martes, 29 de marzo de 2011

Memoria Histórica en el 79


                Cuando se aprobó la ley de memoria histórica con los votos del PP en contra, ya se empezaba a vislumbrar el talante franquista de los populares, sin embargo
esto lo escribió Aznar en el 79:
      "Vientos de revancha son los que parecen traer algunos de los ayuntamientos recientemente constituidos. El de Guernica aprueba por unanimidad retirar la medalla de la villa, así como todos los honores concedidos por  al anterior jefe del estado, que aunque moleste a muchos gobernó durante 40 años y se llamaba Francisco Franco (...). En Coslada (Madrid)  las calle dedicadas a Franco y a José Antonio lo estarán a partir de ahora a la Constitución. En Valencia la Plaza del Caudillo pasará a llamarse de “País Valencia”. Y no hemos hecho nada más que empeza"r.

      Esto lo escribía en La Nueva Rioja con el título “Vientos que destruyen” el nueve de mayo de 1979. Ya apuntaba maneras el “Jovencito” Aznar. ¿ Porqué se extrañaba Aznarín de que el ayuntamiento democrático  de Guernica le retirara los honores al dictador? Pero ¿cuál era ese honor por el que recibió la medalla? Talvez haber enviado a la legión Condor para que a base de bombas incendiarias destruyesen por completo Guernica. Un gran honor, si señor, un gran honor.

         Jaime Mayor Oreja en una entrevista que concedió a la Voz de Galicia afirmó :
 
¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron con normalidad y naturalidad? 
      No, señor Oreja, hubo muchas familias que la venganza fascista dejó en la más mísera pobreza, y lo que es peor, la venganza fascista dejó huérfanos a miles de niños, dejó a maridos sin mujeres, y a mujeres sin maridos; a niños sin abuelos, sin tíos, sin amigos y sin esperanza.

      El video que he subido vemos como los ayuntamientos cambiaban los nombres franquistas por los que tenían antes de que el dictador impusiera su santa voluntad en la nomenclatura del callejero español, pero esta vez lo hacían democráticamente.

      Franco como muy bien decía, impuso un estado totalitario; sin democracia, sin libertades (Franco manda y España obedece). Franco convirtió España en un inmenso cuartel, en una inmensa cárcel, en un país corrupto, donde responsables de prisiones se enriquecían gracias al  estraperlo con los alimentos destinados a los presos que atestaban las prisiones fascistas. Debido a esta actitud perversa y criminal, la mortandad en las prisiones era muy elevada, ya ven, a los asesinatos en las tapias de los cementerios, hay que añadirles los muertos de hambre y enfermedades en el corrupto sistema penitenciario de régimen caudillista

jueves, 24 de marzo de 2011

Recuperando el pasado


      Corría el año 1979 y familiares de asesinados por el fascismo se reunían para honrar a sus muertos, pero a pesar de que el dictador había muerto hacía cuatro años las autoridades ¿democráticas? seguían sin reconocer la limpieza (masacre) ideológica que la dictadura  llevó a cabo durante cuarenta años.
    
      Han pasado 31 años de estas imágenes, pero si no fuera por la ropa que usan sus protagonistas se podría decir que el vídeo fue grabado ayer; han pasado 31 años y seguimos reclamando justicia, ojo, justicia; que no venganza. 
      
Si ven detalladamente el vídeo observaran como una señora indignada dice que fue educada en un sistema de no querer revancha, pero que quiere que quede constancia que los hombres que metieron aquí (fosas comunes de la Barraca) no fueron perros. Otro de los protagonistas del vídeo nos cuenta que  al ir al juzgado a por papeles para reclamar una pensión de viudedad, le dicen que en la Rioja no se fusiló a nadie; es cierto los republicanos no fusilaron a nadie, todo lo contrario a los fascistas que asesinaron a 2000 personas.
      
      El franquismo seguía negando la matanza, sus libros de historia así lo acreditaban. Su historia falseada y manipulada quería dotar de legitimidad la dictadura franquista.
      
      En la actualidad el neofranquismo ya no puede negar las evidencias, una vez corregida la historia, tienen que reconocer que las cunetas están llenas de muertos republicanos, pero como ellos también mataron pues  están bien en donde están, que los entierren si quieren, pero sin ley de memoria histórica (palabras de Fraga). Otros neofranquistas nos dicen que con el dinero que se gastan en la memoria histórica se podrían arreglar muchas cosas, otros se oponen rotundamente a que retiren toda la simbología franquista, diciendo que el agulicho franquista era constitucional, o, que ese escudo pertenece a los Reyes Católicos. Ciertos neofranquistas nos dicen que la historia de España no hay que ignorarla y que las estatuas del dictador deben quedarse en su lugar. Esos mismos neofranquistas  que se alegraron cuando vieron como destruían la estatua de Saddam Hussein.  
      
      Franco se sentía heredero de los grandes faraones y de los grandes reyes conquistadores. Se construyó  un mausoleo en Cuelgamuros que nos recuerda por su simbolismo a las grandes pirámides egipcias, es curioso, hasta contó con mano de obra esclava igual que los faraones; sembró España de estatuas con su efigie; su egocentrismo no tenía lugar a dudas.


      Los neofranquistas nos hablan de una España reconciliada, se equivocan de adjetivo, cambiemos la palabra reconciliada por masacrada, por atemorizada, por vejada, por exiliada. No solo tenemos que mirar al lado derecho, también había un lado izquierdo al que intentó anular durante 40 años a base de represión y venganza. Quiso deshacerse de todo lo que no le gustaba, de todo lo que le resultaba incomodo y, para ello, no dudó en asesinar y encarcelar a sacerdotes vascos. ¿Qué hacía la iglesia mientras sucedían estos hechos? ¿Qué hizo el Papa ante esta persecución de esos sacerdotes? Miró para otro lado. Muchos curas asesinados en la guerra civil han sido beatificados por la persecución que sufrieron, pero estos mártires del país Vasco ni están ni se les espera. ¿Acaso ellos no sufrieron persecución?
      
      La maquinaria "legal" del aparato franquista reprimía con extrema dureza, y fue activada en el 39 con la ley de Responsabilidades Civiles, y más tarde en el 40 con la Causa General, esto convirtió a los "piadosos curas" en unos aplicados investigadores del pasado ideológico y político de los españoles. con los expedientes que realizaban, mandaron a muchos desdichados a las tapias de los cementerios, para acabar después en una de las miles de fosas comunes que aún todavía (parece mentira) hay repartidas por la geografía española. Con estas intervenciones, la iglesia se involucró activamente en el aparato represor franquista. La violencia que ejercieron los vencedores sobre los vencidos fue abalada y alabada por la iglesia, y todavía hoy en día siguen sin condenar el franquismo.

jueves, 17 de marzo de 2011

Legitimidad republicana.


      El problema de las huelgas revolucionarias, de que los anarcosindicalistas tuvieran reacciones violentas, del anticlericalismo etc, no hay que buscarlo o achacarselo directamente a la  República; son conflictos que ya en el siglo XIX provocaron muertes e incendios de locales religiosos. A primeros de siglo XX esos problemas se acrecentaron y agravaron. España llevaba un atraso de cien años con el resto de Europa. Las monarquías españolas no supieron llevar las rienda del país. Las jornadas interminables de sol a sol por los sueldos miseros y los altos precios de los alimentos básicos hicieron que la clase obrera española se sintiera engañada maltratada, por eso no es de extrañar que en el conflicto armado del 36 muchos se quisieran tomar la justicia por su mano, cosa reprobable efectivamente pero comprensible a la vez. ¿Se imaginan ustedes que a pesar de trabajar de sol a sol su sueldo a penas le diera para comer? pues así había millones a principios del siglo XX y, si apenas le daba para comer, imagínense para calentarse comprar ropa o simplemente para mandar a sus hijos a las escuelas
El odio cerril que existía contra los caciques, señoritos, el clero; al que se le relacionaba directamente con la clase pudiente, se vio reflejado en la guerra Civil Española.
Al frente Popular se le culpa directamente y sin matices de la represión republicana pero muchos sabemos que los grandes dirigentes como Azaña o Indalecio Prieto les entristecía profundamente las barbaridades perpetradas en nombre de la República.
Les voy a poner dos ejemplos de como los dirigentes del Frente popular se opusieron a tales barbaridades.
      En Fuente de Cantos más de 50 derechistas fueron encerrados en una iglesia,. 12 de ellos murieron, algunos por asfixia, otros por disparos y la mayoría de ellos calcinados. ¿Pero que fue del resto? El alcalde del Frente Popular José Lorenzana Macarro, calmó a la muchedumbre y dio protección a los presos derechistas, pero esta buena acción le fue recompensada CON UN PELOTÓN DE FUSILAMIENTO. En Badajoz los hermanos Pla se opusieron al asesinato de presos derechistas, y fueron recompensado del mismo modo. También está el famoso caso del Ángel Rojo; el anarquista Melchor Rodríguez, que paró las matanzas en Paracuellos.
      La República cuando logró hacerse más o menos con el control de la represión (tarea nada fácil) casi desaparecieron los asesinatos. No se puede decir lo mismo de los franquistas, por ejemplo: en Cantabria, Galicia, la Rioja, Navarra, Ceuta y Melilla. no hubo victimas de la represión republicana, sin embargo, la represión fascista bien que se dejó caer por las comunidades autónomas anteriormente citadas. Yo me pregunto ¿Qué delito estaban castigando? ¿Qué falta tan grave habían cometido esos pobres desdichados? Ninguna, simplemente creer en la legalidad republicana y, es que ese era motivo suficiente para acabar acribillados en las tapias de cualquier cementerio...

martes, 15 de marzo de 2011

Fascistas antidemócratas


         En el vídeo de la entrada anterior (Desmontando a Pío Moa) este publicista franquista dice una frase que es para desternillarse de risa:

“La democracia viene del franquismo, no del antifranquismo”

      No me negarán que este señor no es digno del club de la comedia. En el video que aparece en esta entrada vemos muy claro la “democracia” que viene del franquismo. Seguro que más de un neofranquista se les ponen los pelos de punta cuando vean estas imágenes, cuando vean ese desfile paramilitar, que por cierto, que mal desfilan; cuando oigan a esos lideres fascistas decir esa cantidad de burradas antidemocráticas. Hay uno de ellos que es el que más me hace reír, bueno dos, fíjense detenidamente; uno es José Evaristo Casariego y el otro José Antonio Girón, apodado el León de Fuengirola, que fue ministro de trabajo desde 1941 a 1947 y estuvo vinculado al golpe de estado de Tejero.
      Esa es la democracia que viene del franquismo. El franquismo fue antidemócrata y anticonstitucional toda su vida, y los franquistas querían que siguiera siendo así
 Sr Moa cambie ese discurso obsoleto antimarxista y cálmese un poco hombre, que me recuerda al León de Fuengirola. La democracia tuvo que llegar porque después de 40 años de dictadura la gente estaba ya harta de tanto franquismo y de tanto nacionalcatolicismo. Fueron legalizados los partidos políticos y comenzó el proceso de las autonomías que tanto horrorizaba a los fascistas. Sr Moa la democracia viene de la izquierda. Por mucho que fastidie al señor de los Martillos la verdad es esa y no otra.

domingo, 13 de marzo de 2011

Desmontando a Pío Moa


      En España se lee poco y mal. Poco, las estadísticas cantan. Mal, porque parece mentira que entre los libros más vendidos se encuentren los de Pío Moa. Será que mister Aznarín le echó un cable cuando dijo aquello de que iba a convertir en lectura de verano los libros de este exterrorista. Sr Aznar, cuidado con lo que leemos que se le ve su vena falangista.
      El sr. Aznar nos quiso engañar en su primera legislatura calzándose el disfraz de centrista al reivindicar la figura de Azaña. Cuando alcanzó la mayoría absoluta, en el 2000, nos mostró su verdadera cara y nos metió en una guerra que solo quería el 8% de la población (el mismo tanto por ciento que cree que Elvis sigue vivo), después se quejaron de perder las elecciones y crearon la teoría de la conspiración del 11 M. Otra vez vuelven a la carga desempolvando dicha teoría conspirativa, después de que Rajoy diera como bueno el resultado del juicio reconociendo la autoría de ETA.
      Volviendo a Pío Moa, el video que he rescatado de Youtube debería hacer sonrojar a Aznar por haberle dado su apoyo intelectual. Las afirmaciones que hace Pio Moa son de frenopático .
      “Franco venció a una revolución. No había democracia entonces”

      “Franco libro a España de la II guerra mundial”.

      “ La democracia viene del franquismo”.

      “ Dejó un país próspero y reconciliado”.

      “ Consiguió el periodo de paz más largo que existe en la historia de España”.

      No me negaran que este tío está como una chota. ¡Pero si esto es lo que llevan diciendo toda su vida los Ricardo de la Cierva y similares! Pío se ha dedicado a plagiar todos los libros franquistas habidos y por haber.
      Eso de que Franco libro a España de la II guerra mundial debería saber que su amigo Stanley G. Payne ha escrito un libro desmontando esa vieja teoría franquista. Y lo del país próspero que se lo pregunten a los miles de inmigrantes que se fueron a Alemania o a Francia. En mi casa tengo un ejemplo muy claro, mi padre tuvo que partir a Francia en busca de los “garbanzos” que en España no podía conseguir.
    ¿Un país reconciliado? O un país atemorizado. Si estaba tan reconciliado, ¿qué hacía el con su famoso “martillo” combatiendo el franquismo? ¿Porqué se creó la ETA y empezó a asesinar a diestro y siniestro? Los franquistas deberían saber que la ETA es la siniestra herencia de Franco.
      Sobre que Franco era un pacifista tengo que contenerme la risa y guardar la compostura. La guerra empezó en el 36 pero no acabó hasta la muerte del dictador, su régimen comenzó matando y acabó matando.

       

martes, 8 de marzo de 2011

Atado y bien atado


        Cuando algún fascista o algún historiador neofranquista metidos a bloggeros vea este fragmento de video dirán: “ya están otra vez estos pesados de la Memoria Histórica “mercadeando” con la desgracia ajena”. “Ya está otra vez el PSOE falseando la historia”. Como de costumbre se vuelven a equivocar, pero estos fanáticos nunca caen del burro y, vuelven con lo de siempre “Franco nos libro de algo peor”

      Este fragmento de video pertenece al documental El Rocío  que se exhibió por primera vez en 1980 en el festival de cine de Sevilla, en la sala Pathe. Se pudo visionar por todo el país excepto en Andalucía que no se exhibió hasta 1985.

      El director del filme Fernando Ruiz de Vergara fue demandado por los hijos del exalcalde primoriverista José María Reales Carrasco que, en este aterrador documental es acusado de la matanza realizada por los fascistas en Almonte. Cien personas; noventa y nueve hombres y una mujer.

      Fernando Ruiz de Vergara fue condenado con prisión y multa, y el video censurado (Parecía que el caudillo seguía vivo). Durante 1985 en las salas donde se podía visionar este magnífico film, durante ciertos momentos la pantalla se quedaba en negro y aparecía un rótulo central que decía: “supresión por sentencia de la segunda Sala de Tribunal Supremo de 3.4.1984 (solo faltaba otro rótulo que dijese Franco, Franco, Franco)

      Como observaréis el rótulo ha sido suprimido. En su lugar han quedado algunos cortes dando la sensación que la censura nunca existió. (Atado y bien atado). Cuando se trata de la violencia fascista siempre ha sido muy difícil demostrarla, y mucho menos pedir justicia; por eso me hace gracia cuando dicen que a partir de la vigencia de la ley de Memoria Histórica el PSOE está reescribiendo la historia. Vamos a hacer números. Desde 1980 hasta 2007 van 27 años de silencio del PSOE. Mientras la transición callaba se han escrito miles de libros contándonos la reciente historia española, denunciando el golpe de estado militar y las matanzas perpetradas por los africanistas.
      
      En la próxima entrada editaré otro video sobre las fosas comunes. Hay una muy famosa en la Rioja que ya en el 79 trajo de cabeza a los franquistas. Se trataba de ocultar, de negar la matanza que llevaron a cabo los fascistas en esa región. El video está rodado como he dicho antes en el año 1979. ¿Ya estaba el PSOE rescribiendo la historia?

sábado, 5 de marzo de 2011

La República era constitucional el franquismo no

Q










Dicen que la bandera republicana tricolor es ilegal, inconstitucional y preconstitucional, y que la bandera franquista del “Aguilucho” si es constitucional. ¿Quién dice esto? La caverna fascista-franquista quién va a ser si no.


Para empezar diré que en España, gracias a la democracia, ninguna bandera es ilegal; ni la del “pollo” ni la republicana, sin embargo durante toda la dictadura si ondeabas una bandera tricolor te enviaban al paredón y, eras asesinado sin contemplaciones, por lo tanto, relacionar la bandera fascista con la constitución me parece esperpéntico.

Es cierto que desde el año 1978 al año 1981 en los ejemplares de la constitución recién aprobada(durante la dictadura no había constitución, había una “cosa” que se llamaba las leyes del reino) aparecía el águila que tanto gusta a la caverna fascista (atado y bien atado). A partir del año 1981, más concretamente el   5 de octubre apareció una ley (33/1981) por la que se instaba a todos los organismos oficiales retirar todos los escudos franquistas.

“Primera. Los distintos organismos públicos que utilicen el escudo de España dispondrán de un plazo máximo de tres años para sustituir el escudo hoy en uso.

Segunda. Se mantendrán los escudos existentes en aquellos edificios declarados monumentos histórico-artísticos. Igualmente se mantendrán en aquellos monumentos, edificios o construcciones de cuya ornamentación formen parte sustancial o cuya estructura pudiera quedar dañada al separar los escudos”.

En el 2007 el congreso de los diputados aprobó una ley (55/2007) que obliga a retirar todos los símbolos franquistas. Aunque a paso de tortuga algo hemos avanzado.

 Que aparezca el águila franquista en algunos ejemplares de la constitución debemos atribuírselo  a una transición miedosa o cautelosa, como ustedes prefieran.. Con Franco cualquier tipo de constitución brillaba por su ausencia, y no fue hasta tres años después de su muerte cuando se aprobó la última constitución española., así que lo del aguilucho constitucional debería ser desterrado del imaginario franquista, ya que el franquismo fue inconstitucional durante toda su vida.. Por el contrario la bandera tricolor republicana sí defendía una constitución y una democracia. Democracia donde había elecciones, ganaban, las derechas... las izquierdas... con el franquismo perdió la izquierda, perdió la justicia, perdió la democracia, y comenzó el genocidio.

  El 27 de junio de 2010 el Parlamento Europeo decidió retirar el ejemplar de la Constitución Monárquica de 1978, que se exponía junto al resto de constituciones europeas. El documento original fue un regalo realizado en 1996 durante el gobierno de Aznar por el propio Congreso de los Diputados de España.
La decisión de la retirada fue adoptada por el Comité Artístico del legislativo europeo al comprobar que los símbolos con los que se aprobó la Carta Magna son los mismos que los utilizados por las instituciones franquistas, como el Águila de San Juan, el yugo y las flechas y el lema “una, grande y libre”.





jueves, 3 de marzo de 2011

Terrorismo Fascista.



Se ha hablado largo y tendido durante mucho tiempo sobre el impuesto revolucionario  con que los fascistas etarras extorsionaban a los empresarios vascos; pues bien, en la España del 36, otros fascistas se les adelantaron. El documento que publico acredita tal barbarie, y dice así.

       La comisión constituida para reunir fondos necesarios
        para el sostenimiento de las milicias de la Falange, que
       tan importante servicio prestan de guarnición y vigilancia
       nocturna en esta villa, y para cooperar al triunfo del ejército
       que representa la salvación de España de manos del 
       comunismo ruso: ha estimado procedente señalar a us -
        ted  para dichos gastos la aportación de la cantidad de 
        75  (setenta y cinco) pesetas, que deberá ingresar en 
        el plazo de tres días, y por cuyo pago   quedaremos 
        muy reconocidos.

                                                 Villafranca, 28 de agosto de 1936
                                                  Por la comisión, el alcalde,
                                                     
                                                  Enrique Gómez.

Más claro el agua. Ese quedaremos muy agradecidos significaba no salir por la noche  con destino a alguna tapia de un cementerio. Cuando se quedo sin dinero este pobre desdichado, podéis imaginar donde acabó. En el 2002 su cuerpo fue exhumado de una fosa de las que tantas nos legó el franquismo.

Decían luchar por la justicia y por la libertad. ¿Pero que justicia y que libertad hay en cualquier régimen dictatorial? ¿Qué justicia puede haber cuando después de la guerra se seguía matando impunemente después de celebrar juicios farsa?

El régimen franquista se impuso por las armas. Hitler, llegó al poder mediante las urnas, pero franco escogió un camino más tenebroso; desencadenó una guerra fraticida que produjo una barbarie nunca antes vista en España. Los revisionistas nos dicen sin ningún rubor que Franco evitó un genocidio. Se confunden como siempre, quieren llevar la historia a su terreno para defender lo indefendible. Franco es el culpable del mayor genocidio ocurrido en la península Ibérica. Si el infierno existiese ahora tendría que estar consumiéndose en el fuego eterno, pero eso son pamplinas; más bien se habrá
.reencarnado en una rata de alcantarilla, en una hiena, o  tal vez en una cucaracha. Perdón si ofendo a los defensores de los animales.



Franco y su ley de Memoria Histórica.

Fascistas honrando a sus muertos
Camposanto de Paracuellos


¿Porqué ahora no quieren que se honren a las victimas republicanas?




Franco inventó la memoria histórica


El dictador encargó censos de desaparecidos y exhumaciones desde 1936. El BOE prueba su preocupación por honrar (sólo) a su bando


La Ley de Memoria Histórica la inventó un dictador, Francisco Franco, cuando sólo era un general golpista. No la llamó así, pero no hay, en el texto arrancado con esfuerzo a las fuerzas democráticas en 2007, nada que el Caudillo no hubiera hecho 70 años antes. Fue Franco el primero en pedir un censo de desaparecidos de la guerra; el primero en encargar a un grupo de expertos un protocolo de exhumación, y el único en preservar por ley las fosas comunes para que no se construyera sobre ellas. Todo únicamente para las víctimas de su bando.


Así se lee en la fuente más fiable posible, al menos, la más oficial. Múltiples leyes, decretos y órdenes publicadas en el Boletín Oficial del Estado dan cuenta, desde casi el principio de la contienda, en 1936, de la preocupación de Franco no ya por ganar la guerra, sino por honrar a sus víctimas. Así lo han constatado cuatro investigadores de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) tras dedicar más de 400 horas a bucear en una fuente tan generosa como inabarcable. "Sólo hemos podido arañar el BOE analizando algo más de 3.000 páginas", reconoce Carlos Agüero, coordinador de la investigación.


en abril de 1940, el Ministerio de la Gobernación ordenó a todos los Ayuntamientos que adoptaran "medidas que garanticen el respeto a los lugares donde yacen enterradas las víctimas de la revolución marxista". Y explicaba: "Con el fin de evitar posibles profanaciones y guardar el respeto debido a los restos sagrados de los mártires de nuestra Cruzada, los Ayuntamientos acotarán y cerrarán, de modo provisional, pero que reúna las precisas garantías de seguridad, aquellos lugares en donde conste de manera cierta que yacen restos de (...) asesinados por los rojos".


Y para los casos en que nada de lo anterior fuera suficiente, Franco estableció medidas drásticas: "Para defender este camposanto (Paracuellos)", recordaba un decreto de marzo de 1951, "fue desviado en 1941 el torrente de San Miguel, afluente del río Jarama, y se llevó a cabo una variante de la carretera provincial de Barajas a Fuente el Saz".


La factura de la guerra


Franco fue tan generoso con las víctimas de su bando como cruel con las del contrario. Mientras concedía "medallas al sufrimiento por la patria" y pensiones vitalicias a unos, vaciaba por completo las casas de otros. Primero, de gente, llevándose a padres y maridos republicanos a cárceles o fosas comunes. Y después, de todo lo que les quedaba, arrebatando a los supervivientes su profesión y sus bienes. De hecho, lo uno hubiese sido imposible sin lo otro.


Franco empezó a conceder ayudas y pensiones a sus víctimas en 1936. ¿De dónde salía el dinero? En 1937, Franco estableció por ley el procedimiento para la incautación de "bienes pertenecientes a las entidades de carácter político", esto es, todos los partidos e instituciones democráticas. Después lo hizo familia a familia. "Se juzgó incluso a personas ya muertas para poder requisar sus bienes y pagar la factura de la guerra". -Público-

miércoles, 2 de marzo de 2011

Algunos historiadores pierden el norte...

ASESINADOS EN LA MATANZA DE BADAJOZ






CRÍTICA AL PROGRAMA DE TVE SOBRE LA MEMORIA HISTÓRICA

Artículo de Vicenç Navarro, 22 de octubre de 2010


Este artículo analiza críticamente el documental de TVE sobre la Memoria Histórica que se basa en entrevistas a José Álvarez Junco, Javier Pradera, Santos Julià y Julián Casanovas. El artículo argumenta en contra de las tesis sostenidas en el documental de que una vez enterrados los desaparecidos es importante cerrar el capítulo de recuperar la memoria histórica y dejar de exigir responsabilidades por los asesinatos y crímenes cometidos por los vencedores de la Guerra Civil. El artículo sostiene que la recuperación de los desaparecidos conlleva la recuperación de su memoria y la corrección de la historia de nuestro país, que continúa promoviendo la visión de que lo que llaman erróneamente “los dos bandos” compartieron las responsabilidades de lo acaecido. La limitada democracia española requiere una corrección de la historia de España, para que ésta esté basada en los valores democráticos que la mayoría de los desaparecidos defendieron.




Televisión Española ha presentado un documento, “Tengo una pregunta para mi: vivimos en deuda con el pasado?”, que consiste en cuatro entrevistas a cuatro personas a las que se les pregunta su opinión sobre lo que ha venido a llamarse en España “recuperación de la memoria histórica”. Los entrevistados son José Álvarez Junco, una de las personas que escribió la ley conocida por tal nombre; otros dos son Javier Pradera y Santos Julià, que han sido muy críticos con aquellos sectores de las izquierdas que quieren recuperar la memoria de los vencidos, exigiendo responsabilidades; y Julián Casanovas, historiador que critica lo que él define como intento de politizar la memoria, hecho que considera criticable, pues cree que se debiera dejar tal labor de recuperar y conocer el pasado a los historiadores.

Todos ellos expresan preocupación por como se está llevando este proceso, atemorizados de que pueda desembocar en unas tensiones que consideran innecesarias e improductivas. Piden que se encuentre a los muertos desaparecidos y, si sus familias así lo desean, los entierren y se les honre. Pero están preocupados por que este proceso se desmadre y vaya ahora a reavivar lo que ellos llaman “los fantasmas de la Guerra Civil”. Creo que ésta es también la postura del gobierno socialista y la del mayor partido de la oposición, el PP. Antes de expresar mi desacuerdo con tales posturas, creo justo intentar resumir la postura de cada uno de los entrevistados.







De los cuatro entrevistados, el más interesante y más sorprendente considero que es José Álvarez Junco. Éste explica que cuando la Oficina de la Presidencia del Gobierno de España le pidió que escribiera la Ley (como miembro de una Comisión encargada de prepararla) se le instruyó que hiciera una ley que satisficiera tanto a los descendientes políticos de los vencedores, como de los vencidos. Era una ley, según le dijeron en Presidencia, “para cerrar heridas”, aceptable por parte de los dos bandos. (Por cierto, un elemento común en las respuestas de los cuatro entrevistados, es que todos definen lo que llaman la Guerra Civil como una guerra entre dos bandos, definición que no comparto y a la cual me referiré más tarde). La ley, por lo tanto, tenía que satisfacer tanto a las derechas (al PP), como a las fuerzas democráticas herederas de las que existieron en las Cortes Republicanas y de las que lucharon contra la dictadura, de las cuales las izquierdas eran la gran mayoría. No era, aclara José Álvarez Junco, una ley de la memoria histórica, sino una ley de reconocimiento a las víctimas de los dos bandos de la Guerra Civil y de la dictadura. Ahora bien, este reconocimiento tenía límites, según José Álvarez Junco. El nuevo estado democrático –dice él- era continuista del estado anterior, y por lo tanto no podía anular juicios aprobados por el estado anterior. Es más, de hacerlo tendría que conllevar pagos, compensaciones y reivindicaciones que el nuevo estado no estaba dispuesto a realizar.




or lo demás, José Álvarez Junco considera el mandato que había recibido de la Comisión suficientemente complejo como para desanimarle a ir mas allá de reconocer a las víctimas, pues ello nos llevaría a considerar cuál es la memoria, de las muchas que hay, que merece ser recuperada. De ahí que la mejor solución era dejar tal decisión a las familias de los desaparecidos y que éstas –las que así lo desearan- recuperaran la memoria de sus seres queridos. Por otra parte -añade José Álvarez Junco- no es fácil definir quién es una víctima, o si la víctima merece el reconocimiento y/o el homenaje ¿Es, se pregunta José Álvarez Junco, merecedor de reconocimiento como demócrata un maquis comunista, cuando - según José Álvarez Junco- tal maquis intentaba establecer una dictadura estalinista?

Creo haber resumido correctamente las posturas de José Álvarez Junco. Y, repito, considero sorprendente que el gobierno socialista español quisiera hacer una ley en la que se intentara honrar a las víctimas y a la vez satisfacer a los victimizadores. Incluso numéricamente, los golpistas crearon muchas más víctimas que los que defendieron la República Democrática y lucharon más tarde para reinstaurarla de nuevo, incluyendo, por cierto, el partido Comunista y los maquis. Como bien ha documentado el Catedrático Josep Fontana, el Partido Comunista tenía como objetivo restablecer la democracia parlamentaria existente durante la República. Es más, las víctimas de los republicanos no hubieran existido si no hubiera habido un golpe militar que desencadenó toda la violencia. Considerar como un proyecto factible el desarrollar una ley de reconocimiento que satisfaga por igual a vencedores y vencidos asume erróneamente que lo que ellos llaman los dos bandos comparten las mismas responsabilidades en lo ocurrido en aquel periodo de nuestra historia, lo cual es obviamente falso. Una recuperación justa con homenaje a las víctimas, lleva inevitablemente a denunciar a los vencedores. De ahí la continua oposición a tal proceso por parte de sus sucesores. Creer que se puede satisfacer a vencedores y vencidos es asumir y reproducir esta imagen tan generalizada hoy en España, de que la mal llamada Guerra Civil era una lucha entre dos bandos que, llevados por ideologías extremas (como subraya Julián Casanovas), cometieron barbaridades, que es importante recordar y conocer para no reproducirlas en el futuro. Pero la realidad, fácilmente documentable fue distinta.






En realidad, lo que se requiere no es sólo la recuperación de la memoria de los vencidos, sino la corrección de la historia que se ha enseñado a la juventud en este país. José Álvarez Junco indica que ha habido “silencios” sobre la historia de España. Pero, por lo visto, no se pregunta porque ha habido tales silencios. En realidad, estos silencios se deben precisamente al enorme poder que los sucesores de los vencedores tienen todavía sobre el estado español continuista del anterior y sobre la sociedad. ¿Cómo se explica que los primeros documentales que se presentan en la televisión española (el medio de educación popular más importante del país) sobre las atrocidades del franquismo (documentales como “Els Nens Perduts del Franquisme”), sin acompañarlos de los “horrores” cometidos por el otro bando (como siempre había ocurrido) no se hiciera hasta casi un cuarto de siglo después de que se inaugurara la democracia?

La función de este silencio es reproducir la versión “oficial” que se enseñó durante muchos años, que fue transformándose desde presentar a los golpistas como los buenos, a la versión existente hoy de que no hubo ni buenos ni malos, pues los dos bandos eran culpables. Esta versión de los dos bandos es la versión “oficial” que adquiere su relevancia, no por sanción del estado, sino por la ausencia de otras versiones que la cuestionen, al estar excluidas en los mayores medios (incluyendo los públicos) de información y persuasión.

José Álvarez Junco niega que haya una “historia oficial” y tampoco desea que exista. Ninguno de los cuatro entrevistados quiere hacerla, denunciando a aquellos que lo desean. Si visitan cualquier país democrático verán, sin embargo, que en las escuelas públicas se explica una única historia, resultado de unos valores democráticos definidos por las instituciones representativas gobernadas por las fuerzas democráticas. En cualquier país democrático, los libros de texto en las escuelas son aprobados por los representantes de la población. Y, en su mayoría, promueven valores democráticos, incluidos en la versión de sus historias. En España, los silencios son reflejo del miedo y/o el deseo de no mirar atrás, pues el estado actual es, como José Álvarez Junco reconoce, un estado continuista de un estado dictatorial basado en un golpe militar. De ahí el énfasis en no mirar al pasado, pues este no mirar al pasado es una manera de silenciar una visión democrática de nuestro pasado, promoviendo así indirectamente la versión de los dos bandos que comparten responsabilidades en lo acaecido. Pero este silencio también tiene su función, según Álvarez Junco: permitir la convivencia entre los herederos de los dos bandos, cada uno con su propia memoria.






Los argumentos de Javier Pradera. “Para tener la paz tenemos que aceptar la injusticia”.
Pero esto nos lleva a Javier Pradera, cuya mayor tesis es que debemos aprender a convivir con nuestro pasado tal como han hecho otros pueblos, como el americano o el francés. Javier Pradera se refiere, por ejemplo, a la Guerra Civil de EEUU, que todavía hoy perdura en el memorial de aquel país. En realidad, Pradera señala que aquella guerra fue muy semejante a la Guerra Civil española. De ahí que debiéramos aprender de EEUU a cómo convivir con el pasado y su memoria. Creo conocer bien EEUU, al haber vivido cuarenta años de mi exilio en aquel país, y conozco su historia, incluida su Guerra Civil, la cual, por cierto, tiene muy pocas semejanzas con la Guerra Civil española. Pero independientemente de sus semejanzas o diferencias, el hecho que Javier Pradera parece ignorar es que en la Guerra Civil de EEUU los buenos ganaron. No así en España. En EEUU, la bandera confederada de los vencidos y sus símbolos fueron prohibidos durante muchos años, la estructura económica de los vencidos fue destruida (con la abolición de la esclavitud) y los valores republicanos representados por el Presidente Lincoln, dirigente de los vencedores, fueron promovidos activamente en el sistema educativo de aquel país. No así en España, donde no vencieron los demócratas.

Lo mismo ocurrió en Francia, con la Revolución Francesa, que Javier Pradera presenta también como una Guerra Civil semejante a la nuestra. En aquel conflicto francés, los buenos ganaron. Y los valores de los vencedores fueron clave para establecer los regímenes republicanos en Francia y también, por cierto, en Europa. De nuevo, no así en España. Es más, estos mismos valores de la Revolución Francesa fueron los que la resistencia anti-nazi francesa (en la que lucharon muchos antifascistas españoles), salvó con la derrota del Régimen de Vichy, cuyos seguidores fueron severamente sancionados por el régimen republicano democrático, vencedor en aquel segundo conflicto. De nuevo, lo opuesto ocurrió en España.




Y ahí está la especificidad de España. Los malos ganaron y la democracia que resultó de la transición no fue una rotura, sino una adaptación, con la abertura a las fuerzas democráticas, pero dentro de un enorme desequilibrio en las relaciones de fuerza. Pradera admite que se han hecho enormes injusticias con los vencidos durante el proceso democrático, siendo el olvido uno de ellos. Pero lo considera necesario para mantener la paz. Pradera, con la arrogancia y tono insultante que le caracteriza, se refiere, con un tono condescendiente, a una presentación del Juez Garzón, indicando que Garzón hizo “el discurso predecible” cuando indicaba que “la Paz era imposible sin ir acompañada de Justicia”. La realidad, señala Pradera, es distinta. La Paz requiere, en muchas ocasiones, la perpetuación de la injusticia. Y lo ocurrido en España –subraya Pradera- es un ejemplo. Lo que Pradera confunde, sin embargo, es el significado de los términos utilizados en tal frase. Paz es mucho más que la ausencia de tiros en la calle. Existe violencia institucional en España, tanto dentro como fuera del Estado, violencia que ocurre en bases diarias con vencedores y vencidos. Y parte de esta violencia es la represión en contra de la memoria y de la historia de los vencidos. Es violencia negar a los vencidos (que fueron en su gran mayoría los defensores de la democracia) que su historia sea la historia de la democracia española, como también es violencia que en muchas partes de España exista todavía hoy miedo a recuperar esta memoria y es violencia que sea tan difícil encontrar a los muertos desaparecidos del lado de los vencidos, o que sea imposible llevar a los responsables de aquella violencia a los Tribunales. ¿De qué Paz habla Pradera?






Pero las consecuencias de la propuesta de Pradera de aceptar las injusticias tienen, incluso, un coste mayor para España, pues implica condenarla a una democracia sumamente incompleta y recortada, viviendo bajo el silencio. En el proyecto democrático es un enorme error abandonar la exigencia de que se conozca el pasado y se demanden responsabilidades por lo ocurrido, como bien exigía el juez Garzón en el enjuiciamiento del franquismo. En realidad, ha sido el conocimiento de las atrocidades realizadas por tal régimen el que ha ido concienciando a la población de la maldad de aquel régimen. Hoy, ya el 30% de los votantes del PP (el partido heredero de los vencedores) apoya el enjuiciamiento del franquismo, desaprobando la acción del Tribunal Supremo de condenar al Juez Garzón por su intento. Tal elevado porcentaje entre los herederos de los vencedores sería impensable hace sólo unos años. España no tendrá una democracia completa y madura hasta que no tenga una derecha democrática, homologable a la derecha europea (la cual ha denunciado al Tribunal Supremo por tal acto). De ahí la enorme importancia de que se conozca lo que fue el golpe militar y sus consecuencias, intentando en aquel proceso que el estado español deje de considerarse continuista del régimen dictatorial anterior y se defina como el heredero de la II República. Creo que ello ocurrirá, pero la labor es más dura y difícil que en otros países, porque aquí los que ganaron no eran los buenos. Pero para ello se requiere que los nietos y los biznietos de los vencidos (y muchos de los vencedores) presionen para que se conozca el pasado oculto y se exijan responsabilidades a los vencedores y a aquellos que gozan de privilegios heredados del golpe y de la dictadura. Sus valores democráticos así se lo exigirán.

Naturalmente que en esta recuperación de la historia de las fuerzas democráticas hay que incluir las luces y sombras de los vencidos. Pero estas últimas no pueden apagar el hecho de que eran los que llevaban razón, defendiendo mejor los intereses de la población y de su mayoría, las clases populares. Los aliados en la II Guerra Mundial cometieron atrocidades como el bombardeo de Dresden. Pero estas atrocidades no anularon el hecho de que los aliados tenían una superioridad moral sobre los nazis y el mundo ganó cuando vencieron aquel conflicto. La perpetuación y promoción de quienes son los buenos y malos es fundamental para fortalecer la cultura democrática, todavía poco desarrollada en España, lo cual me lleva a recuperar mi desacuerdo con el tercer entrevistado, Santos Julià.






Las memorias de Santos Julià
Santos Julià afirma que los dos bandos tienen sus propias memorias, lo cual es obvio y nadie cuestiona. Este no es el punto de debate. El punto de debate es qué memoria debe priorizar en el estado democrático en este momento, pues toda historia –conocimiento y comprensión del pasado- se basa en la memoria individual y colectiva, oral y escrita de la sociedad. En cualquier estado democrático, tal como he indicado anteriormente, el estado prioriza los valores democráticos que se transmiten en su historia. Y en España ello no ha ocurrido durante la época socialista, aún cuando el silencio oficial permite la reproducción de la historia promovida por el Estado durante los gobiernos conservadores del PP (es decir, el de los dos bandos). De ahí que aquella Ley debiera haber ido mas allá que el hecho de enterrar a los muertos, pues de no hacer más, con aquellos muertos se enterrará también nuestra historia democrática. El intento del Gobierno Socialista español de no ofender a los vencedores era, indirectamente, aceptar la versión histórica anterior de “los dos bandos”.

Santos Julià está en desacuerdo con que se exijan responsabilidades a los vencedores. En realidad, considera que la Amnistía era un indicador de la madurez de la democracia española, perdonándonos los unos a los otros. Esta actitud, probablemente procedente de su pasado como sacerdote, es profundamente insatisfactoria desde el punto de vista democrático, pues pone en el mismo nivel a victimizadores y a víctimas, además de abandonar el intento de recuperar la memoria y la historia democrática. Tal Ley de Amnistía no tuvo nada que ver con la madurez de las fuerzas democráticas, sino con el enorme desequilibrio de fuerzas entre las izquierdas y las derechas en el momento de la transición. Es muy probable que si en España hubiera habido una ruptura, en lugar de un proceso continuista, se habría sancionado a los golpistas y sucesores, y se hubiera considerado al nuevo estado democrático, un estado heredero de la República. Ahora bien, la correlación de fuerzas en España, no permitió que tal rotura ocurriera, y es posible que la manera como se hizo tal transición era la única posible. Pero definirla como modélica es idealizar aquel proceso, pues la democracia que tenemos dista mucho de ser homologable a las otras democracias existentes en la UE. Sus enormes insuficiencias han determinado, entre otros hechos, un estado del bienestar muy insuficiente (como documento en mi libro Bienestar insuficiente, Democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país. Anagrama. 2002)

Puede ser que las izquierdas no tuvieran otra alternativa, en un estado en el que su jefe de estado –el Monarca- consideraba al Dictador como su padre y el Ejército estaba a punto de interrumpir cualquier abertura. Santos Julià confunde madurez con debilidad. Las derechas, continuadoras de la nomenclatura de aquel estado dictatorial, tienen todavía un enorme poder sobre este estado continuista, y la muestra de ello es que nada menos que el Tribunal Supremo lleve a los tribunales al único Juez que ha intentado enjuiciar al franquismo, y ello en respuesta a una denuncia realizada por el Partido fascista, la Falange. Una situación bochornosa, de escándalo internacional, que es a la ve esclarecedora de la naturaleza escasamente democrática del Estado español.




Julián Casanovas y la despolitización de las memorias
Lo cual me lleva a la última entrevista, la de Julián Casanovas, de cuyos libros sobre la Iglesia Española he aprendido y citado con frecuencia. Mi admiración por su trabajo no excluye mi crítica hacia sus posicionamientos expresados en la entrevista en este programa de TVE. Julián Casanovas subraya que debe despolitizarse la memoria histórica y dejar el estudio del pasado a historiadores. Mientras –dice él-, que se entierre a los muertos desaparecidos y con ello se cierre este periodo de nuestra historia. Es una visión un tanto corporativista, que asume que la historia es tarea exclusiva de los historiadores y hay que dejarles que hagan su trabajo. Y que sean sus productos, los libros de historia, los que la juventud estudie para conocer la Historia de España. De no hacerse así, y de continuarse la “politización de la memoria y de la historia”, tal como –según él- está ocurriendo ahora, las cosas se van a complicar demasiado, con jueces y cortes internacionales interviniendo en España, convirtiéndose la recuperación en un show internacional que va a dar una muy mala imagen de España.

En esta postura hay varios supuestos cuestionables. Uno es la posibilidad de despolitizar el análisis histórico, lo cual lo veo imposible y además indeseable. Politizar quiere decir dar voz a los representantes de la población que, dividida en clases sociales, géneros y nacionalidades, tienen distintas memorias, y por lo tanto distintas historias. Es lógico y aconsejable, desde el punto de vista democrático, que sean sus representantes los que prioricen las preguntas y los métodos de investigación en el proceso histórico, realizados por los historiadores. Decir esto no es infravalorar la labor del historiador, sino reconocer que la historia es una tarea mucho más amplia que lo que hacen los historiadores. Es más, los historiadores, como seres humanos, están sujetos a la subjetividad dentro de un proceso científico. De la misma manera que las feministas exigen, con razón, que haya más mujeres entre los historiadores, a fin de ser más sensibles al punto de vista de la mujer en la recuperación de la historia humana, los vencidos tienen el derecho de exigir que haya más historiadores que, bien como hijo o nieto de los vencidos, o de los vencedores con sensibilidad democrática, sean sensibles a los valores democráticos.






Por otra parte, el método histórico se alimenta de la memoria. Y la memoria de los vencidos no se ha recogido. Cualquier memoria es política y, por lo tanto, su recogida es también política. No encuentro censurable que las izquierdas quieran recuperar sus valores políticos en aquella memoria, tal como las derechas lo han hecho (dificultando además ahora que las izquierdas lo hagan). Lo que el compromiso democrático exige es precisamente denunciar el silencio sobre el pasado, causado por las coordenadas de poder (político y mediático) existentes en España, a favor de las derechas. Julián Casanovas parece ignorar que el que controla el pasado, controla el presente. En España, el control de aquel pasado explica la relación de poder en la España actual. Las encuestas muestran como las instituciones más populares en España (excepto en Cataluña y en el País Vasco) son la Monarquía, el Ejército y la Iglesia, los cuales (con la Banca y el mundo empresarial) son el pilar de las derechas, cuyo poder se ha traducido en el enorme subdesarrollo social de España, donde el tiempo de visita como promedio al médico es sólo de seis minutos. Inteligencia política es la posibilidad de relacionar hechos. Si hubiera habido rotura, con el estado considerándose heredero de la República (que hizo reformas sustanciales en un corto periodo) y con las izquierdas gobernantes, hoy España tendría un estado del bienestar mucho más desarrollado que el que tiene en la actualidad. En Europa, donde las izquierdas han sido fuertes (como en los países nórdicos), el bienestar social y la calidad de vida, incluida la democrática, han sido mucho más altos que en países como España, donde las derechas han sido muy fuertes.

Por otra parte, la historia no se reproduce sólo a través de los libros de historia, sino a través de la cultura y conocimiento (que va desde el cancionero popular a películas, obras de teatro y un largo etcétera) que promueven una visión de la realidad a costa de otras. Estamos, pues, tocando el tema clave en una democracia que es la producción y reproducción de valores, o lo que mi amigo Norman Chomsky llama “los aparatos de producción del consumo ideológico dominante”. Y creo fácil de mostrar (como lo he hecho en mis libros) que tales medios en España están claramente sesgados excluyendo y discriminando a las izquierdas. La aparente placidez (o Paz, como la llama Pradera) que se da en nuestra sociedad se basa en una enorme represión que margina al que critica y responde a tal represión. De ahí que lo que se requiere es denunciar esta situación, aún cuando aquellos que así lo hagan sean acusados de politizar la realidad. En realidad, lo que están haciendo no es politizar, sino introducir nuevos valores políticos que rompen con aquella placidez, sustentado por otros valores que no son democráticos. Aplaudo así la Ley de la Memoria Histórica aprobada por la Generalitat de Catalunya, que de una manera explícita intenta no sólo enterrar a los muertos, sino desenterrar su memoria y la de los que lucharon en contra del fascismo, intervención que es protestada por las derechas acusando al gobierno de volver a los fantasmas de la Guerra Civil, politizando el pasado. Lo que el gobierno catalán hace es romper con el dominio político de aquel pasado por parte de los responsables del horror de aquellas horribles páginas de nuestra historia. Y esto es lo que creo debe hacerse.