martes, 13 de junio de 2017

Excelente artículo de Francisco Espinosa Maestre sobre la irrisoria laicidad de Podemos. De alcaldes podemitas y homenajes póstumos

María Fidalgo Casares

Esto lo compartía ayer un amigo por las RRSS después de haber leído la entrada anterior:
Hasta hoy ha habido que esperar para que el Ayuntamiento de El Ferrol, su localidad natal, se reúna y apruebe la colocación de una placa en homenaje y reconocimiento a Ignacio Echeverría, brutalmente asesinado en los recientes atentados de Londres. La razón que esgrimió en principio el alcalde podemita de esta localidad es que no Echeverría no tenía vinculación con la ciudad. Que cada cual saque sus conclusiones.
Tengo la sensación de que debo explicarme rematadamente mal, eso o es que falta la compresión lectora. Como mi amigo es una persona que ha leído bastante y escrito algunos interesantes artículos para este blog, debe de ser que no sé escribir de forma eficiente para que se me entienda correctamente. Y digo esto porque si después de haberme leído, mi amigo sigue sosteniendo que el alcalde podemita -a mi amigo le chifla el termino podemita-, en un principio había dicho que "Echeverría no tenía vinculación con la ciudad". Esas palabras jamás salieron de la boca del alcalde y no dejan de ser del todo cierto. Echevarría, que en paz descanse, nació en Ferrol accidentalmente, es decir, sus padres residían en As Pontes, y su madre fue a dar a luz a  Ferrol al contar con el centro hospitalario público de referencia en las comarcas de Ferrolterra, Eume y Ortegal, pero nunca llegó a residir en este municipio, ya que, tras recibir el alta médica, se marchó al domicilio familiar situado por aquel entonces en As Pontes. De todas formas, Echevarría tendrá su homenaje en su ciudad natal de conveniencia.

La jugada fue la siguiente, el día 7 se comunicaba oficialmente desde Londres que Echevarría había sido asesino por unos terroristas. El Ayuntamiento lo lamentaba: "Desde el Ayuntamiento de Ferrol lamentamos profundamente la confirmación de la muerte de Ignacio Echeverría, el joven nacido en Ferrol que dejó su vida en Londres en defensa de la vida y las libertades contra la injusticia y la barbarie terrorista y terrorífica". Dos días después, el día 9 -viernes-  el Consistorio se reunía y el resultado de esa reunión era el siguiente: "La junta de portavoces del Ayuntamiento de Ferrol ha acordado hoy la colocación de una placa en memoria de Ignacio Echeverría, nacido en la ciudad y asesinado en los recientes atentados de Londres". -el resultado de la reunión se comunicaba el lunes día 12 por haber sido fin de semana- No vemos ningún problema por ningún lado. ¡Ah sí!, que el alcalde es de Podemos y tenemos que inventarnos algo para meterle cizaña.

Todo este embrollo viene por un artículo malintencionado de María Fidalgo Casares en donde se reconocía que "La jefe de Prensa del Concello de Ferrol confirmaba la mañana de este viernes [día 9] a XYZ que se reunirá la Junta de Portavoces y ya decidirá si se le dedica un espacio…".  Con este antecedente, o sea, con la reunión del día 9 y sin saber el resultado de aquella reunión, María Fidalgo Casares se precipitaba al escribir. "La ciudad natal de Ignacio Echeverría niega rendirle cualquier homenaje". Da igual, gracias a esta información averiada consiguió su minuto de gloria:
Este fin de semana me vi obligada a escribir un artículo que publiqué en la prensa nacional y en la prensa sevillana sobre el ninguneo del gobierno municipal al héroe del monopatín en su ciudad natal -que también es la mía- Ferrol.. ipso facto una decena de webs se hacían eco del artículo algunas citándome otras no pero eso no era lo importante... unos medio millón de lectores vieron la noticia el fin de semana en todas las webs. Al final lo conseguimos (María Fidalgo Casares desde FaceBook).

Nunca manipular había sido tan fácil. Si ahora no me entienden lo siento, pero más claro no puedo escribir.

A quién seguro que entenderán, sin mayor problemas, es a Francisco Espinosa Maestre, que ha escrito un artículo en Público (diario afín a Podemos). Se trata de una crítica directa a Kichi, Juan Carlos Monedero y a Teresa Rodríguez , por la condecoración de una ¡Virgen! ¡Ay la virgen!

La religión es un problema parasitario y enquistado en lo más profundo de la sociedad.

Kichi, el nazareno laico


La Medalla

Por iniciativa de la orden de los dominicos y del PP, y mediante propuesta avalada por seis mil firmas, el ayuntamiento de Cádiz presidido por José María González Santos “Kichi”, del grupo Por Cádiz Sí Se Puede (Podemos), ha decidido recientemente conceder la “medalla de oro” de la ciudad a la virgen del Rosario, patrona de la ciudad desde 1867 y alcaldesa perpetua desde 1967. Conviene señalar que el 24 de este mes de junio, coincidiendo con el 150 aniversario de la designación de la imagen como patrona de la ciudad, tendrá lugar una magna procesión en la que colabora el Ayuntamiento. El único grupo que no apoyó la iniciativa ni en la comisión previa ni en el Pleno fue Ganar Cádiz en Común (IU). Basó su decisión en que, según el reglamento, solo puede otorgarse dicha medalla a personas físicas o jurídicas y no a imágenes o figuras. El resto de los partidos, PP, Podemos, PSOE y Ciudadanos, votaron a favor. Como era de esperar la noticia causó de inmediato polémica por estar relacionada con una opción política, Podemos, que supuestamente apoya el laicismo, por más que el mismo González Santos,  siendo ya alcalde de Cádiz, hubiera llamado la atención al aceptar recibir la medalla de “Hermano de la cofradía del Nazareno”.

En esas estábamos cuando el 28 de mayo apareció en Público un artículo de Juan Carlos Monedero titulado “¡Ahí va, la virgen!” favorable a la decisión del alcalde de Cádiz y en el que puede leerse que “Kichi” es alcalde “de todos los gaditanos”, que “hace bien en escuchar al pueblo” y que es alcalde “sin ayuda de la virgen, porque dios nunca abandona a un buen marxista”. Sin comentarios. Unos días después, el 2 de junio, Teresa Rodríguez, coordinadora de Podemos en Andalucía, declaraba en la SER que “la Semana Santa, la patrona, los símbolos, no son de la Iglesia ni del Estado. Son del pueblo”. Respecto a la extrañeza manifestada por algunos en el asunto de la medalla procedía, según ella, del error que conlleva pensar que “nuestra identidad es diferente a la del pueblo”. Añadía: “Nosotros no somos sectarios. (…). Somos coherentes. Se puede defender esta medalla y reclamar, al mismo tiempo, que la Iglesia pague el IBI”. Finalmente daba dos argumentos para justificar la entrega de la medalla a la virgen: que lo “pedía la gente” y que la semana santa “tiene que ver con la gente”, “trasciende lo religioso” y “tiene que ver con lo que la gente piensa y respira. Y nosotros no somos diferentes del pueblo al que queremos representar”. Otra vez sin comentarios.

Dos días después era Pablo Iglesias el que declaraba al Diario de Cádiz que, pese a sus dudas iniciales, “Kichi” lo convenció: “Me habló del carácter de dignidad popular que significaba esa Virgen y que en una ciudad como Cádiz, con esa tradición anarquista y liberal, esa Virgen, tan vinculada a las cofradías de pescadores, no va unida al conservadurismo como nos podría parecer desde fuera”. Lo mejor sin duda era el final: “Yo creo que Kichi lo ha manejado de una manera muy laica en el sentido de que se trata de una muestra de respeto a los sentimientos populares, demostrando que hay que convivir con distintos pareceres y tradiciones. Los urbanitas de izquierdas tenemos que aprender a respetar esas tradiciones tan arraigadas en el pueblo”.

Si estas ideas vinieran de donde suelen venir habitualmente no hubiera pasado nada. Lo llamativo es que vengan de la izquierda o, más concretamente, de una izquierda de la que podría pensarse que estaba al margen de estas veleidades ideológicas. Los que vivimos la transición recordamos los equilibrios que algunos tuvieron que hacer para conllevar su militancia en partidos de izquierdas con su pertenencia al mundo cofradiero. Solían justificarlo entonces diciendo que eran costumbres paganas. ¿Cómo olvidar aquellas decadentes semanas santas de fines de los años setenta? Parecía que aquello se acababa. Podría haberse apostado entonces por otros rituales cívicos más acordes con la nueva situación, pero era más fácil seguir con lo de siempre y eso es lo que se hizo a partir de 1982.

Por otra parte, con estas ideas justificadoras de la medalla se puede llegar donde uno quiera. Ya se sabe que las palabras lo soportan todo, pero decir que “Kichi” ha manejado la decisión de entregar una medalla a una virgen “de una manera muy laica” pone el listón muy alto. ¿Se puede hacer tal cosa de una manera laica? Lo verdaderamente laico hubiera sido haber respetado el reglamento municipal y rechazado como alcalde la intervención del Ayuntamiento en este asunto, y que a título personal y en privado José María González Santos se hubiera puesto al servicio de los dominicos para lo que gustaran.

Las cuestiones religiosas pertenecen a la esfera privada. Y entre esas cuestiones están incluidas todas las que dependen de la Iglesia por muy populares que sean. Un cofrade podrá ser agnóstico, pero desde el momento en que participa en rituales católicos entra en el ámbito de la Iglesia católica. Es desde la convicción de que la religión y sus ritos pertenecen a la vida privada de cada uno desde la que se reivindican hechos tan simples como que la religión salga de los ámbitos públicos, desde la enseñanza hasta la sanidad pasando por todo tipo de actos del Estado y de la Administración en todos sus niveles. Y es también desde ahí desde donde cabe exigir a las autoridades civiles que dejen de asistir como tales a eventos religiosos. Que vayan privadamente, pero no como cargos públicos.

Dicen que entregan la medalla a la virgen porque son pueblo y respetan las tradiciones populares. Olvidan que hay otro pueblo que va en otra dirección y que no se siente representado en decisiones como esta ni se reconoce en toda la parafernalia que acarrean los rituales católicos, que soportan estoicamente a lo largo de todo el año. Si quieren representar a todo el pueblo deben estar por encima de la cuestión religiosa y de sus manifestaciones. Su deber es atender las necesidades municipales de todo tipo pero sin implicarse en el terreno de las creencias. ¿Qué hace un Ayuntamiento entregando una medalla a una virgen? Suena a lo mismo que cuando el tal Fernández Díaz ministro de Interior hizo otro tanto: suena a reminiscencia franquista, lógica en el caso de Fernández e incomprensible en el caso de un alcalde que se dice de izquierdas. Realizar cesiones en este sentido para no perder votos ya sabemos que tarde o temprano acaba beneficiando a la derecha. El número de firmas da igual. ¿Qué tiene que ver el Ayuntamiento en esto y cómo es posible decidir tal cosa por unos pliegos de firmas?

Por otra parte, como bien sabemos en este país, el concepto de “lo popular” da para mucho. ¿Habrá algo más “popular” que la romería del Rocío? Durante la primera etapa de la II República sirvió para desestabilizar la situación política y para preparar el terreno de cara al golpe de Sanjurjo en el que sería su principal escenario: Sevilla. No puede imaginarse lo “popular” que resultó que una masa alentada por la burguesía agraria con la virgen del Rocío en ristre y con un cura en cabeza ocupara el Ayuntamiento de Almonte tras expulsar y detener a las autoridades. Y es que en España la religión siempre ha constituido un instrumento al servicio de la derecha. Lo fue en el siglo XIX, en el XX y en lo que va del XXI. Iglesia y dictadura fueron una misma cosa y debe dar tal miedo el poder de la primera que nadie desde la transición se ha atrevido a plantar cara a la anómala situación existente. La estrecha relación entre Iglesia y Estado y entre religión y política debe desaparecer, aunque solo sea por las terribles consecuencias que ha tenido en nuestra historia y sin olvidar además que dicha unión ha traído siempre más beneficios a la primera que al segundo. Sería la única forma de superar no ya los brotes anticlericales, cosa del pasado, sino la presión clerical, cosa del pasado y del presente.

En España la Iglesia ocupa un espacio muy superior al que le corresponde. Da igual que su influencia esté en decadencia. Ahí sigue recibiendo miles de millones de todos y pontificando urbi et orbi sobre todo lo que le viene en gana. ¿A quién representan los obispos y la Conferencia Episcopal? ¿Acaso a la sociedad española? Pues bien, esta Iglesia es la misma que controla la semana santa por muy “popular” que esta sea. Pensar que es del pueblo es ignorar que la Iglesia tiene experiencia de siglos en manejar estas cuestiones y sabe cuándo dar más cuerda y cuándo reducirla sin perder nunca el control. Y quien tenga duda que eche un vistazo a los boletines cofradieros.

En cuanto a que los urbanitas de izquierdas debemos aprender a respetar las tradiciones hay que decir que dichos urbanitas estamos hartos de soportar “tan arraigadas tradiciones”: hartos de ensayos y de procesiones sin fin, de cohetes, de interminables toques de campanas, de cornetas y tambores, de alardes eclesiástico-populares de todo tipo e incluso de actos y celebraciones en lugares públicos que recuerdan a las “misiones interiores” de los años cuarenta. Porque para la Iglesia, cuyo victimismo no tiene límites, no existen los espacios cívicos. La calle es suya. Todo es suyo.

José María González Santos “Kichi” decidió cambiar el retrato de rey que presidía su despacho por el de Fermín Salvochea. La prensa resaltó el gesto al igual que su participación anterior en una comparsa de carnaval en la que se decía: “Si yo fuera alcalde de Cádiz sería un alcalde como Salvochea”. Pero no es tan fácil. Este, alcalde de la ciudad durante la I República (1873-1874), fue un firme partidario de la separación Iglesia/Estado. En su primer año como alcalde suprimió las fiestas religiosas sustituyéndolas por fiestas cívicas, cambió los nombres de santos que tenían las escuelas municipales por los de principios y virtudes, y sustituyó la enseñanza religiosa por clases de moral universal. Algunos escritos suyos harían que aún hoy cayese sobre él la “ley mordaza”. Me pregunto qué pensaría Salvochea, que mantenía que el Ayuntamiento debía mantenerse ajeno a toda religión, de la entrega de la medalla a una virgen por parte de un alcalde de izquierdas. Lo que es seguro es que la curia y la derecha gaditana verán con agrado que la pasión que el actual alcalde de Cádiz siente por Salvochea se limite a tener su retrato en su despacho.

6 comentarios:

  1. Espinosa parece desconocer que sólo existen dos países europeos constitucionalmente laicos : Francia (que por cierto, conserva el concordato napoleonico de 1801 en Alsacia-Lorena) y Turquía (sí leíste bien, Turkia por herencia del masón Attaturk). Espinosa debería leer a Messori : Messori El vuestro es un país extraño, donde se olvidan las verdaderas glorias de vuestra historia http://www.religionenlibertad.com/messori-el-vuestro-es-un-pais-extrano-donde-se-olvidan-las-375.htm vía @relibertad

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  2. Urbanita abarca mucho, decir que los de izquierdas están hartos de esto o aquello es mucho suponer. Quizá en un lugar muy determinado en un tiempo muy determinado......,quizá podrían estar todos más o menos de acuerdo en cuestiones religiosas, o de otro tipo incluso.
    Si siempre asociais iglesia y derecha, favorece que los de ambos y extremos asocien izquierda y ateismo/agnosticismo...o más aún...anticreyentes. Eso es interesado y no es correcto. Interesado para algunos unos y algunos otros....los más "interesados" claro.
    Que los creyentes de izquierdas existen, muchos...leñe, que parece que es incompatible. No hay incompatibilidad entre ser creyente y ser de izquierda, homosexual o lo que sea, rico o pobre, etc y etc...Y vivir unas tradiciones, algunas paganas reconvertidas...por lo de la inculturización.
    Ya que concuerde mucho, poco o nada con el mensaje de Jesús, es otra historia, la gente en tamaño pueblo vive lo que le ha entrado. Y por ello podrá hacer buenos actos, otros malos y otros indefinibles a ese respecto....para ellos evidentemente malos no serán.
    Es difícil sacar las creencias de la vida pública y lo que viene lo favorece aún menos.
    A mi las medallas me parecen una petardería, pero es una opinión personal. Ya a la Virgen....!! Creo que está por encima de todas estas cuestiones mundanas.

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  3. Parece que por aquí para mucha gente que piensa que las palomas te pueden dejar preñada. Salud y Republica

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  4. Es chocante que todavía haya gente que crea que nosotros creemos que una paloma te puede dejar embarazada....¡será un palomo!
    La paloma o el palomo es una "representación" del Espíritu Santo, que "aparece" en el Nuevo Testamento en el bautismo de Jesús; en ese momento concreto.
    Es una representación que, como con otros animales, el ser humano ha dotado de una simbología.
    Por estos lares, para quien le da la gana y permite el jefe (como demócrata que es).

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    1. Democracía y religión?. Me salta el corrector ortográfico.

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  5. Encantado de que pares.Cada vez que te leo mas fuerte me hago. Gracias

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