Franquismo o monarquía

Diego Cañamero tuvo la osadía de asistir al congreso con una camiseta que tenía incrustada una leyenda que los españoles de todos los tiempos podríamos llevar: "yo no voté al rey". ¿En algún periodo histórico en España se ha votado libremente para decidir exclusivamente entre monarquía o república. No, ni tan siquiera en las elecciones de abril de 1931.

En el 78 se produjo un chantaje en toda regla: no se legalizaron los partidos republicanos y nos metieron en el mismo paquete a los borbones y a la Constitución. ¿Qué queréis, la dictadura franquista o tener una constitución monárquica? Se entiende que a los ciudadanos se les preguntaba al votar la Constitución, o dictadura o democracia, pero en esa democracia se incluía a un ciudadano llamado Juan Carlos, que un dictador lo había convertido en rey.

Sí queréis libertades tenéis que cargar con una monarquía. Evidentemente era preferible (por muy republicano que se fuera) cargar con un rey que seguir sufriendo una dictadura. Un chantaje y una chapuza que tuvo un resultado inmejorable. A día de hoy gente como Carlos Herrera se piensa que votó al Rey. Parece que el tonto es él.

Hace muy poco La Sexta nos descubrió un vídeo donde Suárez confesó porqué evitó un referéndum para elegir entre monarquía o república. Según Suárez, las encuestas no le eran favorables a la monarquía y por eso decidió escamotear el referendo:

"Cuando la mayor parte de los jefes de Gobierno extranjeros me pedían un referéndum sobre monarquía o república..., hacíamos encuestas y perdíamos", admite el expresidente fallecido en marzo de 2014. La solución para que esta consulta no se realizara fue meter "la palabra rey y la palabra monarquía en la ley" de la Reforma Política de 1977. De esta manera, "dije que había sido sometido a referéndum ya", explica. Poniendo  monarquía en la ley, se aseguró la permanencia de la institución. 

Esto es algo que por su obviedad todos sabíamos, pero la entrevista a Suárez lo confirmaba rotundamente. De manera despreciable el director de El Mundo salió en defensa de los borbones: Pedro García Cuartango asegura que las palabras de Adolfo Suárez fueron pronunciadas "cuando la enfermedad ya había hecho estragos en su cabeza" (El Diario.es). Tambien Inda desmiente a Suarez y dijo del ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, que no estaba contando la verdad en la entrevista con Victoria Prego porque en 1995 ya estaba afectado por el alzehimer. Absolutamente despreciables son estas declaraciones.

Yo recuerdo que mi anciana abuela, cuando empezó a padecer tan malvada enfermedad, se olvidaba de sus recuerdos pero no inventaba nada, tan solo el alzheimer borró todo vestigio de su pasado. Sí vemos el vídeo donde Victoria Prego entrevistaba a Suárez, podremos observar como éste se tapaba el micrófono para que estas declaraciones no fueran recogidas y no pudieran ser emitidas. Muy ido no estaba no.

Antono Maestre, Periodista -con mayúsculas-, escribía para la Marea:

El pastoreo ciudadano de la transición no se puede hacer evidente, así que es necesario destruir al héroe con tal de preservar el mito de la transición. El director de El Mundo no ha dudado en utilizar el alzheimer que padeció el expresidente para que no se cuestionen los axiomas fundamentales de la cultura de la transición. No ha importado que la entrevista fuera en 1995 y que el hijo de Suárez declarara en una entrevista en TVE en el año 2005 que su padre padecía la enfermedad desde el año 2003, 8 años después de las declaraciones despreciadas. Cuartango no ha vacilado en despreciar el rigor intelectual del prohombre de la transición para salvaguardar la verdad del 78. Roma no paga a traidores. Artículo completo

Para la web CTXT del diario Público, Bonifacio de la Cuadra a escrito también en favor de la monarquía:

El advenimiento de una democracia en la que aparecía incrustada una institución como la Monarquía, a todas luces no democrática, dada su legitimación biológica, no electoral, ¿cómo fue acogida por la izquierda política? Curiosamente, el clamor de la calle no reclamaba la República. Entre lo que se oía desde la izquierda, destacaba: “¡Libertad, amnistía y estatuto de autonomía!”. Los gritos contra la Monarquía (“¡no queremos Monarquía, ni Juan Carlos ni Sofía!”) procedían de la ultraderecha.

estas palabras de Bonifacio de la Cuadra serían desmentidas a su vez en la misma web de Público:

"La misma encuesta desgranaba el apoyo a cada opción por sectores. El 76% de los estudiantes preferían una república, también el 53% de los abogados, el 45% de los empleados, el 43% de los médicos y el 30% de los obreros. Por su parte, la opción de la monarquía borbónica conseguía el apoyo del 1% de los estudiantes, el 23% de los abogados, el 5% de los empleados y el 5% de los obreros. Sorprendentemente, la opción mayoritaria en el grupo de "obreros" es la continuidad del régimen franquista, con un 55% de apoyo".

"Joan Garcés, que ha sido asesor de Salvador Allende, explica que la revelación de la confesión de Suárez a Victoria Prego "no revela nada que no fuera conocido por quien quisiera conocerlo". "Algunas de las encuestas hechas en los años setenta son de libre acceso, como las publicadas por la Fundación Foessa, o por otras instituciones, españolas y extranjeras, que corroboran lo que Adolfo Suárez dijo en 1995, el amplio y continuado respaldo a la forma republicana de gobierno entre los españoles", señala en declaraciones a Público. " Artículo completo.

Total, que esta derecha e izquierda monárquica, nos quiere tomar por gilipollas, y pretende escamotearnos la realidad. Aunque sus propios protagonistas nos confirmen sus "fechorias", y que esas realidades, por su obviedad aplastante, no debieran producir debate ninguno, llegan estos "salvacoronas" a negarnos lo que sabíamos hace tiempo.

Y así con todo:

• Suárez dijo que no hubo referéndum porque sabían que iban a perderlo: ¡éste hombre es un demente!
• Franco declaró que "Un estado totalitario armonizará en España el funcionamiento de todas las capacidades y energías del país, que dentro de la Unidad Nacional, el trabajo estimado como el más ineludible de los deberes será el único exponente de la voluntad popular". Y llega Juan José Linz y exclama, no Genereralísimo, todo eso está muy bien, pero usted no era totalitario si no autoritario, que es muy distinto.