Fusilamientos enfrente de la catedral de Badajoz y en la fachada del ayuntamiento. La gran matanza

Restos mortales de inmolados por Dios y por la Patria camino del camposanto de Paracuellos.


Cuando acabó la guerra no llegó la paz, al menos para los que lucharon al lado de la República. Una exhaustiva investigación se llevó a cabo y se le bautizó con el nombre de Causa General. La famosa Causa General cumplía al menos dos objetivos: castigar los crímenes "rojos" y justificar los propios. como señala Julián Casanova, la Causa General escenifica la división social entre vencidos y vencedores, entre «caídos por la Patria» y parias que no merecen que los entierren con dignidad. Los vencedores pueden inscribir a sus muertos, que tendrán todos los honores y privilegios; los vencidos no pueden, con frecuencia, ni mencionar a sus desaparecidos, y no tienen ni siquiera un lugar digno donde ir a honrarlos porque a menudo han quedado enterrados en una cuneta. «Hay caídos por Dios y por la Patria y hay caídos de los que nunca se sabe nada. Y a la hora de reclamar también hay ciudadanos de primera y de segunda. Hay ventajas por el hecho de haber caído por Dios y por la Patria, porque sus familias obtuvieron beneficios, privilegios, cargos políticos, estancos, administraciones de lotería, etc. Y los otros no sólo se fueron al exilio o a la tumba, sino que muchas familias tuvieron que tragarse su propia historia y acabar siendo conservadoras para sobrevivir.

 Podemos saber de los desmanes de la "dominación roja" con pelos y señales con con tan sólo asomarnos a la ingente cantidad de documentos que generó dicha investigación. A pesar de ser documentos parciales debe ser útil para la investigación. Desgraciadamente muchos de los allí acusados no pudieron defenderse de los delitos que  se le imputaban, y mucho menos presentar testigos de su inocencia, esta circunstancia nada insignificante, hace cuanto menos, que acercarse a la Causa General genere todo tipo de dudas. A pesar de esto, la cantidad de datos que se recopilaron no dejan lugar a dudas y dan fe, de que el odio ancestral entre ricos y pobres, rectifico, entre muertos de hambre y gorrinos explotadores saltó por los aires y, a partir del 18 de julio  muchos, demasiados, se tomaron la justicia por su cuenta y riesgo. Desoyendo al Gobierno de la República las bases de los partidos que tenían que defender a la República se lanzaron en una espiral de violencia que duró seis meses. Los 50.000 asesinatos de religiosos, caciques, falangistas y derechistas en general se ejecutaron casi todos en los seis primeros meses de contienda. El Gobierno, a duras penas logró controlar la sed de venganza de las izquierdas, pero al final lo consiguió, y centraron sus fuerzas en defender a la República. La guerra continuaría, y los problemas para la República también.

Todas las facilidades que tenemos para saber de los asesinatos "rojos" se tornan en dificultades para saber de los asesinatos  "azules". Aquí no hay Causa General, es más, los archivos del brazo ejecutor de Franco, la Falange, fueron destruidos cuando el franquismo después de 40 años se extinguía junto a la vida del Dictador. Franco, a pesar de su inversión en terror para establecer los cimientos de un régimen duradero, no contó con el problema de las fosas comunes, y que los  pocos testigos de las matanzas azules, demasiados pocos, algún día podrían contar lo que su memoria jamás podría olvidar.

En Badajoz es muy dificil documentar los asesinatos fascistas por eso hay quien llega a afirmar con total rotundidad que en el campo de San Juan, es decir, la plaza donde está ubicada la Catedral y el ayuntamiento de Badajoz los "nacionales" ejecutaron excepcionalmente a 80 personas y que los cadáveres después de la matanza los trasladaron a los fosos del cuartel de la Bomba (doble trabajo primero a los fosos y después a quemarlos al cementerio). Se basan en los relatos periodísticos, esos relatos hablan de una calle o de la calle de San  Juan, esto nos hace suponer que los periodistas talvez relataban los rumores que llegaban a sus oídos ya que los asesinatos en masa se sucedieron en la PLAZA no en la CALLE de San Juan, probablemente en la misma calle de San Juan  también le darían un tiro en la nuca a más de un desdichado, cualquiera sabe.

Para saber más o menos lo que ocurrió en el campo de san Juan contamos excepcionalmente con las memorias de la miliciana Mejías:

Mientras Queipo de Llano bombardeaba Badajoz los obreros que estaban en los barrios de Badajoz se fueron a los refugios del centro (…). Cuando finalmente entraron los golpistas en Badajoz se dirigieron a los refugios de los sótanos de la plaza del ayuntamiento donde mucha gente se escondió para protegerse de los aviones (…). Los fueron sacando los maniataban y los ponían delante del ayuntamiento a las mujeres y los niños los largaban pero a los hombres allí mismo lo fusilaban, un hermano de mi marido, Manolo estaba metido en un refugio con toda la familia antes de que entraran las tropas nacionales (…). Lo sacaron del refugio del sótano del edificio que hacía esquina con la calle del Obispo en la plaza de España frente a la catedral y al ayuntamiento (…) La mujer logró salvar a su marido del fusilamiento por mediación de su hermano Manuel Mauricio el Falangista, Mauricio habló con don Pablo Alba, que era el que estaba al mando de los fusilamientos de la fachada del Ayuntamiento y de la catedral de San Juan (…) Según nos contó mi cuñado Manolo, El montón de muertos que fusilaron ahí llegaba a la ventana del ayuntamiento de Badajoz, La sangre corría por la calle del Obispo, por la calle Magdalena y por la calle Socorro. Ahora está muy alto porque hay adoquines en las calles, pero entonces estaba más bajo el pavimento y la sangre corría por la calle Magdalena para abajo como si fuese agua de lluvia. Y por la calle del Obispo abajo y toda la plaza estaba llena de sangre de los muertos que hubo allí (…).Mi cuñada Antonia estuvo buscando el cuerpo de su marido y no dio con el. Al parecer, cargaban los muertos en camiones y carros, los llevaban al cementerio y los enterraban en fosas comunes.

Según el relato de María Mejías, no hay lugar a dudas. Los fusilamientos en la plaza de San Juan no fueron un hecho excepcional, por lo visto hasta había una persona encargada de los fusilamientos. ¿Cuantos murieron?, imposible de saberlo pero seguro que debieron de ser más de esos ochenta de los que hablan algunos. Este relato coincide con el de Saturnino Medina que también nos habla de un montón de muertos bastante considerable.

      Vídeo donde Mario Neves confirma los asesinatos en la plaza de toros


Esto sucedió el día 14 al entrar las tropas rebeldes en Badajoz, en la madrugada del día 15 el escenario cambió y la Plaza de Toros de Badajoz se convirtió en escenario de un espectáculo más sangriento aun que las típicas corridas de toros. ¿Cuantos murieron? imposible de saberlo, nadie se encargó de anotar los nombres de los desdichados que caían a causa de las balas asesinas, y si alguna vez existió cualquier tipo de listado, o lo destruyeron o está escondido bajo tres llaves en la Fundación Francisco Franco o en algún sitio similar. 

 Podrán reducir todo lo que quieran la cifra de los asesinados en la plaza de toros y aledaños, allá ellos y su conciencia, pero lo que jamás podrán negar es que en Badajoz se asesinó impunemente. El "dominio rojo" se llevó por delante la vida de 11 personas. ¿Justifica eso la Matanza de Badajoz? ¿Cómo me justifican el asesinato de los hermanos Pla? Qué Sinforiano Madroñero saliera huyendo para salvar la vida ¿justifica de algún modo su ejecución pública como en la Edad Media? Ahora comprendemos porqué Franco eligió el Águila de San Juan como símbolo de su Dictadura. Sólo le faltó restaurar la Santa Inquisición..., y créanme, en cierto modo la Santa Inquisición hizo acto de presencia. Miles de informes negativos del clero llevaron a los pelotones de ejecución a los desdichados que no eran bien visto por los piadosos curas que se encargaban de velar por la moral cristiana.