jueves, 3 de noviembre de 2016

Asesinatos en retaguardia



La pag. web Desde mi campanario, asociada al cura historiador Ángel David Martín Rubio, ha vuelto a publicar un artículo de Sigfredo Hillers de Luque presentado en 2014Sobre la famosa y falsa “teoría del empate” en la guerra civil 1936-1939. En este escrito defiende que los rojos eran muchos peores que los fascistas. ¡Donde va a parar!:
Ya sabéis… Tan brutos y tan salvajes eran unos como los otros… Tantas barbaridades, salvajadas e injusticias se cometieron en el bando rojo (bando republicano dicen los “rogelios”) como en el bando nacional (bando rebelde o bando fascista dicen ellos), etc. etc. Falso…. Comparemos, analicemos, pero sin caer en la maldita manía de la “teoría del empate”… a la que millones y millones de “oyentes” se adhieren, por pereza mental, para evitar la fatigosa tarea de investigar, de documentar sus afirmaciones, etc.
Considerando que un crimen es un crimen lo cometa hasta el santo más santo de todos los santos de la santería santa y santificada, el que esto escribe no se atrevería a hablar de empate, porque evidentemente existe una asimetría cuantiosa. Para Sigfredo no hubo empate ya que los "rogelios fueron infinitamente peores. Sigfredo lo resume así:
Un ejemplo reciente de lo difundida que está la falsa “teoría del empate”… Así escribe Pérez Reverte  (académico de la Lengua… no de la Historia):
 "¿En qué se diferencia el falangista que mató a Lorca del miliciano que mató a Muñoz Seca? En nada".
No, señor ignorante…   Vd., ateniéndose a los hechos históricos y no a su imaginación para que le cuadre la falsa “teoría del empate”, debería preguntarse   ¿En que se diferencia el falangista  que defendió, avaló  y ocultó en su propia casa a García Lorca del miliciano que mató a Muñoz Seca y  a decenas de otros “fascistas”?   Respuesta:   En mucho. Una diferencia abismal.
El falangista  que defendió, avaló  y ocultó en su propia casa a García Lorca fue Luis Rosales, falangista de Granada.  La denuncia contra  García Lorca, escondido en casa de Luis Rosales,   ante el Gobernador Militar de Granada,  procedió de Ruiz Alonso, dirigente de la CEDA en Granada…. Entérese bien… Lo sabe ya todo el mundo… menos Vd. No hace falta ir a Salamanca… Lo puede encontrar hasta en “Google”…
Alguna razón lleva Reverte, los asesinos no se diferencian en nada, tan asesinos fueron los que apretaron el gatillo en Paracuellos como los que lo hicieron en la plaza de toros de Badajoz. El problema de Sigfredo, es que parece que tan solo se lee los libros del cura Martín Rubio o los de Arrarás y cia. Porque es cierto que a García Lorca lo protegió un falangista, y que los hermanos Pla de Badajoz se escondieron en casa de un amigo carlista. Veamos, historias humanas de ese calibre seguro que la encontraremos en miles de familias de rojos y de azules. A los Pla los protegió un carlista ¿Quién lo asesinó después?

Si Sigfredo leyese, por ejemplo, a Francisco Espinosa Maestre, sabría que en Badajoz los "rogelios" durante "el terror rojo" asesinaron a 11 personas y que Espinosa ha documentado al menos, más de 1.500 asesinatos "azules" desde el 36 hasta la posguerra. En Aceuchal no murió nadie de derechas, sin embargo esas derechas se liquidaron a 32 personas. En Zafra, 0 derechistas muertos, estos mataron a más de 50 almas, en Almendal no murió nadie de derechas pero se asesinaron a más de 70 izquierdistas... Cientos de ejemplos más podríamos citar, pero no es mi tarea ni el lugar.

Mucho se ha avanzado en analizar y cuantificar la represión franquista, y parece que Sigfredo ha pretendido "evitar la fatigosa tarea de investigar, [y] de documentar sus afirmaciones", si no, no se entiende. A nosotros nos gusta investigar, no en los archivos, eso es tarea de profesionales, pero si devoramos la historiografía reciente.

En Violencia roja y azul, ed. por Francisco Espinosa y firmado por José Mª García Márquez, Pablo Gil Vico y José Luis Ledesma, nos retratan la represión en ambas retaguardias. Como ve Sigfredo, los "rogelios" no esconden la represión "roja". En esta obra, excelente por otra parte, volvemos a constatar esa asimetría evidente entre ambas represiones.

En la Rioja no hay registrado ni un solo asesinato de la izquierda, como premio los azules asesinaron a 2.000 personas inocentes. En Canarias lo mismo, 0 derechistas muertos y 2.600 asesinatos por la violencia azul. En Galicia fue mucho peor, la patria chica de Franco se libró de la saña "roja", cero asesinatos de personas de derechas y 4.265 "rogelios" enviados a las fosas comunes. En fin, quien quiera saber más ahí está el libro.

Con esto no se pretende quitarle hierro a la violencia en la retaguardia republicana, ni mucho menos, tan solo queremos mostrar la realidad como fue:

  • Represión franquista: 130.199. Esta cifra debe de ser revisada al alza,. En Extremadura se calculaban 10.000 asesinatos, hoy sabemos que llegaron a 12.000
  • Represión republicana: 49.272. Desmontadas la falacias de las "cifras exactas" del general Salas Larrazabal -cifras a las que sigue acudiendo los historiadores profranquistas-, esta cifra poco podría variar. La represión en zona leal se investigó concienzudamente en La Causa General. Depurada esta y evitadas duplicidades esta es la cifra final.

Sin duda la cifra de 49.272 son unos números nada desdeñables que causaron mucho sufrimiento y por eso nadie debe de justificar esos crímenes. Aunque no se les pueden achacar al Gobierno republicano, estos asesinatos se produjeron por el desmembramiento de los pilares que mantenían la legitimidad y la legalidad republicana. La represión Azul por otro lado perseguía un fin de exterminio a la vez de terror.

Juana Josefa Goñi fue asesinada cuando estaba embarazada junto a sus 6 hijos y lanzados a una sima. Se sabía de este asesinato por la memoria oral, pero ninguna investigación oficial podría aclarar si eso fue cierto o no. Gracias al forense Francisco Etxeberria sabemos que esto es cierto, ha encontrado en la sima donde se creía que estaban sepultados los restos de la madre y los hijos varios huesos que confirmarían tal atrocidad:
La terrible historia de Juana Josefa Goñi Sagardía y seis de sus siete hijos (el mayor se salvó porque estaba con el padre trabajando en el monte) se extendió pronto aquellos días de agosto de 1936 en el valle de Malerreka, el que Pío Baroja llamaba el país del Bidasoa. La mujer, de belleza extraordinaria, dicen los que supieron del relato por boca de sus mayores, había salido huyendo del pueblo, Gaztelu, amenazada por los vecinos que aquellos días anidaban las peores intenciones; se refugió, embarazada del octavo hijo, en un chamizo de la montaña con todos los críos. No muy lejos de allí estaba la sima. Mandó recado a su marido, que fue encarcelado al bajar al pueblo. Nada pudo hacer. La noche del séptuple crimen se oyeron cuatro tiros de escopeta. Nunca más se supo de la familia. Las leyendas y los secretos a retazos apuntaron siempre a aquel pozo. El País
Traigo esta terrible historia a colación por si alguien nos quiere recordar los asesinatos de monjas y curas, que siendo asquerosos, estos salieron a la luz inmediatamente y hasta que no hemos ido a las cunetas, no hemos podido rescatar del olvido tan sanguinarios crímenes. 

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo. Los crímenes perpetrados por los fascistas fueron mucho más numerosos. Además, mataron hasta mucho después de acabada la guerra que habían ganado. No hubiera tenido ninguna justificación, los crímenes nunca la tienen, que hubieran matado con cierta proporcionalidad a lo que hicieron con anterioridad los republicanos, pero es que ni siquiera fue así.

    Un ejemplo. En Mallorca, murieron tres religiosos mientras la isla estuvo bajo control republicano. Pues bien, los fascistas mataron a tres mil personas en siete meses. Es decir, a razón de quince personas a diario.

    En Badajoz, otro tanto de lo mismo, y así podríamos seguir.

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  2. Exacto, pero el neofranquismo sigue erre que erre e ignorando todo lo que se ha descubierto hasta ahora

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