Porqué la derecha odia el comunismo

 

Las elecciones en Madrid las ha ganado la derecha con el lema de "comunismo o libertad". Muy sencillo y directo, pero tras esta frase se encuentra un partido que la libertad en ocasiones la ha puesto en tela de juicio. Si por ellos hubiera sido los españoles jamás hubieramos sido libres para interrumpir un embarazo no deseado; de divorciarnos de alguien al que ya no queremos; de cobrar 950 euros como sueldo mínimo -y sigue siendo una birria-; de casarnos con quien queramos sin tener cuenta el sexo.

Otro cuestión sencilla y directa ha sido que Isabel Díaz Ayuso no iba a cerrar el interior de ningún bar, a pesar de que se ha demostrado que cerrar temporalmente los interiores de bares y restaurantes reduce la incidencia, los ingresos en las UCI y los decesos más rapidamente que si se opta por lo contrario. La prueba está en que comunidades gobernadas por el PP si que han tomado está impopular medida en contraste con Díaz Ayuso. En Madrid había que vivir a la madrileña: bares y UCI con aforo completo.

Ayuso ha hecho una campaña tremendamente populista y ha barrido a Ciudadanos. También ha impedido el ascenso de Vox. Si Vox se había tragado al PP en Cataluña y había sorpasado a Ciudadanos, en Madrid es otro cantar. En la comunidad madrileña el PP tiene 66 escaños y Vox 13, aún así los fascistas son esenciales ya que Ayuso no tiene la mayoría absoluta. De todas formas si esto es estrapolable a unas elecciones generales el futuro de Vox no es muy halagüeño que se diga.

El PP de Casado seguirá con el cuento de la libertad en contraposición del comunismo. Pero veamos que es lo que ha hecho el comunismo recientemente en España:

Según cuenta Infolibre, la ministra comunista de Trabajo, y ella si es del PCE,  ha multiplicado "por cinco el número de inspecciones de trabajo en el campo y halla fraude en una de cada tres". Con las multas reañlizadas se han recaudado más de 17 millones de euros. El año pasado, por mayo, cuando empezó la campaña, en Asaja se sintieron tremendamente molestos por lo que ellos consideraban un ataque al honor de los empresarios agrícolas. En un comunicado afirmaron que la ministra Yolanda Díaz obraba...

... de mala fe movida por un sectarismo ideológico inadmisible y un desconocimiento absoluto de la realidad, que le hacen estar incapacitada para desempeñar sus funciones de ministra".

La colera del sindicato afín al PP se justificaba por un cuestionario que trataba de encontrar trabajo "esclavo" -entiéndase este por muy mal remunerado y coaccionado-. Por eso en Asaja le demandaron a Pedro Sánchez "cesarla de forma fulminante o de lo contrario se entendería que apoya este ataque a nuestro sector". La cabeza de Yolanda Díaz no fue entregada a este sindicato que nos recuerda a los sindicatos agrarios y católicos de la CEDA durante los años 30, sino todo lo contrario, y un año después, tras aflorar 17 millones de euros en sanciones, la ministra de Trabajo sigue vivita y coleando para horror de estos espantajos de Asaja que no han dicho este pico es mío.

El presidente de la patronal agraria de Navarra, Félix Bariáin, amenazó de mala forma a Yolanda Díaz, en un vídeo en las redes sociales, donde decía entre otras cosas: "Como no retire las inspecciones y no retire ese cuestionario, no vamos a ser pacíficos". Lo contrario a pacífico es violento. Si la UGT o mejor aún, la CNT, en un vídeo amenazasen a cualquiera del Gobierno, y más si este es conservador, al día siguiente tenemos decenas de antidisturbios en todas las sedes del sindicato anarquista. Y no quiero ni pensar en como hubieran sido todos los titulares de la prensa de los borregos (El Mundo, ABC, El País, La Información, Vozpópuli, La Razón). 

Hagan una prueba, pongan en Google "Asaja amenaza a Yolanda Díaz", y comprobaran como a la derecha amenazar les sale gratis. Esto es España señores, la España de las banderas en los balcones donde una ministra que se preocupa por los trabajadores puede ser amenazada por un sindicato.  Lo más desternillante en este caso, es que el tiempo, y sobre todo, las inspecciones de trabajo le han dado la razón -desgraciadamente- a Yolanda Díaz. El comunismo es la libertad del obrero.