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lunes, 14 de enero de 2013

EL DIARIO DE PUIGDENGOLAS Y EL CONTROVERTIDO ASUNTO DE LA DEFENSA DE BADAJOZ

ARTÍCULO POR ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ

Tengo que reconocer que hasta fechas bien recientes no conocía en su integridad el contenido  del diario que escribió el que fuera comandante militar de la provincia de Badajoz, Ildefonso Puigdengolas, salvo  algunos trozos sueltos que se habían publicado. En el último libro de Francisco Espinosa Maestre, Guerra y represión en el Sur de España. Entre la historia y la memoria, se reproduce íntegramente,  resultando muy interesante además, los comentarios vertidos por el autor sobre el documento.

Ildefonso Puigdengolas
En primer lugar hay que decir que en  el diario no se encontró la parte que el coronel escribió sobre la guardia civil de Badajoz. Según Espinosa, lo destruyó su mujer para evitar complicaciones. También advierte que el diario encontrado no es el manuscrito original que escribió probablemente en Portugal sino unas páginas mecanografiadas, existiendo la posibilidad de que se hubieran eliminado otras partes.
Siempre he defendido y así lo he expuesto, mi convencimiento de que que este militar ofreció algunos datos falsos para justificar su conducta al huir de Badajoz, ante la posibilidad de que se le abriera un consejo de guerra por parte del gobierno republicano. Después de leerlo me reafirmo aún más si cabe en esta convicción.
 Ildefonso Puigdengolas Ponce de León fue un militar de conducta intachable con una hoja de servicios impecable y probada fidelidad a la república.  Por estos motivos además de su innegable competencia, fue nombrado por el ministro de la guerra, comandante militar de la provincia de Badajoz.  A esta ciudad llegó el 25 de Julio donde permaneció hasta el 14 de Agosto de 1936. Logró huir a Portugal donde permaneció dos meses y embarcó en Octubre de ese año junto a otros refugiados, en el Niassa , que lo trasladó sano y salvo a zona republicana, concretamente a Tarragona. Pocos días después, el 30 de Octubre, encontró la muerte en Illescas (Toledo) como consecuencia de la acción que desarrolló para neutralizar una desbandada de las fuerzas a su mando.
Nadie  puede dudar de la difícil misión que se le encomendó en Badajoz, donde como el mismo relata tuvo que hacer frente a diversas dificultades. Así  de esta manera tan esclarecedora lo resume Francisco Espinosa.
“Las notas del militar también aportan numerosos datos, tal como mantuve en La columna de la muerte, sobre cómo la República en Badajoz tuvo por primer y gran enemigo, antes que a los que subían desde Sevilla, al enemigo interior: los militares favorables al golpe, los saboteadores, los desertores, los traidores, los que comunicaban a Sevilla todo lo que ocurría, la prensa portuguesa… En estas condiciones hay que reconocer, a favor del coronel, que su misión era muy difícil, cuando no imposible, de cumplir. Una cosa era sofocar la sublevación en Guadalajara o Alcalá de Henares con Madrid al lado y otra muy diferente meterse en aquella ratonera rodeada de sublevados por el norte y por el sur y con Portugal a la espalda. ¿Cuántos militares, fieles a la República y con capacidad probada, hubieran estado dispuestos a aceptar ese destino?   (Guerra y represión en el sur de España. Francisco Espinosa)
En este contexto de extrema dificultad no puede extrañarnos que decidiera intentar salvar su vida. Los militares antes que nada son seres humanos como cualquiera de sus semejantes. ¿Qué tiene de criticable que intentara ponerse a salvo cuando de lo que se trataba era de elegir entre enfrentarse a una muerte segura o tratar de salvarse para entre otras cosas, seguir prestando sus servicios a la causa republicana? De hecho murió en acto de servicio y defendiendo los ideales de la  II República española.
De igual modo merecen el mayor de los respetos y reconocimiento aquellos que decidieron resistir hasta el final ofrendando sus vidas en defensa de unas ideas. No olvidemos que esa sangre derramada fue la semilla del actual sistema de libertades que disfrutamos en la actualidad. Vaya una vez más mi  recuerdo a aquellos valerosos hombres y mujeres que pagaron un alto precio por defender la legalidad.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que el coronel intento con este escrito  salvar de alguna manera su honor y cubrirse las espaldas ante la posibilidad de que tuviera que rendir cuenta en Madrid de su actuación.
No es menos cierto que aunque incurrió en algunas falsedades no por eso deja de tener el documento un gran valor desde un punto de vista histórico, pues gracias a él podemos contrastar diversas informaciones y conocer de primera mano algunos hechos de especial relevancia.
Veamos en primer lugar la situación que describe el comandante militar de Badajoz sobre el asunto de las deserciones.
“Puigdengolas enumera con detalle todas las deserciones, de la mayor parte de los cuales ya teníamos noticias. Por el contrario, resulta sorprendente la noticia de que a las 9 de la mañana del 14 de Agosto el coronel Cantero se pasará con todos sus hombres al enemigo desde el cuartel de la Bomba. Es posible que  ocurriera como dijo Puigdengola y que Cantero fuera tan ingenuo como para pensar que su entrega lo libraría de la muerte, pero haría falta confirmarlo por otras fuentes, aunque solo sea porque sabemos su final y también, por qué no, por compensar el  especial interés manifestado  por el coronel a lo largo del escrito en demostrar que se quedó literalmente sólo en su resistencia ante los atacantes,  razón por la cual no le quedó otra opción que la que tomó. O sea que, si en vez de la supuesta entrega, Cantero hubiera aguantado en su puesto hasta la muerte, la huida de Puigdengolas quedaría como un acto de traición y de cobardía. En este sentido resulta sospechoso que, en su deseo por aparecer como protagonista absoluto de lo ocurrido, oculte que el fracaso de la sublevación en Badajoz se  fraguó antes de su llegada y que la actitud del coronel Cantero y de otros miltares, a los que solo menciona para destacar su huida, fue importante para que tal cosa ocurriera (GUERRA Y REPRESIÓN EN EL SUR DE ESPAÑA, pag. 191. Francisco Espinosa Maestre)
Según explica Francisco Pilo Ortiz en su blog LA GUERRA CIVIL EN BADAJOZ, no existe ningún informe que indique que el coronel del Regimiento de Infantería  de  Castilla 3, coronel Cantero, se entregase a las fuerzas sublevadas e incluso en la Causa General consta que fue hallado muerto por los insurgentes en el interior del cuartel de la Bomba, de  lo cual se deduce que este hombre había resistido hasta el final resultando por tanto  poco verosímil la afirmación de Puigdengolas en sentido contrario.(blog. LA GUERRA CIVIL EN BADAJOZ. ¿Quiénes asesinaron al  coronel Cantero? 3-10-2009)
Como podemos ver por el título de esta entrada el Sr. Pilo se preguntaba quiénes habían asesinado al coronel Cantero, aunque en su libro ELLOS LO VIVIERON asegure que murió como consecuencia de los bombardeos fascistas en la mañana del 14 de Agosto.  El término fascista como es lógico, lo añado yo.
  Poco fino anduvo el autor del diario en los detalles que ofrece sobre  la entrada de Castejón, cuando afirma que éste entró a primera hora de la mañana del 14 de Agosto. Tampoco tiene desperdicio cuando asegura que el mismo permaneció en Badajoz hasta las 15 horas de ese mismo día.
Sabemos que Castejón irrumpió en la ciudad sobre el mediodía del 14, asimismo se tiene constancia de la llegada de Puigdengolas a Portugal sobre las 10 horas de ese mismo día. Este dato lo facilitó Francisco Pilo Ortiz en su blog ,  el cual como parece lógico  accedería en algún momento a la documentación que lo acredita. Por tanto quedaría esta mentira al descubierto y dejaría meridianamente claro que el coronel abandonó  Badajoz mucho antes de que entrasen parte de los facciosos con Castejón a la cabeza. Nadie en su sano juicio podría creerse que en una ciudad tan pequeña como el Badajoz de entonces, pudiera haberse movido con entera libertad  nada menos que toda la mañana teniendo ya dentro de la ciudad a las fuerzas atacantes. Esto no hay quien se lo crea, pero estamos nuevamente ante un  nuevo intento de aparentar que resistió hasta el final.
Entre cómico y esperpéntico más bien sacado de una película de Berlanga podría considerarse el episodio donde relata la forma en que salió de la ciudad. Al parecer transitaban en un vehículo por las inmediaciones de Puerta de Palmas en labores de inspección él y su chófer, cuando de repente  éste  por propia iniciativa decidió acelerar el coche y luego de cruzar el  Puente de Palmas se plantó en dos minutos en la frontera con Portugal.
Llegamos al espinoso asunto de los defensores que tuvo Badajoz.  Sobre esto, detalló lo siguiente:
“El total  de los milicianos que debían quedar en Badajoz, pero de cuyo número no respondo, era de 275 armados con fusil, 200 carabineros próximamente unos 100 soldados de Infantería que quedaron después de los bombardeos de aviación, hacia el doce de Agosto estas fuerzas eran suficientes para defender Badajoz si no hubieran abandonado los puestos que a cada uno se le señaló en la línea de defensa. A los milicianos que quedaron con escopetas o desarmados también se les señaló su misión. Los servicios de abastecimiento se le encomendó al Ayuntamiento”  (GUERRA Y REPRESIÓN EN EL SUR DE ESPAÑA. Francisco Espinosa Maestre, pag. 181)

Hemos sumado 575 personas entre milicianos, soldados de infantería y carabineros aparte de los milicianos con escopeta o desarmados. Tal y como indica  el autor del diario estos efectivos fueron reduciéndose conforme fueron pasando las horas. De hecho los revisionistas suelen reducirlo a la mitad dejando entrever que Badajoz fue defendida finalmente, si acaso, por unos  250 0 300. Todos nos preguntamos de dónde sacarán estas cifras.
Más adelante, el comandante militar de Badajoz  da cuenta de los defensores que encuentra en  Badajoz instantes antes de  poner rumbo a Portugal. Sospechosamente la nueva generación de revisionistas suelen soslayar estas partes del diario.
“Sólo encuentro milicianos en Puerta Trinidad, en un número aproximado de una docena y están en lo alto de una defensa en la muralla de un túnel donde se refugian cuando aparece un avión. Les llamo y no consigo hacerlos bajar a pesar de que mandé al chófer para que les explicara la situación de la plaza. Su desobediencia impidió toda actuación. En el punto denominado Memoria de Menacho encuentro  al teniente coronel de Carabineros con cuatro milicianos: tiene un fusil en la mano y en ese momento cae herido con un balazo en el cuello….” (GUERRA Y REPRESIÓN EN EL SUR DE ESPAÑA. Francisco Espinosa Maestre, pag. 184)
En realidad dibuja un panorama desolador y catastrófico.
“El día 13 por la mañana quedaban muy pocos en las fortificaciones. El día 14 ya no quedaba uno, por lo que el sector que comprendía el de la Puerta Trinidad a la de Palmas quedó abierto al enemigo” (…) “En el punto denominado Memoria de Menacho encuentro al teniente coronel de Carabineros con cuatro milicianos;  tiene un fusil en la mano y en ese  momento cae herido con un balazo en el cuello” (GUERRA Y REPRESIÓN EN EN EL SUR DE ESPAÑA. Francisco Espinosa Maestre, pag. 184)
Cualquiera diría que  la ciudad no ofreció ninguna resistencia. No obstante, es  difícil de explicar, pues, cómo se pudieron producir entonces 185 bajas en el enemigo, entre los cuales 44 muertos .
Estamos sin duda ante la zona más oscura y menos creible del diario de Puigdengolas. Tanto es así que no resulta extraño que los enterradores de la verdad se den cierta habilidad en obviarla, no vaya a ser que la tesis de los 575 defensores que ellos reducen a la mitad se les venga abajo.
A estas alturas es difícil discernir cuándo miente y cuándo dice la verdad el coronel.
La conclusión a la que se puede llegar es que el documento tiene cierto valor histórico pero no prueba en modo alguno  que la  resistencia de la ciudad de Badajoz fuera tan débil como algunos nos quieren hacer creer que fue.
Es probable que la decisión que tomó de abandonar Badajoz no lo fuera tanto por la cantidad de defensores con que contaba, cuanto por  la situación en general , que a juzgar por sus impresiones se podría calificar de desastrosa; militares favorables al golpe, los desertores, los saboteadores, los traidores, los que comunicaban a Sevilla todo lo que ocurría, la prensa portuguesa etc, a todo esto habría que añadir los efectos de los bombardeos de los golpistas que debieron provocar un efecto desmoralizador sobre los defensores, máxime si tenemos en cuenta que el gobierno republicano bajo mi punto de vista, abandonó a su suerte la ciudad. ¿Dónde estaba la aviación gubernamental que nada hizo por impedir el avance del ejército africanista?
No debe extrañarnos que muchos ciudadanos decidieran intentar ponerse a salvo después de contemplar como las principales autoridades civiles y militares hacían lo propio. ¿Cuántos de ellos podían sentir la obligación de quedarse en  una situación así?
Con todo, sigo pensando que la resistencia que ofreció Badajoz a los golpistas tuvo que ser bastante más  numerosa en hombres que lo refleja el diario de Ildefonso Puigdengolas en su apreciación del día 12.  575 defensores  armados más un número indeterminado de milicianos con escopeta o desarmados– suponiendo que en el mejor de los casos no hubiera desertado ninguno hasta la mañana del día 14-  no se corresponden con los datos que tenemos.  Los periodistas reflejaron en su crónica del día 15 que fueron centenares los muertos que quedaron por las calles tras el asalto. Este dato queda corroborado por distintos testimonios que hablan de que fueron necesarios tres días para recoger los cadáveres  (testimonio del propietario derechista Lisardo Sánchez, el ayudante del conductor que recogíó los cadáveres, así como otros testigos). Por otro lado, tenemos la crónica de Mario Pires quien dice encontrar  un día después de la ocupación a unos 500 presos en la plaza de toros. Suponemos con fundamento que la mayoría debieron ser personas que combatieron. Por último tenemos que mencionar a aquellos que lograron escapar principalmente por Puerta de Palmas, ya que fue esta la salida que dejaron los insurgentes a partir del cerco que protagonizaron, probablemente para reducir el número de defensores. Estos también lucharon.  ¿Cuántos fueron? Nadie lo sabe pero no debieron ser pocos. De todas formas, si vamos sumando la cosa no cuadra.
La prueba más importante de que la resistencia fue de envergadura la tenemos en el propio Yagüe que informa a Franco en ese sentido en el parte que realiza tras la ocupación de Badajoz. Es más, le pide que en lo sucesivo  la aviación castigue  las posiciones enemigas en los momentos  precisos  en que se efectúe un ataque en el interior de una población, siendo de gran ayuda según él  esta cooperación . Debo suponer que Yagüe se debió referir a los momentos claves de la operación, cuando arranca el ataque en Puerta Trinidad, pues con anterioridad  si se habían producido ataques aéreos.
Esto nos lleva a la conclusión de que a pesar de las terribles dificultades  a las que tuvieron que enfrentarse, fueron muchos los que no se aminoraron y  plantaron cara a los atacantes. Que causaran tantas bajas y dificultaran la ocupación nos da una idea de la valentía con que actuaron. Bastaría con recordar que Badajoz fue el primer  lugar donde los fascistas encontraron una oposición realmente seria.
Todo esto me lleva a la conclusión de que el diario del coronel Puigdengolas no puede constituir una prueba por si sola de que la ciudad contara con escasos defensores, sobre todo si tenemos en cuenta las circunstancias tan especiales en las que el  tuvo que escribirlo a las que ya me he referido. No puede producirnos extrañeza pues, que se viera obligado a exagerar  y deformar los hechos.
En todo caso, no deja de parecerme significativo que algunos pongan el mismo entusiasmo en machacar y denunciar las falsedades incluidas en algunos documentos o crónicas periodísticas si éstas van en contra de sus tesis, tanto como otros en  promover y santificar las falsedades incluidas en otros documentos o crónicas periodísticas si éstas avalan sus trabajos.  Cuando digo que machacan o santifican las falsedades según los casos, para su provecho, me estoy refiriendo naturalmente, que lo hacen a sabiendas que son falsedades. En este asunto me refiero  tanto a algunos historiadores o investigadores de izquierda como a los de derecha.  Todos sabemos a quienes me refiero y en este apartado son iguales los unos como los otros.


A  LOS QUE DEFENDIERON HERÓICAMENTE BADAJOZ

Antonio Alfonso Hernández.  13 de  Enero de 2013.












2 comentarios:

  1. los diarios y las memorias que salieron después de la Guerra Civil hay que cogerlos con pinzas. La mayoría suelen ser justificativos. En la zona frentepopulista es normal encontrarnos actos de cobardía no olvidemos que fueron perdiendo la guerra es todo momento. Sin embargo podemos destacar la numantínica resistencia de Madrid. Asolada por los bombardeos y muerta de hambre.

    Badajoz fue dejado a su suerte. O tal vez podríamos decir que su mala suerte fue la falta de organización durante los primeros compases del conflicto bélico. Yagüe venía con un ejército profesional que ya había participado en combates, y Puigdengolas contaba con milicianos sin experiencia y un ejército nada confiable. Es indudable que Puigdengolas protagonizó un acto cobarde, pero no es menos cierto que Yagüe estaba cometiendo un delito contra la Nación y de genocidio

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  2. Es humano no obstante que intentara salvar la vida. Al parecer lo primero que dijo al llegar a Portugal es que pensó en su mujer y sus hijos.

    Yo tengo la sensación de que el gobierno republicano dio Badajoz y Mérida por perdidos a pesar de la importancia estratégica que tenían estas localidades. No olvidemos que después de ser tomadas se produjo la unión de los ejércitos de Franco por el sur y Mola por el norte.

    No encuentro una explicación razonable al terreno que le dejaron los republicanos a los golpistas por el sur. De estos temas militares entiendo bien poco, pero creo que hubiera sido razonable que la aviación republicana hubiera intervenido más activamente para frenar el avance del ejército africanista.Me pregunto ¿Dónde estaban los aviones gubernamentales cuando le permitieron a Franco cruzar el Estrecho en el primer puente aéreo de tropas de la historia?

    Da la sensación de que concentraron las mayores fuerzas y medios en los alrededores de las grandes capitales y que por ese motivo la cagaron.

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