Los equidistantes de la Guerra Civil

 

Este vídeo me lo he encontrado en Tik Tok, una red social más donde enfangar la actualidad. El vídeo me ha llamado la atención porque habla sobre el libro de Juan Eslava Galán (JEG), Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar nadie. Para el protagonista del vídeo el libro de JEG es lo mejor que ha leído sobre la Guerra Civil (decía que estaba "hasta los huevos" de leer libros de un bando y de otro) porque le da "estopa a unos y a otros", y porque "en una guerra no hay ni buenos ni malos, tan solo hay relatos y un montón de muertes y desesperación". En todas las guerras existen los relatos de los supervivientes, eso es cierto, pero después llegan los historiadores para poner en contexto los relatos y las memorias escritas de los supervivientes. Me gustaría saber los libros que ha leído este sujeto y la cantidad de obras que se ha tragado para decir, que un solo libro (muy malo, por cierto,) le ha abierto los ojos. Me pregunto si se lo ha leído completamente.

El titulo del libro de JEG es pura equidistancia, en efecto. Eslava Galán habla de un tema recurrente, la represión en ambas retaguardias, de ahí eso de que no le vaya a gustar nadie el librito de marras. Sin embargo el título no es otra cosa que un reclamo comercial. No fue lo mismo el Gobierno de la II República que el bando golpista, aunque el autor intente navegar, el algunas ocasiones, entre dos aguas. Pero la verdad hay que contarla como fue...

... Negrín consigue fortalecer el poder del Estado, sanea la retaguardia, devuelve la libertad a los sacerdotes encarcelados, restituye las tierras a muchos propietarios a los que se las arrebató la revolución y normaliza la justicia. Esta normalización entraña liquidar la revolución y marginar políticamente al anarcosindicalismo. Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar nadie. Página 297. Edición de bolsillo. Juan Eslava Galán.

Y explica la diferencia entre las dos represiones...

... El jurista Francisco Portaloa, fiscal del Tribunal Supremo de Madrid y amigo de Queipo de Llano, que vivió la represión en la zona roja y después en la nacional escribe: "Tuve la oportunidad de ser testigo de la represión en ambas zonas. En la nacionalista era planificada metódica, fría. Como no se fiaban de la gente, las autoridades imponían su voluntad por medio del terror. Para ello cometieron atrocidades. En la zona del Frente Popular también se cometieron atrocidades. En esto ambas zonas se parecían, pero la diferencia reside, que en la zona republicana los crímenes los perpetró la gente apasionada, no las autoridades. Estas siempre trataron de impedirlos. La ayuda que me prestaron para que me escapara no es más que un caso entre muchos. No fue así en la zona nacionalista". Ibidem. Pág. 100.

Y esto que explica de pasada JEG es lo que llevan explicando los historiadores desde la muerte de Franco puesto que nada de lo que escribe Galán es original: a estas alturas ser original es bastante complicado, de ahí que las editoriales le pongan esos nombres tan equidistantes a sus libros. JEG no es historiador, y lo que hace es empaparse de algunos libros (yo creo que de algunos capítulos) y resumir su lectura. Hasta tiene tiempo de escribir estupideces...

...Cae el Gobierno de Giral, último coletazo del Estado parlamentario y burgués, que se ahoga en la marea de sangre. Lo sustituye el gobierno de Largo Caballero, el fogoso líder ugetista denominado el Sargento por sus correligionarios. A partir de ahora, la República caminará a pasos agigantados hacia la dictadura del proletariado. Ibidem Pag. 130.

La II República no fue de la mano de Largo Caballero en dirección de ninguna dictadura proletaria, sino que se formó un Gobierno con participantes de todas las entidades obreras antifascistas para luchar contra los golpistas. Caballero estuvo nueve meses como presidente de la II República y entre sus ministros hubo republicanos burgueses y nacionalistas del PNV, y no hay que olvidar que el presidente de la II República seguía siendo Azaña. Pero es más rápido decir que Caballero nos sumió en una dictadura proletaria y revolucionaria, que explicar las dificultades que se encontró Largo Caballero en sus 9 meses de Gobierno, y  después enunciar sus problemas con los comunistas (PCE) y con los anarquistas (FAI, CNT).

Sobre la matanza de Badajoz, pese a citar el libro de Francisco Espinosa Maeste, La columna de la muerte, pasa de puntillas; apenas tres páginas de un libro muy pequeñito. Despacha el asunto de la manera más simple posible:

Las cifras de bajas de los defensores de la ciudad son inciertas. Durante tiempo circuló la especie de que Yagüe había encerrado a milicianos en  las corralizas de la plaza de toros, de donde fieron sacando al ruedo para que una ametralladora emplazada en un palco acabara con ellos. La propaganda republicana hable de unos 9.000 muertos. Parece que la cifra real de fusilamientos andaría en torno a los mil doscientos... Ibidem. Pag. 124

No es ninguna leyenda decir que Yagüe hizo prisioneros en la plaza de toros (se usó como campo de concentración) y que se estuvo asesinado sin miramientos. No sabemos a ciencia cierta si se usaron o no ametralladoras, pero que se estuvo fusilando en la plaza de toros, es cierto tal y como como demuestra Francisco Espinosa:  Agustín Carande, lider falangista, reconoció que en la plaza de toros se estuvo asesinando, pero rebaja las cifras que se barajaron después de la muerte de Franco.

9.000 muertos es la cifra que ofreció el historiador Justo Vila. 9.000 en total, contando los caídos en combate y 4.000 en la plaza de toros. Cifras que Espinosa Maestre pone en su justo contexto alegando que Justo Vila repite las cifras que se barajaron en la memoria oral. JEG aporta la cifra de 1.200 "fusilados", pero no explica de donde toma ese dato. Nosotros creemos, según hemos explicado anteriormente aportando los testimonios de Neves, un artículo de United Press, y el testimonio de dos jóvenes australianos que visitaron Badajoz cuando Yagüe todavía permanecía en la plaza, que las víctimas alcanzarían las 2.000.

El libro de Juan Eslava Galán es una obra entretenida y fácil de leer, pero no es el trabajo riguroso de un historiador y no se puede tomar como referencia de nada. En la Guerra Civil si hubo buenos y malos, por mucho que le moleste a los equidistantes esos dos términos. ¿Fueron malos malísimos los EE. UU al lanzar dos bombas atómicas sobre Japón? Aquello fue el peor crimen de guerra cometido hasta la actualidad. Pero debemos de estar agradecidos que la bomba atómica no cayera en manos de los nazis y los fascistas: nazis y fascistas que ayudaron para que Franco ganara la Guerra Civil. Total, fueron nada más y nada menos que cuarenta años de dictadura,