No hay dianas, ni guerras civiles

En una entrada anterior puse cómo ejemplo del pensamiento de la derecha (sobre el comunismo o Podemos) un vídeo que me encontre por You Tube. Su autor es  Javier Villacorta. Conocí a Javier Villacorta gracias a que alguien de su entorno compartió por FaceBook uno de sus artículos que él promociona en su blog.

El Grupo donde su amigo compartió una entrada del blog Javier Sobrevive, es un Grupo que se llama Frente Amplio M 15, donde no se censura a nadie, pero es un foro orientado a la izquierda donde la derecha parece ser que entra a provocar. Ya lo hemos visto en otros grupos de FaceBook. Nada nuevo. También se da el caso contrario.

De ahí pude saber que Javier Villacorta tenía un canal en You Tube y que compartía vídeos propios analizando la situación política española. Uno de los vídeos me hizo gracia porque hablaba de Podemos y de lo malo del comunismo. Esto me inspiró una entrada que ha creado controversia.

Parece ser que Javier Villacorta se ha ofendido, cosa que sentimos, y nos ha dedicado una entrada en su blog:

Nos ponen la diana por nuestras opiniones
Pensaba yo que lo de colocar a gente en la diana para ser golpeada o atacada por otros era algo que ya había pasado a la historia. Pensaba yo también que lo de los comisarios de pensamiento y de opinión era, más bien, cosa de ciencia ficción y desde luego no real, pero acaba de observar bastante sorprendido que la realidad supera siempre a la ficción. Leer más

Nadie pone en la diana a nadie, más bien habría que decir que los que escribimos en un blog o los que comparten vídeos personales hablando sobre ésta u otra opción política nos ponemos nosotros solos en el ojo del huracán. Un servidor lleva varios años escribiendo sobre la Guerra Civil española, y en infinidad de ocasiones me han puesto "a caldo". No pasa, nada lo esperaba.

¿Y no podría pensar Javier Villacorta que ha sido su amigo el que le ha puesto en el centro de la diana al compartir sus escritos en un Grupo de FaceBook orientado al izquierdismo?

Nos gustaría dar un consejo -aunque no seamos nadie-, si no queremos que se hable de nosotros no demos pie a ello, una persona deja de ser anónima cuando escribe en un blog personal, como lo hace Javier Villacorta. Podrá ser poco popular o casi desconocido para el gran público, pero pierde el anonimato cuando decide darse a conocer en Blogger y lo hace de forma pública. Blogger te da la opción de que los blogs puedan ser privados y solo puedan acceder a ellos personas que sean admitidas anteriormente por el administrador del blog. Javier Villacorta regenta un blog que está abierto para todo el mundo.

En el artículo que publiqué fui totalmente respetuoso y omití cualquier calificativo que pudiera ser motivo de ofensa, ya que no estaba buscando el ataque personal. Tal vez Javier Villacorta si buscó la ofensa personal (no lo se):

Sin conocerte ya me pareces un personaje bastante aburrido y acomplejado puesto que he visto que no soy yo el único anónimo agraciado con tus artículos, pero si quieres empezamos un partido de tenis y nos ponemos a repartir desde uno y otro lado, pero yo ya no tengo edad para eso y por lo que veo tú todavía menos. Lo que si te puedo decir es que desde mañana mismo ya vas a tener varios ojos más observando tus comentarios y tus ataques hacia mi para denunciar inmediatamente cualquiera de ellos. Es lamentable conocerse así, pero me da la sensación que tú era lo que buscabas y yo he pensado: pues vamos a darle el gusto.

¿Aburrido? ¿Acomplejado? Me he perdido, ¿nos conocemos de algo? No es mi intención ni un momento entrar en una confrontación personal contra ningún bloggero. Sí usé el vídeo de Javier Villacorta es porqué ese vídeo es público, y está en You Tube para que todo el mundo pueda verlo y me venía muy bien para constatar mis tesis.

Sí leemos la entrada de la discordia a penas dedico unas líneas a Javier Villacorta. Sí tanto le han ofendido mis palabras le hago un ofrecimiento. si me lo pide puedo borrar la entrada, pero eso sí, si quiere seguir escribiendo públicamente, aprenda a encajar las críticas.