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martes, 15 de junio de 2021

LA MATANZA DE BADAJOZ. FRANCISCO PILO ORTIZ Y SUS TESTIMONIOS ORALES

Revista Ilustração. Nº 257. SEPT. 1936

Tengo ahora mismo entre mis manos el libro de Francisco Pilo Ortiz, Ellos lo vivieron, primera edición del año 2001. Lo más destacable del libro, son los testimonios orales que vendrían a confirmar que en la plaza de toros de Badajoz se estuvo fusilando. 


En la página 150 escribe Pilo que "Los fusilamientos del día 15 comenzaron hacia las cuatro de la mañana. Una persona, testigo presencial a la que ya se hizo referencia como ayudante del conductor del camión, tuvo el gesto de relatarme lo que él vio". El testimonio, posiblemente por miedo a posibles represalias no quiso dar su nombre, pero si dio permiso para que se señalara que vivía en el populoso barrio pacense de San Roque: "Yo trabajaba como contratado en el Ayuntamiento y me llamaban cuando había obras y chapuzas". Así comienza el relato del ayudante del conductor de la camionetilla, y prosigue diciendo que a él y a su familia, junto a otros vecinos de San Roque, los habían refugiado en el Convento de las Trinitarias. Cuando Yagüe tomó definitivamente Badajoz les ordenaron que se retirasen a sus domicilios.

Mientras iban camino a San Roque, nuestro testimonio sufrió un percance desagradable: "un moro me agarró por el pescuezo y me dio un tirón de la camisa y hablaba no sé que". Esto concuerda con el detalle de que a los hombres los registraban para ver si en el hombro tenían la marca que dejan el retroceso de los fusiles. Una vez a salvo en su domicilio intentaron descansar de tan traumático trance, aunque precisa que les costó porque, "Por la calle Macón se oían muchas carreras y voces y de vez en cuando un disparo".

A eso de la tres de la mañana la mujer de nuestro protagonista comenzó a gritar desaforadamente. A su domicilio habían llamado unos guardias civiles y la esposa del ayudante del conductor se pensó que le iban a dar un "paseo" a su marido. Los guardias civiles del puesto de San Roque, que eran quienes le dieron el susto de muerte a esta familia, tranquilizaron a nuestro testigo diciéndole que no se preocupase, que "tenía que ir con ellos pero que no era para nada malo"

Partieron a casa del conductor de la furgoneta, al cual le pegaron otro susto de muerte. Una vez en la plaza de toros...
... A eso de las tres y media de la mañana llegamos a la plaza de toros y los civiles se bajaron. Allí había muchos legionarios y civiles (...).  Por aquel entonces la plaza de toros tenía otro muro que daba a la Ronda y la rodeaba por fuera y se entraba por una puerta que quedaba enfrente a la entrada del ruedo. Nos dijeron que pusiéramos el camión dentro

Nuestro protagonista relata como en los chiqueros "había mucha gente vigiladas por los legionarios, y muchos gritaban y lloraban". Un legionario precisó de la ayuda de dos presos para que ayudaran a cargar a los muertos que previamente habían fusilado...

...  Dentro del ruedo a mano izquierda, según se entraba había varios muertos en fila y nos dijeron que los cargáramos en el camión y nos los lleváramos al cementerio (...) . Esta vez no los conté porque me impresioné mucho, ya que aún estaban caliente. Recuerdo que uno de ellos se quejó al dejarle caer en la plataforma y un legionario sacó una pistola y le dio un tiro en la cabeza.

Durante la madrugada dieron varios viajes, alrededor de seis. El enterrador les dijo "que no sabía que iban a hacer con tantos muertos". Esto lo comentó el enterrador del cementerio mientras descargaban los muertos "al lado del camino en un descampado"; es decir, fuera del cementerio. El ayudante dijo que "Después supe que los sacaban por tandas y que los iban fusilando".

El terrible testimonio relata como prendieron fuego a los cadáveres...

... Cuando dimos el segundo viaje ya les habían dado fuego aquello era espantoso. El olor era terrible y algunos muertos parecían como si se quejasen.

El relato de nuestro protagonista acaba afirmando que no sabe cuanta gente moriría asesinada, que seguro que fueron muchos, y que ellos dieron muchos viajes de la plaza de toros al cementerio. Más adelante cuando el asunto se "calmó un poco", los falangistas llevaban a las víctimas a las tapias del cementerio y allí los asesinaban: "Pero ya dejaban que los familiares se llevaran a los muertos y muchos cavaban las tumbas donde les decían".


Un testimonio bastante bueno y jugoso. Tanto que Francisco Pilo en 2006 publicó la tercera edición corregida y aumentada de Ellos lo vivieron, donde vuelve a aparecer el mismo testimonio sin cambiar ni una sola coma. Aquí no para el asunto, en 2010, Libros Libres le publica a Pilo y a dos amigos suyos, Moisés Domínguez y Fernando de la Iglesia, el libro La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda. En esta obra vuelve a aparecer el mismo testimonio integro, exactamente igual que se había publicado en anteriores ocasiones. Ha sido un testimonio al que se le ha sacado bien el jugo.

Los testimonio orales, no obstante, hay que contrastarlos con documentación o con otros testimonios. Como es obvio, de lo que pasó dentro de la plaza de toros no hay ningún documento.  Bien porque se destruyeron o porque sencillamente no se quiso dejar ninguna constancia. Como es lógico y normal no dejaron entrar a ningún periodista a la plaza de toros mientras se fusilaban a los prisioneros, pero es que tampoco hubo molestos chafarderos en las tapias del cementerio mientras los piquetes de ejecución cumplían con su cometido. René Brut grabó al día siguiente por la mañana cuando ya no había "moros" en la costa (nunca mejor dicho).

 En la primera edición de Ellos lo vivieron del año 2001, Francisco Pilo también rescató el "RELATO DE DON FRANCISCO MORENO RAMÍREZ, SUPERVIVIENTE DE LA MATANZA EN LA PLAZA DE TOROS". Este testigo dijo, entre otras muchas cosas que...

... Una vez fusilados, llamaban a algunos de los que allí se encontraban para que cargaran a los muertos en una camionetilla chica, y se los llevaban creo que al cementerio. Cuando la camioneta regresaba, contaban  otros veinte que, se conoce que era la carga del vehículo.

La historiadora Almudena Mendo Silvestre, entrevistó a Vicisitudes de Teresa Silva:

 - ¿Su hermano le contó que en la plaza de toros se había fusilado a gente?

- Sí, estaban matando todos los días. Enfrente vivían unas conocidas y a diestro y siniestro todas las noches, a la misma hora, a las doce de la noche.

El relato común es el mismo: dentro de la plaza de toros se estuvo asesinado a los presos allí detenidos. Los testimonios pueden disentir en algunos detalles, pero el fondo siempre es el mismo. En la plaza de toros se estuvo fusilando. 

El periodista Mario Neves que si estuvo en Badajoz el 15 de agosto y días posteriores, muchos años después sí que confirma lo que no quiso o pudo hacer en agosto del 36...

... Ayer se decía en Elvas que en la plaza de toros, transformada en prisión, se han llevado a cabo numerosos fusilamientos. Por eso nos dirigimos hacia allá, con el fin de verificar la exactitud de ese rumor. Tras algunas dificultades, conseguimos entrar en la arena. Algunas decenas de prisioneros aguardaban su destino. Pero la plaza no tiene un aspecto diferente del que observamos ayer, lo que nos lleva a suponer que el rumor es infundado. Los mismos automóviles destruidos y los mismos cadáveres que ayer tanto me impresionaron y que aún no han sido retirados. Frontera de Caia, 16 agosto.

¿Quién sabe si los cadáveres que Neves vio el día anterior eran los mismos, o eran varios desgraciados que los acababan de asesinar? Es lógico que ningún periodista pudo ser testigo directo de ningún fusilamiento ni en la plaza de San Juan, ni en la de toros, ni en ningún otro lugar. De todas formas, en este fragmento de vídeo oímos a Neves confirmar algo que no pudo hacerlo en agosto del 36, que en la fatídica plaza de toros se estuvo fusilando. En Canal Extremadura entrevistaron a un residente de la Residencia de ancianos La Granadilla, que relató que por las noches no podía dormir con por el ruido de disparos. Este hombre vivía en frente de la plaza de toros. He buscado el programa en la videoteca pero no está accesible en línea.

Aunque pueda parecer mentira, todavía existen negacionistas que siguen afirmando que en la plaza de toros no se asesinó a nadie. No es de extrañar, porque el negacionismo es así de testarudo. ¿No niegan la pandemia? ¿No niegan que la tierra es esférica? El problema en Badajoz está en saber donde no se mató, como bien argumenta Francisco Espinosa Maestre en este otro vídeo.

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