martes, 31 de mayo de 2011

Nos quieren cambiar la historia.


Algunos jóvenes historiadores se echan a perder. Como es el caso de Antonio Manuel Barragán Lancharro, y es una lástima. Esto lo escribe en su blog.
Lo que molesta a los historiadores marxistas son afirmaciones como ésta: «Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha quedaron unificadas en un movimiento y sometidas al Estado. Una guerra larga de casi tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores». ¿Es acaso esto mentira? Indalecio Prieto, en un discurso radiado pronunciado el 8 de agosto de 1936 explica que el Frente Popular tenía superioridad material y financiera. Puede ser la única verdad que dijera en su vida
 

Sí, es mentira, el mismo Franco reconocía lo de: "Un estado totalitario". No es que lo dejara escrito, no, es que tenemos documentos audiovisuales que así lo confirman.

Ni todo el oro del mundo podría  parar la terrible maquinaria nazi-fascista confabulada con la camarilla de generales africanistas para acabar con la democracia española. Cierto es que Franco no contaba con las reservas de oro, pero estas no le hicieron falta para conseguir la ayuda del eje, además, Franco contó con la importantísima ayuda de la élite del ejercito. Las milicias populares manifestarían gran pasión en sus acciones bélicas, pero carecían de experiencia militar y disciplina tan necesarias en el frente de batalla.

El discurso de Indalecio Prieto solo mostraba la superioridad de la República sobre el papel, ya que la superioridad de la ayuda nazi-fascista, dejaba ridícula a la ayuda de Rusia.

Por cierto me gustaría conocer el nombre de esos historiadores "marxistas" a los que este joven historiador se refiere. y cuando nos diga los nombres nos presente las pruebas de la militancia de estos historiadores en el marxismo.
Sin embargo todo el mundo sabe que Luis Suárez es Franquista

domingo, 29 de mayo de 2011

Mucho miedo y muy poca vergüenza.


Cuando se proclamó la II República el 46% de la población española vivía del sector primario, es decir, casi la mitad de la población  trabajaba en la agricultura o la minería. El sector primario contaba con una remuneración que dejaba mucho que desear. Miles de personas ganaban lo justo para sobrevivir. Sus mermados sueldos a penas le daban para comer, había personas que comieron por primera vez carne cuando estalló la Guerra Civil. De muchas localidades salieron huyendo los caciques dejando sus posesiones solas. En una localidad Andaluza los obreros sacrificaron las reses bravas dejando el resto de ganado vivo. ¡Por fin conocieron el sabor de la carne! Hoy en día sería impensable que un trabajador español no pueda acceder al consumo cárnico.

La II República intentó cambiar esta gran desigualdad, pero las derechas se opusieron con gran ímpetu a cualquier signo de cambio progresista, cambios que pretendían modernizar una sociedad sumamente empobrecida, analfabeta y atrasada. La dictadura de Primo de Rivera había agudizado la crisis que nos llegaba del otro lado del charco.

Y aquí llega la temida palabra: Revolución. Miedo a la Revolución. Los obreros gracias a la democracia se organizaban en sindicatos(CNT, UGT...)
El movimiento anarcosindicalista contaba con un gran número de afiliados. En el resto de Europa el Anarquismo estaba casi extinto, pero aquí en España tenían mucha influencia. Los campesinos hartos de las cacicadas de los poderoso terratenientes necesitaban un sindicato fuerte y la CNT cumplía esas expectativas. La idea de un comunismo libertario, como es lógico y natural, seducía a una gran masa de campesinos, que con este régimen se verían libre del yugo caciquil.

¿Qué es lo que hizo la derecha contra el miedo a la revolución? Muy sencillo, confabularse con el ejército para acabar con la República. No hubo un intento de acercarse al problema de los trabajadores, no hubo un intento de diálogo por parte de sus principales voceros (Calvo Sotelo y Gil Robles). Para la derecha todo tenía que seguir como siempre. Para ellos la iglesia tenía que seguir aborregándonos y los caciques explotándonos.

Revolución. Miedo a la Revolución. Cómo decía mi difunta madre: “Mucho miedo y muy poca vergüenza” 

viernes, 27 de mayo de 2011

La Matanza de Badajoz y la Prensa lusitana



Observen la fotografía Franco, Hitler, Mussolini y Salazar, cuatro dictadores con mucho en común. Hitler y Mussolini le dieron apoyo militar a Franco y Salazar el dictador luso, fue en todo momento partidario de los rebeldes, incluso; mandó a un grupo de voluntarios llamados los viriatos a combatir al lado de los sublevados. Portugal a pesar de haber firmado el tratado de no intervención,  estaba dispuesto a dar todo su apoyo a la causa nacional, este hecho a parte de ser lógico es innegable por la afinidad ideológica entre ambos dictadores.

En el 2010 Libros Libres la editorial que ha sacado más de un trabajo de Pío Moa, editó el último esfuerzo por intentar rebajar las cifras de los asesinatos ocurridos en Badajoz por las huestes de Yagüe.´La Matanza de Badajoz ante los muros de propaganda. Para conseguir su objetivo y como no podía ser de otra forma tiran de los artículos de los periodistas que entraron en Badajoz.

En la página 30 ya empiezan a tomar como cierto todo lo que escriben los periodistas lusos sobre lo que está aconteciendo en Badajoz:

Días después, el diario O Comercio  do Porto se hacía eco de las declaraciones de un viajante Alemán (...)
llegó hoy a Lisboa un viajante Alemán venido de Badajoz, donde le sorprendieron los acontecimientos (...)

Por motivos ponderables y respetables oculta su nombre....
En Badajoz, dice: manda más la casa del pueblo que el propio gobernador. Por orden de los dirigentes de aquélla  y de las milicias rojas se cometieron las mayores violencias, efectuando detenciones de derechas en masa. Los registro domiciliarios son pretextos para robar (..).

Es evidente que la forma de redactar el artículo el periodista portugués es totalmente partidista, comprensible por otra parte ya que se iba a editar en un periódico que estaba bajo el control del Dictador Antonio Oliveira Salazar y todo el mundo sabe lo que pasa con la prensa en los regímenes dictatoriales.


En efecto se detenía a gente de derechas, lo mismo que se hacían registros domiciliarios en busca de armas ¿Porqué se encarcelaban a gente de derechas? Según Francisco alía Miranda:

La noche del 16 de julio, el delegado gubernativo recibió una confidencia del presidente de Unión Republicana, Felipe Aguilar: “al día siguiente los militares iban a repartir armas cortas entre paisanos de derechas” (...) a las dos y media de la tarde comenzaron a llegar insurrectos a la comisión de límites. Pero el delegado del gobierno conoce el reparto de arma a los falangistas"

Esto sucedía en el norte de África donde el golpe de Estado comenzó el 17 de Julio, así que claro que se detenían a los presos derechistas y falangistas, el miedo al fascismo era demasiado fuerte.
Más adelante seguiré comentando los artículos de los periodistas lusos que algunos historiadores toman como dogma de fe.

jueves, 26 de mayo de 2011

Represión del clero vasco


Curiosa fotografía tomada en un patio de una cárcel franquista ya acabada la Guerra Civil. La instantánea está tomada en el patio de una cárcel . Al ver tantos sacerdotes junto a civiles podíamos pensar que se trata de una checa  y que esos sacerdotes estaban esperando su trágico fin. Pues no es así queridos amigos, se trata de la cárcel de Carmona, una cárcel habilitada por los fascistas para retener a  desafectos de la Causa Nacional.


En el centro de la fotografía podemos distinguir a Julián Besteiro, al que su estado dedicado de salud le obligó abandonar dicho centro penitenciario. Sí, lo abandono, pero lo hizo  en una caja de pino; lo mismo que muchos reclusos que habían defendido unas ideas contrarias al fascio.

Estos curas vascos fueron afortunados, otros murieron asesinados ante un pelotón de ejecución. ¿Eran los curas vascos unos peligrosos revolucionarios?
¿Atentaban contra la moral promoviendo el amor libre?

Esto lo escribió el embajador Estadounidense:

“Cuando estalló la rebelión, los vascos se  alinearon inmediatamente con los leales. Sus iglesias continuaron funcionando  como antes: sacerdotes y monjas se paseaban por las calles libremente; se oía  misa como se oyó durante siglos; y los sacerdotes bendecían a las fuerzas armadas
de los vascos (…) Esta lealtad de los católicos vascos a la democracia ponía en un  aprieto a los propagandistas que insistían en que los moros y los nazis estaban  luchando para salvar la religión cristiana del comunismo”.



Lo cierto es que hay que tener tremenda cara para llamar a la Guerra Civil, Guerra Santa. Moros africanos, Nazis alemanes y fascistas italianos... Para habernos “matao”.  Esto es una de las tantas incongruencias que nos encontramos por parte de los rebeldes. Otra, son sus vivas a la República. Cuando Primo de Rivera dio el golpe de estado con el consentimiento de Alfonso XIII, impuso una dictadura militar. Una dictadura como lo que él que era; un militar. ¿Alguien en su sano juicio puede creer que unos militares conservadores con tendencias al fascismo (ahora alguien me recordara al veleta borracho Queipo de Llano) iban a respetar un régimen democrático?
Pues todavía hay  gente que sigue diciendo que sí, lo más gracioso es que algunos que llegan a esa conclusión lo hacen desde los círculos académicos. Hombre, que lo diga Pío Moa o algún que otro vocero de la Caverna pues lo veo hasta lógico.

Escribir hoy en día alabando el franquismo puede resultar bastante gratificante(gracias al apoyo pepero), sobre todo a lo que se refiere a la cartera. Los fascistas cavernarios desde sus parapetos digitales cargan una y otra vez incansablemente contra las subvenciones de la ley de la Memoria Histórica concedidas a la investigación de los crímenes franquistas. Lo hacen sin datos, se van al BOE. y miran el dinero concedido a dichas investigaciones y nada más. No acusan directamente a nadie de haberse enriquecido, no dan nombres, es decir no saben nada de nada, nada más que el dinero concedido a esa u otra investigación . Algunos de estos “historiadores” deben saber que la historia se escriben con datos, con nombres... Si no hay datos ni nombres no hay historia...

Lo que sí sabemos, es que, ciertos escritores apoyados por los medios cavernarios y los políticos peperos si que se han enriquecido contando las mismas mentiras que nos contaron los franquistas de primera generación.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Prisiones franquistas. Torturas, hambre, sed enfermedades y muerte...


una foto del año 41 Presos en Porlier a la hora de la comida

Checas. ¡Que malos eran los rojos! A lo largo del conflicto armado provocado por los militares traidores las checas se fueron cerrando.

Paul Preston en su último libro El Holocausto Español lo explica muy bien.
La famosa checa de fomento fue cerrada por orden de Carrillo. Los falangistas también contaban con innumerables centros de detención, al margen de las cárceles y cuartelillos oficiales. No tenían ningún nombre exótico, pero eran la réplica fascista a las checas.

A los centros de detención de la falange donde el maltrato al detenido era la tónica general, había que sumarles las cárceles, las colonias penitenciarias, los campo de concentración... La masificación reclusa era alarmante. Hambre, sed y torturas arrancaban confesiones de culpabilidad que tras un juicio farsa, donde el abogado defensor era un militar sin preparación jurídica, acababa con el asesinato de cualquier desgraciado. Incluso desde la misma falange y preocupada por la mala prensa que pudieran tener los maltratos a la población reclusa, María Tortajada, destacada falangista escribió la siguiente carta a Pilar Primo de Rivera, jefa de la sección femenina.

 ..las mujeres que están en las cárceles de Valencia se están muriendo de hambre y llenas de sarna, durmiendo en el suelo, pues donde hay sitio para cien hay ocho cientos... estas mujeres podían pasar la condena en sus casas y trabajar en algo práctico para el estado, con esto se resolvería el problema que tiene el caudillo de mantener tantas mujeres en las cárceles y mejoraría el ambiente que hay que es muy desagradable... nuestros enemigos que no son pocos tienen con esto una poderosa arma para desacreditarnos.

También te ruego que intercedas para que en la dirección General de Seguridad no se peguen esas palizas, pues muchas de ellas las tienen que sacar en camilla a las cárceles, el otro día le dieron una paliza una mujer que abortó en la Dirección y fue llevada a la cárcel. Mira Pilar que hay mucho malestar con esto de tantos presos pues da horror de ver a los que matan diariamente y eso no puede ser (...)

Hasta ellos mismos estaban horrorizados de la masacre que estaban llevando acabo en las cárceles franquistas.





martes, 24 de mayo de 2011

Ya se perdonó, ahora hace falta justicia


Habitualmente el Régimen franquista fusílaba a sus víctimas.
El garrote vil también era utilizado en ocasiones


“Se cometieron barbaridades en los dos bandos”. Esta frase sirve para justificar la represión franquista hasta por parte de los historiógrafos  “nada sospechosos” de estar alineados con la derecha o la ultraderecha, y me estoy refiriendo como no, a Santos Juliá. Cada vez que investigo por la red me encuentro alguna declaración al respecto de este espinoso tema por parte de Santos Juliá (enemigo declarado de la ley de la Memoria Histórica).


El País publicó un artículo de Santos Juliá al libro titulado La España masacrada. La represión franquista de guerra y posguerra. Que concluía así:
 “Sus argumentos sobre la fenomenología y las estadísticas de ambas represiones, convincentes como son, habrían sido todavía más concluyentes si hubiera dedicado uno o dos capítulos de su historia a los asesinados y ejecutados en zona republicana; al cabo, también ellos fueron masacrados”.

Volvemos a lo de siempre: ·La izquierda está tratando de ocultar la represión republicana". Eso no es cierto. Unos de los últimos libros de Francisco Espinosa y escrito con la colaboración de más autores, se titula así: Violencia roja, Violencia azul. Paul Preston en el Holocausto Español, también dedica un espacio a la violencia republicana. Ian Gibson también publicó un libro a uno de los episodios más manidos por parte de la derecha Paracuellos como fue, donde Santiago Carrillo no sale nada bien parado, pero es que aparte de eso, se instruyó una Causa General y los escritores del Régimen se dedicaron a vilipendiar a toda la izquierda y a ocultar (ellos sí) la masacre perpetradas por las huestes rebeldes. Parece como si recordar a los asesinos fascistas fuese delito. En España, se puede escribir de cualquier guerra. De la I guerra Mundial, de la II, de Cuba, de las Carlistadas, de la Reconquista, de las Cruzadas, de la de Independencia... Pero cuando topamos con la Guerra Civil sale toda la derecha apoyada incluso por lo que se supone que no es derecha diciendo:”Eh, quieto parao, estáis en terreno prohibido que no os pertenece”.

Lo de se cometieron barbaridades en los dos bandos habría que habérselo dicho a Franco al terminar la Guerra Civil.
-Mire usted mi general. Los “Rojos” asesinaron mucho, pero es que nosotros todavía aún fuimos peores.
-Y eso que importa (voz de pito). Yo seguí las instrucciones del “Director”(Mola) cuando dijo aquello de: “Hay que sembrar el terror... hay que dejar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”. Por eso, no pienso parar hasta que  haya eliminado sin escrúpulos a los que no piensen como nosotros(yo), que son muchos.
-Pero mi general, tenemos que parar de asesinar a inocentes
-¡Ni pero ni leches! Hala, al paredón por no pensar como yo.

Esta conversación ficticia podría haberse dado al final de la Guerra Civil, pero no creo que hubiera nadie con agallas suficientes para haberse atrevido a toserle al generalísimo. Al parecer, unos de los pocos que se atrevió plantarle algo de cara fue Dionisio Ridruejo, pero con pocos resultados, La dictadura franquista fue asesina hasta su desaparición.


Es obvio que se cometieron barbaridades por ambas partes, pero una quedó sin castigo y encima, los nombres de los asesinos han sido recordados como si se tratasen de héroes. Ahora, justificándose en el perdón; un perdón ya otorgado por quién hubiere que otorgarlo, nos dicen que olvidemos, que miremos hacia delante.

Hurgar en el pasado por penoso que sea es tarea de los historiadores, impartir justicia aunque ya sea algo tarde es cuestión de las autoridades. Muchas asociaciones se han creado a raíz del apoyo del gobierno Socialista a las victimas del franquismo, muchos familiares están reclamando justicia para ese padre, ese abuelo, ese tío...
Salvador Puig Antich último anarquiista asesinado por garrote vil en 1974.

En la próxima entrada pondré un vídeo de cómo el franquismo exhumaba a sus víctimas asesinadas por el terror “Rojo”. Ahora la derecha quiere negar ese derecho, quieren seguir revolviéndose en la pocilga que les legó Franco y, oponerse a todo lo que sea restablecer el honor de los defensores de la legalidad.


lunes, 23 de mayo de 2011



España es azul, la estrategia de Rajoy ha dado sus frutos: ¿Quién congeló las pensiones? ¿ Quién bajó los sueldos a los funcionarios? ¿De quien es la culpa del alto numero de parados? ¿Porqué nos han quitado el cheque bebe? Todas estas preguntas que Rajoy lanzaba al aire; la muchedumbre gritaba enfervorecida:  “¡ZAPATERO!”. Bravo, objetivo cumplido. A los votantes les ha dado igual la corrupción que ha azotado al PP. Eso sí, miran con lupa la que viene por parte del PSOE. Que más da que nos roben un “poquito” si al final nos sacan de la crisis. Qué más da que Camps reciba 12 trajes de una trama corrupta sí al final nos sacan de las crisis.



La derecha ha hecho parecer que zapatero es el culpable de todos los desastres que adolece España, que son los mismos que sufren el resto de Europa, pero aquí la raza ibérica no mira más allá de sus fronteras. Como si la globalización no fuera con ellos. No saben o no quieren saber que esta crisis la causaron los neocons tipo Aznar.

La new wave de revisionismo que nos espera va a ser brutal. Ya deben estar frotándose las manos los Pío Moa y similares. Desde las universidades volverán a aparecer los viejos mitos del franquismo. ¿Volverán las estatuas del Caudillo? Eso depende de las agallas de Mariano Rajoy y, todos sabemos la costumbre que tiene don Mariano de no dar su cara más batalladora (si es que la tiene).

 España es azul, los obreros salen en masa a votar al PP; seducidos por la falsa imagen que se han creado de ser el partido que defiende a los trabajadores. España.... es azul...

sábado, 21 de mayo de 2011

Julio 1936 conspiración y alzamiento contra la República,


Revolución, miedo a la Revolución. Este podía ser el título del último libro de Francisco Alía Miranda, pero no, decidió poner el engañoso título Julio  1936  conspiración y alzamiento contra la República, y digo engañoso porque en las reflexiones finales afirma que los alzados no lo hicieron contra la República, si no contra el gobierno del Frente Popular por el miedo que sentían estos por la Revolución; una Revolución inexistente, que, por otra parte, reconoce  no se estaba produciendo en la primavera del 36 

Francisco Alía nos dice que la conspiración empezó a fraguarse a los pocos días que el Frente Popular ganara las elecciones, es decir, que los militares no iban a consentir ningún gobierno de izquierdas que continuasen con las modernas reformas del primer bienio. reforma agraria, reforma estado-iglesia, y sobre todo reforma militar. Los Militares estaban muy acostumbrados a los pronunciamientos. El ejercito en vez de cumplir su principal cometido, que es defendernos del enemigo exterior, lo hacía del enemigo interior. ¿Y quién nos defendería del ejército y de sus arbitriariedades? ¡Talvez la Revolución sr. Alía!

Viva la República, aparecía en los primeros bandos de los sublevados. Esto indica el caos político que había entre los sublevados, es decir, unos: Viva la República, otros: Viva España. Cuando se aclararon entre ellos, quedó claro: Viva España, sobre todo cuando nombraron a Franco jefe de los rebeldes. En la Casa de Franco cuando se proclamó la II República el temor fue la tónica general, es normal, Franco era un militar monárquico antidemocrático ultracatólico y admirador de Hitler y Mussolini (menudo cacao mental ).

Este libro pretende ser neutral, y nos quiere pintar una república acosada por todos: derechas e izquierdas; por lo tanto, parece justificar el alzamiento militar. Llama al gobierno del Bienio Negro de “centro derecha”. Un gobierno vendido a la CEDA o lo que es lo mismo, a la ultraderecha y un gobierno que hizo políticas de ultraderecha. Según él, en África, el golpe de Estado comenzó el día 17 gracias a la brillante estrategia de Mola, cuando lo normal es que todas las plazas se alzaran el mismo día a la misma hora.

“los medios de comunicación y de transporte de la época  hacían que unas horas de retraso   no representaran ningún impedimento para el triunfo, porque las noticias y la movilización de tropas tardaban incluso días en llegar”

Para el profesor durante la República debían comunicarse con señales de humo y  viajar a pie , en burro o algo por el estilo.
 En España todavía no conocían los vehículos motorizados ni el telégrafo y mucho menos el teléfono ¿Verdad profesor?

La República no supo reaccionar a tiempo ante el golpe de estado eso es cierto. Según el profesor la conspiración era un secreto a voces y Azaña no tomó medidas antes por miedo a la Revolución (otra vez: “miedo a la Revolución”). Si las poderosas masas revolucionarias sabían con antelación la trama golpista ¿Porqué no comenzaron la Revolución? Sencillo, no había Revolución, pero si un intento fascista de eliminar a toda la izquierda. Las potencias democráticas dejaron sola a la República por miedo a la revolución (otra vez: “miedo a la Revolución”).. ¿Y al fascismo, no había miedo al fascismo? Según el profesor, Gran Bretaña solo tenía miedo al fascio ante el papel, su verdadero temor estaba orientado al comunismo. Este comunismo al que supuestamente tenía tanto miedo Gran Bretaña, es el que se alió con la democracia para combatir el Nazismo y el Fascismo, o sea, que el verdadero peligro venía del Eje, como el mismo peligro en España venía del militarismo, y muy bien quedó reflejado en la Revolución del 34.

Fascismo. Miedo al fascismo era lo que imperaba en Europa. El miedo de la URSS. a los nazis les llevo a firmar un tratado de no agresión. El miedo de Gran Bretaña y Francia al fascismo les hicieron ser neutrales durante el Holocausto español. Fascismo. Miedo al fascismo.







jueves, 19 de mayo de 2011

Fabricando fascistas.










Obediencia, Patria y Religión era la obsesión del nuevo régimen. Necesitaban reeducar a los descarriados y por supuesto a sus hijos.  El texto de la fotografía concluye con: “El alma española es naturalmente católica”. Por que sí, por que así lo decidieron unos monarcas.


Este texto que encabeza la entrada está sacado de un libro destinado a los escolares de la dictadura. Así quiero ser ( El niño del nuevo Estado ) editado en burgos en 1940. Esta clase de libros estaban concebidos a un lavado de cerebro sin miramientos ni sutilezas, iban directamente al grano y sin ninguna clase de disimulos.

Las nuevas generaciones eran pieza clave para el sustento y la perpetuidad del nuevo régimen. Tenían que desaparecer de sus cabecitas las posibles ideas democráticas y de progreso que pudieran albergar. Para llevar a cabo tan patriótica tarea , el régimen no vaciló ante la depuración de los maestros; asesinando a unos y expulsando a otros; los menos, se reciclaron.

Objetivo primordial era recristianizar a la ovejas descarriadas para que volvieran al redil implorando perdón, ansiosos de ver la luz  que en su infinita benevolencia les ofrecía el nuevo estado a través de sus instituciones y de “la Santa Madre Iglesia”. Para conseguir este objetivo el Estado impuesto por las armas, tenía métodos muy expeditivos y harto eficaces, Campos de trabajo, cárceles, campos de concentración. Un amplio abanico de posibilidades. Había donde elegir. Se ha hablado mucho de las checas republicanas por parte de los voceros de la ultraderecha, ignorando por completo que en el Bando Fascista tenían su réplica.

Los padres eran sometidos a torturas, los hijos al lavdo de cerebro y en algunos casos a humillación pública por ser hijo de un rojo. La educación a la que eran sometidos bajo el prisma franquista decía así:

“Quién tiene la responsabilidad debe tener los poderes.
     -    Debemos obedecer sin discutir
-         Quién manda sabe lo que hace y por que lo hace
-         Es más difícil mandar que obedecer
-         El que obedece nunca se equivoca.

No me negaran que no es digno del Club de la Comedia. Este texto está sacado del libro Así quiero ser (El niño del nuevo Estado) un libro ideado a crear nuevos fascistas, a nuevos borregos que no hicieran preguntas y obedecieran ciegamente

lunes, 16 de mayo de 2011

Jay allen y la Matanza de Badajoz.

Jay Allen
Mucho se ha escrito sobre la Matanza de Badajoz. ¿Sabremos realmente las cifras de los asesinados por las huestes fascistas? Me temo que salvo un milagro la respuesta es negativa. Actualmente solo podemos contar con los relatos periodísticos que la prensa ofreció al mundo. A pesar que los primeros periodistas entraron en Badajoz 24 horas después de los primeros asesinatos: Mario Neves, Marcel Dany o Jacques Berther ; la impresión que se llevaron fue desoladora y así lo relataron en sus crónicas periodísticas. Mario Neves causó un gran revuelo en el gobierno luso, por lo que el diario para el que escribía decidió censurarlo, incluso fue detenido e interrogado.

Mario Neves
Mario Neves, Marcel Dany, Jacques Berther o Jay Allen han sido tachados de comunistas mentirosos que solo buscaban publicidad para la causa republicana; si esto es cierto, ¿los que hablaban bien de las columnas asesinas eran unos fascistas que solo buscaban publicidad para los golpistas rebeldes?. Con Jay Allen se ceban, llegan a decir incluso que no estuvo en Badajoz. Para no haber estado en Badajoz sus conocimientos de lo que sucedió estaban en primera línea . Sus fuentes fueron amigos suyos del Bando Nacional que a la vez también le dieron información errónea, como por ejemplo le exageraron la cifra de bajas que sufrió el Bando rebelde. El primer franquismo dijo que las bajas que sufrieron en la toma de Badajoz fueron muy elevadas, después se ha comprobado que eso es incierto.

Jay Allen también nos relata la locura pasajera que sufrió Mario Pires cuando fue ingresado en el hospital  mental San José de Lisboa, hecho este confirmado por el embajador español Claudio Sánchez Albornoz en un informe del 18 de agosto de 1936. También coincide con Mario Neves sobre los daños sufridos en la catedral de Badajoz.

El relato ofrecido por Jay Allen no deja lugar a dudas, si no estuvo en Badajoz, quién le contó lo acontecido si que estuvo; por eso queridos amigos no se pierdan la lectura de este impresionante documento.


INTERNACIONAL:
TRADUCCIÓN: «Matanza de 4000 personas en Badajoz, “Ciudad de los horrores
Elvas, Portugal, 25 de agosto
Esta es la historia más dolorosa que me ha tocado escribir. La escribo a las cuatro de la madrugada, enfermo en cuerpo y alma, en el hediondo patio de la Pensn Central, en una de las tortuosas calles blancas de esta empinada ciudad amurallada. Nunca más encontraré la Pensn Central, y nunca querré hacerlo.

He llegado aquí desde Badajoz, ciudad a unos kilómetros de distancia, en España. Subí a la azotea para mirar atrás. Vi fuego. Esn quemando los cuerpos. Cuatro mil hombres y mujeres han muerto en Badajoz desde que los moros y los legionarios rebeldes del general Francisco Franco treparan sobre los cuerpos de sus propios muertos para escalar las murallas tantas veces empapadas en sangre.

Historia de una mujer que llora.
 He intentado dormir. Pero no se puede dormir en una cama sucia e incómoda, en una habitación con la temperatura de un baño turco, castigado por mosquitos y chinches, y atormentado por el recuerdo de lo que has visto, con el olor de la sangre en tu pelo, y con una mujer llorando en la habitación de al lado.
¿Qué le pasa? pregunté al paisano adormilado que ronda el lugar por la noche haciendo
guardia.
Es española. Vino aquí creyendo que su marido había escapado de Badajoz.
¿Y no es así?
Sí —dijo, y me miró, no sabiendo si seguir hablando. Sí, y lo mandaron de vuelta. Lo
fusilaron esta mañana.
¿Qun lo mandó de vuelta? —Lo sabía, pero lo pregunté de todos modos.
Nuestra policía internacional.

Había visto antes la vergüenza y la indignación en los ojos de un hombre, pero no de este modo. De pronto, ese ser sudoroso y adormilado cuya misma presencia era un miseria añadida al momento, adquirió esa dignidad y nobleza propias de un buen perro y de la que muy a menudo carecen los seres humanos. Me rendí. Bajé al sucio patio, con sus gallinas, conejos y cerdos, para escribir esto y acabar de una vez.

La historia comenzó en Lisboa. Si quiero empezar por el principio, diré que ya en Lisboa había oído siniestros rumores. Allí todo el mundo espía a todo el mundo. Cuando salí de mi hotel a las cuatro de la tarde del 23 de agosto, dije que iba a Estoril para probar suerte en la ruleta. Varias personas tomaron nota de mis palabras, y espero que hayan disfrutado de su velada en Estoril. En vez de eso, fui a la plaza del Rocío. Cogí el primer taxi que encontré y le hice dar vueltas y vueltas hasta encontrar a un amigo portugués muy bien informado. Cogimos el ferry que cruza el Tajo. Una vez al otro lado, le dijimos al conductor:
—A Elvas.
Nos miró algo sorprendido. Elvas está a 250 kilómetros de allí.
Recorrimos un atractivo paisaje campestre de colinas, alcornoques, campesinos canosos mujeres con sombrerito hongo. Eran las 8:30 cuando ascendimos la colina que lleva a Elvas, «la cerradura que nadie ha podido abrir». Pero Elvas ya sabe lo que es la humillación. Recordando al Badajoz de antaño
Entramos por una estrecha puerta blanca. Parece que eso sucedió hace años. Y después de aquello fui a Badajoz. Creo que soy el primer periodista que pisa el lugar sin un pase de prensa y sin el inevitable pastoreo de los rebeldes y, desde luego, el primer periodista que fue alsabiendo lo que encontraría.
Ya conocía Badajoz. Este último año he ido cuatro veces buscando información para un libro que estoy escribiendo sobre la reforma agraria que podría haber salvado a la República española, una República que, al margen de lo que fuera, proporcionó a España tanto escuelas como esperanza, cosas que no había conocido en siglos. Habían pasado nueve días desde la caída de Badajoz el 14 de agosto.

Los ejércitos rebeldes la habían abandonado ya —para sufrir una fea derrota en Medellín, si mis informes no se equivocan, y a veces no lo hacen y los periodistas, amamantados y vigilados de cerca por ellos, les habían seguido.
Nueve días es mucho tiempo en términos periodísticos; Badajoz es casi historia antigua. Pero Badajoz es uno de esos malditos lugares cuya realidad tardará en saberse. Así que no me importaba llegar nueve días tarde, y a mi periódico tampoco.

Empezamos a conocer esa realidad antes incluso de salir del coche. Ante la puerta del hotel había dos tamborileros portugueses que conocían a mi amigo. Portugal está en vísperas de una revolucn, como siempre, y la gente parece tener muy claro quienes son «los otros». Por eso me llevé a mi amigo. Hablaron en susurros. Este fue el resultado: miles de milicianos y milicianas republicanos, socialistas y comunistas, fueron asesinados al caer Badajoz, por el crimen de defender a su República contra el embate de los generales y los terratenientes. Cientos de personas devueltas para morir. Desde entonces, cada día se ejecuta a 50 o 100 personas. Los moros y los legionarios lo saquean todo. Pero lo más siniestro es que la «policía internacional» portuguesa está contraviniendo las normas internacionales y devolviendo a cientos de refugiados republicanos a una muerte segura bajo los pelotones de fusilamiento rebeldes. Este mismo día [23 de agosto] llegó un coche con la bandera roja y amarilla de los rebeldes. En él iban tres falangistas, acompañados por un teniente portugués. Enfilaron por las estrechas calles hasta llegar al hospital donde yacía el señor Granado, gobernador civil republicano de la ciudad. El señor Granado y su comandante militar, el coronel Puigdengola, abandonaron a la milicia leal dos días antes de que cayera Badajoz. Los fascistas subieron corriendo las escaleras, y recorrieron un pasillo con las armas desenfundadas, hasta entrar en la habitación del gobernador. El Dr. Pabgeno, director del hospital, se arrojó sobre su indefenso paciente y gritó pidiendo ayuda, consiguiendo salvar una vida.
Diputado entregado a los rebeldes. El día anterior, entregaron a los rebeldes a Madronero, alcalde de Badajoz, y al diputadsocialista Nicolas  de Pablo. 

El martes, escoltaron a 40 refugiados republicanos hasta la frontera de España. Treinta y dos de ellos fueron fusilados a la mañana siguiente. Cuatrocientos hombres, mujeres y niños fueron conducidos con una escolta de caballería desde el puesto fronterizo de Caia hasta las líneas españolas. Cerca de 300 de ellos fueron ejecutados.

Cuando volvimos al coche, condujimos hasta Campo Mayor, a sólo siete kilómetros de Badajoz,
al otro lado de la frontera de Portugal. Un policía fronterizo muy charlatán dijo:
Claro que los enviamos de vuelta. Son peligrosos. No podemos tener rojos en Portugal en un momento como éste.
¿Y qué pasa con el derecho de asilo?
Oh, Badajoz solicitó su extradición.
No hay extradición para los delitos políticos.
Están
 siendo extraditados por toda la frontera, siguiendo órdenes de Lisboa —dijo en tono beligerante. Cruzar hasta España
Salimos de allí y volvimos a Elvas. Me reuní con unos amigos que eran tan portugueses como españoles, y viceversa.
¿Quieres ir a Badajoz? —preguntaron.
No —les dije. Los portugueses dicen que la frontera esta cerrada y me ahorcarían. Tenía otro motivo. A los rebeldes no les gustan los periodistas que se ocupan de los dos bandos. Pero mis amigos se ofrecieron a llevarme y traerme sin complicaciones. Así que nos pusimos en marcha. En un momento concreto, abandonamos de pronto la carretera para tomar por un puente que cruzaba el río Guadiana y entramos en la ciudad donde las tropas de Wellington se descontrolaron durante la guerra de Independencia, y que ahora sufre otra tragedia. Esbamos en España, mis amigos eran conocidos en el lugar y la de más que iba en el coche (un
se
rvidor) pasaba desapercibida entre ellos. No
 nos detuvieron.
Algunas notas sobre Badajoz Fuimos directos hasta el centro de Badajoz. Estas son mis notas: la catedral está intacta. No, no lo
está. Al pasar junto a ella en coche veo que ha desaparecido una parte de la torre cuadrada.
Los rojos tenían allí ametralladoras y nuestra artillería se vio obligada a actuar dijeron mis amigos.

Ayer tuvo lugar allí un fusilamiento ceremonial, simbólico. Siete importantes miembros del Frente Republicano fueron fusilados al son de una banda de música y demás fanfarria, ante 3000
personas. Todo ello para probar que los generales rebeldes no fusilan lo a obreros y campesinos; con el Frente Popular no hay favoritismos que valgan. Nos detuvimos en una esquina de la calle de San Juan, demasiado estrecha para el tráfico. Por ahí huyeron los milicianos para refugiarse en la fortaleza mora de la colina al ver que los descendientes de sus arquitectos conseguían cruzar la puerta de la Trinidad. Fueron
sorprendidos por los legionarios que consiguieron entrar desde el río y que los mataban, a montones en las esquinas de las calles. Tiendas saqueadas por conquistadores
Todas las tiendas parecían destrozadas. Los conquistadores las saqueaban al pasar. Los portugueses llevan toda la semana comprando relojes y joyas por prácticamente nada. Mucha. Muchas de esas tiendas pertenecen a gente de derechas. Es el impuesto de guerra que pagan por su salvación, me dijo con gesto huraño un oficial rebelde.
Las enormes paredes del Alcázar asoman al final de la calle de San Juan. Fue allí donde los defensores de la ciudad, refugiados en la torre de Espantaperros, fueron asfixiados con humo y
tiroteados. Pasamos ante una gran tienda de alimentación que parecía haber sufrido un terremoto.
La Campana era propiedad de don Mariano, partidario de Azaña —dijo uno de mis amigos—.
La saquearon ayer, tras fusilar a Mariano.

Marcas de rifle reveladoras. Pasamos junto a la oficina de la reforma agraria, donde conocí al ingeniero Jorge Montojo el
pasado mes de junio, que se ocupaba de redistribuir las tierras, ganándose el odio de los terratenientes, además de la enemistad de los socialistas por actuar como un cnico, siguiendo cánones legales estrictamente burgueses. Había tomado las armas para defender a la República, así que De pronto vimos que dos falangistas detenían a un hombre robusto con ropa de campesino, sujetándolo mientras un tercero le tiraba de la camisa para desnudarle el hombro derecho. Allí podía verse la marca azul y negra de la culata de un rifle. Seguía siendo visible una semana después. El informe fue desfavorable, y acabó en la plaza de toros.


Pasamos junto a las paredes de la plaza en cuestión. Sus paredes de piedra miraban al fértil valle del Guadiana. Es una plaza de ladrillo rojo y yeso blanco. En ella vi antes de la guerra al torero Juan Belmonte, en una noche como esta, vigilando la llegada de los toros. Esta noche también llevaban a la plaza a la carne de cañón de la fiesta del día siguiente. Filas de hombres con los brazos en alto. Recibidos por ametralladoras
Los «rojos» eran venes, en su mayoría campesinos con camisa azul y menicos vistiendo monos de trabajo. Todavía los estaban reuniendo. A las 4 de la madrugada los hicieron entrar en la plaza por la puerta por donde solía entrar el desfile inicial de toreros. Dentro les esperaban las ametralladoras.

Dicen que la primera noche la sangre alcanzó un palmo de profundidad. No lo dudo. Allí se asesinó a mil ochocientos hombres y mujeres en un plazo de doce horas. En 1.800 cuerpos hay más sangre de la que uno imagina. Durante las corridas, cuando el toro o algún pobre caballo sangra mucho, aparecen los monosabios para esparcir arena limpia sobre la sangre. Pero en las tardes soleadas todavía puede olerse la sangre. Es un olor revigorizante. Trepando sobre cuerpos de muertos Los falangistas nos detuvieron en la entrada principal de la plaza y mis amigos hablaron con ellos. La noche era calurosa. Había un olor en el aire. No puedo describirlo y no lo describiré. Los monosabios tendrán mucho trabajo para hacer presentable la plaza para la siguiente corrida. En cuanto a mí, no volveré a ver una corrida. Jamás. Llegamos a la puerta de la Trinidad atravesando las antaño invencibles fortificaciones. La luna lo iluminaba todo. Una semana antes, entró por ella un batallón de 280 legionarios. Sólo veintidós vivieron para contar la historia de mo se encaramaron a los cuerpos de sus propios muertos.Sólo veintidós vivieron para contar la historia de cómo se encaramaron a los cuerpos de sus propios muertos para silenciar con granadas de mano y cuchillos dos ametralladoras asesinas. ¿Dónde estaba la aviación del gobernador? Es un misterio. Hace que uno se estremezca pensando en Madrid.
Volvimos a la ciudad, pasando con el coche ante la nueva escuela y el nuevo Instituto de Salud. Los hombres que las construyeron están muertos, fusilados como «rojos», por querer defenderlas.
Cadáveres que pasan días sin ser tocados. Doblamos una esquina.
Hasta ayer, allí había una piscina ennegrecida por la sangre —dijo uno de mis amigos—. Allí fusilaron a los militares leales y no se llevaron sus cuerpos en varios días, para que sirvieran de ejemplo. Les habían dicho que salieran de las casas y, cuando salieron para recibir a los conquistadores,
los tirotearon y luego saquearon sus casas. Los moros no hacían favoritismos. En la plaza de toros, Mario Pires perdió la cabeza durante las ejecuciones. Intentó salvar a una preciosa niña de 15 años a la que sorprendieron con un rifle en la mano. El moro fue inflexible. Mario vio como la disparaban. Ahora Mario está recibiendo cuidados médicos en Lisboa.

Sé que en el otro bando también han tenido lugar muchos horrores. El derechista Almendralejo1 fue crucificado, empapado en gasolina y quemado vivo. Conozco a gente que ha visto los
cuerpos carbonizados. Lo sé. Sé que han muerto cientos, incluso miles, de personas a manos delas masas vengativas. Pero también sé qun se alzó para «salvar España» provocando así que las masas se encarnizaran en una defensa tan valiente como salvaje.
De todos modos, ahora estoy informando sobre Badajoz, donde, durante el asedio, se ejecutaba cada día a una media docena de derechistas, pero, aún así…

Historia de dos hermanos
De vuelta en el casino de Elvas pregunté diplomáticamente:—¿Cuántos murieron cuando los rojos quemaron la cárcel?—Pero si no quemaron la cárcel. Yo había leído en la prensa de Lisboa y de Sevilla que sí lo habían hecho.
No, lo impidieron los hermanos Plá.
Conocí a los hermanos Luis y Carlos Plá, jóvenes ricos de buena familia, dueños del mejor garaje del sudoeste de España. Eran socialistas porque creían que el partido socialista era el
instrumento para acabar con el poder de los señores feudales españoles.
Justo antes de que entraran los moros, se enfrentaron a la multitud que quería quemar a los
300 derechistas que había dentro de la cárcel, diciendo que iban a morir en defensa de la República, pero que no eran asesinos. Ellos mismos les abrieron las puertas para que escapasen.
¿Qué fue de los Plá?
Los fusilaron.
¿Por qué?
Sin respuesta.
No hay respuesta. Podían haber dejado que esas personas escaparan a Portugal, que estaba a lo cinco kilómetros de distancia. Pero no les dejaron. Los rojos sufren el rigor de la justicia Oí por la radio al general Queipo de Llano decir que habían tomado Barcarrota y que trataron a
los rojos con «el rigor de la justicia». Conozco Barcarrota. En junio
pasado pregunté a los vecino 
de allí si, ahora que les daban tierras, no se convertirían en capitalistas.
No —respondieron indignados.
¿Por qué?
Porque sólo recibiremos la suficiente para nuestro uso, no la suficiente para explotar a los demás.
Pero será vuestra.
Por supuesto.
¿Qué le pedís ahora a la República?
Dinero para semillas. Y escuelas.
Recuerdo que entonces pensé: «Dios proteja a todo el que intente impedirlo». Estaba equivocado. ¿O no? En el casino, frecuentado sobre todo por ricos comerciantes y terratenientes, se me ocurrió preguntar cuál era la situación antes de la rebelión.
Terrible. Los campesinos cobraban 12 pesetas por una jornada de 7 horas, y nadie podía pagarlas.
Eso es cierto. Era más de lo que podía pagar el país. Pero antes de eso cobraban entre 2 y 3 pesetas por trabajar desde el amanecer hasta el anochecer. En el casino había una veintena de
españoles con banderitas rojigualdas en la solapa, y el hecho de que estuvieran allí me hizo pensar que no creían que Franco hubiera convertido ya a España en un lugar seguro. En las calles
bañadas por la luna olía a jazmín, pero yo tenía otro olor en mi nariz. Un olor dulzón, horriblemente dulzón.

Cancn de amor a la luz de la luna Al pie de la plaza blanca, junto a una fuente, había un joven apoyado contra la pared, con los pies cruzados, tocando la guitarra mientras cantaba con suave voz de tenor una cálida canción de amor portuguesa.
En junio, los jóvenes de Badajoz aún cantaban bajo los balcones. Pasará mucho tiempo antes deque vuelvan a hacerlo .De pronto, un coche con una bandera roja y amarilla cruzó la plaza. Nos detuvimos. Nuestros tamborileros vinieron a nuestro encuentro.
Están registrando el hotel.
¿A qun buscan?
—No lo sé.
Nos iremos en cuanto haya luz. La gente que hace preguntas no es muy popular en esta frontera.
Si es que se la puede llamar frontera