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martes, 21 de febrero de 2017

ASESINATOS EN LA PLAZA DE TOROS DE BADAJOZ (1)


Por Antonio Alfonso Hernández

El número de testimonios orales aparecidos en todos estos años, nos lleva a muchos al convencimiento absoluto de que  en la plaza de toros de Badajoz se cometieron múltiples asesinatos entre el 15 y el 19 de agosto de 1936. Como bien sabemos, las fuerzas del entonces teniente coronel Yagüe entran en Badajoz en la tarde del 14 de agosto, siendo por tanto éste el principal responsable de la matanza en el coso taurino.

No han escaseado precisamente los testimonios que confirman la masacre que cometieron.  Incluso hubo el caso de una persona que intervino telefónicamente en un programa de televisión de ámbito local, asegurando la veracidad de los crímenes que se cometieron en la plaza de toros. En esta ocasión se trataba de una familia que vivía a escasos metros del lugar y lógicamente padecieron el ruido de las descargas y por tanto se nos hace imposible que  la interviniente en el programa televisivo pudiera equivocarse. Fue en Localia TV de Badajoz y creo recordar que se trataba de un programa especial que motivó la aparición por aquellas fechas de un libro de Gutiérrez Casalá, La guerra civil en la provincia de Badajoz,  Represión republicano- franquista, donde el autor defendía que la matanza de Badajoz ocurrió realmente en el denominado por entonces campo de San Juan y no en la plaza de toros.

 Desde hace muchos años,  es frecuente que al tratar el tema con una persona de cierta edad, o descendientes directos de los que lo vivieron,  la apreciación suya sea casi siempre la misma.  “Si, si, en la plaza de toros mataron a mucha gente cuando entraron los nacionales”, suelen responder. Dicho sea de paso, resulta evidente que la propaganda franquista ha calado tan hondo que a día de hoy aún tenemos  que soportar algo indignados  la famosa coletilla, “nacionales” cuando se refieren a los golpistas. Es más, se produce la extraña circunstancia de que en algunas ocasiones quienes así se expresan  sean partidarios de la II República o personas claramente antifranquistas.

Volvamos  al tema que nos ocupa, el de la plaza de toros. Este convencimiento está muy arraigado  entre los ciudadanos de la ciudad. Es más, se diría que es una idea que se ha ido transmitiendo de padres a hijos y así sucesivamente hasta nuestros días. No vamos a negar, naturalmente, que también hay un buen número de personas que consideran que tal hecho no se produjo o al menos lo ponen en duda.  En este caso, creen que la plaza de toros fue solamente  lugar de concentración de los presos aunque luego los mataran en otro lugar. Manuel Carracedo, capitán de la guardia civil en agosto del 36 que llegó al generalato y a presidir la Diputación de Badajoz en los años sesenta, defendió esta idea en el documental, La Batalla de Badajoz.

Los testimonios orales tienen una importancia capital para el esclarecimiento de determinados episodios de la guerra civil. Por lo general, son más importantes cuando además están complementados con documentos que confirman la veracidad de lo expresado por esos testigos. Pero de igual forma tenemos que decir que esos testimonios cuando abundan en la misma dirección, si además aportan datos muy precisos coincidentes con otros testimonios es que son relevantes o al menos dignos de ser tenidos en cuenta para el esclarecimiento de lo ocurrido.

Además, los que ponen en tela de juicio los testimonios orales advirtiendo que hay que “cogerlos con pinza”  y que lo que cuenta son los documentos, yo les respondería que efectivamente, hay que saber separar el grano de la paja pero eso también con los documentos. Ha ocurrido con relativa frecuencia que estos contengan algún error, falsedad o lo que es peor, que el documento que se da por bueno resulté ser completamente falso. Es el caso, por citar un solo ejemplo, de los famosos papeles de Borrás que tanto juego les ha dado a determinados historiadores o investigadores derechistas, para defender la teoría de la inexistente conspiración izquierdista aunque en este caso uno de los más destacados de ellos,  Ricardo de la Cierva, advirtiera muchos años atrás que los “documentos” eran falsos. Por no hablar de la cantidad de tergiversaciones y falsedades  que contiene la causa general.

Lo cierto y verdad es que existe una determinada corriente de opinión historiográfica que no sólo se muestra reduccionista en lo referente a la matanza de Badajoz, sino que en algunos casos niegan la existencia de los fusilamientos en la plaza de toros.

 Voy a pasar casi de puntilla  lo que argumentó  en su momento el exitoso historiador, Pio Moa, recientemente anunció su retirada de los temas de la guerra civil, cuando escribió sin cortarse que cuando se construyó el Palacio de Congresos y Exposiciones de Badajoz, lugar donde se hallaba la plaza de toros,  no se encontró un solo casquillo de bala.  Con este grotesco razonamiento teorizó sobre la posibilidad de que allí no  se hubieran producido ejecuciones. Sobran por mi parte más palabras al respecto. Que cada cual juzgue.

La publicación en 2010 del libro,  La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda, trabajo realizado por Francisco Pilo, Moisés Domínguez y Fernando de la Iglesia, creó una cierta controversia, al menos en los  ambientes  blogueros, debido principalmente a la valoración reduccionista que hacen del número de víctimas republicanas.


Insisto en lo que he escrito otras veces. La aportación del material fotográfico es para mí lo mejor del libro, sin querer por ello olvidarme de la importancia que tienen las crónicas que incluyen en dicho trabajo de los periodistas y cámaras que entraron en la ciudad a partir del 15 de agosto Otra cosa es la interpretación, errónea a mi entender, que de algunos fragmentos de las mismas hacen los autores. Las fotografías aunque se publicaron en su momento en la prensa portuguesa, resultaban desconocidas para los estudiosos del tema y para el gran público en general. Cabe destacar una por el debate que suscitó aunque todas tengan el mismo valor histórico.

Aún cuando en este libro se admite que en la plaza de toros hubo fusilamientos, a la hora del recuento de fallecidos la citan expresamente, no parece muy claro que a día de hoy mantengan la misma posición. Reconozco que lo desconozco pues en los últimos tiempos les he perdido la pista.


Dicha fotografía fue tomada el 15 de agosto de 1936 y publicada al día 17 en el Diario de Noticias. En ella podemos apreciar una visión parcial de la plaza de toros, probablemente  poco menos de un tercio, donde se observa la existencia de dos cadáveres, posibles víctimas de los bombardeos  sobre el recinto taurino, uno yace en el pasillo del burladero y el otro en el albero, algunos vehículos pertenecientes a las fuerzas republicanas, uno de ellos prácticamente destrozado, una parte del tendido  significativamente dañada por los efectos de las bombas, trozos de madera procedentes del burladero esparcidas por el albero, así como algunos proyectiles sin explotar, etc….

Estamos de acuerdo que la fotografía  demostraría que efectivamente no hubo una matanza como la que describió el diario La voz en Octubre de ese mismo año; con multitud de personas jaleando y celebrando desde las gradas el asesinato de las víctimas, con ametrallamientos másivos,1800 personas asesinadas en 12 horas dejó escrito el periodista norteamericano Jay Allen, etc, etc. Pero tenemos que decir que en las fechas que se publicó el libro antes citado ya existía un enorme consenso entre los historiadores en cuanto a la falsedad de dicha información.  Es evidente que una masacre de esa naturaleza, no hubiera pasado desapercibida para los periodistas que visitaron la plaza de toros en la mañana de 15 de agosto.

Tenemos las crónicas, por citar un ejemplo, del periodista portugués, Mario Neves, que en su visita a la plaza de toros del día 15 de agosto describe los destrozos ocurridos en la misma y la existencia de algunos cadáveres en la arena tal y como muestra la fotografía. El rumor
insistente en Elvas, localidad portuguesa muy próxima a Badajoz,  sobre los fusilamientos masivos que se estarían produciendo le lleva a visitar de nuevo el recinto a la mañana siguiente, donde constata que el lugar se encuentra de la misma manera que el día anterior y con los mismos cadáveres, lo cual le hace llegar a la conclusión de que los rumores son infundados.

No obstante, hay que decir que en los años ochenta, Neves, en una entrevista que concedió confirmó la existencia de los fusilamientos en la plaza de toros de Badajoz en aquellas fechas.

Pero la realidad  indica que entre el 15 y el 19 de agosto de 1936  se efectuaron asesinatos en la plaza de toros de Badajoz. Por tanto, llegaríamos a la conclusión de que la fotografía, de gran valor, sin duda, desmiente los asesinatos masivos pero no que se pudieran estar cometiendo a menor escala.

Seguimos en las páginas de La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda. En ellas, los autores dan la cifra de 450 a 500 personas entre muertos en combate y víctimas de la represión franquista, entre el 14 y el 18 de agosto, debemos suponer que se refieren hasta la la mañana del 19 que es cuando abandona  Yagüe  la ciudad,  considerando que  la mitad fueron  represaliados, es decir, entre 225 y 250 personas.

 Sin salirnos del libro. En  las crónicas de los periodistas encontramos una horquilla que oscila entre 500 y 800 personas muertas en la batalla de Badajoz.

Aunque nos parece bastante por debajo de las cifras que consideramos reales, United Press en el artículo del día 16 y publicado el  día siguiente, va un poco más allá pues en este caso facilita los datos aportados por el  comandante Castejón, uno de los asaltantes, que les contó que hasta la fecha el número de víctimas izquierdistas, entre muertos en combate y represaliados, era de 500 personas. Aún sin ser una cifra con la que podamos estar de acuerdo, observamos que está muy alejada de la que defendieron los autores en el libro. Si sumáramos a los 500 los asesinatos que aún habrían de producirse hasta la mañana del día 19 nos encontraríamos con una cifra de víctimas mortales que no bajarían de 1000,  ¿Cómo explican este desfase si sólo en la batalla se iguala la cantidad total de muertos que ellos defendieron?

 El caso es que no dejamos de encontrar   informaciones que nos lleva a la confirmación de los hechos. Recientemente localicé  en internet una información con un titular excesivamente llamativo, “ Los moros no cometieron la matanza de Badajoz”, aparecida en el diario Hoy, versión digital, el lunes 17 de abril de 2006, resultado de la entrevista que  Francisco Sánchez  Ruano, historiador, escritor y profesor de la Sociedad de Estudios Internacional de Madrid, aparte de ser periodista y conferenciante, ofreció al citado diario.

Al ser preguntado por el periodista sobre su afirmación de que los moros, (Así se les llamó durante la guerra  a los miembros pertenecientes a las fuerzas regulares de Marruecos)  no estuvieron detrás de la matanza de Badajoz, Sánchez Ruano, autor del libro, Islam y la Guerra Civil Española, respondió .

 “Un hijo de un Guardia Civil me dijo en Badajoz  que su padre sólo hacía un servicio por la noche en aquella época, que era ir a asesinar a gente. Cuando los moros y la Legión  asaltan Badajoz, el 14 de agosto de 1936, se trata de la primera batalla seria de la Guerra Civil. A la mañana siguiente del asalto de Badajoz, las tropas de choque ya están rumbo a Madrid, de nuevo en el frente. Obviamente, la matanza de Badajoz de la plaza de toros no la pueden hacer los moros, porque no estaban. Tampoco la hicieron los falangistas ni los requetés, porque no eran tropas regulares. La hizo la Guardia Civil, como ya he dicho antes, que era la unidad que estaba para operaciones de retaguardia. ¿Porqué  (sic)  en la plaza de toros? Por una razón, era el lugar más grande. Los prisioneros salían al ruedo y se iban encontrando con unos pelotones de guardias civiles que los fusilaban de 20 en 20. ¿Por qué esta cifra? Porque ésta era la capacidad máxima de la camioneta que tenía el ayuntamiento (sic) para trasladar los cuerpos . Esto pasaba también durante las noches, de forma que en todas las casas de la ciudad se oían las descargas. Hay que tener en cuenta que Badajoz y Extremadura tienen una gran importancia estratégica porque las tropas sublevadas rompen las líneas de la República. Es en Mérida donde en Agosto del 36, se unen las tropas rebeldes del norte con las del sur. Es la primera vez que se deja relativamente aislada a la República”

Algunos datos aportados en esta entrevista de la que sólo hemos extraído una parte, la que se refiere al tema de la plaza de toros, son coincidentes con lo manifestado por otros testigos directos del horror como ya veremos más adelante.

Aunque el titular se refiere a la matanza de Badajoz, ya hemos visto que Sánchez Ruano está refiriéndose exclusivamente a la matanza en la plaza de toros.  Todos sabemos que la matanza se produjo también en otros sitios. En la propia batalla que culminó con la entrada de los fascistas ya inician la matanza cuando rematan a los heridos y ejecutan a muchos de los que se rindieron. Es obvio que en la naturaleza de la mayoría de los asaltantes no entraba lo de hacer prisioneros en medio del asalto.

CONTINUARÁ

ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ, 20 de febrero de 2017

3 comentarios:

  1. lo esperpéntico del asunto, ya no es que minimicen todo lo que le sale de sus ilustrísimas seseras la matanza; ya se atreven a afirmar que en la plaza de toros no se fusiló a nadie.

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  2. Lo peor de todo es que sin base alguna. No olvidemos que la razón en la que fundamentan que hubo 450 0 500 víctimas,es el dato que publicó Mario Neves de los más de trescientos cadáveres carbonizados que vio en el cementerio la tarde del 16 de agosto.A partir de ahí hacen sus cuentas con esa cifra tan increible que ofrecen entre muertos en combate y fusilados. En lo que respecta a la negación que algunos hacen sobre los fusilamientos en la plaza de toros, debemos suponer que se debe a que no dan credibilidad a los importantes testimonios, de los que hablaré en la segunda parte, que demuestran los crímenes que allí se cometieron.

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