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lunes, 8 de febrero de 2021

Debate entre Roberto Muñoz Bolaños y Mariano Aguilar Olivencia sobre el 23-F


 Aguilar Olivencia (izquierda) y  Muñoz Bolaños (derecha), son dos historiadores militares. Los dos han escrito sobre el golpe de Estado del 23-F. En El Confidencial recientemente hablaban sobre el libro de Muñoz Bolaños:

El 23-F no fue solo un golpe militar: el sumario secreto desvela la trama civil

... Sólo hay un golpe de Estado que es nada menos que la última de las operaciones que organiza la denominada ‘Transición Paralela’, es decir, empresarios, políticos y militares conservadores que se confabulan a partir de 1977 para deponer a Suárez y especialmente para modificar el proceso de democratización”....

... Lo explica a El Confidencial Roberto Muñoz Bolaños, autor de ‘El 23F y los otros golpes de Estado de la Transición’ (Espasa), que sí tiene una de las copias del sumario, la que le dio el abogado de Antonio Tejero y a cuya parte ha tenido acceso este periódico: “La mejor fuente del 23F es el sumario del juicio y es secreto. A mí me lo dio el abogado de Tejero que era amigo de mi familia. Al tener su aval me dio acceso también a entrevistas personales con muchos de los protagonistas del golpe como Armada, Torres Rojas…" Leer más👈

Este artículo de El Confidencial lo daba a conocer Muñoz Bolaños a través de su perfil de Facebook. No tardaron en salir aduladores (como es lógico). El historiador Fran Leira Castiñera le daba su más sincero "enhorabuena"; un tal Rojas decía que ya daría su opinión después de leer el libro de Muñoz Bolaños. Conociendo a Rojas, atisbo su opinión favorable. 

Y en esto que llegó la disidencia. El historiador militar Mariano Olivencia Aguilar apareció en escena y nos regaló su fundamentada opinión:

Por lo que he leído en este comentario, no puedo estar más en desacuerdo con este batiburrillo, a mi me parece el producto de una imaginación más que calenturienta. Ojalá me equivoque, y bien sabe Dios que no es mi intención minusvalorar investigaciones y estudios, pero este asunto, aunque aparezcan civiles al retortero, fue un golpe militar preparado por militares, aunque empujados por civiles, que a lo largo de todo el siglo XIX y yo creo que en el XX, su única misión fue la de azuzar a los hombres de uniforme.

Muñoz Bolaños, como no podía ser de otra forma exponía más argumentación:

Está construido a partir de fuentes primarias, empezando por el sumario de la causa 2/81, la fuente fundamental para conocer el golpe de Estado del 23-F. Esa fuente esta complementadas con el testimonio oral de buena parte de los acusados, memorias inéditas de militares de ese periodo, como las del teniente general Gautier, informes enviados al Gobierno por otros militares y los documentos desclasificados de la CIA y el Departamento de Estados de los Estados Unidos. 

En su turno, Olivencia Aguilar le respondía:

Puestos en faena, es preciso tener en cuenta que hasta la fotografía de la portada del libro está al revés. En cuanto a decir que el general Gabeiras no pintaba nada, no deja de ser una boutade propia de una novela de aventuras. Aquí lo dejo, porque me aburre tener que seguir toqueteando un tema que viví muy, pero que muy directamente, incluso dentro del Congreso de Diputados aquella misma aciaga tarde-noche del 23F, conociendo, como conocía a la mayor parte de los militares que estuvieron metidos en el asunto. Como historiador militar, me siento triste ante tanto y tan absurdo entramaje. 

 Pero Muñoz Bolaños no se daba por vencido:

El papel del teniente general Gabeiras durante el golpe de Estado del 23-F viene determinado por su escaso prestigio dentro del Ejército. Así, tanto Milans del Bosch como el resto de los capitanes generales le excluyeron en sus comunicaciones. De hecho, desde su elección, un nutrido grupo de miembros del Consejo Superior del Ejército simplemente no le mostraban el mínimo respeto que debían al cargo que ocupaba. Milans del Bosch no se ponía al teléfono cuando le llamaba y Gonzalez del Yerro no se quedaba a comer tras las reuniones del CSE. No era el único...

A lo que Olivencia Aguilar le espetaba:

Amigo Roberto

En mi condición de jefe de prensa del Estado Mayor del Ejército en los momentos del golpe del 23F, además de vivirlo en vivo dentro del Congreso de Diputados, asistí a todas las sesiones del consejo de guerra en el que se intentaban conocer los hechos para juzgarlos debidamente. Tomé muchas notas y me documenté a fondo, estudiando gestos, posturas, movimientos e incluso algunos comentarios emitidos en voz muy baja por determinados acusados y hasta opiniones a viva voz en los descansos.

Aquello fue tedioso, en ocasiones vergonzoso, mentiras indecentes, aireando el honor cual, si fuera una bandera, y al final, la mayor parte de ellos, escudándose en la vergüenza indecorosa de la obediencia debida.

Indecente hasta el extremo de que, en las filas, hasta los militares ultras más recalcitrantes, comenzaron a dejar de tener respeto a la mayor parte de los acusados.

Habrá mil opiniones e incluso documentos, que no por serlo, se ajusten a la realidad, pues sigue habiendo intereses bastardos, como nos lo demuestra la historia. Yo estuve destinado tres años en el entonces Servicio Histórico Militar, donde tuve ocasión de ver docenas de documentos falsos y mal intencionados, dados por buenos, basados en fuentes “bien informadas”.

Y eso de que Ánson tuvo algo que ver con la revista Reconquista, no deja de ser un cuento. Personalmente asistí a varias reuniones de la redacción de aquella época, y era allí donde se decidía la orientación de ese medio de comunicación, que, por supuesto no leía prácticamente nadie en el Ejército, donde nunca tuvo verdadera influencia, por tendenciosa, proselitista en grado sumo y contenido tremendamente condicionado.

Estaría escribiendo dos días, pero no tengo tiempo para más porque estoy corrigiendo galeradas de mi próximo libro “Ejército español. Razones de su declive, desde el antiguo régimen a la dictadura franquista”.

No sé si habrás leído mi “Ejército español durante la transición a la democracia”, donde despedazo minuciosamente el proceso del golpe de Estado, por eso, me voy a permitir enviarte un pdf, que pongo a disposición de todo el que pudiera estar interesado. Si alguien lo desea, no tiene mas que enviarme un e-mail y se lo envío con mucho gusto.

Un abrazo.

PD. No sé de dónde ha salido eso de que los capitanes generales desdeñaban al teniente general Gabeiras y que tenía poco prestigio dentro del Ejército. Yo visité con él todas las guarniciones y eso no deja de ser una majadería. Siempre le dieron novedades en posición de saludo, como no podía ser de otra manera y se ponía firmes hasta el gato, porque el Ejército es otra cosa bien distinta a una chusma cuartelera. El que Milans no se quedara a la comida después del consejo de los capitanes generales, es porque no podía ver a Gabeiras, ya que él hubiera querido ser el JEME y no lo eligieron por impertinente (le envió una carta al rey reclamando falsamente un ascenso), tendencioso y extremista en grado sumo, sin que eso quiera decir que no fuera un gran jefe militar, al que conocí muy bien, cuando lo tuve de general en la Brigada de Infantería Mecanizada y posteriormente en la División de Infantería Acorazada. Por cierto, le tuve y me tenía mucho aprecio, como lo demuestra que quiso estar en la presentación de mi libro “Los sitios militares del peñón de Gibraltar” por lo que se me concedió una mención especial y que fuera declarado de interés para el Ejército y la Marina, ambos reflejados en el BOE y en el de la Armada. 

Y don Roberto Muñoz Bolaños erre que erre:

Es cierto, cada uno tiene sus fuentes. Yo también podía estar escribiendo dos días sobre el tema, pero he preferido escribir un libro de 640 páginas, con más de 3000 notas a pie de pagina sobre el tema. Solo me voy a permitir hacer tres apuntes. El primero, que yo no recogí notas de la vista oral por una cuestión de edad. Me he limitado a leer los más de 3000 folios que la componen. El segundo, que la relación de Anson con Reconquista la explica Armada que era miembro del Apostolado Castrense, y textualmente afirma que presentó al periodista a Fernando Alcazar y que fue este quien dio las indicaciones necesarias para que la revista tuviera una nueva linea editorial que le permitió alcanzar los 10.000 ejemplares. Y el tercero, que la opinión que tenían los tenientes generales de Gabeiras, me la explico en detalle el teniente general Jesús Gonzalez del Yerro, que como Vd. sabe era el militar más prestigioso del Ejervito con Milans del Bosch a finales de los setenta y comienzos de los 80. De hecho, en la entrevista que sostuvimos en La Gran Peña, se autodefinio como colider del Ejercito y apuntó que Gabeiras no tenía ni los méritos ni el empleo para ser JEME -era general de división y le tuvieron que ascender para que ocupase ese cargo. A el y a los cinco generales que tenía delante en el escalafon-. Yo no puedo enviarle un pdf de mi libro porque esta a la venta. Respecto al suyo, ya lo he leído. De todas formas, le agradezco mucho el detalle. Un fuerte abrazo.

Mariano Aguilar Olivencia vivió en primera persona el 23-F. Conoció personalmete a los protagonistas y según cuelta el mismo, estuvo "destinado tres años en el entonces Servicio Histórico Militar, donde tuve ocasión de ver docenas de documentos falsos y mal intencionados, dados por buenos, basados en fuentes “bien informadas”. Roberto Muñoz Bolaños, por otra parte, se basa en el testimonio oral de ciertos militares que muy bien podrían ser testimonios más que parciales. También se basa en la extensa documentación, que como nos indica Aguilar Olivencia, hay muchas falsedades e intereses bastardos. Pasarán todavía muchos años hasta que se desclasifique toda la documentación del 23-F, y  mentes más objetivas puedan acceder a ella para rebelarnos toda la verdad que se pueda extraer de esa documentación. Hoy por hoy, el secreto está guardado bajo 7 llaves y veremos cuando se desclasifiquen, si los bichitos que hacen desaparecer documentos no han hecho acto de presencia.

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