa, expresó lo siguiente sobre el asunto al que me he referido con anterioridad. " Recientemente, al derribar la vieja plaza, se hizo la preceptiva excavación arqueológica, que lo ha confirmado fehacientemente; se han encontrado restos de bombas de aviación y de cañón y UN SOLO CASQUILLO DE BALA DE FUSIL..."
    He respetado la parte del texto que viene en mayúscula que es tal y como lo he encontrado en la siguiente página, (encuentros digitales, el mundo.es, 23 de octubre de 2014) donde los internautas realizan una serie de preguntas a Pio Moa.

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  3. Por error he puesto que el encuentro digital se produjo el 23 de octubre de 2014, cuando en realidad fue en esa misma fecha pero en 2004.

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  4. El periodista que por error he puesto Mario, en realidad se trata de Mario Neves.

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  5. Respecto a lo del campo de concentración de Castuera habría mucho que decir; veamos lo que piensa un historiador castuarense(sí, es el sacerdote que tu piensas):La otra historia del campo de concentración de Castuera que no quieren contarnos. http://www.generalisimofranco.com/noticias4/F130607.htm

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  6. Conozco perfectamente lo que dice el sacerdote que nombras, gracias por visitar el blog.

    pincha aquí:

    https://www.youtube.com/watch?v=MAtWuuQbbQM

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