CATALUÑA: El socialismo patatero español se parece demasiado al conservadurismo españolista

Ayer estuve debatiendo con un conocido a propósito del problema catalán. Me decía que Podemos le estaba siguiendo el juego a los separatistas al llevar al Constitucional la aplicación del 155, intenté explicar que eso era una barbaridad, pero nada no había manera: "podemos odia todo lo español". El discurso conservador y a la vez fascista de los años 30 ha vuelto a surgir. La izquierda es de nuevo la "anti-España". Ya lo dijo Miguel Ángel Aguilar:

Porque los valedores de la españolez están siempre estrechando el perímetro de su particular España y ampliando el de sus sospechas para incluir allí a cuantos actúan con conciencia y criterio propio sin atender a la servidumbre que les querrían imponer. 

"...PROCEDE realizar una advertencia previa: ninguna Constitución puede autorizar que ante una vulneración de sus disposiciones se actúe vulnerando otras;el mal no legitima el mal, ni el error el error, cualquier norma constitucional debe ser interpretada de conformidad con las restantes, no existiendo diferencias de rango o jerarquía entre ellas a menos que expresamente se señale...." (...) "...  la persecución de incumplimientos del Parlament la desarrollan los tribunales, particularmente el Tribunal Constitucional. A ningún ejecutivo se le ha dado tal potestad respecto de un órgano legislativo. De ahí que el artículo 155 se refiera al presidente de la Comunidad Autónoma y no habilite actuar contra el parlamento autonómico por esta vía. Su aplicación para actuar contra un parlamento vulnera la Constitución y atribuye a un órgano ejecutivo (el del Estado) competencias de las que constitucionalmente carece y que usurpa a su legítimo detentador..." Así de claro y contundente se mostraba el columnista Joseba Iñaki Sobrino: el artículo 155 se aplicó de forma retorcidamente torticera. Explicar esto, y que lo entiendan, a tanto lobotomizado por los mass media es misión imposible: tanto como predicar en el desierto, una verdadera pérdida de tiempo. Aún así nos es grato avisar a la secta del 78 que les están engañando, aunque es posible que les de igual y que les guste vivir en  plena indigencia mental. Allá ellos.

Si en El País o en otro diario similar -hoy tanto  La Razón, El Mundo, ABC, El País son las patas del mismo banco- dicen que Podemos secunda al separatismo al impugnar el artículo 155, pues una legión de robots humanos salen -como si de una inmensa manada de borregos se tratara- a gritar por todos los rincones de España que Pablo Iglesias y su camada "podemita" son tan separatistas como Puigdemont u Oriol Junqueras, por atacar el infame artículo 155.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, hizo un llamamiento al diálogo este viernes en Cataluña, minutos antes de que el Parlament diera luz verde a la declaración de independencia, considerando "ilegal" e "ilegítima" dicha declaración, ya que los independentistas "tuvieron un resultado electoral que les da derecho a gobernar, no a declarar la independencia".

Qué Pablo Iglesias declarara ilegal e ilegítima la declaración de independencia en Cataluña -algo que cualquiera sabe- y que afirmara rotundamente que los independentistas tan solo pueden gobernar pero no declarar la independencia, es algo absolutamente irrelevante; con decir que estos recalcitrantes "podemitas" son los reyes de la ambigüedad asunto resuelto. Cuanta maldita estupidez.

Ambiguedad: "Que puede entenderse o interpretarse de diversas maneras". La posición de Podemos, y por extensión de Ada Colau, solo se puede interpretar de una manera, otra cosa bien distinta es que estos mequetrefes con carnet de periodista confundan a la sociedad

Vivir en el centro -o ser moderados- es lo que tiene. Un día puedes tener una patita en la derecha y al otro en la izquierda (o si no fijaros en C's o en le PSOE de Sánchez), y es que el moderantismo es lo que tiene. Lo mismo pasa con el catolicismo: puedes ser católico sin pisar una puñetera iglesia la mayor parte de tu "católica" vida, a no ser que los acontecimientos sociales lo reclamen (bodas, bautizos, comuniones y defunciones) ¡por supuesto!. Si todos los millones de personas que saturan la calle para ver unas figuritas desfilar durante la Semana Santa acudieran a misa regularmente, no habría suficientes iglesias en el "solar patrio". Y es que los españolitos somos "mu"activos en esto de las tradiciones. No vamos a negar desde aquí el arraigo cultural de la Semana Santa, pero sí lo extraño que se nos hace que el catolicismo se parezca tanto al Guadiana, que aparece y desaparece como por arte de magia.