domingo, 24 de julio de 2016

REFLEXIONES SOBRE LA REPRESIÓN FRANQUISTA ( y 2)

Exhumación de una fosa de represaliados por el franquismo

“ Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte  y bien organizado. Desde luego, serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento aplicándoles castigos ejemplares para estrangular los movimientos de rebeldía o huelga”
              (instrucción reservada número 1 del general Emilio Mola)

Es innegable que estas premisas previas al Golpe de Estado anunciaban claramente las intenciones sanguinarias de los golpistas para los que no pensasen como ellos.

La aplicación de los bandos de guerra implantados por los fascistas fue un instrumento de primer orden al servicio de la represión  dando pie a miles de ejecuciones irregulares. En realidad, el sistema siempre fue el mismo. Ocupación a sangre y fuego de los territorios y “pacificación” de los mismos a través de la eliminación física de los considerados no afectos a la causa.  En las primeras horas tras las diferentes  ocupaciones de territorios, pocas esperanzas podían tener de seguir con vida aquellos que empuñaron un arma para defender la legalidad vigente, así como los dirigentes de las organizaciones y sindicatos de la izquierda o cargos públicos como concejales , presidentes de diputaciones o alcaldes del mismo signo político y en general todos aquellos que pudieran ser considerados afectos a la República por parte de los represores.

La justicia al revés.  La paradoja llevó a los auténticos rebeldes a acusar de rebeldes a los que no lo eran.  Bajo esta farsa, asesinaron, encarcelaron o depuraron a infinidad de españoles.

Es en  este periodo inicial de terror, hasta la implantación de los consejos de guerra, vulgar farsa judicial puesta en funcionamiento algunos meses después,  donde se dieron la mayoría de los casos de desaparecidos al no consignarse  estos crímenes,  salvo excepciones,  ni en los registros civiles ni en los de los cementerios.  Lamentablemente, estas personas asesinadas cruelmente siguen poblando nuestros campos ochenta años después sin que por parte de las autoridades se vislumbre  la adopción de medidas que ponga fin a esta ignominia histórica.

Hasta finales de los años cuarenta, los fascistas aplicaron el bando de guerra, aunque cierto es que el periodo de mayor actividad fue en los primeros meses posteriores al golpe de Estado. Después fue sustituido paulatinamente por los ya citados Consejos de Guerra.  Auxilio a la

rebelión, choque con fuerza pública o muerto a consecuencia de heridas de guerra, entre otros, son algunos de los disparates que se esconden detrás de esta represión encubierta realizada a través del bando de guerra.

La posición de debilidad en que se veían los sublevados tuvo mucho que ver con esta orgía de terror con que se desenvolvieron para paralizar  o reducir la reacción natural por parte de los defensores de la República, No obstante, hay que destacar que a pesar   esta sanguinaria represión  se produjeron multitud de acciones heroicas por parte de los que defendían la legalidad. Un buen ejemplo, hay muchos más, de lo que estoy comentando lo constituye la valerosa defensa de Badajoz los días 13 y 14 de agosto de treinta y seis.  A pesar de la inferioridad numérica y  escasez de medios, mandos y organización, algunos  centenares de personas se enfrentaron a los que ya se sabía que estaban asesinando por allí por donde pasaban, arriesgando así sus vidas. Sabemos que ya en la primera jornada fueron muchos los asesinados entre los defensores de Badajoz.

El caso es que no fueron pocos los rebeldes que consideraron este clima de terror como un instrumento necesario para ganar la guerra. En este contexto, cabe interpretar las palabras pronunciadas por el otrora  represor  de Badajoz y militar al frente de la Columna de la muerte, Juan Yagüe, en abril del 38 y  ya con la guerra casi ganada, cuando   pedía que cesaran los fusilamientos. Es decir,  hubo quien interpretó , así se lo inculcaron en las guerras en el protectorado de Marruecos, que la represión extrema  había que utilizarla sólo  mientras durase la guerra o incluso usarla para poder ganarla.

En cualquier caso, algunas voces de la familia franquista. se han oído en estos años considerando un error la continuación de la represión tras acabar la guerra. Uno de los más destacados en este sentido fue el historiador , Ricardo de la Cierva.

Vaya por delante, que esta consideración es igualmente errónea. No, esta represión implacable que en muchos casos no hacia prisioneros no debía haberse producido nunca , ni siquiera durante la guerra.

Sin embargo, Franco tenía otros  planes .  No le bastaba con ganar la guerra. Quiso, además, que por los siglos de los siglos no quedara nadie en nuestro país dispuesto a defender sus ideas si estas eran contrarias al  incipiente movimiento nacional.  Mucho menos iba a permitir que se produjeran en el futuro lo que él denominaba movimientos subversivos. De ahí que considerara que el escarmiento debía ser brutal y permanecer el tiempo necesario para que no

quedase ni la más remota posibilidad de que volviese a brotar en nuestro país  las idea de una República democrática .

Instrumentos al servicio de la represión  para después de la guerra fueron entre otras.

La ley de responsabilidades políticas, en vigor desde el nueve de febrero de 1939. Una nueva barbaridad jurídica les llevó a considerar de manera retroactiva el inicio de las actividades políticas sancionadas por esta nefasta ley, desde el periodo de octubre de 1934. Es decir, cuando los militares sublevados aún mantenían el juramento de lealtad a la república a la que servían. Juramento que por cierto se mantuvo desde el triunfo del Frente Popular hasta el estallido de la insurrección. Pongo de referencia este periodo porque ya sabemos que este resultado electoral no lo aceptaron y es cuando deciden declarar la guerra definitivamente a la II República. Como vemos, este hecho no impidió que siguiesen en sus puestos cobrando el sueldo y conspirando a la vez baja la aparente obediencia al régimen legalmente constituido.

Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo, aprobada el 1 de marzo de 1940, a través de la creación de un Tribunal Especial para la represión .

Los miles de muertos, encarcelados, depurados o exiliados de los que fue responsable principal Francisco Franco, fue la consecuencia de su obsesiva inclinación por mantenerse en el poder  no permitiendo que existiese la más mínima posibilidad de que tal hecho no se produjese. Incluso, a nivel interno, también reprimió el menor atisbo de rebelión entre los suyos.  La condena a muerte del dirigente falangista,  Manuel Hedilla, contrario a la unificación con los tradicionalistas, después conmutada por cárcel  debido a la mediación de Serrano Suñer,  la caída en desgracia del Arzobispo de Sevilla, Pedro Segura, por sus evidentes y públicos,  desencuentros con el dictador, el destierro dictado contra el destacado falangista Dionisio Ridruejo, o  el ordenado contra Juan Yagüe por expresar en algún momento alguna crítica al régimen son algunos ejemplos de ello. Tampoco se libraron otros militares de las consecuencias de los considerados  actos hostiles al dictador.  Ejemplos; Tella, destituido como gobernador militar de Burgos acusado de participar en una conspiración monárquica. Alfredo Kindelán, monárquico que defendía que el poder conseguido por Franco debía terminar tras la guerra y dar paso a Don Juan. Arrestado, su estrella empezó a declinar después de este episodio, o el Coronel Ansaldo, al que le impuso seis meses de arresto en Cádiz y que después huyó a Portugal por hechos similares, o el sanguinario virrey de Andalucía, Queipo de Llano, que fue víctima de un exilio encubierto en Roma , bajo el aparente cargo de agregado militar en la capital italiana y estrechamente vigilado por la policía española, debido a sus continuas divergencias con Franco al que despreciaba.

Claro, que con mucha razón algunos podrán pensar que ojala hubiera sido este tipo de represión la que hubieran sufrido los defensores gubernamentales o afectos a la república, en vez de la despiadada a base  de muerte, cárcel o exilio que les tenía preparada el inmisericorde general.

Por cierto, este último militar citado, Ansaldo,  dejó en su libro,  ¿Para qué?, una de las descripciones más desgarradoras y duras sobre  una organización que tuvo un papel muy activo en las prácticas represivas, Falange Española.

“…. Bárbaras doctrinas fascistas, que por mucho que sean el oropel filosófico con que se vistan,  muestran siempre, en su fondo,  los básicos sentimientos  de crueldad, barbarie,  violencia y tiranía que les dieron vida- y muerte- y que son tan viejos como el anhelo primitivo de imponerse, ya que no por la razón,  por la fuerza a sus semejantes” ( fuente, Wikipedia)

Que la represión, en sus diferentes modalidades,  durase hasta  finales  de los años cuarenta, aunque su etapa más sanguinaria  finalizase después de acabada la II Guerra Mundial,  hecho producido curiosamente  cuando los aliados pusieron su atención en la posibilidad de pedir cuentas a Franco por su apoyo a Hitler, nos da una idea de la alocada idea del dictador de eliminar físicamente a un buen número de españoles. Con ello, pretendió igualmente a través del terror eliminar igualmente las ideas de una parte importante de la sociedad.

No obstante, la perdurabilidad de las ideas democráticas en los españoles se puede considerar uno de los mayores fracasos del franquismo. Buena prueba de que Franco no consiguió ese objetivo lo tenemos en el ansia de libertad que se interiorizaba en la mayoría de la población española y que se plasmó en la masiva participación democrática que se produjo en los distintos llamamientos a las urnas  tras su muerte;   aprobación de la ley para la Reforma Política, Aprobación en referéndum de la Constitución y Elecciones Generales en junio de 1977.

En estos comicios se produjo un resultado que evidenciaba que las ideas políticas y la libertad de los españoles habían estado secuestradas, no muertas, durante aquellos fatídicos y largos años.

En dichas elecciones el PSOE obtuvo, 5.229. 460 votos, y 118 escaños,  el PCE, 1.655.704 votos y 18 escaños, Unidad Socialista: PSP-FPS, 799.376 votos, 6 escaños,  otras fuerzas nacionalistas y republicanas consiguieron más de 20 escaños. En cambio, las organizaciones considerados herederas del franquismo como Falange Española Auténtica,  o Alianza Nacional 18 de julio, sumaron entre las dos poco más de 100.000 votos y ningún escaño. La Federación de Alianza Popular , liderada por Manuel Fraga y que por entonces  se podría considerar una derecha no precisamente moderada y que atrajo parte del voto franquista,  obtuvo 1.469.870 votos y 16 escaños. El triunfo de la UCD, aunque por escaso margen, al obtener 6.220.899. votos y 165 escaños , demostraba que el país había tenido en cuenta los cambios producidos bajo la presidencia de Adolfo Suárez  y la certeza de que el camino que emprendió  nos llevaba a la democracia.

En síntesis,  los españoles mayoritariamente  optaron por la libertad y por enterrar definitivamente a Franco.

Ese fue su mayor fracaso , a pesar de que ni él ni sus compinches pagaron por los atroces crímenes que se cometieron tras el fallido golpe de Estado.


ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ, 23 de julio de 2016

4 comentarios:

  1. Cuando opino sobre los casos del castigo que recibieron los que podrían considerarse de disidencia interna, me estoy refiriendo exclusivamente a miembros destacados y conocidos de los sublevados. Por error he incluido a Manuel Hedilla, que este si que sufrió una pena de cárcel de varios años idéntica a la sufrida por miles de partidarios de la República. Por tanto, me refería a algunos casos de arrestos y destierros que se produjeron entre los rebeldes cuando he expresado que algunos pensarán que ojala el castigo infringido a los republicanos hubiera sido el mismo.

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  2. Cierto es que también hubo algunos casos de partidarios de la sublevación que fueron asesinados por los propios sublevados. Tal fue el clima de terror que crearon los rebeldes.

    Conviene recordar que los efectos de los crímenes y demás barbaridades que protagonizaron los fascistas, también los padecieron los familiares de las víctimas. Considerados muchos de ellos desafectos al régimen, sufrieron, persecuciones, vejaciones, palizas y penas de cárcel entre otras cosas.En medio del desamparo más absoluto por parte de las nuevas autoridades que no les reconocía ningún derecho tuvieron que recurrir muchos veces a la caridad de los vecinos.

    Además, se llegaron a producir casos en los que los fascistas asesinaron a familiares muy directos en represalia por no haber encontrado en los registros a la persona de la casa que buscaban.

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  3. Los golpistas no vencieron al ansia de libertad escondida en los españoles durante el franquismo, pero si se han llevado parte de mi propia historia familiar ya que se ha quedado escondida tras un muro de silencio que creó el terror de los fusilamientos y encarcelamientos iniciales..

    Ese pánico ha hecho que las generaciones posteriores a mi abuelo no podamos conocer que es lo que pasó durante la guerra en nuestra casa ni cuales eran los ideales que defendía porque era un tema tabú que siempre se cerraba antes de abrirlo con la frase "de eso no se puede hablar". En eso, reconozco que nos vencieron, pero sólo en eso.

    Un saludo

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  4. Ansaldo era un monarquico de extrema derecha que fue expulsado por José Antonio de Falange por oponerse este último a utilizar la violencia contra el movimiento obrero, José Antonio fue rotundamente claro en que bajo ningún concepto los falangistas se convertirían en matones al servicio de los patronos y latifundistas para romper huelgas. Ansaldo en venganza intentó asesinar a José Antonio, posteriorme Ansaldo colaboraria con el racista y ultraderechista PNV para conspirar contra Franco.

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