Cristiano Ronaldo haciendo el Tarzán con esmoquin

El fútbol a veces está más cerca del hombre de Cro-Magnon de lo que pudiéramos pensar. No hace mucho hemos visto como se pegaban las peñas ultras, y asesinaban a un pandillero futbolero minutos antes de un encuentro de alto riesgo. El otro día vimos al mejor jugador de las ligas europeas como lanzaba un grito gutural para celebrar su ansiado premio, el Balón de Oro. El grito era algo así: una mezcla entre Hiiiiiiiiiiiiiii y Huuuuuuuu. Parece que tenemos un nuevo Tarzán en el mundo del balompié.

En fin, todo mis respetos para el deporte del fútbol y para la afición sana, pero el fútbol a veces deja de ser un deporte y se convierte en un patio de colegio. Iba a decir que el fútbol se ha convertido en un circo, pero sería poco respetuoso para los trabajadores circenses.