EL NEOFRANQUISMO Y LAS EFEMÉRIDES HISTÓRICAS

Llegando estos días la ultraderecha neofranquista parece que se pone nerviosa y les entra la vena patriótica. desde el 18 de julio en algunos puntos de Internet, estamos leyendo las acostumbradas mentiras sobre la Guerra Civil. Por ejemplo, podemos seguir leyendo al peor historiador que ha nacido en tierra española, más concretamente en Vigo, su nombre ya lo habrán adivinado. ¡Efectivamente!... ¡Pío Moa!. En su flamante blog alojado en la web de Intereconomía el caballero de la triste figura sigue empecinado en enmendarle la plana a historiadores de la talla de Santos Juliá o Ángel Viñas. No voy a entrar las estupideces que día tras día suelta esta persona, porque se desmontan por sí solas, pero sí quiero hacer constar que a este hombre parece que se le están agotando las ideas. El 9 de agosto de 2012 le dedicó un artículo a Ángel Viñas que ya había publicado en 2009, y el día 13 de Agosto de 2012 le dedica otro a Santos Juliá que publicó anteriormente en 2010. Parece que a este exterrorista el calor de agosto le fríe las neuronas.

De Santos Juliá o de Ángel Viñas poco se puede añadir ya. Llevan estudiando y escribiendo desde que España alcanzó la libertad. Esa libertad que era negada por el Dictador Francisco Franco, que tan desaforadamente defiende don Pío. A pesar de la inconsistencia de sus escritos Moa cuenta con su legión de incondicionales, Antiguamente era aliado del antiizquierdista Cesar Vidal, pero este (que ahora va de liberal) lo expulsó de su lado, por eso no ha tenido más remedio que hacerse querer por los neofranquistas de Intereconomía y recalar en su fatídica web. Otro de sus incondicionales es el historiador conocido por algunos como "El niño de la Corbata Blanca". Según hemos podido saber, en su libro sobre la Guerra Civil en Monesterio usa las teorías de Pío Moa para desarrollar su trabajo. Mal, muy mal. Es poco serio recurrir a un engañabobos para reforzar un trabajo. A no ser que quiera convertirse en otro engañabobos.

Lo mismo que Moa quiere, pero no puede, desprestigiar a Juliá o a Viñas, El historiador monesteriense lo intenta con Espinosa, Vila o Don Luis Pla. Hace muy poco ha salido un artículo en Público sobre la masacre que Yagüe permitió en Badajoz. "El Niño de la Corbata Blanca" le ha dedicado una entrada en su blog.

Este artículo está basado en Los trabajos de Francisco Espinosa, en declaraciones de Justo Vila (que conoció en persona a Mario Neves), o en la historia personal de don Luis Pla. Según este artículo Espinosa afirma “Sólo en la ciudad de Badajoz fueron asesinadas 3.800 personas durante la Guerra y los primeros años de dictadura” Oficialmente esta cifra no se puede demostrar pero es muy probable que sea cierta. No fue Jay Allen el primero en decir que en Badajoz mataron a 4.000 personas (no todas murieron el mismo día, ni en el mismo lugar, ni en la misma fecha) Hay un informe que fue enviado al embajador en Lisboa Sánchez Albornoz que ya hablaba de 4.000 ó 4.500 asesinatos, esta claro que cuando Whitaker habló con Yagüe el militar falangista le dijo la verdad.

Fue tal el ocultamiento durante 40 años de dictadura que  sufrió España que, se hace muy difícil demostrar el genocidio franquista. Sólo contamos con la memoria oral y los documentos de parte, Pero sobre todo la prueba evidente y palpable es la ingente cantidad de fosas comunes que hay repartidas por todo el territorio español. Por eso le molesta tanto la Memoria Histórica a gente como los historiadores del CEU; los falsarios como Vidal o Moa; los franquistas como De la Cierva o Larrazabal,  no porque se reescriba la historia, que ya está escrita, sino porque se habla de la represión franquista. Pensaban ellos: "eso ya es agua pasada". Pues no, la historia siempre nos persigue, está ahí llamando desde las sombras y esperando a ser rescatada. Cada fosa que se abre, cada cuerpo que se exhuma es una historia más que contar, es un homenaje más que dedicar. Este es el gran problema de la derecha. Asesinatos cometieron todos, pero unos se castigaron con creces y otros se ocultaron.

Ahora parece que no quiere que hablemos de esa historia que permanecía oculta. ¿De que se avergüenzan?, ¿de qué tienen miedo? De historias como esta:

La historia de la familia de Luis Pla difiere de la mayoría de tragedias de la Guerra Civil. Su familia no era jornalera, ni pobre y no le faltaban contactos en las altas esferas. Había nacido en una familia acomodada en una región en que la burguesía era escasa y más bien de derechas. En 1936, los hermanos Pla Álvarez poseían negocios en Extremadura relacionados con el automóvil, la distribución de Campsa y alguna explotación agraria. Los dos militaban en el partido de Manuel Azaña, Izquierda Republicana.

Primero asesinados, después multados
La militancia republicana de los Pla no fue bien visto por el resto de terratenientes de la zona, amenazados ante las ocupaciones de tierras de los campesinos. El 19 de agosto de 1936 los dos fueron ejecutados. “Casi tres meses después de su asesinato, se les abre un expediente calificándoles de individuos culpables de actividades marxistas y rebeldes, y acusándoles de contribuir al triunfo del Frente Popular y hasta de que tenían en su poder los rublos que financiarían la Revolución que Rusia pretendía en España”, describe Luis Pla.

La Audiencia de Cáceres cerró el caso por “inconsistencia de los cargos” y condenó a la familia Pla a pagar unas multas de 75.000 pesetas por pertenencia a partidos políticos ilegales según la Ley de responsabilidades políticas. Pero para entonces, los dos hermanos ya llevaban casi cuatro años muertos y la multa recaía sobre una ya maltrecha economía familiar. “Los negocios y bienes de la familia habían sido incautados por la nueva autoridad militar, todos los vehículos con los que comerciaba mi padre fueron saqueados por los marroquíes y su coche personal pasó a ser disfrutado personalmente por Yagüe”, rememora Luis Pla.
“Que el único delito que mi padre y mi tío y los miles de asesinados cometieron, si es que eso era delito, era haberse manifestado republicanos o socialistas o comunistas o sindicalistas. Con la diferencia de que aquellos a los que se estaba castigando tan ferozmente nunca habían declarado su apoyo y aplauso a ninguna masacre ni al terrorismo institucionalcomo el que se estaba practicando por los sublevados como norma aberrante”,

Según el historiador de la corbata blanca "Luis Pla que siempre cuenta la misma historia, pero olvida que los milicianos rojos incautaron bastantes vehículos de la capital, y que los destrozaron, existiendo fotografías que así lo atestigua". ¡Qué le importará a Luís Pla los coches que incautaron los milicianos rojos!, ¿acaso podemos comparar el valor de la vida humana con el valor material de un puñado de vehículos? De verdad, sinceramente, siento vergüenza ajena por la forma que tienen algunos de justificar la barbarie franquista. Sencillamente eso es un insulto a las víctimas del franquismo.  En este país es delito faltar al respeto a la víctimas de la banda terrorista ETA. pero resulta gratuito cachondearse de las víctimas del franquismo. Es una inmoralidad que exista gente de esta catadura moral, seguro que más de uno de estos falsarios se declaran católicos. VERGÜENZA TENÍA QUE DARLES.