Moisés Domínguez sobre las huellas de Antonio Bahamonde

Antonio Bahamonde "fue Delegado de Propaganda de Queipo de Llano tras el golpe militar, permaneció en el cargo durante un año. No pudiendo soportar el horror que le causaban los asesinatos continuos, decidió escaparse, a través de Portugal, a Francia, y de ahí a Sudamérica: “El salir… se debe a mis constantes visitas a los pueblos. En ellos es tan grande la tragedia, son tantas y tan horribles las cosas que he presenciado, es tal la angustia que se apoderó de mi alma al ver continuamente tantísimos niños, solos, desamparados, hambrientos; he visto escenas de una crueldad tan infinita, que al contemplar tanto luto, tantos hogares deshechos, un solo pensamiento me dominaba hasta constituir mi continua obsesión: HUIR, huir lejos; que mi voz clamando justicia para tanto crimen, se alzara en los países libres; que el mundo civilizado se enterase de los procedimientos inauditos, nuevos en los anales del crimen, que se emplean en el territorio mal llamado “nacionalista”...nodo50.org...

Según escribía Trapiello en El País:

Antonio Bahamonde fue un hombre de derechas, burgués y católico, que se convirtió en delegado de Propaganda de los sublevados tras el golpe del 18 de julio de 1936. Desde esa posición privilegiada pudo contemplar como testigo de primera fila los desmanes de los nacionales. Horrorizado por la represión, se exilió en Argentina y escribió este libro extraordinario...

Un año con Queipo (memorias de un nacionalista), lo escribió Antonio Bahamonde antes de acabar la guerra en 1938, y lo hizo desde el exilio; por lo cual, la obra sirvió como propaganda para el gobierno de la II República. En el libro se detallaban todo tipo de atrocidades que hoy, a no ser que seas un empedernido franquista, no se pueden negar. 

Francisco Espinosa Maestre (La Guerra Civil en Huelva, La columna de la muerte, La justicia de Queipo) o Francisco Moreno Gómez (El genocidio franquista, La victoria sangrienta, Los desaparecidos de Franco) son dos expertos en analizar y dar a conocer como fue y como afectó la represión sangrienta en Andalucía y en Extremadura. Sabemos que son muchos más autores los que han escrito sobre este espinoso y delicado asunto, pero sirva como muestra un botón. El caso es que negar lo que nos descubren estos dos autores es imposible.

Que durante la Guerra Civil y después hubo curas inmisericordes y trabucaires, tampoco se puede negar a estas alturas. El libro "Querido diario: hoy ha empezado la guerra" recupera el diario de Pilar Duaygües, una adolescente de 15 años que plasma en sus libretas sus experiencias durante la Guerra Civil española:

Las ametralladoras iban, bombas por aquí, tiros por allá, etc. Se oía muy bien cómo se derrumbaban las casas en donde las tiraban (...) Los curas con ametralladoras, escopetas y revólveres hacían fuego contra el cuartel que está al lado (...) No sólo ardían esta iglesia y convento, sino todas las de Barcelona. Se veían muy bien las llamas (...) Finalmente, nos acostamos, mamá conmigo en mi cama, me dormí por el cansancio. Público.es...

Uno de esos curas trabucaires fue Juan Galán Bermejo, más conocido como el cura de Zafra; y aquí es donde entra Moisés Dominguez Núñez, un aficionado a la historia empecinado en salvar la imagen de este cura. Moisés Domínguez Núñez ha escrito varios artículos tratando de negar la malicia del cura de Zafra:

Uno de los primeros indicios que me llevaron a pensar que estábamos ante un fraude como la copa de un pino me lo ofreció la acusación de asesino que hizo Bahamonde del famoso “Cura de Zafra “. Nos referimos a Juan Galán Bermejo que por otro lado hay que decir no había nacido en Zafra.

 Bahamonde en su panfleto escribe: «conocía muy bien el pueblo y la canalla marxista que en el había, hizo fusilar a gran número de personas»

Según contó Bahamonde, las tropelias del pater Juan Galán Bermejo las conoció de la propia boca del sacerdote. Según Domínguez Núñez Bahamonde mentía porque.

 Durante la Guerra Civil se publicó un boletín de información católica De Rebus Hispaniae que trataba asuntos de la Guerra Civil relacionados con el clero. El jesuita Constantino Bayle reproduce casi en su integridad el informe que realizó el obispo de Badajoz, José María Alcalá y Alenda, sobre Galán Bermejo. Y en su número 23 del 1 de agosto de 1939 nos encontraremos con la respuesta dada por el propio capellán Juan Bermejo a toda la sarta de mentiras que Bahamonde vertió en su libelo contra él. Dando debida replica a las injurias expuestas por el exdelegado, el Capellán Galán Bermejo escribe sobre la entrada en Zafra: «Mi actuación fue dedicarme a visitar algunas iglesias, que me llevaron la mayor parte de la mañana, especialmente la de San Miguel.

Juan Galán Bermejo

Asunto resuelto: ya lo dijo Juán Galán Bermejo, él solo se dedicó a cosas de la Iglesia. Que fuera vestido de legionario y con correajes que le sujetaban un pistolón tan solo era una anécdota curiosa. Como es imposible negar que Antonio Bahamonde estuvo en Badajoz y, además, de parte de los fascistas; pues nada, decimos que el delegado de prensa de Queipo de Llano era un mentiroso.

No queremos alargar demasiado este escrito porqe ya en su día no extendimos bastante:

http://badajozylaguerraincivil.blogspot.com.es/2015/10/los-curas-trabucaires.html

Hoy el motivo es otro:

En la web clerical del cura Ángel David Martín Rubio (sacerdote que según documentación conseguida en Internet del Ministerio del Educación Cultura y Deporte es vocal de la Fundación de Franco desde el año 2009), Moisés Domínguez Núñez nos ha vuelto a deleitar con uno de sus concienzudos descubrimientos:

...Después de investigar en archivos mexicanos he descubierto que nuestro personaje falleció en Acapulco (estado de Guerrero), a los 65 años de edad, el 5 de Marzo de 1959. Por lo tanto si tomamos esta referencia Bahamonde nació realmente en 1894 y no en 1896. En la documentación mexicana aparece como nombre de su padre José y no Ángel como consta en la documentación belga. Mas mentiras que añadir a su esquiva biografía...

¿Mentiras o errores de algunos funcionarios? No creemos que Antonio Bahamonde no supiera el nombre de su padre y el año de su nacimiento. ¿Porqué iba a mentirle a los funcionarios?:

...En la documentación mexicana aparece como nombre de su padre José y no Ángel...

¿Y si su padre se llamaba José Ángel? En fin, llamar mentiras a errores en la inncripciones de los registros en un tanto aventurado. Habría que saber quien hizo el registro de la defunción de Bahamonde. Porque no creemos que el propio muerto pudiera mentir. Estaba muerto. ¿Y si en realidad cuando murió Bahamonde tenía 63 años y no 65 como apuntó el funcionario, ¿no se pudo equivocar?. Para saber a la edad que nació realmente Bahamonde hay que acudir a su partida de nacimiento. Lo demás son chorradas insustanciales. Que Bahamonde naciese en el 94 o en el 96 es absolumanete irrelevante.

Un buen amigo me dijo el otro día que pasase de una vez de este tipo de "investigadores", porque lo que escribían no interesaba a nadie, y este último descubrimiento de Moisés Domínguez le acaba de dar completamente la razón. Creo que seguir leyendo este tipo de insustancialidades no es otra cosa que una grave pérdida de tiempo.

Abur.