Hay que vender libros, que mejor forma que con titulares pomposos y polémicos. Este es el titular vergonzante de un diario progresista, eldiario.es: "El problema de la memoria histórica es que se convirtió en un negocio", son las palabras de Javier Cercas que ha escrito una nueva novela, El impostor, una novela sobre la vida real de Enric Marco, el hombre que engañó a millones de personas haciéndose pasar por un deportado en el campo de Mauthausen. En eldiario.es, Javier Cercas, nos dejó semejante perla mientras promocionaba su última novela.
Según eldiario.es: "La [última] novela [de Javier Cercas] incide en cómo la llamada memoria histórica se llenó de subjetividad y en su conversión en espectáculo". ¿Encontraremos objetividad en los escritos del novelista? y para terminar, ¿qué subjetividad hay en desenterrar los huesos de las víctimas del franquismo que, todavía hoy, en 2014, siguen ignoradas por la democracia española?
Espectáculo bochornoso es el que nos tiene acostumbrado nuestro Gobierno. Carmen Chacón dio la orden de desclasificar 10.000 documentos de la Guerra Civil y de la dictadura, pero, qué casualidad, le dejó la patata caliente a Pedro Morenés, que ha dado la orden contraria. Los 10.000 archivos no se ven. ¿A qué se tiene miedo?
El negocio de la Memoria Histórica en Extremadura: 866.000 euros en diez años para «redactar» 5 tesis doctorales
ResponderEliminarhttp://www.minutodigital.com/2011/04/21/el-negocio-de-la-memoria-historica-en-extremadura-866-000-euros-en-diez-anos-para-%C2%ABredactar%C2%BB-5-tesis-doctorales/
Sí conozco muy bien quién escribió ese artículo. Y prefiero callarme la opinión.
Eliminarhttp://www.ilustracionliberal.com/32/represion-y-memoria-historica-pio-moa.html
ResponderEliminar"Viene a cuento recordar, al respecto, el caso del gran osario descubierto en un barranco de Órgiva (Granada) en agosto de 2003, durante unas obras del Ministerio de Fomento. Por unos días se difundió en internet y en la prensa de papel la noticia sensacional de una especie de Paracuellos franquista. El asunto revela la técnica publicitaria de este tipo de pseudoinvestigaciones. De inmediato empezó a hablarse de una enorme fosa común "perfectamente documentada", de "fusilamientos masivos", de "exterminio de compatriotas por motivos ideológicos". Un catedrático de la Universidad de Granada caracterizó el barranco como "lugar de crímenes y de muertes" por donde había corrido "un río de sangre". Supuestos testigos recordaban la llegada de camiones cargados de "hombres, mujeres y niños", a quienes bajaban, mataban a tiros y hacían caer rodando a la zanja, echándoles luego cal viva, "y así un día y otro". El catedrático calculó en 5.000 las víctimas, si bien la Asociación por la Memoria, algo menos sanguinaria, las rebajaba a la mitad. Se aumentó el dramatismo poniendo en la picota la "indiferencia" del Gobierno Aznar, o hablando del "miedo" de los obreros a perder el trabajo si hablaban de los huesos hallados. Los de la "memoria" clamaban piadosamente que sólo buscaban "el respeto a las familias" de los fusilados, como si alguien les faltara a ese respeto. El ayuntamiento acordó homenajear a las víctimas y erigir un gran monumento en medio de un parque que se crearía ex profeso. El dinero vendría de una orden oficial andaluza que subvencionaba a los ayuntamientos para "coordinar actuaciones de recuperación de la memoria histórica". Se exigió la paralización de los trabajos de Fomento, y que los gastos de excavación entrasen en los presupuestos de la obra.
El diario El País dedicó al suceso una página entera el 1 de septiembre de 2003, ofreciendo además de lo ya reseñado las siguientes cifras, como si la fuente mereciera crédito: "Según datos de los socialistas, más de 500.000 personas sufrieron prisión y otras 150.000 murieron fusiladas". Y, para hincar más el aguijón en el Gobierno Aznar, sugería el carácter fascistoide de éste al mencionar que había gastado 13.000 euros en recuperar cadáveres de la División Azul y honrar su memoria mediante un monumento (en realidad, el Gobierno recuperó restos de españoles de los dos bandos caídos en Rusia, y hubo otro pequeño monumento para los comunistas españoles muertos allí, que fueron muchos menos). Se anunciaba, evidentemente, una ofensiva mediática de gran estilo.
Pero el 2 de septiembre El País informaba, no a toda plana, sino en el lugar menos visible de una página muy interior: "Los restos óseos hallados el pasado sábado son, según los forenses, de origen animal". De cabras y perros, en concreto. Así se vino abajo la operación. La derecha apenas la mencionó, pero puede imaginarse la oleada de sarcasmos, insultos y comentarios moralmente aniquiladores si hubiera sido ella la autora del montaje. Durante muchos años seguiríamos oyéndolos a todas horas.
No cito el caso como prueba de que la derecha no cometiera atrocidades, pues ciertamente las cometió, sino como muestra de la explotación de los sentimientos ligados a las víctimas del pasado, evidentemente para sacar ventajas políticas actuales."
Pio. Pio, Pío, Tío tienes suerte que nos guste la libertad de expresión. El autor del artículo del negocio de la Memoria Histórica tiene un blog que censuraba los comentarios disidentes.
EliminarYo le voy a contar al señor Cercas en que consiste este negocio: Miles de muertos, más de un cuarto de millón de encarcelados, más de cien mil desaparecidos, un número desconocido de niños robados, años de miedo y silencios, traumas heredados de padres a hijos y ahora a nietos. Familias destrozadas y sin un duro de la época, que ya se encargaba el TRP de llevar a sus arcas. Trabajo esclavo para el franquismo y sus amiguitos. A los hijos de los "rojos" se les cerraban todas las puertas. Aún recuerdo como mi padre, aún con lagrimas en los ojos recuerda cuando no le dejaron entrar en aviación a pesar de que hizo un examen brillante. Alegaban que tenía los pies planos, una y otra vez y no tenía los pies planos. No miraban el examen, si sus aptitudes, estaban mirando el expediente judicial de mi abuelo. Años de explotación, de miseria y de hambre.
ResponderEliminarImpedir el acceso a los archivos, no apoyar las exumaciones, no anular las condenas puestas por los tribunales militares franquistas. Esto también pudo ser un negocio.
¿Qué hay de negocio en querer conocer la verdad? ¿En intentar recuperar los cuerpos de los familiares? ¿En sacarles del olvido?
Me lo explique, por favor ... Señor Cercas. Nosotros no hacemos negocios contando verdades a medias o mentiras. Nosotros, nos movemos con la verdad, solo con eso, y tenemos derecho a exigir al Estado que asuma que esto va con él, y que colabore ¿Esto es negocio?