El fascista Santiago Abascal este 1º de mayo dio un mitin junto a su sindicato Solidaridad en la madrileña Plaza de Chamberí, con motivo de la celebración el Día del Trabajador. Da hasta risa que un gandul como Santiago Abascal tenga un sindicato de "clase" y que tenga la jeta de celebrar el día de los trabajadores. Al menos los fascistas de los años 30 llevaban en su programa un discurso obrerista, mientras los fascistas del siglo XXI son descaradamente neoliberales. Antes tenían que engañar a los obreros para llevárselos al huerto. Hoy solo necesitan enseñar la banderita de España; la bandera de los cojones y decir cuidado con el comunismo. En esto último son igual que sus antepasados fascistas.
Resulta que, este partido que está hipersubvencionado por el Estado, amaga con quitarle las subvenciones a los sindicatos cuando ellos gobiernen. Abascal y sus hordas fascistas en 2019 se llevaron del Estado en subvenciones, 8,84 millones de euros; en 2020 la cifra aumentó a 9,80; en 2021 más o menos lo mismo, 9,90; en 2022 un poquito menos, 8,3 millones de euros. En cuatro años estos jetas se han embuchetado 36,84 millones de euros. ¿Estos caraduras tienen la legitimidad para negar subvenciones a nadie? Que empiecen por ellos mismos.
Lo curioso es que dicen que se quieren cargar las autonomías pero no dudan en entrar a gobernar en ellas y a meter a sus propios diputados, que oh muy señor mío, todos cobran sueldos públicos. Lo de hacer desparecer las autonomías es un brindis al sol que ellos saben de sobra que no pueden conseguir, porque se necesitarían las dos terceras partes del Congreso de los diputados para cambiar la Constitución del 78, y estos "pringaos", que serán muy fachas pero que no dejan de ser unos pardillos, no van a pasar de 50 diputados. La propuesta les quedará muy antisistema, pero no es menos cierto que a los fachas de hoy les gusta integrarse de pleno en el sistema. Una vez que pillan butaca no dudan en beneficiarse de las prebendas del establishment. Porque hay que reconocer que son fachas pero no gilipollas, y la pela es la pela.
Cuando se puso en marcha el Ingreso Mínimo vital, en Vox estuvieron en contra alegando que la prestación social era una “paguita clientelar y para menas”. No podía faltar, aparte de su racismo declarado, unas dosis de aporafobia. Si ya nos parece sorprendente que gente con ingresos justos voten por el PP, sorprendente es que existan personas similares votando a Vox.
Resulta también paradójico ver a Abascal vestido con ropa militar, después de que nos enterásemos de que se escaqueó de hacer el servicio militar. Mucho no le gustarían los uniformes cuando de joven huyó de ellos como la peste. Son patriotas de banderita y para de contar.
Abascal payaso fascista ,pedazo vago trabaja coño --
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