¿DONDE ESTÁN LOS RESTOS DE LOS ASESINADOS EN LA GRAN MATANZA DE BADAJOZ?

La ARMHEx llevó a cabo unas catas en el cementerio de San Juan en Badajoz para localizar restos de los asesinados en la gran matanza de Badajoz. Un ex policía que ha investigado los sucesos acaecidos en la ciudad pacense en el verano del 36, através de mi amigo Javier, me pregunta que dónde están los huesos que confirmarían la matanza, ya que en las catas realizadas no se ha encontrado ni un simple hueso metatarsiano. Y claro está, si no hay huesos no hay matanza. Así de simple.

Este ex policia que en su día documentó los asesinatos en la plaza de toros hoy niega tal circunstancia, incluso afirma que los asesinatos fueron mínimos. Y al no aparecer huesos que valgan esto confirmaría su tesis. La ARMHEx ha concluido que...

Los trabajos de la primera fase para localizar enterramientos de víctimas de la represión franquista en el cementerio de Badajoz han terminado sin conclusiones claras debido a la cantidad de capas de sepulturas encontradas, tanto en tierra como en ataúdes, la profundidad a excavar, y las transformaciones habidas en esa zona del camposanto en los 85 años transcurridos, ha informado la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Armhex) que está realizando ese proyecto...

... el tiempo transcurrido desde los hechos y las numerosas reformas efectuadas en el cementerio a lo largo del tiempo, es factible que algunas de las fosas comunes donde se enterró a las víctimas pudieran ser afectadas y removidas posteriormente por la realización de nuevas sepulturas u obras para acometida de diferentes servicios del cementerio. Leer más en elDiario.es👈

Es muy sencillo, hay que seguir buscando porque "los resultados de esta intervención no permiten descartar ni confirmar la presencia de los enterramientos asociados a las víctimas en la zona estudiada, pues para ello sería ineludible el levantamiento de algunos de estos depósitos óseos e inhumaciones para poder, en primer lugar, practicarles un análisis antropológico forense completo y, por otro lado, examinar el terreno por debajo de los mismos y determinar de manera definitiva si en estas zonas sondeadas se hallan las fosas de la represión a las que alude la documentación escrita conservada". 

La imágenes que grabó René Brut presumiblemente el día 18 por la mañana, no dejan lugar a dudas de que efectivamente, en el cementerio de San Juan se llevaron los cadáveres que produjo Yagüe al entrar en Badajoz, donde la mayoría murieron asesinados. Badajoz amaneció lleno de cadáveres y no hay documentación que afirme que hubo lucha cuerpo a cuerpo. René Brut grabó una enorme fila de cuerpos quemados y otra de cádaveres que los estaban apilando para después quemarlos también. Esto como digo el 18 por la mañana, es decir, presumiblente estuvieron varios días quemando cadáveres. Seguían apareciendo muertos cuatro días después de la toma de Badajoz.

Este recorte de periódico, que no aparece en el libro La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda, confirmaría que en Badajoz se "fusiló" a 2.000 "comunistas" mientras Yagüe permaneció en Badajoz...

...Se confirma la muerte de dos mil comunistas en Badajoz.

Lisboa, 17 (UP). Anuncian desde Caia [Caya] que un oficial de su Estado Mayor del coronel Yagües (sic), ha confirmado la muerte de dos mil comunistas en Badajoz.

El coronel Yagües (sic), acompañado de varios oficiales de su Estado Mayor, se dirigió a Caia [Caya], donde se le hizo una entusiasta recepción de parte de los españoles y portugueses. Yagües (sic) conferenció con las autoridades portuguesas, así como también con los oficiales de la Cruz Roja. Durante el desarrollo de esta conferencia, tres aeroplanos de la Cruz Roja portuguesa aterrizaron en los alrededores de la ciudad... 

Los propios militares, según se desprende de este valioso documento, eran los que confirmaron el alto número de bajas producidas a los comunistas. Por aquellos días, según la prensa internacional, debía de haber una plaga de comunistas y los debían de estar cazando como a conejos.

El hispanista Hugh Thomas, sin consultar fuente alguna, llegó a afirmar que él creía que las muertes en Badajoz erstaban más cerca de los 200 que de los 2.000. La misma cifra que nos ofrece el ex policía estudioso de la guerra en Badajoz (que ahora cambia su propio relato y dice que en la plaza de toros no se mató a nadie). No hay documentación alguna que pueda decirnos, que en efecto, las cifras de los asesinatos no superan las 200. Es cuestión de creencias. Creencias cuasi religiosas.

Hay quien prefiere creer que las cifras de muertes en esos días no puede ser tan altas (estamos hablando de tres ó cuatro días) porque los españoles no pueden ser tan bárbaros por muy fachas que fueran estos. Ya digo que es cuestión de fe legionaria. En cuatro días se pueden asesinar, efectivamente, a 2.000 personas. En 5 ó 6 sacas de las cárceles madrileñas los milicianos republicanos asesinaron a unas 2.400 personas en las inmediaciones de Paracuellos del Jarama (según el estudio de Ian Gibson). Ah, pero ahí sí, en este caso los republicanos sí que podían matar a esa ingente cantidad de personas. El problema de Badajoz es que no ha quedado documentación alguna, solo unos cuantos registros en agosto, mientras tanto, quienes se acercan a Paracuellos cuentan con la Causa General accesible por Internet.

Si no apareciera ningún resto óseo, sería todavía peor, porque indicaría que los asesinos trataron de borrar el rastro de todas sus fechorías. Una amiga de mi amigo Javier me espetó que si no aparecieron restos óseos es porque el tiempo los ha hecho desaparecer. Según ella eso ocurrió con los huesos de su padre que además, estaba enterrado en un ataúd. Yo le contesté que se metiera en Internet y que buscara alguna fotografía de cualquier fosa común de la Guerra Civil. La respuesta fue tremebunda: ella no se fiaba de las fotos de la prensa. Eso en mi barrio lo llamamos negacionismo, hoy tan de moda. Si se negó la Soah e incluso se niega la actual pandemia, como no vamos a negar la matanza de Badajoz. Y para argumentarme que hay que dejar los huesos en paz, me recordó la mirífica transición para que dejáramos viejos rencores porque podríamos incidir en otra guerra entre paisanos.

Esto es no saber como se inició la Guerra Civil en España. La primera fosa común del franquismo con métodos científicos se exhumó en el año 2.000 en Priaranza del Bierzo (hace 20 años); la Ley de la Memoria Histórica se promulgó en 2.007 (hace 14 años). Llevamos 20 años con las fosas comunes y todavía no ha estallado esa temida guerra. No vemos por ahí a sectarios con pistolas arreglando las diferencias a balazos. Sí, por las RR. SS. hay mucho majadero, pero de ahí ha desempolvar los "puños y las pistolas cuando se ofende la patria" (dixit José Antonio Primo de Ribera), media un abismo. Si no nos mastifestamos por la subida del combustible o la luz,  cómo vamos a salir a la calle a matarnos porque estamos recordando la Guerra Civil. ¿No vamos nunca a poder hablar de la guerra española y de las fosas comunes sin desenterrar sin que nos acusen de hipócritas?

La transición escondió sus vergüenzas bajo la alfombra. Algo que Felipe González pudiera haber solucionado con sus amplias mayorías absolutas. Desde la ONU nos han demandado en más de una ocasión derogar la Ley de Amnistía de 1.977 e investigar los crimenes de la dictadura

Según el relator de la ONU: "España está obligada, bajo la ley internacional, a investigar las graves violaciones de los Derechos Humanos, incluidas las cometidas durante el régimen de Franco, y a procesar y castigar a los responsables si todavía están vivos", ha afirmado Colville, durante una rueda de prensa en Ginebra. Además, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, existe un deber hacia las víctimas, que tienen "derecho de reparación" (Europa Press). Mientras tanto, aquí en España, la España carpetovetónica y mojigata, miramos hacia otro lado haciéndonos el loco. 

La amiga de mi amigo Javier, con total desparpajo me espetó que los que buscan los huesos de las fosas comunes lo hacen por una paguita, muy en consonacia con los argumentos de Vox o Rafael Hernando (PP), cuando en 2013 en 13 TV, la cadena de la Conferencia Episcopal Española, dijo que "Algunos se han acordado de su padre enterrado sólo cuando había subvenciones". Que un servidor tenga que soportar en la propia cara frases por el estilo es irritante, pero demuestra que no vamos pegándonos por las calles por causa de la Guerra Civil. La derecha, como siempre en estos casos, se muestra indigna, y los pseudoprogres les siguen el juego repitiendo las mismas sandeces que la derecha y mostrando una equidistancia asquerosa.

Ya sé que no le voy a cambiar el criterio a nadie, pero que en mi propia cara me vengan a hacer creer que la transición fue maravillosa, que a los muertos hay que dejarlos donde están porque hace mucho tiempo que pasó todo aquello, es de locos. Precisamente porque ha pasado mucho tiempo nadie debiera de ofenderse por exhumar las fosas del franquismo y retirar del nomenclator las calles franquistas.

Lamentablemente mucha gente habla sobre la memoria histórica sin estar debidamente informada, o malinformándose con las declaraciones del Partido  Popular e historiadores afines, como el amigo del Gefrema, Pedro Corral, pero sus opiniones son, ya no sesgadas, sino maliciosas desde el punto de vista ideológico. Por eso me gusta recomendar el libro de Francisco Espinosa Maestre, Lucha de historias, lucha de memorias. Espinosa es experto en memoria histórica y lleva décadas adentrándose en el mundo de la represión franquista.