Parroquia de Nuestra Señora de la Purificación - ALMENDRALEJO (EXTREMADURA) |
Hace algunos años, en el blog de Francisco Pilo Ortiz, La Guerra Civil en Badajoz, manteníamos acalorados debates sobre la matanza de Badajoz. Todavía recuerdo como se denostaba en aquel blog al periodista norteamericano Jay Allen. Se empezó a decir que Allen confundió la torre de la Iglesia de Almendralejo con la torre de la catedral de Badajoz. Más tarde Francisco Pilo Ortiz, en colaboración con Moisés Domínguez, y Fernando de la Iglesia, escribieron el libro La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda. ¡Trabajo que trata de rebajar la matanza con reportes de la prensa de Portugal! Sí señor, es como negar la Shoah con recortes de la prensa franquista. Muy profesional.
En el libro que hemos comentado, Pilo, De la Iglesia y M. Domínguez, volvían a repetir que Allen confundía la torre de Almendralejo con la catedral de Badajoz y con la torre de Espantaperros...
Y en este caso [Allen] "confunde" la torre de Espantaperros de Badajoz nuevamente con la torre de la iglesia de Almendralejo.
La enormes paredes del alcázar asoman al final de la calle de San Juan. Fue allí donde los defensores de la ciudad refugiados en la torre de Espantaperros, fueron asfixiados con humos y tiroteados. La matanza de Badajoz ante... Pág 213
Según estos lumbreras, la primera vez que Allen confunde la catedral de Badajoz con la iglesia de Almendralejo, fue cuando dijo que a la catedral de Badajoz le faltaba un trozo de la torre cuadrada. Pobre Allen debía de permanecer en plena confusión total. ¿Cómo iba a confundir ambas construcciones? En realidad no confunde nada.
El caso es que el propio libro de los tres autores es contradictorio, por no decir un adjetivo más denigrante. Jay Allen no confunde nada. Leamos lo que en otro lugar del libelo escriben los tres autores:
Allen no solo relata cosas difíciles de creer (`por no decir increíbles), sino que comete errores de bulto al malinterpretar (siendo benévolos) y mezclar sucesos de diferentes lugares (Badajoz-Almendralejo) La matanza de Badajoz ante... Pág, 211
Mezclar sucesos, no es los mismo que confundir lugares, o sea mezclar no es confundí. Allen para magnificar su relato de lo ocurrido en Badajoz pudo atribuir hechos acaecidos en otro lugar, a lo que realmente sucedió en Badajoz. Pero es que solo nos basamos en débiles conjeturas y especulaciones sin base documental.
El relato de Allen algunas personas la están analizando con el pensamiento de hoy. Es decir, hoy sabemos casi con pelos y señales lo que ocurrió en Almendralejo por los informes militares, aunque sabemos muy poco de lo que ocurrió en Badajoz, porque los mismos informes militares o han desaparecido o están durmiendo a buen recaudo en manos de un filofranquista. ¿Cómo iba a saber Jay Allen lo que sucedió en Almendralejo? En el informe de Sánchez-Albornoz no se menciona nada. ¿Tuvo que ser gracias a los periódicos? Vale pero, ¿qué artículos eran esos? En el libro de los tres autores dicen...
... dudamos que Allen llegara ni siquiera llegar a Elvas, ya que esas informaciones que publica, bien pudo saberlas a través del embajador. La matanza de Badajoz ante... Pág, 210
Sabemos casi íntegramente lo que pudo contarle sobre la matanza de Badajoz el Sr. Sánchez Albornoz a Allen, y hemos leído, gracias a los tres autores mucha prensa portuguesa, pero mucha información que publicó Allen, no la hemos visto reflejada en ningún articulo y mucho menos en el informe del embajador español en Portugal. Por lo tanto, las afirmaciones de Pilo, De la Iglesia y M. Domínguez, solo son especulaciones sin pruebas documentales. Así cualquiera escribe sobre la historia. Esto es más propio de novelistas, o más bien de camelistas.
Y es cierto Jay Allen para escribir su artículo tuvo que recurrir a la prensa de aquellos días y en cierta medida a la información que Claudio Sánchez-Albornoz pudiera pasarle desde Lisboa, a través de un escueto informe que le remitieron desde Badajoz y que F. Espinosa descubrió hace años. Dice Espinosa:
(...) Sabemos por las notas que dejó que seguía al día las noticias de los corresponsales portugueses, Neves inclusive. Pero su crónica amplía y complementa las de éstos. Allen, aunque yerre en detalles de segundo orden, no sólo da noticia de la huida de Puigdengolas, del intento falangista de acabar con la vida del gobernador civil Granados, del fatal destino de diversos dirigentes civiles y militares pacenses, del asesinato de los hermanos Pla o del saqueo a que fue sometida la ciudad, sino que confirma la matanza inmediata de cientos de personas, el uso de la plaza de toros como uno de los escenarios de la masacre, la persistencia de la represión tras la marcha de la columna de la muerte y, muy importante por el momento en que fue hecha la denuncia, el inadmisible trato dado por el Gobierno portugués a cientos de refugiados, entregados de inmediato a los fascistas de Badajoz y, por tanto, a una muerte segura (...). Diario HOY, artículo eliminado de Internet. Conservo este fragmento en otro artículo de este blog...👈
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Estado lamentable en el que quedó la Iglesia de Llerena |
En realidad lo que ocurrió en Almendralejo también ocurrió en Llerena. Castejón le envió un informe a Queipo donde decía...
... Acérqueme sobre Llerena, y no obstante ser cañoneada ofreció resistencia, refugiándose gente en la iglesia y el ayuntamiento, lanzando grandes cantidades de dinamita, que me obligaron a incendiar alrededores del pueblo. Consiguiendo la rendición del Comité completo. La columna de la muerte, Pág. 13
¿Y por qué Allen no confundió lo ocurrido en Badajoz con lo ocurrido en Llerena? Porque no confundió nada con nada. Esto escribió Allen sobre la catedral de Badajoz:
Fuimos en coche directos hasta la plaza. Anoto: "La catedral está intacta". Pero no, no lo está; al rodearla veo la mitad de una gran torre destruida.
-Los rojos tenían allí ametralladoras y nuestra artillería se vio obligada a abrir fuego. Traducción de Paul Preston. Idealistas Bajo las Balas, Pág 363.
¿No es cierto que los rojos tenían allí ametralladoras? Veamos lo que escribió Mario Neves sobre la catedral de Badajoz...
... La catedral, en cuya torre nos dijeron que habían sido colocadas ametralladoras, está bastante dañada. En la nave central, dos cadáveres aguardan todavía sepultura. Artículo 15 de agosto. Mario Neves, La matanza de Badajoz, Pág, 43
Si como dice Espinosa: "Sabemos por las notas que dejó que seguía al día las noticias de los corresponsales portugueses, Neves inclusive", aquí tienen la "confusión" de Jay Allen. Neves había escrito que la catedral estaba muy dañada y que los "rojos" habían colocado allí ametralladoras.
Volviendo a Francisco Espinosa:
Lo cierto es que [Jay Allen] escribió sus reportajes desde Elvas sirviéndose de lo que le contaban y de lo que leía en la prensa portuguesa y europea. Se entiende que los filofranquistas odiasen a Jay Allen tanto por el daño que sus reportajes le causaron como por la famosa entrevista a Franco. Lucha de historias lucha de memorias, Pág, 288
Aunque con ciertas exageraciones, como que en la plaza de toros se fusilaron a 1.800 personas, el reportaje de Allen es verosímil y creíble para la información de la época. No se puede hacer historia presentista y analizar lo que dijeron los personajes de la II República, con la información que disponemos hoy. Allen pudo saber algo sobre Almendralejo por la prensa, pero ¿en que artículo salió que el coronel Asensio destruyó parte de la iglesia de Almendralejo y que con fuego trataron de que los milicianos abandonaran la torre de la Iglesia?:
... en vista de ello se ha dispuesto el incendio de la iglesia con paja húmeda y azufre para lograr efectos tóxicos, lo que ha permitido llegar al coro, pero continuando el enemigo en alguna cámara que le ha aislado del efecto del fuego, ya que han continuado tirando bombas. Informe del coronel Asensio. La columna de la muerte, Pág. 37
Nosotros sabemos lo que pasó en Almendralejo gracias a los historiadores que han revisado las fuentes primarias, o sea lo que escribieron los propios vencedores en sus informes. En fin, la intoxicación y las elucubraciones de los tres autores son más que evidentes en todo el libro La matanza de Badajoz ante... Aunque siendo justos, los tres autores primero dicen que Allen " mezcla", y después aseguran que Allen, "confunde". Repetimos que mezclar no es confundir. Esto pasa cuando no se es historiador y se tiene mucho amor por Franco y los golpistas, y el fin no es otro que justificar el sonado 18 de julio.
En el blog de Pilo también se criticaba que Allen escribió que: "Nueve días es mucho para el oficio de historiador". Jay Allen estaba indicando que llegó a Elvas nueve días después de la gran matanza de Badajoz, pero Pilo y compañía lo retrataban de embustero porque el artículo que remitió desde Elvas tenía fecha el 25 de agosto, o sea once días después y no nueve como afirmaba el periodista norteamericano. Bien pudo llegar dos días antes, es decir el 23 de agosto y tras dos días de pesquisas escribir el artículo el día 25.
Allen escribió: "Cuando salí del hotel a las cuatro de la tarde el día 23 de agosto dije que iba a Estoril (...). sin embargo fui a la plaza del Rocío, tomé el primer taxi (...) y finalmente recogí a un amigo portugués (...), le dijimos al conductor hasta Elvas". Desde donde partían Allen y su amigo portugués, Elvas se encontraba a 250 Km., con lo cual perfectamente pudieron llegar el mismo día 23 por la tarde noche. Pero fijemos la atención en la banalidad de la crítica: se le criticaba porque en vez llegar el día 23 había, llegado el día 25, cuando en el propio artículo escribe que sale el día 23 a las cuatro de la tarde, con lo cual tiene el tiempo suficiente para llegar el mismo día 23.
El artículo de Jay Allen, si se quiere, se puede enmarcar dentro de la propaganda de guerra. Y el fin es denunciar los asesinatos de la retaguardia franquista y el apoyo de la dictadura de Antonio Salazar a los golpistas, con el fin de conseguir el apoyo de las democracias occidentales:
Este era el balance final: millares de milicianos y milicianas republicanos, socialistas y comunistas fueron masacrados por el delito de defender la República contra el ataque de los generales y terratenientes.
(...) Los moros y los legionarios extranjeros se dedican al saqueo. Pero lo peor de todo es que la "Policía internacional" portuguesa, desafiando la costumbre, está devolviendo a los refugiados. Traducción de Paul Preston. Idealistas Bajo las Balas, Pág 362.
Allen estaba contando la enorme represión a la que fueron sometidos los defensores y en general las izquierdas de Badajoz por haberse opuesto al golpe de Estado, y el saqueo de la ciudad por parte de moros y legionarios. También estaba denunciando la connivencia de Portugal con el Gobierno de Burgos, al devolver a quien se adentraba en Portugal para huir de una muerte segura. El artículo de Allen, para la información que él mismo pudo recabar entonces, es veraz y creíble. No olvidemos que la cifra de 4.000 asesinados, como hemos demostrado en otras ocasiones, aparecía en el informe en poder de Claudio Sánchez-Albornoz. Por tanto, el reportero useño hizo un excelente trabajo de denuncia de los métodos de los golpistas para imponerse a base del terror.
Allen habla de dos matanzas, una inicial de 1.800 personas que ocurrió íntegramente en la plaza de toros de Badajoz; y otra, los días sucesivos de la toma de Badajoz hasta que Yagüe se marchó, que incluyendo los muertos en la plaza de toros, alcanzaría a 4.000 personas.
No olvidemos que en las primeras fases de la ocupación de Badajoz en la prensa internacional se podían leer titulares como: "Se confirma la muerte de 2.000 comunistas en la toma de Badajoz". Otros titulares hablaban de 1.500 personas. El periodista de EE. UU. dijo que fueron 1.800 (se quedó en medio). Vuelvo a repetir que según los datos que se pudiera recabar en agosto del 36, a través de la prensa y de ciudadanos pacenses, el artículo de Allen tiene principios de veracidad. Solo que si lo analizamos con lo que hoy se conoce, como que en en la plaza de toros no murieron 1.800 personas, sino que la matanza ocurrió por toda la ciudad de Badajoz. Solo una parte murieron en la plaza de toros, y además es difícil asegurar el número de asesinados.
Los tres autores en un principio aseguran que los represaliados pueden ser unas 1.000 personas. Unas páginas más adelante afirman que la represión se llevó por delante a 225/250 personas. Ni entre ellos se ponen de acuerdo para cuantificar el número de asesinatos. Y es cierto que los historiadores tienen muy difícil en señalar una cifra exacta, pero a tenor por los números que ofrecían los mandos de Yagüe, la cifra de 1.500/2.000 no es descabellada. Así que Allen ya en el 36 no iba mal encaminado.
Ahora bien, cada cual es libre de interpretar los datos que lee como le salga de la higa. Y si se piensa que que Allen era un rojo comunista que mentía más que come está en su derecho, porque a nadie se le puede imponer un relato. De todas formas el que esto escribe, después de analizar profundamente el artículo de Jay Allen, y de repasar detenidamente el capítulo que los tres autores le dedican, se queda con lo que escribió Francisco Espinosa hace unos años en el HOY:
"su crónica amplía y complementa las de éstos. Allen, aunque yerre en detalles de segundo orden, no sólo da noticia de la huida de Puigdengolas, del intento falangista de acabar con la vida del gobernador civil Granados, del fatal destino de diversos dirigentes civiles y militares pacenses, del asesinato de los hermanos Pla o del saqueo a que fue sometida la ciudad, sino que confirma la matanza inmediata de cientos de personas, el uso de la plaza de toros como uno de los escenarios de la masacre, la persistencia de la represión tras la marcha de la columna de la muerte y, muy importante por el momento en que fue hecha la denuncia, el inadmisible trato dado por el Gobierno portugués a cientos de refugiados, entregados de inmediato a los fascistas de Badajoz y, por tanto, a una muerte segura".