La Cruz de los Caídos de Aguilar de la Frontera, un vestigio franquista menos

 

Cruz franquista de Aguilar de la Frontera

Todas las cruces que se erigieron en honor de los caídos defendiendo a Franco deben ser retiradas, sencillamente por higiene democrática. Esos vestigios del franquismo están costando eliminarlos del espacio público por miedo a la Iglesia; por inutilidad de algunos ayuntamientos de izquierdas; porque los alcaldes son de derechas; o porque, como Abel Caballero, el pseudosocialista que se negó a retirar una gran cruz franquista de Vigo, es partidario de que estas cruces ensucien el espacio común.

Cruz franquista de Vigo defendida por el PSOE

La cruz de Vigo recibió una sentencia de un juez que obligaba a retirar el vestigio franquista: la sentencia concluía que la cruz es un conjunto monumental "promovido" y "usado durante años" por los falangistas para promover "valores antidemocráticos" "no puede considerarse reconvertido en 'monumento para la reconciliación' por el simple hecho de un acuerdo municipal de 1981". Su "simbología fascista" es el "único significado que tuvo y sigue teniendo" y la retirada parcial de vestigios "no desvirtúa su naturaleza original" ya que permanece el elemento principal del conjunto arquitectónico, la cruz, "erigida con un significado excluyente y antidemocrático de exaltación de la sublevación militar golpista y de los vencedores de la Guerra Civil". Para el juez esa cruz, "por su ubicación, estética y diseño arquitectónico, unidos al servicio de la finalidad que inspiró su construcción, todavía se corresponde con la transmisión de valores propios del modelo falangista". Abel Caballero recurrió y otro juez le dio la razón al alcalde viguense. El alcalde de Vigo fue ministro de Felipe Gonzalez, por eso arrastra ese hedor rancio.

Fascistas defendiendo la cruz franquista de Callosa de Segura

Hace dos años el alcalde socialista de Callosa de Segura, Francisco Maciá, retiró otro de estos monumentos fascistas con una gran polémica y amenzas al alcalde por las redes sociales. Hoy el PP Gobierna en Callosa de Segura y todavía no ha rehabilitado la cruz a pesar de ser una promesa electoral.

Cada vez que se pretende mover una cruz de estas se monta el escándalo. Ahora ha sido el turno de la Cruz de los Caídos de Aguilar de la Frontera. La alcaldesa Carmen Flores, de IU, propuso cambiar la maldita cruz por una escultura del fundador del Convento donde estaba la cruz, Rodrigo de Varo y Antequera. Una propuesta que, según la  Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía gobernada por el PP con el apoyo de los fascistas de Vox, “no es idónea”, ya que “provocaría distorsiones en la contemplación de la portada del templo”. Es terrible, ¿la cruz no produciría esas  distorsiones en la contemplación de la portada del templo de las que hablan en el Gobierno andaluz? ¿No sería bonito un reconocimiento al fundador del convento donde estaba ubicada la cruz fascista? La excusas de los filofranquistas no dejan de ser peculiares.

El PSOE de Aguilar de la Frontera, aunque parezca mentira, ha arremetido contra la alcaldesa:

En definitiva, el PSOE dice estar "en desacuerdo" con la forma de actuar en este procedimiento desde el inicio hasta el final, "perjudicando seriamente" la imagen pública del municipio, colocándolo en el mapa nacional con una connotación negativa, "cuando Aguilar de la Frontera es un pueblo solidario y generoso". "Desde el PSOE de Aguilar de la Frontera nos solidarizamos con aquellos colectivos y personas que hayan sufrido al ver la cruz tirada en el vertedero. Era una imagen evitable", concluye. La Vanguardia...👈

Para el PSOE de Aguilar de la Frontera las prioridades del gobierno local "deberían ser las personas y sus necesidades". El cuento de siempre: con la que está cayendo no es momento de mirar a la memoria histórica. Como si retirar una cruz fascista requiriera de todos los recursos del ayuntamiento. Rancios del PSOE los hay por todos los rincones.

La Asociación Abogados Cristianos va a demandar, como era previsible ya que viven de ello, a la alcaldesa: "Ante el asombro de decenas de vecinos, saltándose la ley y violando la libertad religiosa, ha llevado grúa, operarios y policía para derribar este símbolo religioso del pueblo". Esta retirada de simbólos dictatoriales son vistos como ataques a la religión. El obispo de Córdoba ha hecho acto de presencia amenazando a la alcaldesa. Demetrio Fernández González, el obispo cordobense, que pertenece a ese sector ultra de los ensotanados, se sintió ofendido y ha arremetido amenazante contra el Ayuntamiento. En una homilía solemne, tocado con la tiara, dijo que era un hecho que atentaba a los sentimientos y que “se atuvieran a las consecuencias”, añadió que los cristianos no son violentos pero “tomaba nota”.

Rafael Seco, el portavoz de los fascistas de Vox en la Diputación de Córdoba, decía que “estos talibanes de la Memoria que gobiernan en Aguilar lo que quieren es acabar con la cultura religiosa e histórica de la localidad. Nos preguntamos quién no tiene un recuerdo en esta cruz de su comunión, por ejemplo. Esta es la memoria real con la que quiere acabar el ayuntamiento de Aguilar de la Frontera”.

Esta retirada de cruces franquistas no pueden molestar a verdaderos cristianos, a quienes molestan en realidad, es a ese franquismo sociológico que se niega a desaparecer y que con Vox se está afianzando y creciendo. Si en realidad se intentara atacar a la religión, como afirman los integristas religiosos y los fascistas, se entraría en el templo y se arrasaría con todo lo que hubiera allí dentro prendíendole fuego como antaño. Casualmente solo se retiran esas cruces que fueron erigidas para mayor gloria de la dictadura. Esas cruces pueden ir a museos, o como en otros lugares, se pueden ubicar en el cementerio, que es el lugar más idoneo. Esta en concreto ha acabado en el basurero, pero no en el basurero de la historia, sino literalmente en el basurero.

Estamos a años luz de dejar atrás el franquismo. La prueba es esta Iglesia española, que en vez de sumarse al carro democrático prefiere mirar al palio con el que agasajaban a Franco y en ocasiones ponerse de perfil. La irrupción de Vox y la Asociación de Abogados Cristianos hace que el camino sea más tortuoso y pedregoso de lo que en principio es; ya que desgraciadamente, en la judicatura también existe el franquismo sociológico. Después tenemos a los historiadores de la equidistancia, según ellos retirar estas cruces sería imposible porque en el relato deben de estar a partes iguales (para que todos se sientan orgullosos) los que defendieron a Franco como los que defendieron el Gobierno republicano; y por último, estos políticos como Abel Caballero de la escuela de Felipe González, que se creen los héroes de la reconciliación y que todo lo que ellos hicieron no puede ser revisado.