La II República creó un cuerpo de policía que se conoció como la Guardia de Asalto. El dictador fascista, Francisco Franco, la disolvió y en su lugar organizó otro cuerpo policial, vulgarmente conocido como los "Grises" -no, no eran extraterrestes- y oficialmente Policía Armada. Este instituto armado fue esencial y muy útil dentro de la coerción ejercida por la dictadura. Durante la Transición protagonizaron una matanza en Vitoria, crimen que se quedó sin castigo. La impunidad fue una constante durante la Transición. Impunidad de la que se benefician algunos elementos de la dictadura que siguen vivos. Es como si se rieran delante de nuestras narices.
En 1978 la nueva y amnésica democracia disolvió la temida Policía Armada y en su lugar nos legaron a la Policía Nacional. Desaparecía así el temido cuerpo represor creado por el dictador fascista, Francisco Franco. En realidad el cambio era cosmético -tan solo le cambiaron el nombre al cuerpo represor de la dictadura- ya que no hubo depuración ninguna: la Policía Nacional estaba formada por los mismos represores, torturadores y criminales que sembraron el terror durante la dictadura y la Transición. Ocurrió lo mismo con todo, por ejemplo, el Tribunal de Orden Público, pasó a denominarse Audiencia Nacional, cambiaba el nombre, tan solo el nombre.
A la Guardia Civil, Franco pensó disolverla -el 40% de la Guardia Civil no fue golpista-, pero le convencieron de lo contrario, tan solo tuvo que depurarla y mantener a los números más afines al Movimiento. Hoy podríamos debatir si la Guardia Civil, igual que la Policía Armada, debiera de ser disuelta al haber sido un estamento utilizado por Franco con carácter criminal, o debiéramos acordarnos de ese 40% de guardia civiles que se mantuvieron fieles a la II República. Sea como fuere, al ser un cuerpo militar deberían de salir de la vida civil y ejercer cometidos propios del Ejército.
La Legión, creada por Millán Astray, fue la punta de lanza que usaron los fascistas españoles para sembrar el terror durante el Golpe de Estado y la posterior Guerra Civil. El 100% de la Legión, junto a su creador, Millán Astray, fueron fieles a los golpistas y cumplieron su cometido fijado, con suma eficacia sangrienta.
El que esto escribe, no alberga ninguna duda y es de la opinión de que la Legión debiera de desaparecer, ser disuelta, finiquitada, y sus miembros -no hay que depurar a nadie- debieran de ser integrados en otras unidades del Ejército español.
Millán Astray, independientemente de que su encontronazo con Unamuno, sea, o no sea, como la historiografía seria nos lo ha contado, e independientemente de esa caridad que quiso ejercer en la posguerra con los más desfavorecidos, formó parte del entramado franquista y como tal debe de ser recordado. Fue director de la Oficina de Radio, Prensa y Propaganda del régimen fascista español (fundó Radio Nacional de España para hacer esa actividad de propaganda). El famoso tullido también fue procurador en Cortes de 1943 a 1952.
Ni este militar, ni el cuerpo que fundó en 1920, están en condiciones de enorgullecerse de su historia. Es de justicia que el Ayuntamiento, haciendo caso de la Comisión que ha aconsejado eliminar a Astray del nomenclator madrileño, siga el consejo de dicha Comisión y nos elimine a Millán Astray de las calles de Madrid. No borramos la historia. ¡Hacemos historia!
El Presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha defendido a la Legión, una unidad militar que "sirve a todos" y "a España", y ha pedido a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que la deje "tranquila" tras "cargarse" la placa con el nombre de su fundador, el general José Millán-Astray (La Gaceta)
De nuevo el PP nos muestra su lado más fascista (para variar) y más mentiroso. Ni Manuela Carmena está atacando a la Legión, ni Millán Astray es un "ser especial". El fundador de la Legión fue uno de los tantos fascistas que ayudaron a cargarse a la II República. Cualquier merito anterior o posterior queda diluido gracias a su proceder y a su posicionamiento ideológico.
Cada vez es más difícil de escribir sobre la actualidad neofranquista sin sentir una inmensa repugnancia por tanto defensor de lo indenfensible.
La legión española salvó a Melilla del asedio rifeño en 1921, es lógico que el alcalde melillense los defienda. Por cierto, ¿los tipos de la memoria histórica que han hecho para defender la integridad terrotorial de la Patria?
ResponderEliminarEra su trabajo. Ese es uno de los trabajos del ejército, defender el territorio ,y principalmente a sus habitantes, de un ataque exterior.
EliminarAplaudo a los que así lo hicieron.
Otra cosa es atacar a los propios habitantes y favorecer una dictadura longeva.
¿Traerían alguno de estos atacantes rifeños entre los miles de moros que trajeron a combatir a los españoles leales a la República?.
El ejercito debe ser apolítico se supone, pues no sé que pinta José Antonio en los gritos de algunos de estos,....bueno, si lo sé, lo sabemos todos.
Por cierto...¿fue la cabra?
Pues mira, amigo alfonso, le vas a preguntar a alguien que le importa tres pitos la integridad territorial de la patria. El alcalde de Melilla está defendiendo a un fascista, muy en la línea del PP.
ResponderEliminarHace muchos años solía dar conciertos en la cárcel de Badajoz y de Cáceres. Gracias a eso conocí a delincuentes presos, alguno de ellos parecían buenas personas. Uno solía ayudar mucho a sus compañeros. El menda estaba en la cárcel por asesinato. Después me enteré que asesinó a un hombre para robarle.
Adapta esta historia a la biografía de Astray y entenderás porqué Astray debe de ser erradicado del callejero de Madrid.
La Legión colaboró para que en Badajoz se produjera una terrible matanza. Maldita sea su estampa.
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