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lunes, 24 de febrero de 2020

¿Mi blog sería prohibido por la extremaderecha?

Marx-Engels-Forum, parque público en el distrito de Mitte en Berlín. Homenaje a Marx y Engels

Me han preguntado que si "¿eres consciente que según tu criterio y tu apoyo a la censura antifranquista tu blog sería ilegal en Polonia, Eslovaquia, Hungría, Ucrania.... por enaltecimiento de la extrema izquierda, hasta el extremo que en esos países es ilegal una camiseta de Che Guevara y la estrella roja de ciertas cervezas?"

Si Podemos es extremaizquierda, pues entonces a lo mejor si que estaría prohibido mi blog en esos lugares que nombran, pero no en el entorno de la Europa que nos toca más de cerca. Por ejemplo Portugal. Los socialistas portugueses en la anterior legislatura gobernaron con los apoyos del Bloco de Esquerda (BE), con 19 diputados; el Partido Comunista de Portugal (PCP), con 15; y el Partido Ecologista Os Verdes (PEV). Aquí en España las dos extremas derechas (PP y C's) y los fascistas (Vox), llamarían a esa alianza Frente Popular, o gobierno "fasciocomunista", esta última acepción ha sido acuñada por Iturgaiz en una entrevista con Jiménez Losantos. En el PP vasco están echando a los liberales y están dando relevancia a los más extremistas, no en vano Iturgaiz quiere formar una especie de CEDA o Falange Española de la JONS, o una mezcla de los dos partidos con las fuerzas del trifachito.

En Alemania, en 1956, durante la Guerra Fría, se prohibió el Partido Comunista Alemán, tras un procedimiento de cinco años, el Tribunal Constitucional prohibió el Partido por buscar 'una dictadura del proletariado'. Sin embargo, estos supieron reciclarse:
La Izquierda [Die Linke] nació como partido en 2007 gracias a la unión del viejo Partido del Socialismo democrático, heredero del partido comunista de la desaparecida RDA, con una fracción disidente del SPD liderada por Oskar Lafontaine. 

En Alemania está prohibida la exaltación del nazismo. En 2011 la tumba de Rudolph Hess fue desmantelada y sus restos fueron vertidos en el mar, para evitar así las peregrinaciones neoanazis:
"De esta forma se impedirá que acudan al pueblo nuevas procesiones de peregrinos fanáticos", explicó el responsable de la parroquia protestante, Peter Seisser. Desde 2005 las peregrinaciones nazis del 17 de agosto al cementerio del pueblo bávaro estaban prohibidas, pero sin mucho éxito. La comunidad estaba harta de tantos años de homenajes estivales neonazis. "Durante 18 años no me pude ir de vacaciones en agosto por ellos", dice Seisser, ex concejal. Leer más...👈



Por el contrario, en 2018 se realizó un multitudinario homenaje a los fundadores del Partido Comunista Alemán:


El mismo homenaje se repitió en 2019 y 2020, donde se volvieron a ver símbolos comunistas. Pero que muy comunistas:


Hasta se pudo ver una bandera de la II República.



En Alemania mi blog no estaría prohibido. En Francia (ver enlace...👈) o en Italia (ver enlace...👈) los partidos comunistas tampoco están prohibidos. En Francia son considerados delitos penales tanto la apología de los crímenes de guerra y contra la humanidad como el negacionismo del Holocausto o del genocidio cometido contra los armenios durante la dominación otomana en 1915. En Italia, la Ley Mancino, de 1993, castiga gestos, acciones y lemas relacionados con la ideología nazi-fascista y la incitación a la violencia y a la discriminación por motivos raciales, étnicos, religiosos o nacionales, y contiene penas por el uso de símbolos vinculados a los citados movimientos políticos. Aunque es justo decir que algunos jueces italianos han buscado en algunas sentencias saltarse, paradójicamente, la ley a la torera.

Mi blog sería legal en Portugal, Francia, Italia y Alemania. Cerramos esta entrada con un artículo de Fernando Hernández Sánchez sobre el comunismo y su intento de demonización, Oigamos la voz de los expertos.


Tiempos, combates, evidencias

Hace unos meses escribí aquí mismo sobre lo que la reacción europea va logrando imponer en las conversaciones de falso sentido común y, cada vez más, en las políticas de memoria pública: que fueron los bolcheviques los culpables de que sus ancestros ideológicos -los de los Orban, Salvini, Le Pen, o Alternativa por Alemania- tuvieran que ponerse como se pusieron. Eso pasa por provocar. Hace unas semanas, la Asociación Catalana de Ex-Presos Políticos del Franquismo me pidió un texto para leer en el homenaje anual que rinde a los fusilados en el Fossar de la Pedrera. Esta fue mi contribución:

«En septiembre del pasado año 2019, coincidiendo con el octogésimo aniversario del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el parlamento europeo aprobó una resolución equiparando al nazismo y al comunismo como regímenes igualmente totalitarios y genocidas. La cuestión no es nueva: ya desde los años de la guerra fría, los sectores ultraconservadores alimentaron un revisionismo historiográfico que cuestionaba el papel de la Resistencia y tendía, en última instancia, a absolver a los nazifascismos de sus responsabilidades criminales al caracterizarlos como una respuesta reactiva, indeseable pero explicable, ante la amenaza de extensión del comunismo soviético.



Lo que hasta hace unos años fue objeto de mero debate académico se ha convertido hoy en un asunto funcionalmente político. La declaración del parlamento europeo, bajo la iniciativa fundamental del grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, la República Checa y Eslovaquia), con el apoyo de los países bálticos llama a condenar “los crímenes cometidos por las dictaduras comunista, nazi y de otro tipo”, con escasa profundización en el contexto histórico y sin que quede muy claro, por ejemplo, si el franquismo queda incluido en este último cajón de sastre.

Se olvida deliberadamente que la Segunda Guerra Mundial no empezó estrictamente con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939, sino que tuvo como prólogo necesario la guerra de España de 1936 a 1939, el primer caso en el continente europeo de una agresión no declarada por parte del Eje a un estado soberano miembro de la Sociedad de Naciones ante la pasividad, inane o cómplice según los casos, de un impotente Comité de No Intervención.

Se soslaya el más importante y masivo fenómeno de solidaridad de la era contemporánea, cristalizado en la movilización de más de 35.000 voluntarios procedentes de 54 países que convirtieron en suya la causa de la República Española erigida en la primera trinchera contra el fascismo.

Se oculta que los comunistas españoles, que jugaron en la guerra civil un papel fundamental como impulsores de la creación del Ejército Popular, volcaron su experiencia militar en la resistencia contra la ocupación alemana tanto en Francia como en la Unión Soviética en la confianza, luego desengañada, de que los aliados les ayudasen en su momento a derribar a Franco.

Se difumina la responsabilidad de las potencias occidentales que, con su política de apaciguamiento, cuyo máximo exponente de humillación fue el Pacto de Munich de 1938, toleraron el rearme alemán, la rectificación unilateral de fronteras y la violación sistemática de las cláusulas del tratado de Versalles con la vana esperanza de que los impulsos agresivos de Hitler se canalizaran exclusivamente hacia el este de Europa.

Se minusvalora, cuando no se desprecia, el valor de la contribución militar de las fuerzas comunistas francesas, italianas, belgas, yugoslavas o griegas a la derrota de la Wertmacht, logrando con sus acciones en la retaguardia de los territorios ocupados obstaculizar líneas de suministro, sabotear la producción de guerra o paralizar el transporte de unidades, obligando al Alto Estado Mayor alemán a dedicar a su represión fuerzas que, de estar en el frente, habrían causado un incalculable daño a los ejércitos aliados.

Se echan al olvido las decisivas contribuciones de los comunistas franceses e italianos en los gobiernos de reconstrucción de postguerra, entre 1944 y 1947 y su contribución a la edificación del estado del bienestar social tal como lo hemos conocido hasta hace poco. En Francia, fueron ministros comunistas los que implantaron el seguro de enfermedad, el sistema de pensiones, los subsidios familiares, el reconocimiento de los comités de empresa, la cogestión sindical en los sectores productivos nacionalizados, la medicina laboral, la reglamentación de las horas extraordinarias y el estatuto de la minería.

En Italia, los comunistas impulsaron la reforma agraria para sacar al Mezzogiorno de su atraso secular, pusieron a pleno rendimiento la industria del norte y fueron parte fundamental para que la Constitución de 1947 definiera al nuevo régimen como “una República democrática basada en el trabajo”.

En España, los comunistas mantuvieron el combate contra el franquismo desde el mismo momento de la derrota de la República hasta la consecución de las libertades democráticas sin cejar en la lucha ni un solo momento de las cuatro décadas de pervivencia de la dictadura, a costa de pagar por ello con centenares de ejecutados y miles de años de cárcel para sus presos.

Cualquier equiparación entre nazismo y comunismo es moralmente injusta, históricamente errónea y políticamente deleznable. Los comunistas, herederos de una de las grandes corrientes filosóficas de la contemporaneidad, han contribuido a configurar la civilización tal como la hemos conocido; los nazis, hijos de la barbarie anti ilustrada, aspiraron a destruirla.

Haría bien Estrasburgo en inquietarse por las expresiones de reconocimiento en Ucrania, socio preferente de la UE y de la OTAN, a Stepan Bandera, líder ultranacionalista, antisemita, responsable de pogroms y crímenes de guerra bajo la ocupación nazi; o por los anuales homenajes en Estonia, Letonia y Lituania a sus respectivas unidades Waffen-SS, colaboradoras necesarias de los grupos especiales de la policía alemana ejecutores de matanzas masivas de población judía, hoy consideradas como agrupaciones de patriotas que combatieron por la independencia frente a la ocupación soviética. Porque la equidistancia es el imposible punto de equilibrio entre víctimas y verdugos y porque, como anunciaba Bertolt Brecht, “aún es fecundo el vientre que engendró a la bestia”.

Si lo tienen a bien, pueden adherirse enviando su mensaje aquí: expresospolitics@gmail.com.
Y es que, siguiendo con la cita del dramaturgo alemán, qué tiempos estos en los que hay que luchar por lo que es evidente…

6 comentarios:

  1. Bertolt Brecht era un mal bicho, al parecer tenía una fortuna en paraísos fiscales mientras exigía a los obreros germanoorientales sacrificios;este dramaturgo alemán justificó la represión del movimiento obrero alzado en Berlín en 1953.

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  2. A mi el pretendido antifascismo de la izquierda comunista me hace repasar la hemeroteca : La UE condena los crímenes del comunismo y los fans de la ‘memoria histórica’ se enfadan https://www.outono.net/elentir/2019/10/03/la-ue-condena-los-crimenes-del-comunismo-y-los-fans-de-la-memoria-historica-se-enfadan/ vía @ElentirVigo

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Hace muy bien Fernando Hernández Sánchez en criticar los homenajes al separatista ucraniano y criminal de guerra Bandera por parte de la memoria histórica ucraniana; de paso podría hacer lo mismo con los homenajes de la memoria histórica española al separatista catalán y criminal de guerra Companys. Fernando Hernández Sánchez y sus quejas me recuerdan al prologo del libro negro del comunismo: crímenes, terror y represión (1997); en ella los autores denuncian el terror rojo aplicado en los países del Este (Hungría, Eslovaquia, Rumanía...), a menudo en juicios sin garantías, sin embargo se oponen a una política generalizada de rehabilitaciones de los ejecutados en esa época. La mayoría eran inocentes sí, pero otros muchos eran criminales como los antisemitas de la Cruz flechada húngara o el Mariscal Antonescu; yo pienso lo mismo y por eso me opongo al memorial de los chequistas de la Almudena.

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  5. Así es como el Partido Comunista de España justificó la invasión nazi-soviética de Polonia https://www.outono.net/elentir/2017/02/24/asi-es-como-el-partido-comunista-de-espana-justifico-la-invasion-nazi-sovietica-de-polonia/ vía @ElentirVigo

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  6. Fernando Hernández Sánchez es parcial en su relato; en efecto la resistencia comunista y el ejercito rojo fueron cruciales en la derrota del nazifascismo pero omite un dato crucial; eso fue solo a partir de junio de 1941, cuando Hitler rompió su trato con Stalin e invadió Rusia. El panfleto del Partido Comunista de España apoyando la invasión soviética de Finlandia https://www.outono.net/elentir/2020/02/18/el-panfleto-del-partido-comunista-de-espana-apoyando-la-invasion-sovietica-de-finlandia/ vía @ElentirVigo

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