Ramón Ropero llama fascista al alcalde de Guadiana del Caudillo y éste le desea la muerte

Hoy, según informaba la prensa local, el Pleno de la Diputación de Badajoz, aprobaba con los votos a favor del PSOE, una moción presentada por el grupo socialista con el fin de  reprobar al alcalde de Guadiana del Caudillo y diputado provincial, Antonio Pozo Pitel, por asistir a una cena en honor de Franco en la Fundación que lleva el nombre del dictador fascista. Recordemos que la FNFF también premiaba al alcalde de Guadiana del Caudillo por su lucha contra la ley 52/2007 (Ley de la Memoria Histórica)

El Pleno de la Diputación Provincial fue bronco y grosero. Tras la votación donde la moción se aprobaba con los votos a favor del PSOE y la abstención del PP, El alcalde Antonio Pozo Pitel llamaba antidemócrata al presidente de la Diputación, Manuel Gallardo. A este insulto respondía Ramón Ropero tildando de "fascista" al alcalde de Guadiana del Caudillo. El alcalde del pueblo con denominación franquista seguía la bronca alegando que el fascista era Ramón Ropero a la vez que le deseaba la muerte. Mal por Ramón Ropero por entrar a saco en las descalificaciones, y peor por el Alcalde del pueblo franquista por comenzar la bronca y desear la muerte de sus propios compañeros.

Para acabar de arreglar la bronca, el boss (José Antonio Monago), ha añadido que el diputado ya se había disculpado la semana pasada:  "No creo que haya que seguir insistiendo en este tema, si tuviera la más mínima duda de que un compañero no estuviera de acuerdo con el sistema democrático, no estaría en el PP", y ha rematado la faena argumentando que: "Ya ha pedido disculpas, ¿qué quiere, que lo pongan en la plaza pública? Podemos tiene añoranza por el castrismo, por Venezuela, Otegi y no se disculpa".

Las disculpas, las únicas, fueron por parte del secretario provincial del PP de Badajoz y diputado de la Asamblea de Extremadura, Juan Antonio Morales, que en un comunicado de prensa expresaba su más "profundo pesar por el daño que mi presencia en este acto haya podido ocasionar a la imagen del Partido Popular". De todas formas Antonio Pozo Pitel, el Alcalde de Guadiana del Caudillo, ni pidió perdón ni mostró arrepentimiento.

Sería más creíble la petición de perdón de Juan Antonio Morales si repudiara en público el galardón con el que la FNFF le premió, cosa que no va a suceder. Seguirán con sus "aficiones" filofranquistas en secreto. No en vano Morales en la cena de la FNFF, afirmó que los niños en las escuelas recibían una versión tergiversada del franquismo. La FNFF lo narraba así:

Juan Antonio Morales, profundamente agradecido, nos narró la lucha política permanente que mantienen contra el Presidente de la Diputación Provincial de Badajoz y el Partido Socialista, en su afán por borrar cualquier vestigio del franquismo. A modo de anécdota, contó el adoctrinamiento al que se tiene sometido a los jóvenes en los centros de enseñanza, en los que se les cuenta una versión tergiversada del franquismo. Además glosó y elogió el Plan Badajoz, por el que nuestro Caudillo expropió 225.000 hectáreas a terratenientes para dárselas al pueblo, a la vez que construía en dichos terrenos una serie de poblaciones, entregando las casas a los nuevos habitantes.

Monago, ex Presidente de la Junta de Extremadura y actual presidente del Partido Popular de Extremadura, con sus declaraciones ( Podemos tiene añoranza por el castrismo, por Venezuela, Otegi y no se disculpa) ha demostrado que el hombre es el único animal al que le gusta el olor de sus propios pedos.

En fin, el coqueteo descarado con el franquismo por parte de miembros del PP no le pasa factura a nadie. Cristina Teniente, la portavoz del PP extremeño, no se mostraba conforme con lo ocurrido en la FNFF y agregó que: "Ni Francos, ni Castros, ni Maduros; eso es lo que tengo que decir como representante de este partido y por lo tanto todo lo que se salga de ahí nos parece una conducta injustificable". Estamos seguros que en el Partido Popular los "castros" o los "maduros" no gustan nada, ya lo han demostrado. Lo que está por demostrar es que en el PP, Franco -el asesino del pueblo bendecido por la Iglesia-, no guste nada.

Mucho nos tememos que el PP al completo es un partido, que aunque acepta la democracia del Régimen del 78, siente nostalgia por la figura del dictador. La prueba la tenemos en esa cerrazón del partido conservador por eliminar los vestigios del franquismo. Más pruebas no necesitamos: cada vez que le mencionan a Franco saltan con el y tú más (Venezuela, Castro, chavismo). De vergüenza democrática.