Represión franquista y republicana en la provincia de Badajoz. El caso del Sargento Antonio Balas Lizarraga, (cuarta parte)

 

Lobón es una pequeña localidad ubicada en la comarca de Badajoz, Tierra de Mérida-Vegas Bajas. En 1936 tenía 1.793 habitantes. Al estallar el golpe de Estado en Lobón se detuvo a 29 destacados derechistas que salvaron la vida gracias a la heroicidad del sargento Antonio Balas Lizarraga, que por cosas del destino se encontraba en dicha localidad.

Antonio Balas Lizárraga era natural de Babilafuente (Salamanca); nació un  26 de junio de 1901. "Hijo de un capitán de la guerra de Cuba y de una mujer vasca que falleció al poco de nacer él, se alistó voluntario el ejército español en 1920, tras la disolución del Cuerpo de Correos, cuya oposición había aprobado". Se formó en las guerras del Rif. Le condecoraron con cuatro medallas (entre ellas la medalla al mérito militar con distintivo rojo). Se estaba preparando en la academia militar de Ávila para ascender a teniente cuando el 18 de agosto estalló el golpe de Estado. Con lo cual tuvo que defender la legalidad republicana.

Tomo esta cita de un familiar del valeroso sargento:

Ante el avance de las tropas sublevadas, el 13 de Agosto de 1936, es destinado a Lobón a la búsqueda de fuerzas para la defensa de Badajoz.  Allí se produce un hecho que yo califico de heroico, pues en ciertas circunstancias, cumplir con ciertos valores humanos, debe ser considerado de tal modo.  Alrededor de 30 personas habían sido encerradas en dependencias del ayuntamiento (el cura, el secretario del ayuntamiento, el juez municipal, el jefe local de Falange Española, y demás personas consideradas de derechas). Un grupo de milicianos (parece ser que foráneos, que querían pasar en dirección Madrid) quiso quemar dichas dependencias con los presos dentro, ante lo cual, pistola en mano, el entonces Sargento Balas les dijo: ¡Para defender la República, alistaos en el ejército! Tras esto, obtuvo las llaves del recinto y se las dio a los presos para garantizar su libertad. Daniel Ponte Balas.

Al acabar la Guerra Civil fue detenido y juzgado. El suceso de los presos le salvó la vida, gracias a la testificación de destacados derechistas que es encontraban encarcelados, pero lo condenaron a cadena perpetua, condonándosela posteriormente por  12 años de prisión y más tarde por 4 años de prisión...

... Que en los azarosos y peligrosos días del mes de agosto llegué a Lobón, concretamente el día diez en que tomada Mérida, con un coche ligero, para hacerme cargo del personal que hubiera en la plaza, encontrándome tan solo con ocho hombres del pueblo que habían recibido armamento el día antes. El día anterior a la toma de Lobón por las fuerzas nacionales se presentó un pelotón de milicianos que querían pasar para Madrid, y al decirles que no podían hacerlo y que se quedaran para la defensa del pueblo, dijeron que ellos no tenían nada que ver y trataron de asaltar la cárcel, impidiéndolo el que esto suscribe, que en la puerta misma, les hizo fuerte pistola en mano expulsándolos del pueblo, con exposición de mi vida, como avalaron los detenidos en aquella, que además lo hicieron constar en la prensa. 

Esta es la declaración de Balas Lizarraga en la Causa 693/37, donde según Francisco Espinosa el instructor fue el Juez Martínez Mediero "quien recogió los testimonios de varios vecinos" (entre los que se encontraba el jefe local de la Falange), y gracias a estos testimonios no lo condenaron a muerte, pero sí a grandes penas de cárcel, aunque con los años se fueron reduciendo. Hay que señalar que el sargento llegó el día día 10 (y no el 13) y que le salvó la vida a los presos derechistas el día 12. Un día antes de la toma de Lobón.

La Causa General en Lobón no recoge el intento de asesinato de los presos de derechas, ni hace ninguna mención al sargento Balas Lizarraga. En los listados de la Causa General de Lobón aparecen cuatro asesinados por los "republicanos" el mismo día 13. Y es falso: José Dorado Aunión, Antonio Molina Puertas, y los que parecen ser los hermanos Martín y Martín, Ángel y Fidel, pero según aclara Espinosa eran padre e hijo: farmacéutico de setenta y dos años y su hijo, mancebo de farmacia de 34 años. Según consta en la Causa General fueron asesinados por "Los rojos en su huida". Sin embargo como cuenta Francisco Espinosa en La columna de la muerte, "tales hechos no sucedieron en Lobón sino en Talavera"...

... [Según] "la Sección salmantina de recuperación de Documentos afirman que los izquierdistas de Lobón "no hicieron crímenes ni asesinatos". La columna de la muerte, Pág. 58.

Estamos delante de otro caso donde se salvó la vida de los presos de derechas gracias a la intercesión de un militar republicano, que se interpuso entre unos milicianos foráneos que quisieron asesinar a los presos derechistas.

Los 29 presos derechistas salvaron la vida gracias al sargento Antonio Balas Lizarraga, y a que la izquierda local respetó la vida de dichas personas, ya que con anterioridad a la llegada del sargento, bien se pudo acabar con la vida de algún recluso derechista, bien durante su detención, o una vez recluidos. 

Que nadie de derechas en Lobón hubiera sido asesinado por esas "hordas rojas sedientas de sangre", no fue impedimento para que el mismo día 13 de agosto cuando se toma Lobón, los franquistas asesinaran a 22 personas: Pedro Agudo Sánchez, Adolfo Carranza Gutiérrez, Antonio Domínguez Gallardo, Eugenio Domínguez Garrido, Juan Domínguez Garrido, Valentín Fuella Casablanca (alcalde de Lobón), Bartolomé Fuella Casablanca, Marciano Gracia Sánchez, Joaquín Gragera Huella, José Gragera Sánchez, Juan Guerrero Poblador, Rafael Gutiérrez Álvarez, Eduardo Gutiérrez Cabañas, Alonso Hernández Martínez, Manuel Mata Sánchez, Juan Mendoza Muñoz,  Esteban Muñoz María, Juan del Pilar Moreno, José Rodríguez Vaquero, Pedro Trinidad Iglesias, José Valdés Dorado y Balbino Baldés Hernández. Todas estas personas fusiladas al entrar las tropas de Yagüe el mismo día 13.

También murieron cuatro vecinos de Lobón en otras localidades: Pedro Gigante Huertas (Almendralejo, 2/2/1941), Francisco González Casal ( Badajoz, 18/11/1941), Francisco Guerrero Poblador (Mérida, 9/10/1940) y Diego Sánchez Sánchez (Cáceres, 22/3/1943).

Los legionarios y regulares marroquíes acabaron con la vida de 22 personas entre ellos el alcalde Valentín Fuella. Se trataba de exterminar a la izquierda sin contemplamientos. En Lobón no hubo resistencia militar ni asesinatos de personas de derechas, pero esta situación no eximió a los loboneros de izquierdas de poner su cuota de sangre. Lobón era un pequeña población de 1.793 habitantes, donde no hubo Guerra Civil pero sí represión franquista. No sé como se puede dudar de que en Badajoz se asesinará a 1.500 personas, después de que Yagüe tuvieran que asaltar Badajoz perdiendo a soldados entre óbitos y heridos.