Mi voto es contra el clericalismo fascista

El Obispo de Santander ha aprovechado la situación privilegiada que tiene para influir en el voto de sus fieles. El muy listo ha hecho campaña por la derecha más retrógrada y rancia, y hoy por hoy está visto que ese puesto se lo ha ganado; primero Vox, y muy de cerca le sigue el PP: pero sobre todo los fascistas de Vox.

Este cura, como ciudadano que es, está en su pleno derecho de arengar a su rebaño -nunca mejor dicho- para que voten a esos partidos liberticidas y homófobos que tanto gustan a estos sotanudos. No ha sido el primero ni será el último. Un servidor no se opone a que estos ciudadanos vestidos de luto, a parte de rezar en la Iglesia; aconseje, al que quiera oirle, que es lo que tiene que hacer con su voto. los religiosos se atienen a las leyes del hombre, eso de ser juzgados por  Dios, hasta que no se mueran tienen que esperar, y como seres terrenales que son, deben de ser tratados como tales. Y así debe de ser: por ello pensamos que la Iglesia al no ser neutral debiera de ser tratada como lo que es, un lobby reaccionario con influencias políticas.

Sé que dentro de la Iglesia no todo el mundo es igual y que existe una Iglesia de base que no comulga con estos ultras, pero las oligarquías clericales son las que administran los dineros de esta institución, y son los que mantienen diarios, radios y televisiones que hacen propaganda de la derecha.

Debiera de desaparecer la X de la declaración del IRPF que tanto benefician a estos oligarcas del don divino, debieran de pagar exactamente los mismos impuestos que cualquier mortal. Y que nadie se preocupe por Cáritas, esta honorable organización se mantiene gracias a las donaciones privadas. Los curas siempre han sabido y saben vivir muy bien sin dar un palo al agua. Y el señor Obispo de Santander es un claro ejemplo de saber vivir como Dios sin tener que trabajar.

Después de los periodos de entreguerras, es decir, después de la II Guerra Mundial, Europa está gozando de la etapa más prospera -sin incluir las crisis sistémicas- y pacífico de su historia: en España tuvimos que esperar a que la diñara Franco. Hoy, aún existiendo anticlericalismo, no existe el peligro de que cuatro gilipuertas se pongan a incendiar iglesias. Pero no estemos descuidados. El fascismo que fue derrotado en Europa se está volviendo a expandir por la propia Europa, Latinoamérica y EEUU. En España nunca se había ido porque estaba hibernando en el PP, aquí ganó la guerra. Hoy han salido del armario. Espero, deseo y confío, que esto no vaya a más, y que la polarización política no vuelva a sacar de paseo a los fantasmas violentos del pasado. Si esto sucediera, que ójala no pase, y se volvieran a quemar Iglesias y a matar curas, debéis de recordar que la excusa de que los mataban por el mero hecho de ir a misa es una patraña. La misma patraña que se usó durante la Guerra Civil, el franquismo, y la misma patraña que los borregos -refiriéndonos al rebaño- siguen arguyendo hoy.