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jueves, 9 de abril de 2015

ENIGMAS EN EL ASESINATO DE GARCÍA LORCA (Y 4)

Cuarta y última entrega del interesente estudio sobre el asesinato de Lorca realizado por nuestro colaborador Antonio Alfonso Hernández

Ahondando un poco más en la tesis de la posible muerte de García Lorca el 17 de agosto, encontramos diversos testimonios aparecidos en el libro de Molina Fajardo, aparte de las declaraciones ya mencionadas en el mismo sentido por parte  de Ruiz Alonso, José Rosales y José Valdés. Son,  entre otros, los de:
Antonio Montes Varela, quien recordó que no había llegado a ver a Lorca, pero supo que había sido llevado a Viznar  y asesinado a las pocas horas de ser detenido.
 Vicente Lara Jiménez, escolta personal por entonces del gobernador civil, acompañó un breve espacio de tiempo al poeta a eso de las 8 de la tarde. Cuando regresó pocas horas después  ya no se encontraba en el Gobierno Civil y no volvió a verlo.
El agente de policía, Julián Fernández Amigo, amigo de Federico, se dirigió a visitarlo tan pronto como supo de su detención. A la mañana siguiente al llegar a la comisaría le notificaron que ya se lo habían llevado.
Francisco Prieto Moreno, habló con su suegro, Ramírez- Antrás, el 17 de agosto, quien le aseguró que Lorca ya había sido asesinado.
Joaquín López-Mateos Montes, que hizo guardia en el Gobierno Civil en la tarde-noche del 16 de agosto, declaró que   que sólo estuvo allí por la tarde y parte de la noche.
Agustín Soler Bonor, abogado, le contó a Molina que vio salir del Gobierno Civil a Lorca a eso de las diez y media de la noche. Iba esposado, con chaqueta y debajo de ella llevaba un pijama. Iba abatido.  También aseguró que, tanto los conductores del coche en donde fue llevado como los que esperaban, eran guardias de asalto.
 He incluido este último testimonio, a pesar de que no aclara las fechas, por el interés que pueda tener la información referida a la hora.
También lo vieron la tarde del 16 de agosto:  El Bene, apodo de Francisco Benedicto Domínguez Aceitero, que le llevó unas mantas enviadas por Esperanza Camacho; Emilio Muñoz Medina, que prestaba servicios en el Gobierno;  Carlos Jiménez Vílchez, miembro de la escolta del gobernador y Joaquín López- Mateos Matres, trabajador del Gobierno Civil. Todos ellos le hablaron a Molina de haberlo visto ese día,  pero ninguno recordó que lo vieran a partir del día siguiente.
Un dato que considero muy interesante aparece en el excelente trabajo de  Fajardo. José María Nestares, jefe del sector de Viznar, le contó que los hombres que hacían la vigilancia nocturna en Víznar le dieron la novedad  por la mañana, comunicándoles que habían sido fusilados seis personas esa noche y que encima de los cadáveres había unas muletas. A la  mañana siguiente le informan de que ya han sido enterrados.
Molina pensaba  que esas mañanas tuvieron que ser necesariamente las del 17 y 18 de agosto, debido a que esos vigilantes fueron trasladados a Granada el 20 de agosto por orden de los falangistas sevillanos y por la ausencia de Nestares en Viznar en las mañanas del 19 y 20 de agosto. También apunta la posibilidad de que fueran seis los ejecutados y no cuatro como siempre se ha creído.
Este dato refuerza aún más la posibilidad de que la fecha de las ejecuciones se hubieran producido el 17 de agosto.
También le comentó Nestares  otros asuntos de cierta relevancia. Le dijo que él creía que la detención fue ordenada por Valdés y por el policía Julio Romero Funes, quien formaba parte de la camarilla del gobierno civil, probablemente a instancias de Ruiz Alonso, pudiendo haber más personas detrás de la denuncia. Que consideraba a García Lorca su amigo. Que éste llegó a Víznar en pijama, (coincidente con la declaración de Soler Bonor) sobre las once y media o doce de la noche y  que los habían matado en el campo de instrucción, antes de llegar a la Fuente Grande, dirección a Alfacar, después de pasar un puentecillo. Descartó que Queipo tuviera que ver con el asunto y que todo salió de la camarilla del Gobierno Civil.
Sobre el tema de la supuesta comunicación entre Valdés y Queipo de Llano, el periodista granadino investigó esta cuestión,  llegando a la siguiente conclusión:
Según Ian Gibson, parece seguro que Valdés, antes de dar la orden de asesinar a García Llorca contactó con Queipo, bien fuera por radio o telefónicamente.
El irlandés recogió en sus investigaciones, que el contertulio habitual de Valdés , Germán Fernández  Ramos, antes de morir le había confesado a Vicente López Jiménez, cómo  se dio la orden de matar al poeta.  Valdés hablaba todas los noches con Queipo  a través de una emisora de radio. Una noche, Gibson cree casi con toda seguridad que fue el 18 de agosto, preguntó al general qué hacer con Federico, a lo que habría respondido la famosa frase, “Dale café, mucho café”,  que podría esconder la orden de fusilamiento.
Por el contrario, Jorge Fernández Coppel,  autor del libro, Queipo de Llano. Memorias de la Guerra Civil, hace una interpretación bien distinta del significado de la frase supuestamente pronunciada por el general vallisoletano. Según él, CAFÉ sería un acrónimo utilizado por los falangistas en los días anteriores al alzamiento cuyo significado era, Camarada, arriba Falange Española. También le parece imposible que Queipo hubiera ordenado el asesinato del poeta de Fuente Vaqueros, comentando que no había encontrado ninguna referencia a Lorca en el extenso archivo del general. En la entrevista que Coppel le hizo a Gonzalo Queipo de Llano  y Martí, hijo del llamado por muchos, El virrey de Andalucía, le describió que mientras comían les llego la noticia del asesinato de García Lorca. Su padre reaccionó pegando un puñetazo en la mesa y quejándose del daño que les haría esa muerte, que calificó de innecesaria y venganza canallesca.
 Molina Fajardo, entrevistó a Alberto Machado Ayuso, quien fuera director y  propietario de Radio Granada, el cual le dijo que no existían aparatos transmisores en el Gobierno Civil en el momento del alzamiento, dado que él era el técnico y no lo sabía, poniéndose, por tanto, en tela de juicio la posibilidad de la antedicha comunicación por radio.
No obstante, conviene  recordar que Ruiz Alonso en las declaraciones que hizo para el libro de Fajardo, Los últimos días de García Lorca, le comentó a éste, que  fue Queipo de Llano quien llamó al comandante Valdés facilitándole el domicilio donde se  encontraba el poeta granadino,  pero que desconocía que fuera el domicilio de los Rosales. Que fue Valdés quien le ordenó a él que efectuara la detención. Desmintió nuevamente que hubiera gran movilización de fuerzas cuando la realizó, y que a la mañana siguiente, 17 de agosto, se encontró a Valdés notablemente disgustado  y le informó de que Lorca había sido fusilado por la noche y que la orden había venido desde Sevilla.  ¿Mintió Ruiz Alonso? ¿ Mintió Valdés?
Por último, tenemos un libro aparecido en los últimos  años, Verano del 36 en Granada, de Manuel Titos Martínez, Licenciado en Filosofía y Letras y doctor en Historia, que aunque en este trabajo se centra en  la historia económica granadina y andaluza , aporta un dato novedoso hasta entonces, relacionado con la muerte de Lorca. Se trata de una carta escrita por José María Bérriz Madrigal el 18 de agosto de 1936, y enviada a la familia Rodríguez Acosta, que veraneaba en aquel momento en Estoril. Bérriz era uno de los gestores de esta importante familia de banqueros establecidos en Granada. En dicha carta les informa de que Manuel y Bernabé  que llegan ahora de su guardia, le han comentado que anoche las fuerzas de Falange han matado a Federico García Lorca
A mi particularmente me parece más probable que la fecha del asesinato de Federico García Lorca se produjera el día 17 de agosto. Los muchos testimonios encontrados apoyados en pruebas documentales van en esa dirección.             
Sobre el controvertido y polémico asunto de dónde se encuentran los restos del poeta, tenemos los siguientes datos:
Gibson, como producto de sus investigaciones llegó a la conclusión de que estos se encuentran en El Barranco de Víznar, donde habría sido asesinado junto a un olivo. En este lugar se encuentra actualmente el parque Federico García Lorca. Se ha sabido, que al parecer, al construirse este parque en los años 80, se encontraron unos huesos que fueron cambiados de lugar sin haber sido identificados previamente.
Sin embargo, Gabriel Pozo Felguera,  (Lorca, el último paseo) cree posible que los mismos militares que ordenaron su asesinato, pudieron desenterrar el cuerpo y trasladarlo a una fosa común para así ocultar pruebas del crimen. Este investigador fundamenta su teoría en las palabras de Antonio Gallego y Burín, alcalde de Granada, 1938-1940 y desde 1941-1951, quien expresó en su momento que el lugar de la tumba había sido cambiado por los militares para impedir que se utilizara como arma propagandística por parte de los republicanos. Al parecer, esta información procede de una anotación que hizo Agustín Penón al realizar sus investigaciones.
En 2009, la Junta de Andalucía financió unas excavaciones en el lugar donde se supone que se encuentras los restos de Lorca, basándose en el lugar que había indicado Gibson a resultas de sus investigaciones.  La búsqueda tuvo un resultado infructuoso. El irlandés, al que no se consultó, se quejó de que habían buscado en un área muy restringida. Oficialmente no se buscaba a Lorca, sino a una o varias de las personas que lo acompañaron en aquel triste final. Todo fue llevado con cierto secretismo, entendiéndose que debido a la oposición de la familia de García Lorca a las excavaciones.
El investigador irlandés escribió un diario durante cuatro meses, lo que duraron las excavaciones, donde consignó el desarrollo de las mismas. Fruto de ello fue su libro, La fosa de Lorca: crónica de un despropósito.
Molina Fajardo encontró entre otros, estos dos testimonios sobre el lugar donde fue enterrado, aparte del ya mencionado de José María Nestares.
Pedro Cuesta Hernández, falangista de la octava escuadra que estaba en Víznar en esos días, indicó que pasando Viznar antes de llegar a la Fuente Grande a la derecha, en un sitio como un pozo alargado de haberse sacado de allí tierra gris.
Joaquín Espigares, labrador que vivía en Víznar en 1936 y mandó una centuria de Falange al comenzar el alzamiento, expresó que, según se comentaba en Víznar,  fue fusilado camino de la Fuente Grande en unos pozos antiguos para buscar agua. También dijo que existió el rumor en Víznar de que una señora había ido autorizada por el gobierno para retirar unos restos en los pozos y que en el pueblo suponían  que eran los de Federico.
Por otra parte, el historiador Miguel Caballero cree que la fosa se encuentra en un lugar llamado Pago del Peñon Colorado, a unos 400 metros de donde se excavó en 2009.
Recientemente, el 17 de noviembre de 2014, se iniciaron unas nuevas excavaciones que cuentan con Javier Navarro como director de excavación y Miguel Caballero como director histórico del operativo.  El trabajo se vio interrumpido en diciembre por la necesidad de devolver las máquinas utilizadas a la Junta de Andalucía, propietaria de ellas, para las labores de quitar nieve. Se desconoce si en algún momento han continuado los trabajos que realiza  la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía en la zona aportada por Caballero, es decir, del Peñón del Colorado. En este caso se trata de una labor de localización de fosas de víctimas de la Guerra Civil.
Una curiosidad.  Según las crónicas de la época, 1998, Isabel, hermana de García Lorca, pidió a través de una carta enviada al por entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que impidiera la construcción de un campo de fútbol  en Alfacar, Granada, situado a unos 750 metros del lugar donde es posible se encuentren los restos del poeta. La mujer que declaró su intención de pedir a la Unesco que interviniera, lo consideraba una verdadera afrenta y una vergüenza. También escribió otra carta al arzobispo de Granada, Antonio Cañizares.
Sobran más comentarios sobre esta descabellada iniciativa de la Junta.
Por último, indicar que la familia de García Lorca se opone a la identificación de los restos del poeta.
Tras la muerte del genial poeta se produjeron, entre otros, los siguientes hechos:
La decisiva intervención de Narciso Perales, falangista de cierto relieve, logró evitar que el expediente  iniciado contra Luis Rosales por haber dado cobijo a García Lorca, pasara a tener consecuencias fatales. Todo se resolvió con una fuerte multa, se habla de 100.000 pesetas de la época, impuesta al padre, Miguel Rosales, camuflada como contribución a la causa de los sublevados.
Utilizando palabras suaves, podríamos calificar de sarcástico , que a comienzo de los años cuarenta, es decir, varios años después de su asesinato, se abriera un expediente contra el poeta en cumplimiento de la Ley de Responsabilidades Políticas, aprobada recién acabada la Guerra Civil. La causa fue sobreseida.
El padre, Federico García Rodríguez, vio confiscados sus bienes por considerársele contrario a la “causa del ejército nacional” , según apareció en el Boletín Oficial de la Provincia del viernes, 23 de Octubre de 1936, por orden dictada desde el Gobierno Militar. Tan absurda e injusta medida fue posteriormente dejada sin efecto.
Al final, no les quedó más remedio a la familia de García Lorca que trasladarse a vivir a Nueva York, lejos de la voraz maquinaria represiva franquista en cualquiera  de sus modalidades.
El gobernador civil de Granada, comandante José Valdés Guzmán, murió como consecuencia de problemas estomacales en 1939, a los cuarenta y ocho años de edad.
Ramón Ruiz Alonso, marchó, quince días después de la muerte de Franco, a vivir a Las Vegas, Estados Unidos, con una hija,  donde falleció en 1977. Según el testimonio póstumo de la actriz Enma Penella, las cenizas de su padre yacen en un cementerio de Madrid ocultas bajo un nombre falso por miedo a que su tumba pueda ser profanada.
Juan Luis Trescastro,  que acompañó a Ruiz Alonso en la detención del poeta,  falleció en Granada a los 76 años, el 17 de febrero de 1954. Paradojas de la vida. Está enterrado  en el cementerio municipal de Santa Fe, Granada, en un panteón familiar que el padre de García Lorca tenía en esta localidad.
OBRAS CONSULTADAS
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE GARCÍA LORCA. El libro-documento fundamental sobre el caso Lorca. Eduardo Molina Fajardo.
Las trece últimas horas en la vida de García Lorca. Miguel Caballero Pérez.
Lorca, 75 años de enigmas y certezas. La Rioja.com, 18-08-11
Página web de Canal Sur, Canal Sur2, El público lee.13-12-10
ISABEL LORCA PIDE A CHAVES QUE PARE EL CAMPO DE ALFACAR. El País, 14-10-1998
LORCA, MUERTE SIN RESOLVER. El País, 10-12- 2009
“QUEIPO NO DIO CAFÉ” Ideal.es., 18-10-08
El País, 1-6- 2005

Ideal.es, 22-10-10

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