La participación en las elecciones andaluzas se quedó en el 58,6%, la más baja desde 1990, cuando tocó el suelo del 55,4%. Solo ese año hubo más votantes que no acudieron a votar desde el inicio de las elecciones autonómicas en Andalucía en 1982. Este domingo votaron 3,6 millones de andaluces, pero 2,6 millones eludieron acudir a las urnas. La abstención fue la más alta desde 1990 con un 41,3%.Quiero aclarar que no estaba criticando a nadie por quedarse en su casa -cada uno que haga con su voto lo que le salga de los cojones-, tan solo estaba constatando una realidad. Parece ser que la abstención perjudica siempre a la izquierda: la derecha no duda en votar, aunque sea con la nariz tapada. Hoy los más extremistas ya se la pueden destapar y votar mas a gusto que un arbusto.
“A la espera de los estudios postelectorales, todo parece indicar que el electorado de izquierdas es el que se ha quedado en casa”, subraya Carmen Ortega, directora del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (Capdea). El País...👇
Aunque, como digo, no estaba criticando a nadie, un colega se sintió aludido:
Mi amigo me repetía lo que le llevo escuchando a García-Trevijano hace años: no tenemos separación de poderes, los partidos "estatales" en realidad no nos representan, no hay libertad política colectiva, etc, etc. respeto profundamente la opinión de mi querido colega, pero lo que no respeto son las tonterías de García-Trevijano. ¿Qué es eso de que los partidos no nos representan? o esto otro de que no hay libertad política colectiva. Esto último es la payasada más grande que se sacó Trevijano de la manga.
Los partidos nos representan tanto o más que en los EE.UU. Según Trevijano, en EE.UU. si hay democracia. En España los políticos de lo que fue el bipartidismo siempre acababan legislando para las grandes corporaciones tal y como sucede en los sacrosantos USA.
Según un estudio de The Economist: España, una de las únicas 20 "democracias plenas", por encima de los EE.UU. de Donald Trump. Trevijano ya murió, pero me gustaría mucho haberle oído en uno de esos horrorosos programas que colgaba en YouTube llamando ignorantes a todos los que escriben en The Economist. Porque habrán de saber una cosa, para García-Trevijano, todo el que no estuviera dentro de sus planteamientos era un ignorante que no sabía nada de nada. El sr. García-Trevijano lo que tenía era muy poca vergüenza y toda una cohorte de abducidos que se integraban en un movimiento con tintes sectarios (MCRC).
Claro está que podemos discernir y debatir sobre los planteamientos democráticos del ranking de The Economist, lo que nunca podremos es llevarle la contraria al legado de Trevijano, pues entonces seríamos todos unos ignorantes.
Sé muy bien lo que fue la Tra(ns)ición, he leído varios libros al respecto, hay dos que me gustaron mucho: Las cloacas de la Transición y la Transición sangrienta. En el Régimen del 78 puedo detectar déficits democráticos, pero con todo esto no pienso quedarme en casa tumbado a la bartola, porque un iluminado como García-Trevijano haya dicho que en España no hay democracia. Claro, y para administrar esta No Democracia vamos a dejarle el camino expedito al la derecha: Pablo Casado, Albert Rivera y ahora a los fachas de Santiago Abascal y cierra España:
Pues no, no hablaremos más de Franco que a día de hoy sigue en Cuelgamuros y que el TSJ amenaza con joder la exhumación, ni diremos nada de Vox, porque claro, no son un peligro para nadie; tan solo son un par de traviesillos que han formado un partido político -menos mal que no hay libertad política colectiva- para crear más diversidad en el centroderecha. ¡Hay que ver como somos en la izquierda! ¡Todo el día con la guerra del abuelo!
El Cuento de la Criada te parecía una distopía hasta que escuchas a Vox en el Parlamento Andaluz. pic.twitter.com/uEd0BhyInz— Cristina Hernández (@Cristina_H_) 14 de febrero de 2019
Después de escuchar a los fachas de Vox, ni me pienso quedar callado, ni mucho menos en casa: YO VOTO, aunque sea -comodice Fernando Hernández Sánchez- a una patata
Es curioso que The Economist considere democracia plena a una monarquía constitucional como Canadá y no a EEUU, una república donde los jueces y fiscales son elegidos por el pueblo en elecciones, hay democracia directa, voto de revocación de mandato (recall) de gobernadores y alcaldes, referéndums abrogativos, iniciativas legislativas populares vinculantes...
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