Cada vez que a la Iglesia le tocan sus privilegios ésta declara que se la está atacando inmisericordemente. Durante la II República, y siguiendo el modelo francés, se intentó que España tuviera un Estado laico. El laicismo en la enseñanza comenzó bajo decreto el 12 de Enero de 1932 y la secularización de los cementerios el 30 de ese mismo mes. También se aprobaban los matrimonios civiles y el divorcio, además de la disolución de la compañía de Jesús. Todo esto era un ataque inadmisible para el integrismo católico de la época que arrastró a los católicos moderados como Alcalá-Zamora.
A principios de 1932 se hicieron públicas las profecías de la Reverenda Madre Ràfols (fundadora de las Hijas de la Caridad de Santa Ana):
"Cuando llegue esa época, que empezará abiertamente en el año 1931, quiero que mis hijos levanten su espíritu y pongan en Mi y en mi Madre Santísima toda su confianza" (...) "Estoy dispuesto a derramar grandes gracias sobre mi querida España, que tanto la ha de perseguir la masonería. Pero quiero que no sucumban mis fieles hijos. Yo les ayudaré en todas las luchas, y conmigo la victoria la tendrán segura" (...)Estas supuestas profecías de la Madre Reverenda Ràfols, fallecida en 1853, se hacían públicas coincidiendo con el debate de la disolución de los jesuitas y la lógica retirada de los crucifijos de los centros de enseñanza. No pasó mucho tiempo hasta que se descubrió el engaño que fue perpetrado por una monja de la orden. A pesar del vil engaño, se guardó silencio y se permitió hasta bien entrado los años cuarenta, que se difundiera en los innumerables panfletos de la Iglesia y organizaciones de la extremaderecha, que la madre Ràfols predijo en la mitad del siglo XIX, el caos republicano, la guerra y la victoria del franquismo y el reinado del Sagrado Corazón.
La monja profeta iba a ser beatificada y el Vaticano frenó en seco su beatificación hasta que el 17 de octubre 1994 el Papa Wotjtyla reactivo la subida a los altares de la monja beata.
El daño que puede hacer Internet es demostrable porque aun hoy se sigue dando por buenas las profecías manipuladas de la monja profeta, lo mismo que se siguen dando por buenos los Protocolos de los Sabios de Sión.
Información extraída del libro Por la religión y la patria escrito por Francisco Espinosa Maestre y José Mª García Márquez.
Para alguna gente parece que la libertad religiosa es un "privilegio"; veamos lo que pensaban de la política antirreliosa de la Segunda Republica en EEUU, el primer país en separara Iglesia y Estado en una fecha tan tempranana como 1791 : El 2 de febrero, Ready (el arzobispo de Baltimore) respondió a Fernando de los Ríos. Además de ser la última, esta carta del Secretario general de la NCWC es la más dura de cuántas se cruzó con el socialista español. Ready la comenzó con el recuerdo de los asesinatos de clérigos inocentes: «desafortunadamente, nunca hubo una declaración oficial del Gobierno (carta de 120 Cf. Copia de la carta de Fernando de los Ríos a Louis Kenedy, Presidente de Keep the Embargo
ResponderEliminarCommittee, Washington, 9-I-1939, en ACUA, National Catholic Welfare Conference, Box 51 Folder 4.
121 Cf. Carta de Michael J. Ready a Fernando de los Ríos, 14-I-1939, en ACUA, National Catholic
República española] de condena ni el Gobierno adoptó las medidas necesarias para frenar los continuos excesos contra la religión».
Después, Ready añadió que los problemas venían de atrás, desde el momento en el que se aprobó la Constitución de 1931 que «negaba a la religión la apreciada libertad de una verdadera democracia». Frente a la primera enmienda de la Constitución americana, que declaraba que “el Congreso no hará una ley sobre el establecimiento de una religión ni prohibirá el libre ejercicio de la misma”, el artículo 26 de la Constitución española indicaba que “Todas las confesiones religiosas serán consideradas como Asociaciones sometidas a una ley especial”. Este artículo, seguía Ready, era directamente opuesto al principio democrático de libertad enunciado en la Constitución de los Estados Unidos. Usted, Sr. Embajador, defendió una doctrina totalitaria dando a la República la autoridad para legislar en todos los asuntos concernientes con la religión. Bajo este mandato constitucional, la libertad religiosa se sujeta al Estado y no es reconocida como un derecho natural inalienable del ciudadano».124 Lo mismo ocurría con la prohibición de enseñanza a los religiosos o la inscripción de los mismos en un registro
especial dependiente del Ministerio de Justicia: «los epígrafes sobre la educación y los mandatos que regulan las órdenes religiosas son ulteriores evidencias del carácter no democrático de la Constitución
de 1931».125 Se despedía Ready pensando en el futuro de España, futuro en el que los dirigentes de la República no estarían presentes: «todos los que aman España rezan por ella, y se alegran por establecimiento de la paz y la justicia en un pueblo que ha dado al mundo una herencia incalculable de
cultura cristiana». La Guerra Civil española y la Conferencia de Obispos
hispaniasacra.revistas.csic.es/index.php/hispaniasacra/article/.../314/314
Lo de una pretendida manipulación de las profecias de la Madre Reverenda Ràfols con propositos políticos reaccionarios es un cliché del anticlericalismo, repetido muchas veces pero nunca demostrado : el caso de Sor Patrocinio http://www.larazon.es/lifestyle/la-razon-del-verano/enigmas-de-la-historia/la-leyenda-negra-de-la-monja-de-las-llagas-IH10351018
ResponderEliminarTambién a veces se utilizarón falsas apariciones para atacar a la Iglesia con supuestos planes conspirativos : veamos la opinión de un racionalista sobre una pelicula basada en las apariciones de Ezkioga : Trasladar a la gran pantalla un acontecimiento tan complejo como el de
ResponderEliminarEzkioga (incluso el presidente de la Generalitat de Cataluña, el miembro
de Esquerra Republicana Francesc Macià, tuvo relación con algunos
videntes) era una misión difícil y el cineasta cántabro -autor de
películas estimables- no ha salido bien parado del envite. La película
sigue con relativa fidelidad los hechos históricos: a finales de junio
de 1931, dos niños aseguraron haber visto a la Virgen en una campa
próxima a Ezkioga y a partir de ahí los videntes se multiplicaron. Miles
de personas (hasta 80.000 según algunas fuentes) acudieron al lugar y
enseguida se habló de una ‘conspiración’ clerical para derribar la
República, pues las apariciones -en un momento de tensión por la
aplicación de las medidas de separación entre la Iglesia y el Estado
decretadas por el Gobierno- hablaban de supuestos castigos divinos. La
persecución a los videntes por parte de las autoridades republicanas y
la pronta decisión del obispado de desautorizar la autenticidad de las
apariciones hicieron fracasar definitivamente el movimiento, aunque
algunos videntes (acusados de concomitancias con el nacionalismo vasco)
fueron también perseguidos por el franquismo, tras la toma de Guipúzcoa
en 1936.
Sin embargo, estos elementos son desaprovechados por una trama
deslabazada, poblada de personajes nada creíbles, lo que hace que el
filme vaya perdiendo fuerza a medida que avanza. Algunos anacronismos
desmerecen del esfuerzo que se ha invertido en recrear el ambiente de la
época y los autores ni siquiera parecen tener claro en qué año
sucedieron los hechos de 1931, puesto que al inicio del filme se habla
del segundo verano de la República (1932) y, según algunas entrevistas y
sinopsis publicadas en la prensa, estaríamos al final de la etapa
republicana, con lo que se intenta embarullar al espectador, haciéndole
creer que todo ello tenía que ver con la idea de «allanar el camino a la
sublevación fascista en marcha».
Por ejemplo, fue el gobernador
civil republicano (interpretado por Fernando Fernán Gómez), y no el
franquista, quien decidió enviar a algunos videntes al manicomio. En la
resolución del asunto fue fundamental la decisión del obispado -tras
realizar una investigación- de negar la existencia de hechos
sobrenaturales y de prohibir la presencia en Ezkioga de sacerdotes y de
fieles. Nada de esto aparece en la película, por lo que el espectador
puede quedarse con la idea de que era cierta la afirmación de la
conspiración eclesiástica (aquí reconvertida en fascista) para provocar
una guerra civil.
En efecto, ciertos sectores de la izquierda vasca de la época se
refirieron a Ezkioga con el nombre de la ‘Virgen del Estatuto’ (en
referencia al proyecto de Estella, apoyado por los carlistas y el PNV),
llegando a afirmar que la Virgen se aparecía con «el Estatuto de Estella
debajo del brazo», al mismo tiempo que la prensa derechista aprovechaba
los sucesos para azuzar la oposición entre el catolicismo y la recién
nacida República. La especificidad política vasca no aparece en ningún
momento en el filme, que no recrea el clima de tensión política y
religiosa reinante en el verano de 1931, aunque, como dice William A.
Christian -el mejor conocedor de los sucesos-, «cualquier análisis que
interprete [las apariciones] como una conjura clerical para desbaratar
el progreso social constituirá (...) una lectura empobrecida»."http://www.elistas.net/lista/el_esceptico/archivo/indice/137/msg/141/