18 de julio, comienza el Holocausto Español.Segunda parte

A la República se le achacan unos males sociales, que desde luego no había creado, y que le tocaría al menos intentar resolverlos (con la oposición feroz de la derecha). Injusticias sociales, privilegios que enfrentaban a los propios militares. Había descontento en ciertos sectores del ejercito que no veían con muy buenos ojos los ascensos por méritos de guerra. Los grados de analfabetismo alcanzado en la España de principios del siglo XX eran alarmantes. En resumen, una España analfabeta y pobre, donde los privilegios de la iglesia hacían que gran parte de la población mirara con recelo al clero y, donde las jornadas de sol a sol por jornales de miseria hacían que el odio acumulado durante decenios por los parias de la tierra estuviera a punto de estallar. La II República había heredado todos estos males de la ineficaz monarquía que, mantuvo España en el culo de Europa. La proclamación de la II República trajo grandes esperanzas provocando  manifestaciones de júbilo en grandes sectores de la población. Debemos entender que casi el cincuenta por ciento de la población vivía del sector primario.

En el Bienio Reformista, Azaña intentó unos cambios que la derecha no estaba dispuesta a consentir. La Reforma militar, Agraria, de enseñanza, autonomías, ley del divorcio  eclesiástica, etc. Azaña se había inspirado en la III República francesa para llevar a cabo dichos cambios sociales. La reforma agraria por su timidez no contentaba a los más necesitados que veían con impaciencia que la tan ansiada reforma  pasaba de largo ante sus propias narices. El Bloque Agrario Católico y los caciques eran un importante lastre para que los campesinos pudieran acceder a ese bien tan preciado y tan vital para su subsistencia, LA TIERRA. Los sucesos de Casas Viejas dieron al traste con el ejecutivo de Azaña convocándose nuevas elecciones, esta vez ganadas por las derechas. Por primera vez las mujeres podían acceder al voto. En ciertos sectores de la izquierda vieron en el voto de la mujer la principal causa de la pérdida de las elecciones, pero el motivo más probable fue la abstención del voto anarquista que veían al régimen republicano como una república burguesa.

Y comenzó el Bienio Negro... El Gobierno de centro derecha (en mi opinión acabó siendo de ultraderecha) del radical Lerroux iba a consentir la paralización de todas las reformas que intentaban modernizar España, la reforma agraria se convirtió más bien en contra reforma. La ultracatólica CEDA (para muchos la fascista) accedió al poder y Gil Robles como ministro de la guerra puso en sitios estratégicos a los generales que más tarde protagonizarían el golpe de estado que acabó en la Guerra Civil. Se indultó a todos los condenados por la Sanjurjada. El propio Sanjurjo acabó exiliado en Estoril donde siguió conspirando contra la II República. Vemos como el primer intento de abortar el primer proyecto verdaderamente democrático viene de la derecha militar, que siempre estaría en consonancia con la derecha civil. 

Largo Caballero que en el primer bienio había conseguido implantar la jornada de ocho horas empezaba a radicalizarse y convocó la huelga revolucionaria que solo tuvo éxito en Asturias y que fue contrarrestada con enorme virulencia y gran saña. ¿Adivinan quienes fueron sus protagonistas represores? Si han contestado Franco y Yagüe han acertado de lleno. La República demostraba eficazmente que la Revolución Obrera no podía llevarse acabo por no contar con los medios necesarios. Las izquierdas quedaron notablemente debilitadas. Se cerraron las casas del pueblo y se prohibió la prensa izquierdista. En muchas localidades los alcaldes socialistas fueron depuestos y cambiados por otros afines a la derecha. Pero nada es eterno, el escándalo del estraperlo apeó a Lerroux del poder y el 16 de febrero de 1936 fueron convocados nuevas elecciones que la coalición de izquierdas denominada Frente Popular ganaron sin lugar a dudas. Para garantizar la seguridad de las elecciones fueron movilizados alrededor de 34.000 guardias civiles y 17.000 guardias de asalto. Al contrario de lo que se ha dicho ,fueron unas elecciones limpias, que Gil Robles acató  y que la prensa de la época no hizo ninguna denuncia al respecto. La acusación de tongo fue a posteriori para justificar el golpe de estado. Pero hubo más justificaciones. Nos han dicho machaconamente que Rusia quería bolchevizar España. Los mensajes que interceptaban los servicios secretos británicos a los rusos dejaban clara las intenciones de estos y era que, los comunistas debían alinearse con la democracia para combatir al incipiente fascismo. Además, a Stalin España le importaba un “pepino”, como muy bien quedó demostrada con la ayuda militar enviada a la República; cara, insuficiente y en algunos casos obsoleta. Otras de las excusas fue la enorme inseguridad que se desató después de la elecciones del 36, pero era otro camelo. Las derechas usaron la excusa de la violencia de los extremistas para crear una atmósfera de terror ante la amenaza revolucionaria, esto aportó las bases necesarias para que los africanistas aparecieran a escena . La derecha intentaba hacer ver que la República estaba desligitimada; intentaban no perder el escaso poder político tras la derrota electoral en febrero. La política del miedo fue transmitida con suma eficacia por los propagandistas conservadores a través de sus abundantes medios de comunicación diarios, libros, folletos... donde se exaltaban incidentes ocurridos en pequeños lugares dando la impresión de estar generalizados por todo el país y en el tiempo, cosa que era totalmente incierta. De rumores y estadísticas incompletas y parciales llenas de inexactitudes, es decir, de verdades a medias se alimentaban los discursos de Gil Robles y Calvo Sotelo.