martes, 9 de diciembre de 2025

Porqué hay que votar

María Guardiola (PP) Ángel Pelayo (Vox)

En Extremadura nos acercamos a otras elecciones autonómicas, las últimas fueron en 2023, hace dos años. Como María Guardiola no conseguía que Vox le aprobara los presupuestos, la presidenta extremeña decidió convocar otros comicios para salir del bloqueo institucional. En la última cita electoral votaron el 70,35% del censo extremeño, por lo que la abstención fue del 29,65%. No hay duda de que es una participación encomiable en un proceso electoral. Para espanto de algunos puristas.

Cada vez que se acercan unas lecciones nos encontramos con personas que dicen que ellos no van a votar. Y están en su derecho, lo que no tienen derecho los abstencionistas es en reprochar nada a las personas que sí votan. Lo dos grupos tienen total legitimidad en sus decisiones electorales, tanto los votantes como lo abstencionistas.

En los años 90, en una de las tertulias de Antena 3, Anguita aseguraba que en España no existe la democracia, y acto seguido matizaba que: "Yo prefiero esto a cualquier tentación autoritaria, dogmática, o de dictadura... Porque por esto se luchó. Esto pasaba en los 90 del siglo XX, pero en el siglo XXI todo continua igual o peor". Cierto, las democracias occidentales son una gran farsa, desde Estados Unidos hasta la Unión Europea. ¿Entonces para que votar?

Aquí Anguita, cuando ya estaba jubilado, nos explica porque las personas progresistas debiéramos de votar, porque "la derecha va a votar como un solo hombre". Es decir, los votantes de derechas en la elecciones tienen muy claro a quien votar. fíjense que M. Rajoy ganó dos elecciones estándo imputados por la Gürtel.

Miremos a Estados Unidos y a Trump. Si Joe Biden era un horror, que lo era, Donald Trump es infinitamente peor, y ha convertido Estados Unidos en un país muy peligroso racialmente hablando. Por no hablar de su asedio militar a Venezuela. Quiero explicar que aunque las democracias liberales hoy sean un truño, si la extrema derecha llega al Gobierno el truño es cien veces peor. Por eso la gente progresista tiene que votar

No votar es más improductivo que votar. En las últimas elecciones generales votaron el 66,59%, lo cual significa legitimidad en las urnas para el sistema del 78. O sea, las campañas abstencionistas de grupúsculos como el MCRC o la JDE, son un brindis al sol y resultan patéticas en el régimen del 78. Y como se ha demostrado en EE. UU. los sistemas electorales uninominales, no son garantes de auténtica democracia y menos cuando las campañas se financian con dinero de las oligarquías capitalistas. Bien es sabido que el que paga manda.


Las encuestas no le dan la mayoría absoluta a Guardiola por lo que se verá abocada a pactar de nuevo con Vox, partido que obligó a Guardiola a derogar la Ley de la Memoria Democrática en Extremadura, sustituirla por la Ley de Concordia, que según escribían en El País...

... En calidad de nieto de represaliado y miembro del movimiento memorialista, el historiador Ángel Olmedo estuvo presente en mayo pasado en la Asamblea extremeña durante el debate de la nueva ley. Sentado en la tribuna junto a otros familiares de víctimas e implicados en las asociaciones, escuchó cómo un diputado de Vox se refería a ellos como “rojos apesebrados”, un episodio que para Olmedo es síntoma del mismo problema que la ley: el auge de un “revisionismo franquista” que abarca desde los mínimos de respeto a los herederos de los perdedores de la guerra hasta la visión sobre la República, el golpe, la guerra y la represión. “La idea que traslada la ley es que hubo una guerra entre hermanos en la que todos fueron culpables por igual, en una equidistancia que, además de la verdad histórica, ignora que los muertos en la zona republicana ya fueron objeto de reconocimiento”, explica Olmedo, coautor junto a Chema Álvarez de Extremadura contra el olvido (Jarramplas, 2025).

Esa ley de “concordia” que solo menciona una vez el franquismo —y para decir que “nunca ha habido un relato consensuado” sobre el mismo— se ha aprobado en una tierra en la que la represión franquista alcanzó cotas brutales. “La crueldad y las razias fueron recurso corriente”, se lee en La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz (Crítica, 2017), del historiador Francisco Espinosa. Olmedo recalca: “En Extremadura no hubo guerra, hubo un ejército de ocupación experimentado en el norte de África entrando a sangre y fuego en cada pueblo en su avance por Badajoz. En cuanto a Cáceres, quedó casi en su totalidad bajo control de los rebeldes desde los inicios del golpe de Estado. Allí lo que hubo es represión pura y dura”. El País...👈

 

 Santiago Abascal se vino a hacer campaña a Extremadura y se disfrazó de cacique en el Parque Natural de Cornalvo. Me recuerda a los caballistas de la Guerra Civil: partidas que organizaban los señoritos para cazar rojos. Avisados estamos todos del peligro involucionista cuando el PP llegue a la Moncloa de la mano de Vox.

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