Para El País lo que estaba haciendo el Ayuntamiento de Madrid estaba lleno de rencor, no criticaba la Ley 52/2007, pero si tachaba de rencorosa la actuación del consistorio ademas decían que:
Volver al pasado para recuperarlo como arma arrojadiza contra los enemigos del presente no es el mejor camino si se quieren cerrar heridas. Es, además, un gesto de impotencia: las soluciones que reclama hoy con urgencia Madrid no están escondidas en los símbolos de ayer.
El mismo discurso que el de la derecha más extremista: la Ley de la Memoria Histórica se usa como arma arrojadiza y de manera rencorosa. Santiago Vega Sombria respondía al editorial:
No se puede, en ningún caso, tildar de rencor, venganza o ánimo de revancha a las propuestas de eliminar definitivamente los vestigios franquistas. Aunque todavía haya a quien le cueste reconocerlo, porque tuviera la fortuna de no ser perseguido o incluso fuera beneficiado, el franquismo fue una dictadura, que surgió de la victoria en una guerra civil provocada por un golpe de estado contra la democracia representada por la II República. Hay que seguir insistiendo en esa realidad histórica. Ante ella, se pueden comprender opiniones de simpatía (defensa de la “necesidad” del golpe, los “rojos” ya habían dado su “golpe” con la revolución de Asturias de 1934,…), pero no pueden negar que esa sublevación militar, esa guerra y la dictadura fusiló a más de 140.000 personas, encarceló a un millón, expulsó de su puesto de trabajo a medio millón y otros tantos fueron sancionados económicamente con cuantiosas multas o la pérdida de sus bienes. No es por tanto, de recibo, que los causantes de este dolor reciban aún el reconocimiento de un estado democrático en el siglo XXI. No se puede llamar rencor a la exigencia de supresión de simbología franquista, no se trata de “Volver al pasado para recuperarlo como arma arrojadiza contra los enemigos del presente” [El País]. Es, sin duda, higiene democrática.
¿Se puede usar el pasado (Ley 52/2007) como arma arrojadiza? Tan solo si en ese pasado es capaz de impregnar el presente. ¿A quien le puede molestar que se retiren vestigios de una dictadura? ¿A otros dictadorduelos? El Partido popular debiera de distanciarse de ese pasado neofranquista que tanto le imprimía Manuel Fraga. Ellos sabrán por que no lo hacen.
El país es que ya ni intenta disimular, es un diario de extrema derecha y le da igual que sea evidente. Antes eran muy fachas también, pero hacían como la sexta, lo escondían.
ResponderEliminarEl que tampoco disimula rien de rien, es el señor de la cal viva.
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