Los ciudadanos de un país podrán estar muy contentos con sus monarcas, pero al menos deberían de saber una cosa: para que una democracia sea plena, a parte de la separación de poderes, todos los dirigentes del Estado se deben de elegir democráticamente, desde la jefatura de dicho Estado hasta el último concejal del último pueblo. Que un cargo tan importante como el del Jefe del Estado sea copado por una familia, y que ese cargo sea hereditario por razón familiar y primogenita, es una verdadera aberración democrática.
En el caso español es más aberrante todavía: un dictador tras ganar una guerra civil, provocada por él mismo junto a otros generales traidores, nombra como su sucesor a Juan Carlos I, el trono le correspondía al padre, pero ese dictador creyéndose Dios, decide que no, que el Rey será el que sus santas posaderas elija. Y así sea, Juan de Borbón renuncia al trono en 1977, todo sea por mantener la monarquía por los siglos de los siglos, amén.
No podemos dudar que el Rey emérito -para colmo actualmente tenemos dos reyes, el padre y el hijo- ha estado muy agradecido a su mentor, el tirano Francisco Franco. La perodista Selina Scott, durante el verano de 1988 entevistó al monarca, y en una parte de la entrevista exclamó: “No consiento que se hable mal de Franco en mi presencia”.
Aquí tenemos a Juan Carlos I durante una entrevista para la televisión belga en 1970, por supuesto, hablando maravillas de Franco.
Este fue el escudo de la bandera de la España franquista desde 1945 hasta 1977:
Prácticamente la misma basura franquista que distinguió a la dictadura. Por eso en los primeros ejemplares de la Constitución aparece este ignominioso escudo que le podemos llamar preconstitucional pues fue aprobado antes de la Constitución del 78, pero que es más legítimo llamarlo escudo franquista.
El rey Juan Carlos otorgó a la única hija del dictador en noviembre de 1975 el ducado de Franco:
"El monarca concedió este título por decreto “en real aprecio a doña Carmen Franco Polo y en atención a las excepcionales circunstancias y merecimientos que en ella concurren”. “Esta merced nobiliaria es para sí, sus hijos y descendientes, exento de derechos fiscales en su creación y en la primera transmisión”, estableció el emérito. El ministro de Justicia de entonces, José María Sánchez-Ventura Pascual, lo rubricó (...). En “La reina” de Pilar Urbano también queda constancia de por qué la reina sintió especial aprecio por los Franco tras la muerte del dictador. "Al morir el caudillo pensaba en ellos, que tenían que perder su estatus de ser la familia mas poderosa de España, algo que por fuerza les sería costoso. Recordé cuando nosotros, siendo yo pequeña, salimos del palacio de Atenas hacia el exilio y me propuse tener con ellos las máximas atenciones", reconoció doña Sofía". Leer más...
El ducado de Franco en 2018 sigue vigente y su heredera, la niestísima, Carmen Martínez-Bordiu podrá ser duquesa y grande de España sin tener que pagar un euro. Aberraciones incomprensibles seguimos soportando estoicamente en fechas actuales, pero no pasa nada, con sacar la banderita de España al balcón asunto resuelto. La monarquía española jamás a condenado la dicctadura franquista. ¿Será porque no quieren morder la mano que les dio de comer?
Quizás usted tenga razón aquí, aunque bien es cierto que en esas monarquías hay más libertad de expresión que en su propio blog, donde los comentarios son censurados o defenestrados si no están en concordancia con la ideología que usted defiende
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