Francisco Pilo (izquierda) y Fernando de la Iglesia. Fuente HOY |
Cualquiera que haya conocido el blog de Francisco Pilo y leído sus dos primeros libros, podría haber comprobado que sufrió una clara transformación. Tampoco queremos decir que el Sr. Pilo fuese un descarado izquierdista, no, eso de ninguna de las maneras. Él mismo contó que en su juventud perteneció a grupúsculo de la extrema izquierda, pero eso fueron pecados de juventud.
En el libro, La Represión en Badajoz, ya se le ve que con la extrema derecha, o mejor dicho con el fascismo, no era muy beligerante que digamos:
Con esto no pretendo ni mucho menos justificar a esta organización [la Falange fascista], con la que no me une nada, pero conozco gente que fueron y son falangistas y me han ayudado bastante en el trabajo de investigación, aún sabiendo de que iba la cosa. Es decir, que en esta Organización hubo y hay verdaderos caballeros con unos ideales que ellos creen justos (...), en el seno de Falange se realizó alguna que otra investigación interna a consecuencia de las denuncias de algunos ciudadanos. Un ejemplo lo encontramos en la Causa que se suguió contra Agustín Carande por la "apropiación indebida", o si ustedes lo prefieren robo descarado, de una joyas requisadas en Ronda (Malaga), donde habían asesinado a un hermano suyo.
Francisco Pilo Ortiz, si estaba entrevistando a falangistas de la primera hornada (camisa viejas), deberían ser ya unos ancianitos. Edad en la que hasta Franco parecía un tierno abuelito. Parece ser que para el Sr. Pilo, los testimonios de los camisas viejas de la Falange de José Antonio Primo de Rivera, no debieron de pasar ningún filtro. Pero caballeros, aunque Pilo no se lo crea, los hay en la CNT, los hubo en la FAI, también en UGT o el PSOE, y los siguen habiendo y los hubo en cualquier formación progresista de antaño y hogaño.
Según Francisco Espinosa (Por la sagrada causa nacional), la Falange tuvo "escasa relevancia" en la provincia de Badajoz. Aún así "Es sabido que la participación de Falange en el golpe se realizó de dos maneras: en la formación de milicias y en la represión. Por lo que respecta a las milicias se intentó desde el principio que en todo momento estuvieran sometidos al mando militar , lo cual no siempre fue fácil, como demuestran numerosos procedimientos abiertos por los militares" (ibidem, pág,33).
Para el Sr. Pilo, los ideales de la Falange joseantoniana lo podían defender los caballerosos camisas viejas por parecerles justos. J. A. Primo de Rivera introdujo, o fue uno de los creadores del fascismo español, que tenía como característica autóctona, el catolicismo integrista, ya que los que querían convertir España en un estado fascista, venían del catolicismo y de la derecha reaccionaria monárquica. En las elecciones de noviembre de 1933, J. A. Primo de Rivera, obtuvo su escaño en las Cortes, integrado en una coalición conservadora monárquica, por la circunscripción de Cádiz, donde su familia disponía de gran influencia. Escaño que perdió en 1936. Los monárquicos alfonsinos estuvieron subvencionando a la Falange Española en sus inicios.
Según escribe Joan Mª Thomás, J. A. Primero de Rivera cortó relaciones con los monárquicos de José Calvo Sotelo, por unas desavenencias programáticas:
En primer lugar, uno de los benefactores privados más importantes de FE, el militante y diputado Francisco Moreno Herrera, marqués de Elisenda, se dio de baja en desacuerdo con el punto veinticuatro, en lo referido a la separación Iglesia y Estado, lo calificó de herético. En segundo lugar, el citado punto y los otros más radicales abrieron una brecha con los monárquicos alfonsinos, brecha que se convirtió en ruptura (y consiguiente corte de fondos) cuando en diciembre uno de los más significados miembros de Renovación Española, el exministro de la dictadura Calco Sotelo, recién llegado del exilio tras un indulto del Gobierno radical-cedista, lanzó (en tanto que plataforma de promoción política al tiempo personal e integradora) la iniciativa llamada "del Bloque Nacional", con un manifiesto del mismo nombre. Con dicho manifiesto pretendía agrupar a todas las fuerzas derechistas situadas de espaldas a la República, es decir, las monárquicas alfonsinas y carlistas y al Partido Nacionalista Español, así como a sectores cedistas desengañados de la táctica accidentalista y gradualista de la coalición [de la CEDA] y a Falange (...) Pero topó con la negativa radical de FE de las JONS a sumarse a él (...).
Digamos que en el rechazo falangista jugaron dos tipos de factores. El primero y fundamental fue el hecho de considerarse que el manifiesto utilizaba un pseudofascismo que venía a confundir a la opinión ... Los fascismos españoles, pág. 108 y 109
El segundo motivo, según apunta Joan María Thomás, era algo más personal. Se trataba de la antipatía que sentía J. A. Primo de Rivera por la figura de Calvo Sotelo. Primo de Rivera se pensaba que Calvo Sotelo "no había defendido la figura de su padre", el dictador Miguel Primo de Rivera. También pudo jugar en ese rechazo, el afán de protagonismo tan típico en cualquier político de cualquier época, ya que el líder de Falange consideraba que podría convertirse en "oponente de José Calvo Sotelo". Pero no olvidemos que uno de los principales motivos fue considerar peudofascista el manifiesto para unificar a todas las derechas reaccionarias.
Perdida la financiación alfonsina, J. A. Primo de Rivera, según relata Joan María Thomás,"viajó a Roma, donde consiguió financiación fascista (...) vía embajada italiana en París. Ello le permitió relanzar la prensa del partido...". Los ideales que los camisas viejas creían justos fueron financiados en primera instancia por los alfonsinos y más tarde por Benito Mussolini.
El punto 6 de los 27 puntos del programa de Falange Española de las JONS de 1934 era muy claro;
Nuestro Estado, será un instrumento totalitario al servicio de la integridad patria.
Todos los españoles participarán en él al través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará al través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos, con todas sus consecuencias: sufragio inorgánico, representación por bandos en lucha y parlamento del tipo conocido.
Se abolirían los partidos políticos eliminado la pluralidad ideológica. En opinión de Thomás, el líder de la Falange "No le hacía ascos a las citas de Marx", pero el Estado que debía de nacer tras la revolución social, debería de ser un estado fascista (aquella revolución pendiente de J. A. Primo de Rivera de la que tanto se habló en los circulos falangistas después de la Guerra Civil). Para su revolución nacionalsindicalista, Primo de Rivera tenía su propio plan golpista, "... se fue convenciendo de la necesidad de plantear el concurso de sectores del Ejército, (...) para implantar el nuevo orden falangista" (Thomás), y evitar también una revolución marxista.
Un camisa vieja joseantoniano, era igual de peligroso que un bolchevique rojo para la incipiente democracia republicana, aunque ahora se pretendan justificar a los camisas viejas diciendo que defendían unos ideales que ellos creían justos.
En el epílogo del libro de Pilo, que estamos comentando, nos alerta de algo que tras su cambio de postura hoy sería impensable que él mismo reconociera. Sobre la...
... "RELACION DE PERSONAS ASESINADAS EN BADAJOZ ENTRE LOS AÑOS 1936 Y 1944" [Pilo afirma que] Esto no quiere decir que se ejecutara solamente a las personas que están reseñadas. Faltan muchos desgraciados que fueron asesinados entre el 14 y el 25 de agosto a los que no se les tomó el nombre o en su defecto esas listas fueron destruidas posteriormente y nadie sabe quienes eran ni de donde habían llegado. Seguramente sus familiares ignoren los que les pasó en la guerra. No olvidemos que en los dos primeros días se quemaron muchos cadáveres, y muchísimos más fueron enterrados en fosas comunes del cementerio, sin que se puedan saber sus identidades. La Represión en Badajoz, pág, 157
Esto lo escribió Francisco Pilo Ortiz hace alrededor de 21 años. En la actualidad hasta niega que en la plaza de toros se fusilara a nadie. Que no fueron inscritas todas las víctimas es algo que está suficientemente comprobado, y algo que demostró en su día Francisco Espinosa Maestre en La columna de la muerte, y algo que muchos más historiadores lo siguen corroborando al actualizar las cifras de la represión franquista. Estas han aumentado en la última revisión. Desgraciadamente, hoy me encuentro todavía a personas que lejos de ser reaccionarios o conservadores, me dicen que 2.000 victimas son muchas. Y que debemos tan solo atender a a las cifras relacionadas en los listados extraídos de los archivos. Cuando hablo de 2.000 víctimas de la represión franquista, solo me refiero a las personas asesinadas por Juan Yagüe Blanco. Porque cuando se fue el carnicero de Badajoz, se siguió masacrando impunemente
Hemos comprobado, que Francisco Pilo Ortiz, antes de sucumbir al lado oscuro de la Fuerza, también era consciente de que en esos listados faltaba mucha gente, y que se fabricaron listas que "fueron destruidas posteriormente ".
No existe hecho luctuoso cometido por los golpistas que no fuera desmentido posteriormente por la historiografía franquista de la época. Ahora ciertos personajes han querido recoger el relevo. El más famoso de entre los revisionistas y/o negacionistas, ha sido Luis Pío Moa Rodríguez, y en segundo lugar, César Vidal. Estos dos elementos tuvieron el suficiente apoyo mediático como para convertir ciertos libros en superventas. Parece ser que Los mitos del franquismo y Los mitos de la Guerra Civil, de Moa, entre las dos obras, se vendieron 600.000 ejemplares.
Estos dos autores ahora están muy devaluados hasta dentro de la derecha. Prefieren seguir dándole pábulo a Stanley G. Payne, ya que este hispanista tiene más prestigio dentro de la academia. Existen otros autores dentro del mundo académico y de las FAES, como pueden ser Luis E. Togores, Bullón de Mendoza, Álvarez Tardío y Roberto Villa García que pretenden hacer las delicias de los lectores conservadores, aunque estos no tengan tanta prédica como Moa o Vidal. Después tenemos a la segunda y tercera división donde podríamos enmarcar a Francisco Pilo y a su colega Moisés Domínguez. El Sr. Pilo se autoedita sus propios trabajos y los comercializa desde Amazon; Domínguez, se ha sabido vender mejor, y la editora filofranquista, SDN Editores, se encarga de hacer negocios con sus "sesudos" estudios.
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