domingo, 5 de marzo de 2017

ASESINATOS EN LA PLAZA DE TOROS DE BADAJOZ (Y 2)

Aspecto exterior de la desaparecida (gracias al PSOE) plaza de toros de Badajoz durante los años 80. (foto E. Vidarte)
Antes de continuar con el tema  que nos ocupa, quiero hacer un breve inciso, estamos inevitablemente supeditados a la actualidad, me pregunto, dónde está la coherencia en quien hace unos años decía que la mayoría de los cronistas coincidían en que en Badajoz hubo unos mil quinientos muertos a partir del ataque de los franquistas,  y ahora en cambio dice que muchos de esos cronistas expresaron que no pasaron de quinientos entre muertos en combate y represaliados  . Espero que se entienda que  la mayoría y muchos son términos incompatibles cuando expresan en distintos momentos ideas diferentes.  Si la mayoría opina de una forma lo lógico es pensar que el resto  deben ser pocos.   Por otra parte, no digo que no exista, pero a bote pronto no recuerdo ninguna crónica de los periodistas que estuvieron en Badajoz donde se dijera  que el total de muertes producidas , entre bombardeos, ataque terrestre y represión,  fuera inferior a quinientos. Una de dos,  o no dieron ninguna cifra o la que dieron fue claramente superior. Otra cosa bien distinta es que algunos  dieran la cifra de 500 pero refiriéndose sólo a los que  murieron defendiendo la ciudad. ¿Equivoca a estas alturas una cosa y la  otra?  Me extrañaría.

En este caso, no se trata de una nueva polémica sobre el número de víctimas, sino de un cambio de posición sobre cómo interpreta ahora las crónicas después de varios años. Eso sí, no aporta ningún dato que avale su nueva postura.  También habla de un trabajo que está por hacer. Nosotros nos limitamos a analizar las crónicas aportadas hasta la fecha en la obra, La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda de la que es coautor. 

Me estoy refiriendo a Moisés Domínguez ,  quien recientemente ha  manifestado esta y otras cosas en  una entrevista radiofónica   de la que se hizo eco nuestro amigo Juan Antonio en la entrada, La ¿gentuza?  del Frente Popular.  Ocurrió en Radio Intereconomía en el programa Una hora con la historia, dirigido por Kiko Méndez y el exitoso Pio Moa.

 Corría el año 1986, cuando el diario HOY conmemoraba el 50 aniversario de nuestra guerra con la publicación de un  libro en  fascículos coleccionables, creo recordar que se entregaba a diario, La Guerra Civil en Extremadura, 1936-1986, de Juan García Pérez y Fernando Sánchez Marroyo. Entre los interesantes testimonios aparecidos en esta obra, hoy quiero referirme a la que proporcionó Agustín Carande Uribe, jefe local de Falange en aquellos años. Carande, opinó que se había exagerado el tema de la represión. Reconoce los fusilamientos en la plaza de toros aunque admite que fueron bastante menos de mil y que ni siquiera llegaron a cientos,

Independientemente de la valoración cuantitativa que hace de los fusilamientos en la plaza de toros que a mí me resulta escasa,   lo realmente destacable es que no tuvo ningún problema en reconocer que allí se fusiló.  En este caso, cobra un mayor valor si tenemos en cuenta que las declaraciones las hizo alguien que estuvo del lado de los golpistas. ¿Qué interés podía tener en decir una cosa que no se correspondiera con  la realidad de los hechos? Yo creo que está bastante claro que dijo la verdad.

En cualquier caso, hemos visto como en aquella época, cuando se publica el libro, todavía no habían aparecido los mal llamados revisionistas y por tanto no existía aún ninguna corriente, ¿acaso contracorriente? que pusiera en tela de juicio lo ocurrido en la plaza de toros. 

Ya hemos hablado sobradamente del importante libro de Francisco Pilo Ortiz, Ellos lo vivieron, autoedición aparecida en 2001, con posterioridad salió una versión corregida y aumentada también de indudable interés. En él aparecen dos testimonios fundamentales para el esclarecimiento de los hechos de la plaza de toros. Uno es el del qyudante del conductor que trasladó los cadáveres desde el recinto taurino hasta el cementerio y el otro corresponde a una persona que estuvo preso en dicho lugar.

El primero, de manera muy precisa y pormenorizada cuenta infinidad de detalles sobre los hechos que le dan una credibilidad apabullante.  Habla de las personas que ve en la plaza de toros; falangistas, legionarios, guardias civiles…, estos de pie como en formación, que coincidiría con otros testigos que opinan que los miembros de este cuerpo formaron parte de los piquetes de ejecución, y sobre todo, es destacable cómo cuenta el episodio de la incineración que se produce   en el cementerio en la  madrugada del  16 de agosto.  El contenido de la  crónica censurada por las autoridades portuguesas al periodista Maria Neves y que muchos años después la publicó  él  en su libro, La matanza de Badajoz, coincide punto por punto con lo que este testigo le contó a Francisco Pilo. Neves habló con un cura sobre las 4 de la tarde del 16 de agosto en el cementerio, muy probablemente el mismo que cita el testigo que vio esa noche, el cual le dice al periodista portugués que han tenido que empezar la incineración de los cuerpos a las 6 de la mañana de ese día. El muy “piadoso” sacerdote le explica que se lo merecían y que lo están haciendo por higiene.  Pues bien, este testigo le contó a Pilo que esa  jornada en el segundo viaje que realizan al cementerio  ya están quemando los cuerpos y que parecía como si algunos muertos se quejaran al arder. Teniendo en cuenta que ese día han comenzado los traslados de cuerpos a las 4 y pico, primer viaje,  parece más que razonable pensar que la escena que está contando estuviera ocurriendo sobre las 6 de la mañana aproximadamente.

Es tal la coincidencia de datos aportados por este testigo presencial , que se nos hace imposible no situarlo en aquellos momentos en el cementerio.

Por cierto, este hombre le contó a Pilo para el libro, que en la primera jornada después de realizar el trabajo en la plaza de toros, le encomendaron la tarea de recoger cadáveres por las calles de Badajoz para su traslado al cementerio. Terminó a las cuatro de la tarde y dice que hubo otras personas que al igual que él se encargaron de la recogida de muertos.  Considerando las palabras de Mario Neves que escribió en una de sus crónicas que el 16 de agosto a primeras horas de la tarde ya estaban casi todos los cuerpos en el cementerio, es decir, casi 48 horas después de la entrada de los fascistas,  nos hace pensar  que el dato ofrecido en algunas crónicas de entre 500 y 800 muertos  entre los defensores,  sabemos que muchos de ellos fueron rematados o asesinados tras la rendición, es bastante verosímil.

El otro testigo, contó que estuvo casi diez días apresado en los toriles del recinto donde vivió en primera persona, están junto a él, su padre y un hermano, los terribles fusilamientos que dice  se inician al día siguiente de su apresamiento que fue el 14 de agosto.  Cuenta que son llamados de 20 en veinte por un cabo de la legión para ser llevados al ruedo donde les esperaba un piquete de ejecución formado por guardias civiles. Menciona una camioneta chica donde los llevaban, cree que al cementerio. Luego volvían a llamar a otros veinte y así…..

Expresó  que al quinto día , y tres días después,  es llamado para que salga al ruedo para ser fusilado.  Sólo la providencia evita su muerte en ambas ocasiones  cuando es sacado in extremis de tan fatídico lugar.

Hay un dato aportado por este hombre que resulta revelador. Le habla a Francisco Pilo de un desnivel de aproximadamente un metro que había en la puerta de entrada a los toriles donde él se encontraba. Este dato lo confirma el autor aportando incluso una fotografía donde se aprecia claramente.

Del relato de este hombre se desprende que durante casi diez días no habrían cesado de producirse asesinatos en la plaza de toros.

Sabemos que hubo ejecuciones  junto a las tapias del cementerio de Badajoz el 17 de agosto, probablemente fuera en la madrugada del 17 al 18,  y en la del 19 al 20,  esta última fecha la ha aportado algún familiar de algunas de las víctimas,  pero eso no quiere decir que no se estuvieran cometiendo asesinatos en las mismas fechas, e incluso antes y después, en la plaza de toros de Badajoz.

Mi impresión es que durante los días que estuvo Yagüe en la ciudad, desde el 14  hasta primeras horas de la mañana del 19 de agosto, se estuvo asesinando en la plaza de toros, en el Campo de San Juan, en los fosos del cuartel de la Bomba y en otros lugares como fue el cementerio. Después, probablemente el recinto taurino se convirtiera exclusivamente  en lugar de concentración de presos para ser ejecutados en otros lugares. Se habla del mencionado cementerio, cercanías del Tiro de Pichón, por el cuartel de Sancha Brava…..

Ahí puede estar la confusión. El hecho de que durante un tiempo, no sabemos con exactitud cuánto, dicho lugar fuera sólo de reclusión de presos, no conlleva que con anterioridad  no lo fuera también de ejecuciones durante unos días.


ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ, 3 de marzo de 2017

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