"El día 18 de agosto, el francés René Brut se dirige al cementerio para filmar el lugar donde se estaban realizando los fusilamientos". Esto lo escribieron, Moisés Domínguez, Javier de la Iglesia y Francisco Pilo Ortiz (La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda, pág, 168). René Brut había llegado a Badajoz según relata Francisco Espinosa el día 17. Brut escribió...
... El oficial que me acompañó había ido a la cama muy tarde, y al igual que todos los españoles se levantó también tarde. Me enteré de que iban a fusilar lo presos y a las primeras horas de la mañana fui a ver el espectáculo durante el cual tuve la oportunidad de filmar estos documentos. La matanza de Badajoz ante...., pág. 168.
En Le Petit Marocain, el 15 de septiembre de 1936 dijo Brut que...
... contra un muro los insurgentes alinearon a sus víctimas. Yo conté 80 muertos. Esto significa que muchos sospechosos habían sido fusilados a la vez. Dentro del cementerio me di cuenta entonces de que cien cadáveres amontonados iban a ser quemados de un momento a otro. Ibídem, pág. 168.
Se ha querido especular con que esos 80 muertos eran los fusilados en frente de la catedral y que Brut era otro mentiroso porque en realidad no fue a primera hora de la mañana sino a las dos de la tarde al cementerio. Esto último lo ha dicho Moisés Domínguez, tras un chapucero estudio de las sombras que reflejaba el muro del cementerio cuando Brut grabó las imágenes, comparándolas con las sombras que proyectan las tapias del cementerio en el siglo XXI, cuando ese muro ha sido remodelado y por tanto las sombras y las horas nunca podrán coincidir. Y los fusilados en la catedral fueron asesinados cuando Yagüe entró en Badajoz el día 14.
Sea como fuere, nadie puede negar lo que grabó René Brut en el cementerio de Badajoz. Grabaciones que según el relato del propio René Brut le costaron 6 días de arresto y ser acusado "de publicar en los periódicos informaciones y fotos prohibidas tomadas por nosotros en Badajoz", además de ser amenazados de muerte.
Según escribe Francisco Espinosa en La columna de la muerte, René Brut "fotografió las hileras de cadáveres en el cementerio y envió el material a Francia con la ayuda de Mario Neves".
Aquí tenemos las imágenes que grabó Brut dentro del cementerio:
... Entré ayer aquí a las 10 de la mañana. Los cadáveres que vi no son los mismos que hoy me encuentro en diferentes sitios. Las autoridades son las primeras divulgar que las ejecuciones son muy numerosas (...). Y esta operación macabra [la quema de cadáveres] es la que ha empezado hoy a realizarse a las 6 de la mañana.
¿Donde estaría depositado tanto muerto (según vosotros unos 1500) entre el 14 de agosto y el 18 que salió Yagüe de Badajoz? Las cifras de René Brut no pasan de unos 300 y en el cementerio y nunca estos periodistas hablaron de muertos en la plaza de toros y eso que entraron en ella lo que quisieron.
... Esto no quiere decir que se ejecutara solamente a las personas que están reseñadas [en los registros]. Faltan muchos desgraciados que fueron asesinados entre el 14 y el 25 de agosto a los que no se les tomó el nombre o en su defecto esas listas fueron destruidas posteriormente y nadie sabe quienes eran ni de donde habían llegado. Seguramente sus familiares ignoren los que les pasó en la guerra. No olvidemos que en los dos primeros días se quemaron muchos cadáveres, y muchísimos más fueron enterrados en fosas comunes del cementerio, sin que se puedan saber sus identidades. La Represión en Badajoz (2001), pág, 157.
Según el empresario salmantino Lisardo Sánchez, que visitó Badajoz para interesarse por la vida de sus hijos que habían sido capturados, tres camiones durante tres días estuvieron recogiendo muertos. Esto lo dijo en un periódico de Salamanca, El Adelanto. Es posible que fueran hasta más camiones. Años después Mario Neves dijo que transportaban a los muertos en camiones y en carretas. Los periodistas entraban en la plaza de toros, claro, pero por el día cuando no se estaban cometiendo asesinatos.
La cifra de 300 la da Mario Neves (y no Brut), y solo estuvo unos instantes en el cementerio durante el día 16. Dos días después Brut vuelve a grabar cuepos quemados, y según él, otros 100 estaban a punto de ser abrasados con gasolina. Al menos dos días estuvieron quemando cadáveres, pero no lo sabemos con certeza, pudieron ser más días. No se puede saber. Las cifras que daban los periodistas de lo que vieron en el cementerio, las obtenían de la visita que realizaron al cementerio, y no creo que estuvieran de guardia todo el día para comprobar in situ cuantos cadáveres entraban en el cementerio. El día tiene 24 horas y en todo ese tiempo pueden pasar muchas cosas. Como quemar una tanda de muertos, meterlos en una fosa común, y quemar otra tanda de cadáveres. Nadie sabe como se movieron los golpistas en el cementerio. Y si alguien lo sabe debe de estar ya en la otra vida.
La teoría de Pilo y sus palmeros es la siguiente: como Neves dijo, y no Brut, que vio 300 muertos quemados en el cementerio, y ningún periodista vio 1.500 o 2.000 cadáveres juntos en el cementerio, pues la gran matanza no se produjo, sino una escabechina mucho más pequeña y menos importante. Tampoco los periodistas que entraban, como mateo por su casa, en la plaza de toros, vieron como se fusilaba dentro del coso taurino. Asunto resuelto. ¿Estúpido? Sí, y mucho. ¿Alguien vio los 6.000.000 del genocidio judío? ¿Y quién vio los millones de muertos por el holodomor ucraniano provocado por Stalin?
Después de la muerte de Franco se destruyó mucha documentación. Y el propio Pilo afirmaba en 2001 que "esas listas [de muertes en Badajoz] fueron destruidas posteriormente". Hoy podrá cambiar de discurso y decir que se ha dado cuenta de que aquel famoso testigo que transportó muertos al cementerio de Badajoz era un alcohólico y que estaba borracho mientras le comentaba lo que sucedió en la plaza de toros. ¿Veinte años se va a tardar en darse uno cuenta de algo tan llamativo? No es creíble bajo ninguno de los conceptos.
Solo mentiras de este calibre pueden engañar a los palmeros de Pilo, y solo preguntas capciosas como, dónde están los muertos mientras Yagüe estuvo en Badajoz, pueden ser inducidas por los negacionistas. Es obvio que día a día estuvieron llevándolos al cementerio, y que ningún periodista estuvo de guardia en la puerta del cementerio desde el día 14 hasta el día 18 para contabilizar cuantos desdichados ingresaban en el cementerio para ser quemados, y /o enterrados en fosas comunes.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura, el pasado verano hizo unas catas donde hasta ahora se creía que se encontraban los restos de la matanza de Badajoz, y no hallaron nada. Los negacionistas se alegraron mucho, pero es peor de lo que se imaginan. Brut grabó aquellas imágenes en el cementerio, si donde creíamos que estaban enterrados no están, es porque después de la guerra intentarían eliminar pruebas, trasladando los restos a otro lugar.
Por no saber no sabemos con exactitud si solo existe una fosa o por el contrario son varias. Y esto es así porque el escándalo de la matanza de Badajoz fue mayúsculo y traspasó fronteras, Se ocultó la masacre que los fascistas perpetraron en Badajoz. Posteriormente a la gran matanza en la capital pacense, se montó una campaña de desmentidos en la prensa internacional, Campaña que al menos aquí en Badajoz sigue presente.
En 1986 Mario Neves escribió un libro para defenderse de las injurias que los conservadores europeos vertieron contra él y contra sus compañeros que dieron a conocer al mundo la matanza de Badajoz:
Por el hecho de haber sido el primer periodista portugués que entró en la ciudad, con bastante antelación a mis compañeros desde Lisboa, y gracias a haber cogido aún a la censura en una fase indecisa expectativa, lo cual me permitió referir detalles cuya divulgación enfureció a los servicios de propaganda franquista, fui blanco de calumniosas acusaciones que se fueron haciendo cada vez más difíciles de refutar con el agravamiento de la tendenciosa postura del Gobierno portugués. El autor del libro de claro propósito propagandístico -el comandante inglés Goffrey McNeill-Moss, en The Epic of te Alcázar- no dudó en mutilar mi reportaje para confrontar las informaciones que me atribuía con las de mis compañeros franceses que me acompañaban en la visita que hicimos los tres a la ciudad martirizada, en las primeras horas de ocupación. Ha habido incluso un escritor Alemán -Hellmuth Günther Dahms en Der Spaniche Bürgerkrieg- que con idéntica vileza, no tuvo vergüenza en decir que cuanto escribí como resultado de mi observación personal, no era sino lo que oía contar y lo que había escrito sin salir de Elvas; cuando tengo en mi poder toda la documentación que prueba sin equívocos mi presencia en Badajoz en aquellos días trágicos de agosto, en que recogí inolvidables impresiones. Hasta el hecho de no estar fechadas en Badajoz las crónicas a mi periódico sirvieron de argumento para tratar de denostar que yo no había estado nunca en la ciudad.
(...) La necesidad de conjugar las idas a la frontera y a Elvas para telefonear por las exigencias horarias de la salida del periódico vespertino en que trabajaba, no implicaba que esos desplazamientos se tuvieran que realizar necesariamente al mismo tiempo que los de mis compañeros que estaban sujetos a los mismos condicionamientos horarios. De ahí puede resultar que algunos hechos observados por mí no coincidiesen con otros descritos por los demás corresponsales que circulaban por la ciudad a otras horas.
(...) tal vez me haya dejado más impresionado todavía el elevado número de milicianos fusilados en muchos lugares dispersos de la ciudad, bien como montañas de cuerpos apiñados en posiciones macabras en una hondonada especie de río seco, a la entrada de Badajoz, o bien alineados en extensas filas dentro del cementerio de Badajoz para ser más tarde incinerados con gasolina. La matanza de Badajoz, pág. 18. Edición 1986.
Neves afirmó que pese a entrar juntos en Badajoz con los periodistas franceses (Jacques Berthet y Marcel Dany) no continuaron juntos a la hora de recorrer Badajoz. Sin embargo en el libro que Pilo escribió junto a dos colegas nos relatan la estancia de los tres periodistas como si hubiesen ido juntos por Badajoz. Ver capítulo X, págs 119-128. Chapuza total.
Un negacionista neonazi se preguntaba que donde estaban las cenizas de los 6.000.000 de judíos asesinados por Hitler. Hoy los negacionistas y sus palmeros nos preguntan que dónde están los 1.500 muertos que le achacamos a Yagüe. Yo no digo que sean 1.500, sino 2.000. Y que donde están sus restos, quien lo sabe ya no puede decirnoslo.
Que se estuvo fusilando es algo que ni Yagüe le negó a Neves al decir que "no serán tantos". Que no se registraron a todos los que llevaban al cementerio es algo que el propio Pilo reconoció hace veinte años. Las imágenes de René Brut confirman los asesinatos. Que se fusiló en la plaza de toros es algo que Agustín Carande Uribe, reconoció en un libro sobre la Guerra Civil que publicó el HOY, al afirmar que se había exagerado lo que ocurrió en la plaza de toros.
Sabemos a ciencia cierta, que la matanza no solo ocurrió dentro del coso taurino pacense, como bien dice Francisco Espinosa...
... El problema en Badajoz está en saber donde no mataron, mataron en la plaza de toros, en la plaza de San Juan, mataron en las calles, mataron fuera de la ciudad. Se cargaron a los alcaldes, los concejales. Se cargaron prácticamente a todo el Ayuntamiento republicano de la ciudad...
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En Vox hay mucho hijo de mala madre.........................Una portavoz de Vox cita a Hitler para animar en la lucha contra el coronavirus
ResponderEliminarLa concejal en el Ayuntamiento de Fuensalida (Toledo), Venus Cuesta, utilizó una frase del Führer que destacaba el valor y la tenacidad del pueblo español.
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