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lunes, 18 de febrero de 2019

La izquierda en la Guerra civil, según los "iluminaos" de Twitter


Buscando información sobre Spirimán acabé en su cuenta de twitter y vi que había compartido un tuit de Alvise Pérez, que parece ser que es otro experto venezonólogo. Esto me llevó a mirar que clase de información compartía este señor con sus seguidores y me encontré con la siguiente mierda:

La Pasionaria no condenó a muerte a nadie, ni provocó guerra alguna. Para empezar, la conspiración de los generales africanistas llevaba ya varios meses en marcha. La famosa frase que dicen que le dijo a José Calvo Sotelo, "este hombre ha hablado por última vez", fue un invento de Josep Tarradellas, según las investigaciones del historiador Alejandro Sánchez Moreno; además, según se descubrió en la posterior investigación, el asesinato del líder de los monárquicos se produjo como vendeta por el asesinato del tte. Castillo. Un mes antes habían asesinado al capitán Faraudo, compañero de Castillo.

En un principio los asesinos fueron a por Gil Robles, como este estaba fuera de España, buscaron a Antonio Goicoechea, fundador de Renovación Española, y como a este sujeto tampoco lo encontraron acabaron en la casa de Calvo Sotelo, el cual fue detenido y posteriormente asesinado. 

La Pasionaria, según contó ella misma, cuando ganó el Frente Popular fue a la cárcel a abrir los cerrojos de los presos de la Revolución de Asturias, no a liberar a criminales -se había prometido una amnistía-. No olvidemos que la derecha encarceló entre 15.000 y 25.000 personas; o lo que es lo mismo, a miles de inocentes que ni siquiera habían podido participar en la huelga revolucionaria.

Según el "historiador circunstancial", Alvise Pérez, Largo Caballero "cometió asesinatos de Estado". Lo dice en plural. ¿Cuantos asesinatos cometió?, 2, 3, 300, 3.000? Todo mentira, mentiras que se repiten una y otra vez, como eso del expolio del patrimonio nacional. No hay solución posible.

Internet y pseudohistoriadores tipo Moa o Vidal, o historiadores farsantes -donde prima más el sesgo político que la busqueda de la verdad-, han enmierdado tanto la historia, que personas como Alvise Pérez se atreven a dar lecciones sobre la compleja historia de la II República y la Guerra Civil, en tan solo cuatro frases.

3 comentarios:

  1. Amigo Juan, lea usted este enlace sobre Dolores Ibarruri y juzgue usted mismo : La Pasionaria también comió comunistas https://www.actuall.com/criterio/democracia/la-pasionaria-tambien-comio-comunistas/ vía @actuallcom

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  2. Querido alfonso, conozco el portal Actuall -una filial de Hazte Oír-, y conozco a Pedro Fernández Barabadillo. Miente más que corre:

    "A Jose María Gil Robles y José Calvo Sotelo dedicó abundantes amenazas de muerte, muchas de las cuales eran borradas del Diario de Sesiones".

    Esto es mentira. Mentira cochina.

    "A Jose María Gil Robles y José Calvo Sotelo dedicó abundantes amenazas de muerte, muchas de las cuales eran borradas del Diario de Sesiones por el masón presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio.

    Josep Tarradellas, diputado de ERC, declaró en 1985 que él le escuchó espetar a Calvo Sotelo que había hablado por última vez. Poco después, un comando terrorista formado por policías y pistoleros del PSOE secuestró y asesinó al diputado monárquico".

    Esto es mentira.

    "difundió el bulo de la quinta columna para amparar el genocidio de enemigos de clase en Madrid en el otoño de 1936, que se realizó en Paracuellos;"

    Más mentiras. Un poquito de por favor

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  3. Javier Cervera Gil -nada sospechoso de "rojo", sobre la Quinta Columna-:

    "La irrupción de esa realidad quintacolumnista, ya detectada en el mismo mes de agosto de 1936, trató de ser combatida y controlada por las autoridades gubernativas, es decir, las fuerzas de orden público del estado republicano: la guardia de asalto, la guardia civil, y los carabineros, como agentes de investigación y vigilancia. Sin embargo, al igual que en todos los ámbitos de la retaguardia había que constatar la lealtad a la República de los que en ese lado de España habían quedado, también había que hacerlo con los integrantes de estos cuerpos encargados, precisamente, de luchar contra esos traidores de la quinta columna… Pero, todos los agentes de esas fuerzas de orden público ¿eran realmente leales a la República? Y, si no lo eran, ¿se limitaron a esperar el final de la guerra desempeñando las funciones propias de su puesto o, por el contrario, aparentando lealtad a la República, en realidad colaboraban con el bando franquista emboscados en la retaguardia republicana, es decir, desarrollaban actividades quintacolumnistas y de espionaje? Esta última realidad es el objeto de análisis en este trabajo".

    https://journals.openedition.org/diacronie/4727

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