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jueves, 17 de junio de 2021

Paracuellos y Largo Caballero


 El Gobierno de la II República decide abandonar Madrid y lo hace el 6 de noviembre de 1936. Según Jorge M. Reverte:

 El 6 de noviembre, con el enemigo en las puertas, el Gobierno republicano abandona Madrid para trasladarse a Valencia. No puede correr el riesgo de una derrota y pone la ciudad en manos de una Junta de Defensa que preside el general Miaja. Creo que a Largo Caballero y al general Asensio (su brazo derecho) no les importaba perder Madrid. Era un estómago gigante que había que alimentar y eran otros los planes que tenían para enfrentarse al enemigo. La batalla de Madrid. Extracto de El País...👈

Cuando los generales africanistas junto a los facciosos del Ejército y de la reacción política y civil dan el golpe de Estado del 36, se produce un vacío de poder que facilita la revolución que los golpistas decían que querían evitar. Según Jorge M. Reverte, Madrid es un gran caos...

... El Estado republicano quedó pulverizado después del alzamiento. La capital permaneció del lado de la República, pero no hay fuerzas de seguridad, ni un ejército organizado, ni una judicatura eficaz. Las calles pertenecen a las milicias revolucionarias o, lo que es peor, a grupos de bandoleros. El miedo se impone. Caen cuantos sean sospechosos de simpatizar con Franco, pero caen también numerosos republicanos moderados. Es el caos. Es el tiempo de los asesinatos incontrolados. A partir de noviembre, y durante un mes, el horror -murieron unas 2.000 personas- lo organiza una fracción extrema de las fuerzas que defienden la ciudad. Un grupo de anarquistas y comunistas, a espaldas de los sectores más moderados, se ocupan de liquidar a los elementos fascistas y peligrosos. No hay piedad. Ibidem

En Madrid y Barcelona fueron las capitales donde la represión "roja" dejó más víctimas. Según escribió Clara Campoamor (nada sospechosa de revolucionaria) en su libro, La revolución española vista por una republicana...

... El Gobierno hizo un esfuerzo y las primeras noches, intentó detener aquellas patrullas sanguinarias haciendo circular por toda la ciudad numerosos coches de guardias de asalto. Durante algunos días llegó a reducir el número de ejecuciones, pero poco después volvían a perpetrarse (...)

Tras espeluznantes ejecuciones en masa efectuadas en la Casa de Campo, el Gobierno, incapaz de impedirlas, cerró aquel enorme parque imposible de vigilar (...)

El Gobierno hallaba todos los días setenta, ochenta o cien muertos tumbados alrededor de la ciudad. Pags. 103 y 104.
Imagen del cadaver del doctor Albiñana

Imagen del cadáver del padre dominico José Gafo Muñiz

Las imágenes, horrorosas por cierto, que aparecen en la Causa General donde se ven personas que fueron asesinadas en Madrid, como las aquí expuestas del doctor Albiñana y del religioso José Gafo Muñiz, las efectuaron funcionarios del Gobierno y las exponían para buscar a sus familiares. Hoy se usan contra los gobiernos de la II República, cuando fueron las autoridades quienes registraron, en la medida que pudieron, aquellos espeluznantes asesinatos.

Existía un amplio consenso en que la represión en la zona republicana se debió al vacio de poder y que los culpables fueron los revolucionarios que conformaban las bases de los partidos, aunque siempre se ha matizado que hubo dirigentes con cierto peso que estuvieron implicados en aquellas salvajes matanzas. Ese consenso se intentó romper con la primera ola revisionista capitaneada por Pío Moa y Cesar Vidal. Estos dos personajes fueron fácilmente neutralizados. Ahora hay una segunda ola revisionista al "mando" de Stanley G. Payne y como segundos espadas Julius Ruiz, Álvarez Tardío o Del Rey Reguillo. Estos son historiadores académicos, y por tanto gozan de un cierto prestigio dentro del mundo historiográfico. Son más peligrosos

Lo último de Julius Ruiz es responsabilizar a Largo Caballero de las sacas de Paracuellos...
... El principal interrogante no es si el Gobierno republicano supo de lo que estaba aconteciendo en Paracuellos desde un principio, sino por qué tardó tanto Largo Caballero en poner fin a aquella operación"  El Confidencial...👈

En el Confidencial tambíén rescatan un párrafo del libro de Paul Preston:

 ... exigieron explicaciones al ministro de la Gobernación, Ángel Galarza. La vaguedad de su respuesta demostraba a las claras que estaba al corriente de la evacuación de los presos, si bien atribuía las muertes a la furia de las familias de las víctimas de los bombardeos aéreos... 

Jesús Galíndez, ayudante de Irujo (ministro sin cartera) envió un teletipo a Miaja donde le decía que sabía que...

... han sido fusilados gran número de detenidos, sirviéndose las milicias para extraerlos de las cárceles, de órdenes suscitas por la dirección General de Seguridad... Paul Preston 496.

Las órdenes oficiales eran trasladar los presos a las cárceles valencianas, de hecho, un cierto número de presos si llegaron al destino final. Como dijo Preston, Galarza sabía que se estaba evacuando a los presos y comentó que  las muertes fueron debidas "a la furia de las familias de las víctimas de los bombardeos aéreos". No debía de tener constancia de que el plan siniestro era que, en mitad de la evacuación de los presos se desviarían a Paracuellos y allí eliminarían a los potenciales enemigos.

Ian Gibson en 2005 reeditó su famoso y clásico estudio, Paracuellos. Como fue. En El País le entrevistaron. Sobre la evacuación de los presos dijo...

...  Yo creo que hubo una orden de las autoridades republicanas para trasladar a los presos a Valencia. Pero en un momento de tantas carencias y tanto desorden, ¿cómo organizar una comitiva para que se llevara los presos? Era más fácil que los liquidaran. Y no creo que fuera difícil convencer a los milicianos.

Sobre Largo Caballero y su Gobierno afirmó que...

... No creo, en cualquier caso, que el ejecutivo de Largo Caballero autorizara los fusilamientos. 

Si Largo Caballero, según Julius Ruiz, tardó demasiado tiempo en parar aquella operación, lo lógico es que la hubiera detenedido lo antes posible. Era de sobra conocido que los asesinatos desgastaban al Gobierno republicano frente a las cancillerías europeas. ¿Por qué iba a permitir Caballero una masacre de tal calibre y que al final acabaría paralizándola? 

Creo que Ian Gibson tiene razón cuando dice que "Hay muchas lagunas en la investigación que todavía hay que rellenar. Sería necesario conocer minuto a minuto lo que pasó entre la salida del Gobierno del día 6 y los fusilamientos del 7 y el 8". Lagunas que permiten orientar las suposiciones segun las fobias o las filias de cada historiador u opinólogo.

En El Conficendial también citan a Julio Arostegui y a su impresionante biografía de Caballero, Largo Caballero, el tesón y la quimera. Sin embargo la cita es demasiada escueta y se queda "material" en el tintero para llevarse las elucubraciones a su terreno. Nosotros exponemos la cita mucho más completa...

... A propósito de la salida del Gobierno de Madrid y de los grandes problemas del control de la retaguardia que se produjeron inmediatamente después de ella, culminados con la extracción de presos de las cárceles y el siempre recurrente asunto de los fusilamientos en Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz, conviene señalar que ignoramos el grado de conocimiento que caballero tuvo de estos hechos. Nunca en sus escritos, discursos o conversaciones privadas que conocemos se refirió en concreto a tales sucesos, a los que fue enteramente ajeno. Sí que aludió a los desbarajustes y crímenes de la retaguardia, pero de forma siempre genérica. Esta cuestión quedaba bajo jurisdicción directa del ministro Galarza, y en el caso de Madrid que comentamos, la responsabilidad directa fue de la Junta de Defensa y de las autoridades policiales.

Paul Preston afirma que "Azaña, Irujo, Giral y Galarza, estaban al corriente de las sacas" (El holocausto español. Pag. 497). Aunque no nos dice si sabía Azaña que estaban masacrando a los prisioneros. Ian Gibson no cree que "el ejecutivo de Largo Caballero autorizara los fusilamientos". Julio Aróstegui achaca la responsabilidad a  "la Junta de Defensa y de las autoridades policiales" y Julius Ruiz está convencido de que Largo Caballero sabía que estaban liquidando a los presos y que pudo evitar aquella masacre. No hace mucho solo se intentaba implicar a Santiago Carrillo, que sí que estaba en Madrid, Ahora Julius Ruiz (Paracuellos una verdad incómoda), con el desparpajo que le caracteriza, mete en el saco también a Largo Caballero... Seguro que aquí no acaba el asunto. Si no, tiempo al tiempo. Resulta que el gobierno intenta atajar, sin éxito ninguno pero es cierto que puso empeño en ello, las matanzas de las mal llamadas checas, y una vez que abandona Madrid, se producen las mayores matanzas en masa y el responsable es el mismo gobierno que intentó atajar la ira revolucionaria en el verano del 36. ABSURDO.

Esto es tan casino y dan tanta grima los personajes como Julius Ruiz y toda esta caterva periodística que le dan cobertura, que a veces, solo a veces, me dan ganas de retirarme y descansar de tanta estupidez. Julius Ruiz está en su derecho en escribir todos los libros que le venga en gana sobre el terror rojo; no es complicado. El Sr. lo tiene bastante fácil, porque como bien apuntó Ian Gibson "Todos los horrores que se desencadenaron en la zona republicana" se pueden encontrar "con todo lujo de detalles (...) en la Causa General", macro investigación que "el bando ganador elaboró para mostrar los crímenes de los rojos". Y lo bueno es que todo esta digitalizado desde hace años. Con un buen ordenador, documentación franquista y una imaginación desbordante, como la de Julius Ruiz, podemos llegar a cualquier sitio y a cualquier conclusión.


El artículo que estamos comentando de El Confidencial se elaboró cuando Vox, C's y PP le querían quitar a Largo Caballero y a Indelacio Prieto los honores en el nomenclator...

El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado este martes retirar las calles que recuerdan a los ministros socialistas durante la II República Francisco Largo Caballero, en el distrito de Ciudad Lineal, e Indalecio Prieto, en el de Vicálvaro. El País...👈

A consecuencia del debate originado la prensa conservadora se puso manos a la obra y El Confidencial de la mano de Julio Martín Alarcón escribió una ambiguo artículo donde habla asi sobre el asesinato de Calvo Sotelo: "Nunca se pudo probar ninguna connivencia del político socialista [Indalecio Prieto], que además censuró el asesinato públicamente, pero siempre recayó sobre él la sospecha". El final del artículo estaba cantado...

... Finalmente, el propio Galarza, con la aprobación de Largo Caballero, restituyó a Melchor Rodríguez en su puesto de Inspector General de Prisiones cuya orden esta vez sí firmó el ministro García Oliver y las sacas se pararon definitivamente. Julius Ruiz interpreta claramente la responsabilidad de Largo Caballero debido a estos hechos: "El principal interrogante no es si el Gobierno republicano supo de lo que estaba aconteciendo en Paracuellos desde un principio, sino por qué tardó tanto Largo Caballero en poner fin a aquella operación". 

Ojo, palabra de Juliud Ruiz, esto va a misa.

El asunto del traslado del Gobierno a Madrid y las posteriores sacas de Torrejón Ardoz y Paracuellos, es un tema muy complejo y lleno de lagunas, tanto que se necesitarían muchas páginas para poder profundizar en el espinoso asunto. Cada cual podrá pensar lo que le plazca, ya que las circunstancias se pueden moldear a nuestro gusto como se moldean en el caso del Rey y el 23F? Porqué Juan Carlos I salió en TVE a la madrugada del día 24, es que acaso él estaba implicado y estaba esperando a que los acontecimientos se desarollaran satisfactoriamente? ¿Porque Melchor Rodríguez fue destituido y más tarde repuesto en el mismo cargo? Si la vida de los presos importaba tan poco, porqué le devolvieron al Ángel Rojo el puesto donde pudo atajar aquellas sacas. Y otra cuestión. ¿Por qué Franco insistía en bombardear compulsivamente Madrid (murieron alrdedeor de 2.000 personas) con las cárceles llenas de presos afines a los golpistas? ¿A caso a Franco le importaba la vida de los suyos? Esto otro no quita para que aquellas infames sacas fueran un espeluznante crimen, ya que las autoridades tendrían que haber grantizado la vida de los presos y  Madrid, aquellos días. estaba bajo la supervisión de la Junta de Defensa. 

Pero es muy tentador cargar directamente contra Largo Caballero, el Lenin español, un mote que abobinaba de el tanto como Pablo Iglesias huye de el Coletas, y que Julio Martín Alarcón desde El Confidencial tiene a bien recordárnoslo, eso sí, seguro que no tiene ni pajolera idea de que Caballero y su entorno pensaban que aquel mote fue acuñado por sus enemigos. o seguro que lo sabe, que ya es peor, porque en su artículo cita a Aróstegui.

Es necesario que los detractores se lean la biografía sobre Largo Caballero que el añorado Julio Aróstegui hace algunos años legó a la posteridad





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