Por motivos técnicos he permanecido varios días sin un pc. en condiciones para poder publicar en el blog. Una vez subsanadas todas las dificultades volvemos a la carga.
Como no hay mal que por bien no venga, en esto días Antonio Alfonso nos ha preparado un pequeño trabajo, en tres entregas, sobre la muerte y asesinato del gran poeta Federico García Lorca.
A pesar de los años
transcurridos, casi ochenta, aún están por resolverse algunos puntos esenciales
del asesinato de nuestro poeta más
importante del siglo XX. No sabemos
a día de hoy a ciencia cierta, quién o
quiénes firmaron la denuncia contra él, aún siendo éste el aspecto que más
claro parece, quién o quiénes revelaron el lugar donde se encontraba cuando fue
detenido, cuántos días estuvo en el Gobierno
Civil, quién o quiénes fueron los que dieron la orden de su asesinato, por qué lo mataron y por último, dónde se encuentran los restos
del poeta.
No pretende este modesto análisis
de los últimos días de Lorca esclarecer los hechos, cosa harto difícil, pero s,
al menos, poner el mayor número de datos sobre la mesa y que cada cual saque las
debidas conclusiones. A fin de cuentas, después de todo lo leído sobre este trágico
suceso, he llegado a la conclusión de que estamos ante algo parecido a un
enorme libro al que le faltan muchas
páginas o un gigantesco rompecabezas con multitud de piezas que no encajan en
el tablero.
La inexistencia de muchos
documentos oficiales, los destruyeron las autoridades franquistas o desaparecieron,
o ambas cosas a la vez, unido al hecho de que los distintos
testimonios de las personas que vivieron aquel dramático acontecimiento
incurran a menudo en contradicciones, agravan, sin duda, el esclarecimiento de
lo ocurrido.
El gran poeta y dramaturgo
granadino llega a Granada el 14 de julio de 1936 procedente de Madrid. Allí,
sus amigos de la residencia de estudiantes, entre ellos Luis Buñuel, le
aconsejan que no se desplace a la
capital andaluza pues estiman que se va a encontrar más seguro en la capital de
España. Lorca, que está viviendo con tremenda amargura los acontecimientos
violentos que se vienen sucediendo en Madrid y debido, probablemente, a su carácter asustadizo, llega a la conclusión
de que estará más seguro en Granada, arropado por su familia y amigos, pero el
ambiente de preguerra que se respira en su tierra lo hace un lugar sumamente
peligroso, acaso no mucho más que otras poblaciones españolas.
Hay que tener en cuenta, que en tierras
granadinas no son pocos los que sienten animadversión hacia él. No le perdonan
su homosexualidad, ni el éxito grandioso obtenido con sus obras, ni su
modernidad en el vestir, ni su innegable
popularidad, ni el contenido de algunos de sus textos , como, Romance a la Guardia Civil española, incluido
en El Romancero gitano, que irritó a un
sector de la derecha y de la burguesía
granadina, a la que él mismo calificó en una entrevista reciente, como la peor
burguesía de España.
Obviamente, esto no quiere decir
que las personas en las que despertaba este odio debido a los motivos
mencionados tuvieran algo que ver en su asesinato. Las razones del execrable
crimen bien parece que fueron otros. Simplemente, describo la opinión que
suscitaba desde algunos sectores minoritarios de la sociedad granadina cuando regresa
a la ciudad el 14 de julio. Hay que decir, que salvo estas minorías, la mayoría
de los ciudadanos sentían cariño, respeto y admiración por el poeta.
Otro hecho que bien pudo agravar
el odio que desde ciertos sectores generaba el poeta de Fuente Vaqueros, fue la
obra teatral, La casa de Bernarda Alba.
Aunque la había acabado a comienzos de junio de ese año, aún no se había
publicado ni representado, esto último ocurriría en 1945 con la magistral
interpretación de Margarita Xirgú en el papel principal, la realidad es que el autor
la había dado a conocer dándole lectura en diversos lugares, principalmente en Madrid, por lo que no está
descartado del todo, que las familias
retratadas en el texto lorquiano, Los Roldán
y los Alba, no estuvieran al
corriente de su existencia. Vecinos de Asquerosa,
estas familias estaban emparentadas entre sí. De igual forma, la familia del padre de Lorca
que también tenía parentescos familiares con los Roldán, mantuvo viejas
rencillas, a partir principalmente de la instalación de una azucarera en la
vega granadina a principios del siglo pasado, de la que debido a diversas
circunstancias, salió beneficiado el padre de Lorca y perjudicada la otra
familia.
La obra, denuncia la tiranía,
representada en Bernalda Alba, Francisca Alba en la realidad,
y ensalza la libertad que representa una de las hijas de Bernalda. Francisca,
no era la madre tirana que aparece en el texto lorquiano, producto, pues, de la
imaginación del autor. De hecho, parece que la madre de éste, Vicenta, le aconsejó que cambiara el
apellido del personaje para no agraviarla. Por desgracia nunca sabremos si
finalmente hubiera accedido a esta
petición materna.
En cualquier caso, no está demostrado que estas familias
estuvieran al tanto de la existencia de
La
Casa de Bernarda Alba.
Lo cierto es que, la guarnición granadina se subleva el 20 de julio
y tres días después la ciudad está completamente bajo el control de las fuerzas
insurgentes. En el barrio de El Albaicín
se ha producido una heroica resistencia a los fascistas. Aplastada cruelmente a sangre y fuego, cae
finalmente el 23 de julio. El nuevo
gobernador civil, es el comandante José Valdés Guzmán. Natural de Logroño, es
además jefe de milicias de Falange en Granada. Ha participado en la preparación
del golpe en esta ciudad y es enemigo
visceral de la República.
Este individuo habría de tener
una importancia capital en el desarrollo de los acontecimientos relacionados
con la suerte que correría García Lorca.
El comandante militar de Granada,
general Miguel Campins y Aura, se mostró
en principio algo dubitativo entre
sublevarse o no. Estas dudas habrían de costarle la vida posteriormente aunque
finalmente se uniera a los sublevados. Sus encontronazos con José Valdés, que
lo denunció, le pusieron la puntilla. Fue sometido a Consejo de Guerra y fusilado
el 16 de agosto pese a las peticiones de clemencia que Franco le hizo al jefe
del ejército del sur, el irascible Queipo de Llano. Posteriormente, el caudillo
de España por la gracia de Dio, se vengaría del llamado virrey de Andalucía desestimando las peticiones
de éste para evitar el fusilamiento del general Domingo Batet ocurrido en
febrero de 1937.
El día que se sublevan en la
capital granadina, 20 de julio, es detenido el alcalde socialista Manuel Fernández Montesinos, marido de Concha que es hermana del poeta.
Permanece en la cárcel hasta que el 16 de agosto, el mismo día que
detienen a Lorca, es asesinado en
compañía de veintinueve personas más, junto a las tapias del cementerio de Granada en respuesta a unos bombardeos de
la aviación republicana. Esta práctica represiva fue muy habitual en aquellos
días, pues hay que señalar que la ciudad se encontraba sitiada por las fuerzas
gubernamentales.
En Granada también se encuentra un individuo que
tuvo un destacado protagonismo en los hechos que precedieron a la muerte de García Lorca. Nos
referimos a Ramón Ruiz Alonso, padre de
las actrices, Enma Penella, Terele Pávez y Elisa Montes , miembro destacado de la CEDA, y diputado por Granada en la anterior legislatura, se le
considera muy bien mirado por Gil Robles que le ha ayudado en su ascenso en la
formación que dirige. Ha sido reelegido
en las elecciones de febrero de 1936 pero se ve fuera del Parlamento Nacional
al anular el Gobierno del Frente Popular
las elecciones en la capital andaluza al
detectarse posibles irregularidades.
Este hecho, incrementó su odio a las izquierdas, que según él, le venían perjudicando desde tiempos atrás.
El “obrero amaestrado”, apodo que
según parece le colocó José Antonio Primo de Rivera, guarda asimismo un enfermizo resentimiento a Falange
por la que se siente ninguneado y
despreciado.
Lorca se instala con su familia
en La Huerta de San Vicente, lugar en el
que solían pasar los veranos. Aquí, se
suceden de manera continuada distintas “visitas” de los facciosos que no hacen sino
incrementar el temor del poeta que
se encuentra continuamente amenazado.
El 6 de agosto, llega a La Huerta
un escuadrón falangista para efectuar un registro dirigido por el
capitán Manuel Rojas, considerado por la justicia responsable de la matanza de Casas Viejas en
enero de 1933. Fue condenado a veintiún años pero fue amnistiado por el
gobierno de derechas en 1934. En estos momentos es jefe de milicias de Falange
en Granada.
Al día siguiente, se produce una nueva
intervención de los partidarios del golpe en la residencia veraniega de la
familia de Lorca. Van en busca de Alfredo Rodríguez Orgaz, amigo de Lorca y
arquitecto municipal de Granada.
Finalmente, el registro no logra felizmente sus frutos y el arquitecto
es puesto a salvo por la intermediación del padre del poeta que contacta con unos campesinos que lo ponen
a salvo en zona republicana.
Es el día 9 cuando las cosas se
ponen realmente serias , al irrumpir en
la finca un grupo de hombres armados que intentan localizar a tres hermanos del casero de La Huerta de San Vicente , Gabriel Perea Ruiz, acusados
de haber matado a dos personas en la población granadina de Asquerosa el 20 de julio. Entre
otros, intervienen en la operación, los hermanos, Miguel y Horacio Roldán
Quesada, terratenientes y vecinos de Asquerosa, actual Valderrubio. Como decía antes, estas personas tenían
parentesco familiar con Federico García Rodríguez, padre de Lorca.
En esta ocasión, el grupo actúa
con extremada violencia golpeando a distintas personas que se encuentran presentes. La persona que
cuida a los hijos de Concha García Lorca, Angelina, le contó al hispanista Ian
Gibson en 1966, que azotaron a Gabriel, pegaron y tiraron por las escaleras a
la madre de éste, Isabel, a Lorca y a ella misma. También le explicó que amenazaron con matarlos a todos pero que
ella logró huir con los hijos de Concha poniéndolos a salvo y que se refugió en
una finca cercana desde donde pidieron auxilio. Otro grupo llegó con
posterioridad evitando que la cosa pasara a mayores. Aclaró que al padre de García Lorca no le hicieron nada.
Gabriel Perea, acusado de
proteger a sus hermanos, fue interrogado y puesto en libertad. Según Gibson la
acusación contra los hermanos era falsa. Es evidente que a partir de ese
momento, García Lorca teme seriamente por su vida.
Ese mismo día, en vista del cariz
que estaban tomando los acontecimientos, Lorca decide contactar con Luis Rosales,
poeta también y amigo suyo, para ponerlo
al corriente de todos estos hechos y
pedirle ayuda. Los Rosales formaban parte de una importante familia de
Granada, además, algunos de sus
miembros fueron destacados falangistas.
El propio Luís, jefe del sector de Motril, sus hermanos, Miguel, jefe de
una escuadra de Falange, José, “Pepiniqui”, el más influyente de
todos, llega a ser jefe de Falange en Granada y tiene un papel destacado en los
preparativos del levantamiento del 20 de julio, y por último, Antonio, que también pertenece a Falange. El padre, Miguel Rosales Vallecillos, es en
esos momentos dueño de los almacenes La Esperanza y según le confesó Luis Rosales a Ian Gibson, era de
tendencia conservadora liberal y antifalangista.
Rosales se persona tan pronto
como puede en La Huerta de San Vicente y allí se reúnen todos para tratar de
encontrar una solución. Les propone sacar a Federico a zona republicana para lo
cual no debe encontrar mucha dificultad, pero a Lorca no le gusta la idea. Posiblemente,
siente el temor de que puedan tomar acciones de represalia contra su padre en
el caso de que él huya. En cualquier caso, se baraja la opción de alojarlo en
casa de los Rosales, en lo que todos están de acuerdo. Antes de irse, Luis les
pide que bajo ningún concepto revelen el paradero de Federico.
Esa misma noche, 9 de agosto, un coche hace
parada en la calle Angulo, 1, domicilio
de la familia Rosales Camacho, a sólo unos trescientos metros del Gobierno Civil, en
la que iba a ser la última morada en libertad del poeta de Fuente Vaqueros.
OBRA CONSULTADA
Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca. Ian Gibson.
Antonio Alfonso Hernández, 19 de
marzo de 2015
Tony, me alegro que hayas resuelto los problemas técnicos. Más que nada por tu comodidad. También me alegro que actuéis, tú y tu grupo musical, Inlavables, en el próximo Extremúsica que se celebrará en junio en Trujillo, donde actuarán gente como Loquillo, Siniestro Total y otros grandes.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Bueno ya estamos de vuelta: Inlavables y el blog.
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