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Ayuntamiento de Badajoz al más puro estilo fascista
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¡Viva la República! Gritó Yagüe enarbolando la bandera republicana. ¡Viva la República! Gritaba Queipo de Llano cuando acababa un discurso incitando al asesinato y a la rebelión. Hasta algún escrito de Franco acababa con un Viva la República. ¿Significa esto que se habían levantado en armas para defender a la República? Juzguen ustedes mismo. Juan Yagüe Blanco era un Falangista antirrepublicano (como todo los fascistas de aquella época) que conspiró durante la dictadura para restaurar la monarquía y que cuando tomó Badajoz, como era costumbre en la columnas africanistas o de la Muerte como ustedes prefieran, asesinó a todo rojo que cayó en sus manos. . Gonzalo Queipo de Llano y Sierra fue un veleta alcohólico que durante sus mítines radiofónicos incitaba al genocidio con parrafadas como esta:
"Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad. Al Arahal fue enviada una columna formada por elementos del Tercio y de Regulares, que han hecho allí una razzia espantosa".
"¿Qué haré? Pues imponer un durísimo castigo para callar a esos idiotas congéneres de Azaña. Por ello faculto a todos los ciudadanos a que, cuando se tropiecen a uno de esos sujetos, lo callen de un tiro. O me lo traigan a mí, que yo se lo pegaré".
Y Francisco Franco Bahamonde, que decir que no sepamos ya. Es el anti “todo”. Odiaba el liberalismo, la democracia, la masonería y, sobre todo a la izquierda. La odiaba tanto que intentó eliminarla al estilo Auschwitz. ¿Seres como estos querían defender a la República? Evidentemente la respuesta es rotunda: NO. Sencillamente y posiblemente que para justificar el Alzamiento y en principio no pareciera que se querían saltar las leyes a la torera decidieron cometer el acto de rebeldía bajo la bandera tricolor (Mola era muy astuto, pero no lo suficiente para asegurar el triunfo del golpe militar) y cuando vieron que el Golpe de Estado desembocaba en guerra civil sacaron su verdadera cara y enarbolaron la bandera bicolor. Desaparecieron los vivas a la República e inundaron de patriotismo toda la Zona Nacional que a su vez se llenó de sotanudos chupahostias asegurando que esta confortación entre hermanos no era una guerra civil si no una cruzada de liberación. Un tanto atípica eso sí. Llenaron el solar patrio de musulmanes para que limpiaran de rojos ateos su amada patria. Otro día hablaremos de Sanjurjo que en el 32 ya empezó con su tarea antirrepublicana o de aquel legionario autor de la frase: ”Viva la Muerte”, y que para callarle le soltaron aquello de: “Venceréis pero no convenceréis”. En efecto me estoy refiriendo a Millán Astray.
Evidentemente a toda esta trouppe la República, o lo que es lo mismo, la democracia le producía sarpullidos solamente oír su nombre, a esta camada de “angelitos” les iba más el fascismo de Mussolini o el nazismo de Hitler. En la fotografía que ilustra este artículo podemos observar como la bandera nazi preside el ayuntamiento de Badajoz junto al yugo y las flechas falangistas y una gran fotografía de Franco al más puro estilo guerrero nazi. En el blog vecino de Francisco Pilo he leído infinidad de veces que el gobernador Civil de Badajoz Miguel Granados Ruiz salió huyendo de Badajoz más por miedo a los revolucionarios que a la columna de Yagüe, ya que la bandera Republicana dejó de ondear en el ayuntamiento y fue cambiada por la roja comunista.
Si pudo abandonar Badajoz es por que sencillamente los revolucionarios a los que él se refiere no lo estaban vigilando y lo dejaron partir. Si en sus intenciones hubiera estado asesinarlo tiempo y medios no les faltaron. Si se hubiese quedado en Badajoz esperando a la tropas provenientes de África, su destino igual que el de Sinforiano Madroñero o el de los hermanos Pla, y tantos otros sin lugar a dudas hubiese sido un pelotón de ejecutamiento en la plaza de toros, o talvez en las paredes del cementerio, o en frente del ayuntamiento, o en las paredes de la catedral, a lo mejor en el parque de San Francisco, en la calle San Juan... Vaya usted a saber donde, porque la masacre no se perpetró solo en la plaza de toros como hace años Alberto Reig Tapia, o Francisco Espinosa nos contaron.
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Avda José Antonio, actual Gran vía
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Una vez tomada Badajoz y desinfectada de “Rojos” la bandera comunista fue cambiada por la esvástica nazi y el yugo y las flechas fascistas. Es gracioso ¡Viva la República! Gritaban los generales traidores... ¿por qué le llamaban República cuando querían decir fascismo?
No, señor Avellano, al gobernador civil de Badajoz no le dejaron huir.
ResponderEliminarAprovechó los medios de los que disponía para salir sin que nadie se diera cuenta.
Cuando poco después notaron su ausencia salieron en su persecución y llamaron por teléfono a los puntos fronterizos para que las milicias que prestaban guardia no le permitieran el paso.
Por este motivo, no le dejaron pasar por el Marco de la Codosera y le obligaron a regresar al pueblo a la espera que llegaran las milicias de Badajoz, pero antes de que eso se produjera, cruzó la frontera campo a través acompañado, entre otros, por el secretario del Ayuntamiento de La Codosera, que debido a la velocidad a la que corrían, el calor y lo abrupto del terreno, murió de un infarto.
Al gobernador lo estaban esperando en Esperança, donde subió al coche para huir hacia Lisboa, pero en Campomayor fue interceptado por una patrulla de la Guardia Fiscal al mando del teniente Pió y entregado a la jefatura de Elvas, donde fue ingresado en un Hospital porque estaba a punto de sufrir un colapso cardiaco debido al terror que sentía.
Lamento contradecir su versión.
Reciba un cordial saludo
Pilo
Agradezco su información y saludos a usted también. Pero sigo pensando que si se lo hubiesen querido liquidar tiempo y medios no le hubiesen faltado. El secretario de la Codosera murió de un infarto debido al calor, velocidad y los inconvenientes del terreno y, ¿el gobernador civil? a causa del terror
ResponderEliminarQue yo sepa, el gobernador civil Granados no murió. Fue ingresado en Elvas, donde de puro milagro, gracias a la intervención de un médico, no fue secuestrado por una partida de falangistas encabezada por Arcadio Carrasco que fue allí con la intención de secuestrarlo y traerlo a Badajoz.
ResponderEliminarGranados solicitó por escrito a las autoridades portuguesas que le facilitaran el viaje a Méjico o Francia al tiempo que alegaba, repito que por escrito, que a España no quería regresar.
Si lo desea tengo esos documentos a su entera disposición.
Al no lograr que le permitieran viajar, se aferró al cargo de gobernador civil de Badajoz y se negó a dimitir durante bastantes meses, hasta que Azaña, bastante cabreado con él por no dimitir, lo destituyó de un plumazo y nombró en su lugar a Juan Casado.
Yo no digo que Granados muriera,digo que el colapso también pudo ser debido al calor. Según Juan Simeón Vidarte, Granados acabó sus días en Méjico.
ResponderEliminarLo cierto es que Granados pudo escapar, si se hubiese quedado lo más seguro es que hubiese acabado muerto por las balas rebeldes. Según el libro de E.Vidarte el verdadero pánico que sentía Granados provenía de las columnas que avanzaban hacia Badajoz. Las noticias de las matanzas que llevaban acabo al tomar una plaza y la inquina de los militares a todo lo que olía a Frente Popular, hacían presagiar lo peor.
Sobre el libro de E. Vidarte, Espinosa reconoce que tiene un valor histórico dudoso.
¿Cuantos gobernadores civiles del gobierno republicano acabaron asesinados por las milicias? ¿Era una practica común asesinar gobernadores civiles?