Estamos en guerra y yo no he pedido participar en ella

El oligarca de la patronal de empresarios, Antonio Garamendi (sí, en España también existen oligarcas, no es exclusivo de Rusia), ha condenado este jueves cualquier posibilidad de "intervencionismo" en el mercado energético y en las compañías eléctricas. Dice que si intervenimos el precio de la luz, nos pareceremos a Venezuela. Para parecerse a Venezuela, primero tenemos que tener de frente a los EE. UU. sancionando y boicoteando nuestra economía. Ya debe de quedar meridianamente claro que las sanciones económicas a los países pueden cargarse la economía de un país. Eso es lo que quieren hacer con las sanciones a Rusia, la quieren doblegar económicamente para que cesen las hostililades en Ucrania. 

Cuba y Venezuela están totalmente arruinadas y no precisamente por causa de sus dirigentes, por muchos errores que puedan haber cometido estos; y ahora esa misma ruina económica nos va a llegar a lo más pobres en Europa, y más concretamente a España por los daños colaterales de las sanciones a Rusia. El consejo de Borrell ha sido que apaguemos la calefacción: ya, ¿y los que ya la hemos apagado y la inflación nos está dejando en la puñetera y mísera ruina? Queramos o no estamos en guerra contra Rusia, y yo no he pedido participar en ella. Y como no quiero participar en ella, porque la UE no nos protege, yo estoy en contra enérgicamente del envío de armas a Ucrania por parte, primero de España como español que soy, y segundo, por parte de Europa como ciudadano europeo que me considero.

Siento empatía, como no podía ser de otra forma, por los ciudadanos ucranianos, la misma empatía que me produjeron en su día los refugiados sirios y la que me sigue produciendo el pueblo palestino, o la de los ciudadanos africanos que son apaleados en la verja de Melilla. Parece ser que solo tenemos, o queremos ofrecer ayuda a raudales a Ucrania, al resto que les jodan. El hambre no ha sido erradicada de África, pero con esa losa en Europa podemos dormir tranquilamente:

La cruda realidad es que esta crisis de hambre podría empeorar aún más. La ONU ha advertido que Sudán del Sur, Burkina Faso y el noreste de Nigeria corren grave riesgo de entrar en condiciones de hambruna. En Sudán del Sur, alrededor de 100.000 personas ya están sufriendo una catástrofe alimentaria en parte de los estados de Jonglei, Bahr El Ghazal del Norte y Warrap. La covid-19 podría llevar a la hambruna a más de 19 millones de personas, la mitad de ellas niños, en 12 países, nueve de los cuales están en África. El País...👈

Desde Extremadura han salido varias furgonetas de vendedores ambulantes con destino a Ucrania para suministrarles material de primera necesidad. No puedo sino alegrarme por esta iniciativa, pero causa estupor no haber visto cosas por el estilo en otros conflictos. ¿Por qué sucede esto? Es normal, nos están bombardeando todos los días y a todas las horas con imágenes de la guerra de Ucrania. Imágenes ni más ni menos dramáticas que las de cualquier otra guerra. Y desde la II Guerra Mundial, desgraciadamente el mundo no ha permanecido en paz. Si todos los días nos pusieran imágenes en televisión y por las RR.SS., de como muere en África la gente por las enfermedades y la desnutrición producidas por las hambrunas y las propias guerras que se originan en el continente africano, es seguro que la solidaridad que se ve con Ucrania la veríamos con África: pero no es así, a lo sumo una pequeña noticia en los telediarios y algún que otro artículo en la prensa generalista.

Estoy cansado y muy asqueado de la propaganda de guerra con la que nos levantamos todos los días, y de ver como los oligarcas españoles, como el Sr. Garamendi, que cobra 300.000 eurazos como presidente de la CEOE, nos quiere convencer de que los oligarcas de las empresas energéticas tienen que seguir ganando ingentes cantidades de dinero a pesar de esta crisis que tiene pinta ya de ser crónica (no salimos de una y nos metemos en la siguiente). Estoy hasta la polla de llevarme la peor parte de todas las crisis.

No soy pro Putin, pero si soy prorruso, la mayoría del pueblo ruso no tiene la culpa del déspota que los está sumiendo en la ruina. Un restaurante español, en solidaridad con Ucrania, decidió cambiarle el nombre a la ensaladilla rusa. Menuda estupidez, primero porque el típico plato no tiene nada que ver con Rusia, ni los filetes rusos tampoco; por no hablar de la tortilla francesa, y segundo, porque ya me dirán ustedes que beneficio sacan en Ucrania con esta medida. Eso sí, lo que conseguimos en España es crear hostilidades  hacia los rusos afincados en España. El otro día en un teledario entrevistaron a una inmigrante rusa que lleva viviendo en España 20 años, y se quejaba de que el restaurante que regenta en Madrid, de comida rusa, se estaba quedando por momentos sin clientela. La miseria de los humanos no conoce fronteras, o más bien la necedad, porque ya me diran ustedes que culpa tiene la pobre de mujer de que el hijo de puta de Putin esté masacrando y asesinando a miles de ucranianos.

Sintiéndolo mucho, esta guerra no va con un servidor, será tal vez una postura excesivamente egoista, pero es que después de la crisis pandémica no quiero pasar por una crisis bélica, ya que los de abajo nos comemos siempre todas las mierdas que cagan los de arriba.