Historiadores y seudohistoriadores

Algunos personajes de la extrema derecha me han calificado de seudohistoriador. Muchas gracias, pero no merezco tanto honor, eso es elevarme la categoría y creo que no me merezco tanto. Simplemente soy un simple bloguero que le gusta compartir conocimientos e impresiones. Jamás me atrevería a escribir un libro, creo que el trabajo de historiógrafo es algo muy serio. No solo basta con acercarse a los archivos y atiborrarse de documentos. Hay que ver más allá. Un ejemplo: Sí nos acercamos a los archivos militares podría dar la impresión de la gran obra de justicia que estaban llevando acabo los tribunales militares. Nada más lejos de la realidad. Sí nos acercamos a la prensa tanto de derecha o de izquierdas la confusión podría dejarnos noqueados. La campaña de publicidad por ambas partes tuvo que ser brutal. Por eso hay que saber manejar bien los datos que se traen entre manos. Para algunos seudohistoriadores de la ultraderecha (ellos si son seudohistoriadores, tienen la osadía de escribir libros) parece que les viene grande manejar tanta información y acaban llevando la moraleja del cuento a su particular militancia. República mala. Franco bueno.

Exterroristas, periodistas excomunistas, graduados sociales, policías...  A estas variopintas profesiones pertenecen el gran elenco de la historiografía moderna que viene azuzando por la derecha. Evidentemente, también hay algún que otro historiador titulado como es el caso de Barragán-Lancharro o Martín Rubio, pero los que no proceden del mundo académico son los que hacen más ruido  (Moa o Vidal). Estos señores están denigrando la tan noble tarea de historiador, que es dar a conocer la verdad, aunque la verdad absoluta no la tiene nadie como bien reconoce Julián Casanova. Ellos si (los seudohistoriadores), ellos se creen en posesión de la única verdad posible: “Franco nos salvo de Rusia”. Fíjense hasta donde llega su ceguera que siguen diciendo que la División Azul se fue a Rusia a morir de frío o bajo las balas del ejercito rojo, por la “noble” causa de combatir el comunismo, comunismo que por cierto nos libró de los nazis, nazis que por cierto se hartaron de matar a ciudadanos españoles totalmente indefensos.

Escriben libros sobre la matanza de Badajoz. Mataron sí, pero con conciencia. Ahora mismo tengo unos de esos libros escrito por seudohistoriadores que no es otra cosa que un gran corta/pega de la gran cantidad de artículos que generó la toma de Badajoz. Este gran corta/pega está lleno de artículos de periodistas lusos. Uno de los artículos empieza así:

El ejército nacionalista de España tomó Badajoz. En esta ciudad fronteriza se habían concentrado bandas de sicarios instruidos por los dirigentes comunistas y provenientes de toda la Extremadura  Española. Eran huestes de fieras, como tantas otras que ha tenido en los últimos tiempo España, saqueando, destruyendo implacablemente a tiros, con bombas y por los incendios todo lo que encontraban frente a ellos y no era comunista o no estaba la protección de Moscú (...).

Este tipo de artículos en  este inmenso corta/pega son los que contraponen a los artículos de Jacques Berthet o Marcel Dany. Los periodistas Lusos se notan para quién escribían y a favor de quién estaban. A las milicias republicanas los “neutrales” chafarderos lusitanos las llaman bandas de sicarios instruidos por los dirigentes comunistas.

¡Viva la objetividad sí señor!