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domingo, 11 de agosto de 2013

El neofranquismo y los neofranquistas están demás en una sociedad democrática.


Cualquier tipo de totalitarismo no tiene cabida en las democracias. ¿Qué hay déficits en la democracia española? Muchos, pero siempre es preferible el inútil de Rajoy al genocida auto proclamado "generalísimo" Franco. Es obvio que esta sociedad deja mucho que desear y que la democracia nunca es completa, pero repito, las opciones que nos quedan son muy escasas. El pueblo debe luchar por una verdadera democracia. Y el pueblo solo tiene su voz y sus manos. Cuando salgamos de este letargo que el estado del bienestar nos indujo -más que nada por que el estado del bienestar está desapareciendo-, se volverán a alzar las voces del pueblo reclamando lo que por justicia les pertenece. La democracia y la libertad.

De momento, el día 14 se ha organizado una manifestación antifascista recordando el asalto criminal que las hordas fascistas perpetraron en Badajoz. La marcha comenzará desde el parque de la Legión hasta el palacio de congresos, donde estaba ubicada la antigua plaza de toros escenario sangriento donde los fascistas asesinaron con el sadismo que más tarde harían famoso al nazismo. Desgraciadamente no podré asistir al acto por encontrarme fuera de Badajoz la semana de las reivindicaciones republicanas, democráticas y antifascistas. El día 14 la marcha antifacha y el 15 el homenaje  de todos los años a los miles de asesinados en Badajoz por el cruel fascismo que surgió a raíz de la Guerra Civil.

En los últimos tiempos los gañanes afectos al totalitarismo y a los fascismos están negando que en Badajoz hubiera masacre alguna. Y lo que es la mayor, que en la plaza de toros no se asesinó a nadie. Ya hemos sacado a relucir los testimonios orales que en la bibliografía sobre la matanza de Badajoz han ido apareciendo, para los puristas de los métodos más ortodoxos esos testimonio no son válidos, ya que no existe documentación relevante de época para contrastar tales testimonios. Y no existen por dos motivos. Uno es que nadie documenta sus propios asesinatos. Serían fachas pero no gilipollas, y otro motivo puede ser que la poca documentación que pudo haber existido: listas de presos o listas de inhumados a pie de fosa hayan sido destruidas.

Personalmente un servidor alberga pocas dudas sobre la matanza que Yagüe dejó hacer en la capital pacense. Desgraciadamente no he podido entrevistar a ningún testigo directo pero si a sus nietos. En muchísimas familias siempre hay alguna historia que contar. En la mía -y ya puede venir el mismisimo Payne a decirme que esa historia no se puede corroborar -, mi padre siempre me contó como mi abuelo subteniente del ejército salvó a su hermano de morir en las tapias del cementerio de Jerez de la Frontera. Cuando se llevaban a mi tío abuelo directo al paredón, apareció mi abuelo vestido de militar reclamando la vida de su hermano. Él se salvo, pero el resto de desdichados que no pudieron bajarse del camión por no contar con ningún aval fueron directo al matadero. ¿Delito? se desconoce. También un  hijo me contó la historia de su familia, ningún ser querido estuvo a punto de ser asesinado pero su padre vio como San Francisco estaba repleto de cadáveres. El padre vivía en los hogares de Hernán Cortés y lo enviaron a la Diputación a recoger un paquete. Antes de llegar a San Francisco oyó unas terribles detonaciones y al acceder al parque se llevó un susto que jamás pudo olvidar. El suelo del parque no era visible a causa de los cadáveres que allí yacían. Cada vez que este hombre contaba la historia a sus familiares la cara se le empalidecía y el rostro mostraba aquella sensación de horror que jamás pudo olvidar. La última historia que me han relatado es la de otro nieto que pudo conocer a su abuelo gracias a la divina providencia. Su abuelo era camarero en un conocido bar de Badajoz. Durante la toma de Badajoz no cogió ningún arma pero aún así lo detuvieron y lo llevaron directamente al cementerio. Su mujer al enterarse de tal panorama enseguida movió los hilos para salvar a su esposa. Ella trabajaba sirviendo en la casa de un sargento primero, le rogó encarecidamente que mediara por la vida de su marido. Fueron corriendo a la plaza de toros y lograron sacarlo instantes antes de que el pelotón de ejecución cumpliera con su trágico deber. Pequeñas historias que acabaron con final feliz nos demuestran el salvajismo de los "libertadores". Nos demuestran que  no solo se asesinó en la plaza de toros, Badajoz entero se convirtió en un patíbulo..., en un paredón..., en una cámara de gas..., en una guillotina..., en una silla eléctrica..., en un garrote vil... No importaba el lugar importaba cumplir con el macabro cometido. Exterminar a la izquierda mediante un vil genocidio.

Sabemos de la matanza por que hubo periodistas que contaron lo que vieron y  que los propios militares no intentaban ni tan siquiera disimular. Hasta la prensa afecta al fascismo dejó entrever que la cifras de muertos durante el primer día fueron muy altas. Jorge Simões escribió el 16 de agosto:
(...) Un poco más abajo junto a un puesto de Regulares Marroquies, vimos 4 marxistas fusilados momentos antes... Estuvimos también en la plaza de toros, acribillada de agujeros de los bombardeos aéreos, y vimos la llegada, atados con cuerdas unos a otros, en sucesivas tandas de centenares de marxistas. La Guardia Civil identificaba a aquellos que por identificación habían sido detenidos y los dejaban irse a sus casas. Otros acababan entregados a la Legión Extranjera. Dicen que hasta ahora habrá 1.300 muertos. Se dice que entre los marxistas fusilados están el coronel Cantero, el teniente Vega, el conocido dentista Vives, gran agitador y algunos dirigentes de la Federación Anarquista Ibérica y de otros partidos del Frente Popular 
Jorge Simões era descaradamente profascista. El dentista Vives era a juicio del periodista un gran agitador, y sabía de buena fe que las cuatro personas que vieron fusiladas, "momentos antes", eran todos marxistas. Como los propios militares no ocultaban que estaban haciendo desaparecer impunemente a los que no eran fascistas, pues ellos tampoco ocultaban en sus crónicas tales circunstancias: "dicen que hasta ahora habrá 1.300 muertos". La censura al percatarse del escándalo que estaban narrando sus propios periodistas optaron por activar la férrea censura. Y comenzaron los desmentidos del Radio Club Portugués.

Como en un principio la censura estaba más despistada que "una chiva en un garaje" dejó filtrar ciertas noticias que más tarde tendría que desmentir. Esta circunstancia ha llevado a que ciertos filofascistas hayan afirmado que en la prensa salazarista no había censura. ¡Menudos pardillos!

Sobre la censura de la prensa salazarista dejaremos que un experto de la talla de Alberto Pena Rodríguez nos de una magistral lección:
La censura previa estaba completamente legislada e institucionalizada en
Portugal cuando estalló la Guerra Civil española. En mayo y septiembre de 1936, el
gobierno de Salazar endureció aún más la censura previa con dos decretos
especialmente restrictivos para la libertad de prensa, que eran la puntilla a la libertad de expresión, ya de sobra restringida desde la instauración de la dictadura en Portugal. El primero prohibía la fundación de nuevas publicaciones sin el reconocimiento oficial de la “idoneidade intelectual e moral” de los propietarios y directores, así como la difusión en Portugal de prensa extranjera con contenidos prohibidos para los medios de comunicación nacionales. El decreto de septiembre obligaba a todos los funcionarios, el juramento por escrito de aceptación del orden social establecido por la Constitución salazarista de 1933, con el expreso rechazo del comunismo y cualquier movimiento. A partir de entonces era dificil encontrar un periódico que no apareciese adornado con la frase represora “Visado peía Comisso da Censura . Además, como apunta Gra~a Franco, existían otras medidas que tenían por objetivo silenciar a la prensa por medio de la quiebra forzada de la empresa editora. Salazar tuvo, desde un principio, muy clara cuál debía ser la fimción de la censura dentro del Estado Novo a preguntas de António Ferro, al que propone la creación de un colegio de periodistas para solucionar los problemas de los informadores con la Censura:
 “(...) Nao há nada que o homem considere mais sagrado que o seu pensamento e do que a expressáo do seu pensaniento. Vou mais longe: chego a concordar que a censura é uma nstituiçao defeituosa, injusta, por vezes sujeita ao livre arbitrio dos censores, ás variantes do seu temperamento, ás consequéncias do seu mau humor. Uma digestflo laboriosa, uma simples discussáo familiar, podem influir, por exemplo, no corte intempestivo duma noticia ou da passagem duin artigo. Eu próprio já fui cm tempos vítima da censura e confesso-lhe que me magóei, que me irritei, que cheguei a ter pensamentos revolucionários... (...). Ora o jornal é o alimento espiritual do poyo e deve ser fiscalizado como todos os alimentos. Comprendo que essa fiscalizagáo irrite os jornalistas, porque náo é feita por eles, porque se entrega esse policiamento á censura que também pode ser apaixonada, por ser humana, e que significará, sempre, para quem escreve, opressáo e espotismo. Mas vou oferecer-Ihes urna solu9Ao para este problema (...): porque náo se cria uma Ordem dos Jornalistas como se criou uma Ordem dos Advogados? (…)

La prensa se había convertido en un estamento poderoso que, necesariamente, debía estar ligado al gobierno y servir a éste para conducir los destinos del país. Era la plataforma divulgadora de la cultura nacional y la creadora de estados de opinión que, si no estaban debidamente controlados, podían obstaculizar la labor “constructiva” del Estado Novo. Así percibía el gobierno salazarista a los medios de comunicación. Dicho con otras palabras: “(...) Salazar quere fazer da imprensa um poderoso elemento do II? progresso nacional, ao serviço do Bern da Naçao (...)“, en palabras de A Voz. En este contexto, los informadores no podían trabajar al margen de la política informativa del gobierno. Indefectiblemente, tenían que incorporarse y formar parte de las estructuras corporativas del país. “(...) A miss~o do jornalista é cheia de nobreza e responsabilidade. É urna arma que só deve servir á verdade. Quando transgride a norma que a deve orientar no serviQo da verdade e da Na9áo, frustra a sua miss~o e torna-se um elemento altamente daninho (...)“, según el criterio del ministro do Interior, Mário Pais de Sousa.”5 Desde este punto de vista, es lógico que los órganos salazaristas considerasen la libertad de prensa como un elemento nocivo para el país: “A liberadade de Imprensa é dos pretextos mais frequentes e mais clamorosos para discursatas liberais e subversivas,  Para controlar mejor la actividad de los periodistas portugueses, el 26 de febrero de 1934 se fundó el Sindicato dos Jornalistas con 300 socios.120 Sus funciones eran complementadas por el Grémio da Imprensa Diária, integrado dentro del régimen corporativo de acuerdo con el artículo 23 de la Constitución de 1933, en el que se dice: que “(...) a Imprensa exeree, uma fun9ao de carácer público, por virtude da qual nao poderá recusar, em assuntos de interesse nacional, a inseryao de notas oficiosas de dimensçoes comuns que lhe sejam enviadas pelo Gov6rno . El principal objetivo del Grémio da Imprensa Diário era velar por el ejercicio profesional del periodismo dentro del orden político y social establecido por el Estado Novo. Los fundadores del Grémio fueron los directores y propietarios de los más importantes diarios portugueses. Entre 1932 y 1936, se silenciaron todos aquellos periódicos que, fuera cual fuera su ideología, no acataban el status quo de la dictadura.Además, el aparato de propaganda del Estado Novo se completó con la creación
de la Emissora Nacional (EN), con la que pudo contar regularmente, desde el primero
de agosto de 1935. El propio Oliveira Salazar fue el encargado de apadrinar e inaugurar la estación radiofónica estatal año y medio antes del inicio de la Guerra Civil española, el 9 de diciembre de 1934. Desde la sede de la Uniao Nacional en Lisboa, el dictador luso profirió su primer discurso radiofónico en directo. Aunque, ya desde abril de 1934, a Emissora Nacional (EN) hacía emisiones experimentales.’24 Las emisiones regulares de la EN, sin embargo, no comenzaron hasta el primero de agosto de 1935, bajo la administración del Ministério de Obras Públicas e Comunica9óes de Duarte Pacheco y la dirección de Henrique Galvao. Al principio de la guerra española, la potencia de la EN no sobrepasaba los 5 Kw de potencia. En 1939, sin embargo, ya alcanzaba los 20 Kw., que le permitieron realizar transmisiones intercontinentales de gran calidad. Su sede principal estaba en la calle de Queluz, en un edificio que concentraba unas buenas instalaciones mejoradas a lo largo de la Guerra Civil española. Poseía unidad móvil, y un auditorio para orquestas. Fue una de las radios europeas pioneras en la instalación del control de sonido automático, con tres mesas que permitían la realización de varios programas al mismo tiempo. Su organización interna estaba controlada por una comisión administrativa, presidida por Henrique Galvo. Evidentemente, sería ingenuo afirmar que solamente las instituciones y medios
citados eran los únicos instrumentos de propaganda que tenía el Estado Novo para
extender y afianzar su ideología o sus intereses políticos. Gracias a esta poderosa
estructura, cuyos pilares fl.mdamentales eran el Secretariado de Propaganda Nacional y los Serviços de Censura, el gobierno luso pudo controlar la comunicación social de
Portugal en la más amplia extensión del término. Tanto la prensa provincial como los
grandes diarios se vieron abocados a seguir las pautas ideológicas del régimen si no
querían desaparecer. Las grandes empresas periodísticas del país, como la Sociedade
Nacional de Tipografla, que editaba O Século y O Século Ilusfrado, la Empresa
Nacional de Publicidade, propietaria del Diário de Noticias, así como el periódico del
monárquico y católico Femando de Souza, A Voz, el Diário de Lisboa dirigido por
Joaquim Manso, el diario de la Iglesia Católica, Novidades, y los tres buques insignia de la prensa de Porto, el Comércio do Porto, o Primeiro de Janeiro y el Jornal de Noticias se alinearon con el discurso salazarista sin condiciones. Tan sólo, y como repetiremos a lo largo de esta investigación, el diario República soportó estoicamente los cortes de la Censura sin hacer el caldo gordo al Estado Novo.

4 comentarios:

  1. Siento no poder estar en esa manifestación.

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  2. Siento no poder estar en esa manifestacion.
    R.B.Vega

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  3. Yo tampoco puedo acudir. Desde aquí todo mi apoyo

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  4. Tony, te he dejado un correo.

    Yo tampoco podré ir. No obstante cuentan y contarán con nuestro recuerdo permanente TODAS las víctimas habidas en Badajoz en aquellos años, tanto los de un lado como los del otro. De igual modo tienen todo nuestro apoyo y consideración los familiares de las víctimas.

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