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miércoles, 30 de marzo de 2016

Nos la queréis dar con Venezuela

Leo en RT que en Venezuela la oposición pro-golpista aprobado en  una ley parecida a la Ley de Amnistía de 1977, hoy la podríamos llamar ley de impunidad franquista. Los venezolanos aprenden rápido. Según RT:
La Asamblea Nacional de Venezuela ha aprobado este martes el proyecto de ley de amnistía y reconciliación que prevé liberar a decenas de los denominados "presos políticos", informa AP. El proyecto abriría la puerta a la liberación del líder opositor Leopoldo López. La aprobación de dicha ley fue una de las principales promesas de la coalición opositora en la pasada campaña electoral. El presidente venezolano,Nicolás Maduro, ha advertido de que vetará la ley. "Tenga la seguridad de que esa ley por aquí no pasa, caballero. Leyes para amparar terroristas y criminales, no pasarán. Hagan lo que hagan", declaró el mandatario previo a la votación en el segundo y último debate el proyecto de la ley. La ley podría sacar de prisión a unos 78 "presos políticos". Se trata de un grupo de dirigentes políticos presos, a quienes el Gobierno responsabiliza de haber incitado a las violentas protestas ocurridas en febrero del 2014 que culminaron con decenas de muertos y heridos.  Sin embargo, hasta el momento no está claro si entrará en vigor porque Maduro podría enviarla a revisión del Tribunal Supremo de Justicia.

Hoy -más que nunca- está de actualidad el artículo escrito por Rafael Escudero Alday para La Marea. Rafael Escudero es Profesor Titular de Filosofía del Derecho; licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Doctor en Derecho; Programa de derechos fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid; Premio Extraordinario de Doctorado.


Venezuela: no diga amnistía, diga impunidad
“Es tan amplia la amnistía que incluye delitos relacionados con el terrorismo: en concreto, la “asociación para delinquir” y el delito de financiación al terrorismo”, escribe el autor





Con los votos de la actual mayoría parlamentaria, la Asamblea Nacional venezolana ha aprobado un Proyecto de Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional.  En él se amnistía un amplio abanico de hechos punibles cometidos desde el 1 de enero de 1999 hasta la entrada en vigor de la ley, relacionados con actividades muy diversas, siempre que se hubieran cometido por motivación política.

Sin entrar en detalle en el contenido de la ley, un análisis que ya hizo Pascual Serrano en este mismo medio, la lectura de sus principios generales permiten comprobar que su objetivo dista mucho de ser la reconciliación nacional. Además de amnistiar a Leopoldo López -condenado a 13 años de prisión por su implicación en las protestas de 2014 que causaron la muerte de 43 personas- y a quienes como él participaron en actividades políticas nada pacíficas, la ley impugna el funcionamiento del sistema judicial venezolano desde 1999, es decir, desde la llegada de Chávez al poder.

Para lograr sus objetivos, la ley busca legitimarse mediante el uso de la retórica propia de la justicia transicional. Bajo este concepto se agrupa toda una serie de medidas tendentes a garantizar en situaciones de transición política los derechos a la verdad, justicia y reparación de las víctimas de graves violaciones de derechos humanos cometidas en el pasado con el objeto de que estas no caigan en el olvido. En este caso, el recurso a la justicia transicional se aprecia tanto en el propio título del proyecto, donde se apela a la reconciliación nacional, como en su texto, plagado de expresiones tales como “crear un clima que favorezca la convivencia”, “un espacio compartido para el encauzamiento institucional del proceso democrático”, “recomponer el tejido social” o “cerrar heridas políticas y sociales”.

Sin embargo, en la Venezuela actual no concurren las circunstancias propias de la justicia transicional. Y ello porque no existe un proceso de transición política en marcha, ni su necesidad, al no encontrarse ese país bajo un régimen dictatorial. Buena prueba de ello son los resultados de las últimas elecciones legislativas, que dieron la victoria -y la mayoría en la Asamblea- a la oposición al presidente Maduro, quien reconoció de inmediato tales resultados. Difícilmente puede hablarse de dictadura en ese contexto.

Otra característica del proyecto es la amplia tipología de los delitos amnistiables. Actos violentos contra la integridad de las personas o destrucción de bienes públicos, pasando por la fabricación y porte de armas o artefactos explosivos. Hasta el tráfico de drogas de menor cuantía o el uso de menores en la comisión de delitos. Basta con que se alegue intencionalidad política (o haberse realizado en manifestaciones o protestas políticas) para que tales delitos queden bajo el paraguas de la amnistía. Que el “menudeo” de droga pueda ser considerado una acción política forma parte de las falacias del proyecto.

Es tan amplia la amnistía que incluye delitos relacionados con el terrorismo: en concreto, la “asociación para delinquir” y el delito de financiación al terrorismo. En este sentido, sería interesante conocer la opinión de la derecha española -y de las asociaciones de víctimas- sobre el hecho de que una ley ponga negro sobre blanco una amnistía para acciones terroristas. Además, el proyecto rompe con la visión generalizada que se tiene hoy de las amnistías. Aun siendo admisibles como medida de reconciliación, nunca pueden suponer un pasaporte para la impunidad. Esto implica que la aplicación de la amnistía debe realizarse siempre tras una investigación y aclaración de los hechos acaecidos. La amnistía extingue la responsabilidad penal, pero no el derecho a la verdad -es decir, a conocer lo sucedido- de las víctimas.

El proyecto muestra su verdadera cara cuando afirma que la amnistía no supone un “reconocimiento o atribución de culpabilidad o autoría respecto de los eventuales beneficiarios de la medida”. Es decir, que, de entrar en vigor, sus beneficiarios no se verán nunca obligados a reconocer los hechos ni a manifestar perdón o arrepentimiento por lo sucedido. Tampoco se verán obligados a indemnizar a las víctimas de sus acciones delictivas. Ni ellos mismos ni los poderes públicos, dado que el texto advierte que no tiene “implicaciones económico-financieras”.

Entendidas como instrumentos de reconciliación, las amnistías deben contar siempre con el acuerdo de las víctimas. Sin su participación en su diseño y aplicación, no son admisibles en la cultura de los derechos humanos. Una cultura de la que están muy alejados los dirigentes venezolanos que han impulsado este proyecto. En el articulado no aparece ninguna medida de solidaridad, reconocimiento o reparación hacia las víctimas de esos hechos violentos y delictivos. Al ignorarlas, lo que muestran es su más absoluto desprecio hacia ellas. La palabra que mejor define este proyecto es impunidad. Por cierto, ¿serán conscientes el PP, el PSOE y Ciudadanos de lo que están apoyando?

6 comentarios:

  1. La diputada Delsa Solórzano aseguró poco antes de que se aprobara la ley, que consta de 29 artículos, que con esta norma no será amnistiado ningún homicida sino "los presos políticos" (El Mundo, 30-3-2016)

    Esta es la idea que yo defiendo. Amnistía sólo para los presos políticos, que es además, según tengo entendido, lo que habían prometido en las pasadas elecciones los partidos de la oposición.

    Reconocerás, que es lógico que al menos exista la duda sobre si determinados presos son realmente responsables de los graves delitos que se les imputan en relación con las manifestaciones en las que murieron cuarenta personas, cuando tenemos al fiscal que acusó a Pedro López, en el exilio y reconociendo que se manipularon las pruebas contra él.

    Cuando menos, sería exigible que se repitiera el juicio y se garantizara que el mismo se celebrara con todas las garantías procesales . Mientras no se haga, existirá lógicamente la duda de si en Venezuela hay presos políticos.

    Otra cosa. Me parece muy grave, gravísimo, que algunos califiquen a la oposición venezolana, formada por un montón de partidos políticos, de todas las tendencias ideológicas...., de progolpista. A esa oposición la han votado mayoritariamente los venezolanos y por eso están en el parlamento votando leyes. ¿ Se está llamando indirectamente progolpista a la mayoría de la sociedad venezolana que los ha votado? Muy fuerte, eh. Recordemos que la ley de amnistía, figuró entre las promesas electorales de la oposición en las pasadas elecciones legislativas.

    A ver si vamos a creer en la democracia sólo cuando nos interesa.

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  2. "Otra cosa. Me parece muy grave, gravísimo, que algunos califiquen a la oposición venezolana, formada por un montón de partidos políticos, de todas las tendencias ideológicas....",

    Quieren sacar al golpista Leopoldo lópez de la cárcel, ese en el motivo final de la Ley de Impunidad venezolana. Por eso los llamo pro-golpistas. mis argumentos tengo. así que menos llevarse las manos a la cabeza amigo. "grave"..., "gravísimo" dice. En fin, cada uno tiene su opinión.

    ¿Te has leído lo que propone la ley:

    "Es tan amplia la amnistía que incluye delitos relacionados con el terrorismo: en concreto, la “asociación para delinquir” y el delito de financiación al terrorismo".

    En próximas entregas seguiremos hablando de la extremaderecha golpista venezolana.

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  3. "Leo en RT que en Venezuela la oposición progolpista....."

    Al leer esto, he interpretado que lo de oposición progolpista es lo que habías leído en el mencionado medio y por tanto no era de tu cosecha la frase, por lo cual no me estaba refiriendo a ti sino a los que piensan de esta manera. Ahora veo que la asumes como tuya y que yo estaba equivocado.

    Hombre, como vas a pretender que en un espectro ideológico tan amplio, con tantos partidos políticos, creo que veintitantos, de todas las ideologías, todos unidos contra el chavismo, pueda ser la oposición venezolana, toda ella, progolpista.

    Hombre, por favor, amigo Tony, parece que al final del comentario se atisba un halito de rectificación cuando dices, "seguiremos hablando de la extremaderecha golpista venezolana", aún cuando incluyas en esta ideología al partido de Leopoldo López a pesar de que ya te comenté que pertenece a la internacional socialista. Cosa que tú sabes que es cierta.

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  4. Ya he dado mi punto de vista, pero sé como son estas cosas y prefiero insistir. Ya he manifestado que estoy a favor únicamente con la amnistía en los casos de presos políticos.

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  5. Hombre, Ciudadanos también decía que eran de centro izquierda y don Felipe González también dice ser socialdemocráta. Socialdemócrata ya es cualquier cosa. De todas forma en Venezuela hay los mismos PRESOS POLÍTICOS QUE EN ESPAÑA.

    Claro que lo de pro-golpista es de mi cosecha, sabes de sobra mi opinión, te la he contado personalmente infinidad de veces. Tengo mis razones para opinar así.

    ¿Y Podemos que es extrema izquierda o socialdemócrata? Ellos como partido dicen ser socialdemócratas.

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  6. Hombre, que yo recuerde nunca me has dicho que toda, absolutamente toda la oposición, es progolpista.

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